Era una tarde ideal para salir a hacer algo de deporte y jugar. Así lo pensaron muchísimos jóvenes aquel día. Muchos grupos de amigos se reunían en las pistas del skate park de la ciudad. No hacía frío y el día invitaba a moverse y dejarse llevar por la adrenalina.
Algunos montaban en monopatines y se atrevían a hacer piruetas imposibles. Se animaban entre ellos, compitiendo por ser los mejores. Otros llevaban patines o bicicletas.
Más de uno se caía al intentar hacer un nuevo movimiento, pero parecían estar hechos de plástico (y así era). La pista estaba rodeada por enormes rascacielos y más de uno se asomaba por la ventana para verlos disfrutar.
El barullo era algo estresante. Unos reían, gritaban o cantaban, era una auténtica locura para el que le guste el silencio y pasear tranquilo.
Renzo y la pandilla también habían ido al skate park, aunque no todos para hacer deporte. Ema prefería estar sentada y charlar. Echaba de menos a Willy, pero estaba con su abuelo. No le quedaba más remedio que hablar con Ariadna, que siempre se apuntaba a todos los planes con la pandilla. Kim se pasaba todo el tiempo sentada sobre las piernas de Renzo y no dejaban de besarse apasionadamente. Azur, Luna y Junior preferían hablar. Coincidían en gustos en cómics y series japonesas.
Manolete era una apasionado de los monopatines. Aunque estaba sudando y le dolía una rodilla de una caída, seguía montando el monopatín. Quería ser el mejor.
Se desanimaba al ver a otros chicos hacerlo mucho mejor que él, pero seguía intentándolo una y otra vez.
Justo al lado del Skate Park, se reunían los grupitos de jóvenes más adultos (y algunos ya bastante adultos), para hacer botellones y trapichear. La temida banda de los Latin Clicks siempre se reunían ahí. Era imprescindible llevar bebidas para pasarlo bien, no sabían disfrutar de la vida de otra forma.
Otros jóvenes, no pertenecientes a ninguna banda pero con las mismas ganas de hacer botellón, se reunían en ese mismo lugar. Llevaban sus coches modernos tuneados a su gusto. Ponían la música a todo volumen desde los equipos instalados en los coches, casi siempre de gran calidad de sonido.
Algunos padres desconocían ese lado negativo del skate park, por lo que no ponían impedimentos para que sus hijos pudiesen ir.
Si no se andaban con cuidado, se podían meter en muchos problemas con estos personajes tan conflictivos.
El grupito de amigos de Suselle y Dante se reunieron para ir al parque. Quedaba muy cerca del skate park. Pradito y Suselle iban montadas sobre sus patinetes, últimos regalos de los reyes magos.
Suselle: Cuidado, estamos pasando por la zona de los botellones. Tenemos que acelerar el paso, Pradito.
Pradito: Sí, cuanto antes pasemos este sitio, mejor. No te preocupes, Suselle, yo te defiendo si se meten contigo.
Suselle: Gracias, Pradito.
Dante iba en su flamante moto de carreras nueva. Amarilla, con un tiburón dibujado en el lado y con pintas de correr mucho (no era así, lo mismo que una bicicleta). Le encantaba salir con la moto, se sentía el niño más molón del mundo.
Paula iba montada en su híbrido bicicleta/patinete. No sabía montar en bici y este híbrido era ideal para ella.
Paula:¡Sois muy lentos!
Dante: ¡A ver si me alcanzas!
Karim montaba su bici amarilla y Walter su triciclo de carga, en el que su hermana podía ir cómodamente sentada.
Anita: ¡Pedalea más fuerte que somos los últimos!
Walter: ¡Lo haría si no tuviese que cargar contigo!
Anita: Eres un flojo, hermanito.
Llegaron al skate park y no pudieron evitar pararse a mirar a los adolescentes haciendo piruetas.
Pradito: ¡Woow! Mira lo que son capaces de hacer.
Suselle: ¡Es una pasada!
Paula: Eso lo sé hacer yo.
Paradito: Ya, claro.
Pradito: Sí, pero lo que pasa es que ya me resulta aburrido.
Suselle: Mirad, ¿esos no son Renzo y los demás?
Pradito: ¡Son ellos! Huy, Renzo se está dando el lote con su novia.
Suselle: No dejan de besarse.
Paula: Yo hago lo mismo con mi novio todos los días.
Suselle: ¿Tienes novio?
Pradito: Sí, en sus sueños.
Paula: Pues claro que lo tengo.
Suselle: ¡Mirad a Jorgito!
Pradito: Es el mejor.
Suselle: Dicen que se quiere apuntar al concurso de skate que monta el ayuntamiento.
Pradito: Pues ganaría seguro.
Paula: ¿El rubio ese quién es?
Pradito: Manolete.
Suselle: También hace cosas muy chulas con el monopatín.
Paula: Es muy mono el chico.
Pradito: No le mires más, que tu novio se pondrá celoso.
Paula: Pues no, a él no le importa.
Suselle: Será mejor que sigamos hasta el parque. Allí estaremos más tranquilos.
Pradito: Sí, vamos.
Walter: ¡Esperad, chicas!
Anita: Venga, haz que no me avergüence de ti. ¡Dale caña!
Walter: ¿Quieres pedalear tú?
Anita: Paso, que me pongo a sudar.
Walter: Pues no rechistes más.
Karim: ¿No vienes con nosotros, Dante?
Dante: Es que he quedado aquí con una amiga.
Karim:¿Quieres que me quede contigo?
Dante: No hace falta, no tardará en venir.
Dante se sentó en un banco con su casco sobre las piernas y esperó. Había quedado con Eva, su nueva amiga de las clases de repaso. En un principio querían ir a ver ese lugar especial que ella le había dicho, pero prefirieron dejarlo para el día siguiente.
Se cansó de esperar, así que decidió ir en busca de ella. Se montó en su moto, se puso el casco y arrancó. Tenía que pasar de nuevo por la zona de los botellones, pero montado en su moto se sentía invencible.
Creía que lo tenía todo controlado, pero una de las botellas que estaban en el suelo le hicieron perder el control de la moto. Salió disparado hasta caer sobre uno de los coches que había allí aparcado. La moto quedó tendida en el suelo, sin ningún desperfecto.
Aquel coche pertenecía a uno de los asistentes al botellón. Estaba allí aparcado, con las ventanillas abiertas y la música a todo volumen. El dueño, al ver a Dante sobre el capó de su coche, entró en cólera. No se preocupó por Dante, le dio totalmente igual si se había hecho daño.
El Chispas: ¡Mi carro!
Dante pudo bajar del coche sin problema, no se había hecho daño. Sin embargo, el coche tenía un bollo en todo el capó. Dante corrió a comprobar si su moto estaba rota. Al ver que no tenía ni un rasguño, respiró tranquilo. El hombre le seguía gritando sin parar, muy enfadado.
El Chispas: ¡Has bollado mi carro, pendejo!
Dante: Lo siento. Ha sido un accidente.
El hombre agarró a Dante del cuello.
Dante: ¡Ahhh!
El Chispas: Te voy a bollar esa cara de chamaco irrespetuoso que eres. Mi carro no lo toca nadie, es sagrado.
Dante: ¡Por favor!
Agarró con fuerza la camisa de Dante y lo levantó del suelo.
El Chispas: ¡Vas a aprender a respetar las cosas de los demás!
Dante: ¡Te he dicho que lo siento!
Maka: Deja al chico en paz, Chispas.
El Chispas: ¿Estás de broma? Este chamaco insolente me ha bollado el coche.
Maka: Te ha pedido perdón. Ha sido un accidente, todos lo hemos visto.
El Chispas: ¡Me importa un carajo! Tiene que pagar por lo que ha hecho.
Maka: Es un niño. Deberías meterte con alguien de tu tamaño.
El Chispas: ¿Y esa eres tú?
Maka: Sí, yo y mis compañeros de los Latin Clicks.
El Chispas: No quiero problemas.
Maka: ¡Por fin nos ponemos de acuerdo! Yo tampoco quiero problemas. Deja a ese chico en paz. Tu coche sobrevivirá. Ese bollo tiene fácil solución.
El Chispas: Pero...
Los chicos de la banda rodearon a Chispas, que levantó los brazos en señal de rendición.
Maka: A partir de ahora este chico es mi protegido. Quién se meta con él, se las verá con nosotros.
El Chispas: Vale, mensaje recibido. Es un bollo muy pequeño, casi no se ve. Lo importante es que el chamaco está bien, no más.
Maka: Así me gusta. Sigue disfrutando del botellón.
Dante: Muchas gracias.
Maka: De nada, amigo. No me gustan las injusticias. Me llamo Maka, ¿y tú?
Dante: Dante.
Maka: A partir de ahora, nadie se meterá contigo. Si alguien lo hace, ven a pedirme ayuda. ¿De acuerdo?
Dante: Si no llega a ser por ti, ese hombre me habría pegado...
Maka: Ni lo pienses, ya no es un problema para ti.
Dante: Gracias, Maka. Eres guay.
Maka: Lo sé. Tú también lo eres.
Maka agarró la moto de Dante y se la dio.
Maka: Parece que tu moto está bien.
Dante: Menos mal. Pensaba que se había roto.
Maka: Mola mucho. Dante, ha sido un placer hablar contigo. Conduce con cuidado, por favor.
Dante: Lo haré. Gracias Maka.
Dante se disponía a irse cuando alguien le llamó.
Eva: ¡Dante!
Dante: ¡Eva! Iba a ir a buscarte.
Eva: Perdona el retraso. Si no termino los deberes, no me dejan salir. Oye, ¿qué hacías hablando con esa? Es de la banda chunga de los latin clicks...
Dante: Pues me ha defendido. Es una tía legal.
Elliot: Hola. Me gusta mucho tu moto.
Dante: Gracias.
Elliot: Voy al parque, ¿puedo ir con vosotros?
Dante: Claro, puedes venir. Yo me llamo Dante y ella es Eva.
Elliot: Yo soy Elliot. Estoy pasando unos días aquí con mi padre. ¡Anabel, me voy con ellos al parque!
Anabel: Muy bien, guapo. Enseguida voy contigo.
Eva: ¿Y ese traje de capitán de barco?
Elliot: Es que soy capitán de uno. Bueno, es mi padre, pero es como si lo fuera.
Dante: ¡Mola!
Eva: Qué emocionante.
Continuará...
Lo he pasado realmente mal cuando Dante se cae enncima del coche del Chispas (puedo imaginarme perfectamente cómo habla, por cierto) y menos mal que Maka lo ha ayudado. No sé en qué terminará esa relación, pero espero que Dante no se meta en problemas. También me ha gustado cómo has creado la ambientación de ese lugar y no me gustan nada ésos que sólo se divierten bebiendo. Espero que no causen más problemas. Me extraña que Isidora no se haya quejado cien veces de ellos, pero siempre estas cosas parecen que queden impunes. Me ha hecho gracia eso de que parecían que eran de plástico cuando se caían, y es que así es, jajaja.
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