sábado, 20 de octubre de 2012

Desesperación: Capítulo 8


 Ben y Hafida se alejaron del grupo para hablar con tranquilidad. Ben se sentía profundamente herido por las palabras de Wenda. Su ex-mujer le había dicho que haberlo conocido había sido su peor error en la vida. Aunque se sentía triste, la compañía de Hafida suavizaba las cosas y le hacía sentir mejor.

Hafida: Tu e-mujer es malvada. Te ha dicho cosas horribles...
Ben: Estoy acostumbrado a sus desplantes y que se meta en mi vida, pero lo que me ha dicho hoy... no tiene nombre. 
Hafida: Todavía la amas.
Ben: ¡Pues claro que no! Lo nuestro terminó hace años.
Hafida: Tus ojos no pueden mentirme.


Ben: ...pero quiero pasar página, y se que contigo lo conseguiré.
Hafida: Ben, yo no sé que puedo ofrecerte. No estoy segura de querer iniciar nada contigo y al mismo tiempo me aterra que tu mujer...
Ben: Ex-mujer.
Hafida: Eso...que tu ex la tome conmigo. Ella me da miedo, ¡jajajajaja!
Ben: ¡Ya mi! ¡Jajajajajaja!


Hafida: ¡A ver si me atrapas! ¡Demuestra que todo lo que me has contado es verdad!
Ben: ¡No tienes escapatoria! 



Ben: ¿Hafida? ¿Dónde estás?


Hafida: ¡Atrapado! ¡No eres tan rápido como dices! ¡Jajajaja! 
Ben: ¡Me has pillado en baja forma! 
Hafida: ¿Tienes cosquillas?
Ben: ¡No, para! ¡Jajajajaja! ¡Eso es jugar sucio! 


Ben: ¡Te tengo! ¿Que harás ahora? ¡No tienes escapatoria!
Hafida: Siempre me quedarán mis armas de mujer...
Ben: ¿Que armas son esas?

Hafida lo besó en los labios y Ben le correspondió con un beso largo e intenso. 


Wenda: Gracias por tu apoyo, Duclón.
Duclón: No tienes que agradecerme nada, mujer.
Wenda: Pues claro que sí. Siempre te has mostrado muy comprensivo y cariñoso conmigo, eres un ángel.
Duclón: No es para tanto.


Duclón: Deberías hablar con Ben.
Wenda: Quizá tengas razón...
Duclón: Claro que la tengo. Wenda, se que Ben está deseando volver contigo. Tenéis que hablar de una vez por todas. 
Wenda: Con las cosas que le he dicho... no solo hoy, todos estos años. He sido cruel y despiadada. No sé si será capaz de perdonarme...
Duclón: Todos cometemos errores, somos clicks. Estoy seguro que te perdonará. Si no lo hace, siempre me tendrás a mi como segunda opción... soy gordito y mayor, pero engaño, ¡sigo fuerte como un león!
Wenda: ¡Jajajajaja! Siempre me haces reír. Gracias, no sé como agradecerte todo lo que estás haciendo por mi.


¡Jajajajajaja!

Wenda: ¿Has escuchado eso?
Duclón: Sí, parecen unas risas.
Wenda: Provienen de esas rocas. Deben ser Wen y Estrella, ¡vaya par! Ellos ahí tomando el sol y nosotros preocupados.
Duclón: Son jóvenes, mujer. El amor es lo que tiene.



Wenda: Son jóvenes pero no pueden comportarse de esa forma. Esta Estrella... no me gusta como influye a mi hijo. 
Duclón: No seas dura con ellos, que no están haciendo nada malo. Espera, que te ayudo a subir.
Wenda: Gracias, eres todo un caballero. Solo les pediré que sean más responsables.


Hafida: ¡Eres malo! Me tienes prisionera con tus labios... 
Ben: Las armas de los hombres, querida. Nosotros también sabemos unas cuantas técnicas.
Hafida: ¿En serio? ¿Serías capaz de demostrarme en que consisten?
Ben: Será un placer...
Wenda: No... no... no... no puede ser... no puedo creer lo que ven mis ojos...
Duclón: ¡Ups!


Wenda huyó de aquel lugar llorando y sin mirar atrás. Corría más deprisa de lo que sus piernas estaban acostumbradas. Quería huir, alejarse de aquella escena para siempre y olvidar.

Duclón: ¡Wenda! ¡Detente! ¡Wenda!
Wenda: ¡ Déjame sola! ¡No quiero vivir! ¡He sido una inepta!
Duclón: ¡Por favor! ¡Espera!


Muy cerca de allí...

Sus: ¡Wen! ¿Dónde estás? 
Duclack: No estará muy lejos, ya lo verás.
Diamante: Lo encontraremos.
Sus: ¡Ween!
Wen: Estoy aquí...


Sus: ¡Wen! ¿Que haces ahí?
Wen: Pensar...
Sus: No debes estar solo en estos momentos.
Wen: No deseo otra cosa Sus. Ahora mi vida es triste y oscura...


Sus: Eso no es cierto. Se que ahora lo ves todo así, pero no es verdad. Nos tienes a nosotros para ayudarte a superar esto.
Wen: Solo deseo estar junto a ella... ¡No entiendo que a pasado!
Duclack: Es lógico, nos a pillado a todos desprevenidos. 

                                       

Pandy: ######## (¡Wen! No estés triste, todo se arreglará)
Wen: Pandy, se que tu nunca me abandonarás.
Diamante: Ninguno te abandonaremos, jamás estarás solo.
Duclack: Yo también estoy perpleja. Estrella es una chica dulce y cariñosa, no me creo eso de que solo te quisiera por tu dinero...
Wen: Uno de ellos es diferente.
Sus: ¿De quienes?
Wen: De esa banda. Hay uno que se acercó a mi y me dijo algo que...
Sus: ¿Que te dijo?
Wen: Cierra los ojos y abre los de tu corazón. Escucha tus latidos y mira más allá. ¿Que querrá decir?
Duclack: No quiero darte falsas esperanzas, pero me da la sensación que te quiso decir que hagas caso a tu corazón y que no escuches todo lo que te dijo Estrella...
Wen: ¿Tu crees?
Duclack: Sí... aunque tampoco puedo asegurarlo.


Diamante: ¡No soporto ver así a mi cuñado!
Wen: Es cierto, ¡somos cuñados! Cuesta acostumbrarse.
Diamante: ¡Vamos! Nos acercaremos a la orilla y te enseñaré un truco para pescar.
Wen: Diamante, te lo agradezco pero... no me apetece.


Diamante: ¡No acepto una negativa como respuesta! ¡Vamos!
Wen: ¡Vale vale!


Duclack: ¿Que piensas?
Sus: Que esto huele mal. Conozco a Estrella, han sido dos años conviviendo con ella. Se que amaba a mi hermano, lo sé. Esos hermanos suyos la deben tener amenazada.
Duclack: Esas palabras a modo de clave que le dijo ese hombre a Wen son una prueba. Ella le ama pero se vio obligada a decirle todo eso.
Sus: Tendremos que averiguarlo. 
Duclack: Averiguaremos que ocurre, no te preocupes.



Duclack: Tendremos que esperar un tiempo prudencial. Estoy segura de que esperan que movamos ficha y nos pueden tener preparada un trampa o algo peor.
Sus: Sí... me da tanta pena ver a Wen así... no se lo merece.
Duclack: No es justo.



Duclack: Entre todos conseguiremos animarle, no te preocupes.
Sus: Gracias, Duclack.


Duclón: ¡Wenda! ¿Dónde estás?
Wenda: ¡Quiero estar sola!


Duclón: Wenda, no sigas huyendo por favor. Te podrías hacer daño.
Wenda: ¿Y que más da? Solo soy una vieja, fea y arrugada. Ella es tan joven y guapa... ¡ Ben es un cerdo! Y pensar que pretendía hablar con él para arreglar las cosas... solo piensa en conquistar a mujeres jóvenes y fantásticas. 


Duclón: Esa relación no significa nada para él, estoy seguro. Si hablas con él, se dará cuenta que lo suyo con Hafida es algo pasajero.
Wenda: ¡No lo defiendas más! ¡Deja que me marche! ¡Quiero irme lejos!
Duclón: ¡No lo permitiré! ¡Tienes que tranquilizarte!


Duclón: Entra en razón, ¡reacciona!
Wenda: ¡Oh Duclón! Soy una estúpida al creer que seguía siendo atractiva, que Ben seguía enamorado de mi.
Duclón: Eres preciosa, yo lo pienso. 
Wenda: ¿De veras lo crees? Lo dices porque eres un caballero, por ser amable conmigo.
Duclón: Lo digo porque es verdad.


                                          

Wenda: Tu si que eres un caballero, un click de los pies a la cabeza. Siempre me has parecido muy atractivo.
Duclón: ¿De verdad?
Wenda: Me gustaría que me besaras...
Duclón: ¿¡Cómo!?


Wenda: Bésame...
Duclón: Estás confusa...
Wenda: Quiero que me beses. Se que tu también lo deseas...
Duclón: No puedo... Ben es mi amigo...
Wenda: ¡Bésame!


Wenda se lanzó sobre él y lo besó apasionadamente. Aunque en su interior había una voz que le pedía a gritos que no lo hiciese, no pudo resistirse y la besó. 


Lejos de allí, en el cuartel de los Contreras, se respiraba tranquilidad. Debbie  (la hermana de Pinhead) y Tito (hermano de Estrella) mantenían una conversación.


Debbie: ¿Dónde han ido a buscar a tu hermana? Llevan mucho tiempo fuera.
Tito: Es que mi hermana es muy escurridiza. Supongo que estará en el pantano, como todos los años.
Debbie: ¿Tan importante es vengarse de ella? Se trata de vuestra hermana.


Tito: Es nuestra hermana, pero por su culpa terminemos en la cárcel. Nos debe fidelidad, somos sangre de su sangre.
Debbie: Comprendo. 


En esos momentos, Pinhead abrió la entrada secreta y metió el coche en las instalaciones.

Debbie: Mira, ya están aquí.



Debbie: ¡Hermanito! Estaba preocupada.
Pinhead: No debes preocuparte por mi, sabes que se cuidar de mi mismo.
Estrella: ¿Dónde estamos?
Gallofa: Este es nuestro cuartel secreto. 


Tito: ¡Estrella! Por tu culpa estuvimos en la cárcel, ¡nos traicionaste!
Estrella: ¡Yo no tengo la culpa de nada! Vosotros mismos os buscasteis los problemas. 


Pinhead: ¡Eh! Ahora no es momento de recriminarse nada. Estrella, te enseñaremos las instalaciones.


Pinhead: Esta es nuestra prisionera. Se llama Rika, la novia del jefazo del clan de los Machacas.
Rika: Sean me rescatará y os dará a todos vuestro merecido.
Pinhead: Como puedes comprobar, tiene mucho temperamento y sueña despierta...
Estrella: Hola... 


Tito: Luego seguimos hablando, hermanita.
Estrella: No tengo nada de lo que hablar con vosotros.
José: Sí, tenemos muchas cosas que aclarar.


Pinhead: Mario, déjanos pasar.
Mario: Sí, señor.


Pinhead: Bienvenida a nuestro laboratorio. 
Estrella: ¿Laboratorio?


Pinhead: Efectivamente. Te presento a nuestra científica, Helena White. 
Helena: Hola.
Pinhead: Ella se encarga de encontrar la forma de hacernos más fuertes. Quiero que nuestra banda sea invencible. Estoy seguro que pronto nos presentará algún tipo de avance, una fórmula infalible para que seamos los mejores.
Helena: Estoy retenida contra mi voluntad, supongo que tu también te encuentras en mi misa situación...
Estrella: Así es...



Pinhead: Querida Helena, no te concentres en la parte negativa. Hemos cumplido tus sueños, trabajar en un laboratorio exclusivo para ti día y noche, sin descanso. Además, te damos la oportunidad de salvar la vida de tu padre... recuerda que su vida depende de tus avances...



Pinhead: Sigue trabajando. Vamos, Estrella.
Estrella: Hasta luego, Helena.


Pinhead: Esta es nuestra centralita. Estamos modernizados ya que las nuevas tecnologías son importantes para estar a la orden del día. Mediante Internet, sabemos cuales son los movimientos de la policía y de nuestros enemigos.


Pinhead: Ella es la Chunga.
Estrella: Hola...
La Chunga: No me gustas, hueles a melocotón. Te tendré vigilada.


Estrella: No me das miedo.
La Chunga: Deberías tenerlo. No sabes de lo que soy capaz. Te mandaré algunas tareas para que te mantengas ocupada.



Cucu: ¡Ñeeeee! (¡Oye tú! ¡Te odio!)
Pinhead: Este es Cucu, parece que le has caído bien.
Cucu: ¡Ñeeeeee! (¡Bajo tierra te veas!)


Pinhead: ¡En poco tiempo seremos los reyes de Wensuland!


Urango: Por el momento la policía sigue dando palos de ciego, ¡son unos incompetentes! ¡Jajajaja!


Pinhead: Aquí es dónde contabilizamos nuestras ganancias. Como puedes comprobar, bajo una estricta vigilancia para evitar malas tentaciones.




Pinhead: Más adelante te mostraré otras estancias del cuartel secreto. Si lo deseas, te enseñaré mi habitación... seguro que encontraremos cosas muy interesantes que hacer. Por el momento, este será tu cuarto.
Estrella: Es horrible...


Pinhead: Demuestra que te mereces un cuarto mejor y lo conseguirás.
Estrella: Yo solo quiero irme... por favor.


Pinhead: ¿Has visto como por el momento este es el cuarto que te mereces? Eres hermosa, Estrella. Le pediré a los chicos que organicen una cena íntima para este sábado, tu y yo solos.
Estrella: No quiero ninguna cena íntima...
Pinhead: Chica mala...piénsalo, tu y yo podríamos hacer grandes cosas juntos. 


Estrella: No puedo creerlo... lo he perdido todo... Wen...


Se tiró sobre la cama y lloró durante horas hasta quedarse dormida.


Gallofa entró en su habitación con una bandeja con comida.

Gallofa: ¡Servicio de habitaciones!


Gallofa: Despierta Blancanieves, tienes que comer algo. Te he preparado una deliciosa pizza cuatro estaciones junto a un refresco de limón. 


Estrella: No tengo hambre...
Gallofa: ¡Debes comer algo! Venga, anímate. Se que te encuentras mal, pero...


Estrella: ¡He dicho que no pienso comer! Le he dicho a Wen cosas horribles... ahora pensará que no le amo... ¡No puedo soportar este dolor! ¡Deseo morir!
Gallofa: No digas eso... si es listo averiguará que lo dejaste contra tu voluntad y que lo amas.
Estrella: ¡Le dije cosas horribles! Ahora seguramente me odiará...


Gallofa: Vamos, Estrella. Ahora tienes que comer algo, por favor...
Estrella: Tengo el estómago cerrado...
Gallofa: Venga, aunque solo sean un par de bocados...


Gallofa: ¡He dicho que no! ¡Dile a tu jefe que no pienso seguir sus normas! ¡Prefiero morir!
Gallofa: ¡La comida! Con lo que me a costado prepararla...


Estrella: ¡Vete por favor! Déjame sola...
Gallofa: Está bien, como quieras...

Estrella lloró y lloró durante días sin moverse de su cama...



FIN