miércoles, 19 de noviembre de 2025

Halloween 2025 - Capítulo 05: La venganza de las brujas

 Capítulo 05


Conjuro de brujas


La historia de este año está gustando mucho a Lola. Si la intención de nuestro amigo Calabazo es conquistarla, creo que lo está consiguiendo. Lola devora la cena con ansias, agarrando con las manos los huesos de la rata hasta no dejar rastro de carne radiactiva. En el exterior, se siguen escuchando ritos en la lejanía. Algunos se están celebrando en cementerios y otros en lugares a los que no querríamos ir nunca. Hace frío y corre viento, pero eso no impide que los seres disfruten de la maravillosa noche de Halloween.



Podrido vuelve a abrir la ventana y se asoma por ella. Mira a un lado y al otro, atento a cualquier visita inesperada. De pronto, ve alguien acercándose en la lejanía. No tiene claro quién es, pero intuye que no tiene buenas intenciones. Decide bajar y cerrar bien la puerta. Quizás, si no le abre, se marche. Pobre Podrido, bastante tiene con estar podrido como para ocuparse de estas cosas.


Lola: ¡Qué maravilla! Adoro el momento en el que apuñala a su ridículo marido.

Lola hablaba chupándose los dedos. Estaban completamente pringados de "comida".

Calabazo: El pobre miserable, muere a manos de su esposa.
Lola: ¿Al final mata a Anne? ¡Ha perdido el norte! Su plan que parecía perfecto, resultó ser un fiasco absoluto.
Calabazo: Sí, pero Haze no estaba dispuesta a rendirse tan fácilmente. Estaba decidida a matar a su hermana.


Anne: ¡Socorro!

Haze intentaba asfixiar a su hermana, pero Anne ponía todo su empeño impedírselo. Pudo zafarse de ella y salir corriendo al comedor. Pensaba llegar a la puerta de la terraza y escapar por allí.


Haze la agarró y seguidamente la empujó contra una silla. Anne se golpeó fuertemente contra ella, haciéndose un herida contundente en la cabeza.

Haze: ¡Todo lo que tienes será para mi! No dejaré que te entierren junto a nuestros padres. Pediré que tiren tu cuerpo en cualquier parte. Eres una asesina y no mereces nada mejor.
Anne: Haze...no sigas...
Haze: ¡Cállate!
Andrew: ¡Basta!

Andrew apareció ante Haze, que dejó de prestar atención a su hermana.


Andrew elevó los brazos y Haze empezó a levitar.

Haze: ¿Eh? ¿Qué está pasando? ¡Socorro!
Andrew: ¡No sabes lo que te espera cuando dejes este mundo! ¡Tus maldades tendrán consecuencias!
Haze: ¡Por favor!

Andrew movió los brazos rápidamente y Haze empezó a dar vueltas en el techo. Sus gritos histéricos se escuchaban en toda la calle.


Haze: ¡Lo siento! ¡Pido perdón!
Andrew: ¡Es demasiado tarde para eso!
Haze: ¡No quiero morir!
Andrew: No morirás, pero vivirás la vida que te mereces.
Haze: ¡Ahhhh! ¡Paraaaa!

Haze daba tantas vueltas que empezó a vomitar. 

Andrew: No podrás vivir tranquila, pues he abierto para ti un portal al otro mundo. Te visitarán espíritus atormentados el resto de tu miserable existencia.


Lanzó a Haze contra el sofá, y se quedó ahí tumbada, intentando recomponerse. Estaba tan mareada que era incapaz de ponerse en pie.

Anne: Andrew...


Se acercó a Anne y vio su herida. Supo de inmediato que estaba a punto de abandonar su cuerpo.

Anne: Amor, tengo miedo...
Andrew: No temas, mi amor. Yo estoy aquí, no hay nada a lo que debas temer. Siento no haber podido evitar tu muerte.
Anne: No importa, quiero estar contigo para siempre.


Un policía irrumpió en la casa y encontró a Anne en el suelo, semi inconsciente. Andrew había desaparecido, por lo que el policía no lo vio.

Policía: Señorita, ¿se encuentra bien?


Haze, al ver al policía, se levantó del sofá y corrió mareada hacia él. 

Haze: ¡Un fantasma me ha atacado! ¡Yo intentaba matar a mi...! No, quiero decir, que el fantasma quería matarme y me lanzó al aire y no paraba de dar vueltas.
Policía: ¡Señora, no se mueva!

Kamia: ¡Señorita! Oh, está muy malherida...
Anne: Estoy bien, Kamia.
Kamia: ¡No lo está! He llamado al doctor, debe estar a punto de llegar.
Anne: No podrá hacer nada por mi...
Kamia: ¡No diga eso!
Haze: ¡Anne, háblale del fantasma!
Kamia: ¡Asesina!


El doctor llegó en ese momento. La atendió allí mismo, con los instrumentales que tenía en su maletín. La herida era demasiado profunda y había perdido mucha sangre.

Doctor: Anne, no se duerma.
Anne: No puedo...Kamia...
Kamia: Estoy aquí, señorita.
Anne: Quédate el tiempo que necesites en mi casa, por favor. Siento dejarte sola...
Kamia: No se preocupe, señorita. No me dejará sola, se recuperará.


Anne dejó de respirar. Kamia empezó a llorar mientras el doctor intentaba reanimarla.

Haze: ¡Ha sido el fantasma!
Kamia: ¡Basta ya! ¡Usted ha matado a su marido y luego a su hermana! ¡Aquí no hay ningún fantasma!
Haze: ¡Yo no he sido!
Doctor: ¡Me dijo que su hermana estaría mejor muerta! Lo recuerdo perfectamente.
Kamia: Fui testigo de cómo apuñalaba a su marido.
Policía: Queda usted arrestada por asesinato.
Haze: ¡Tienen que creerme! ¡Ha sido el fantasma! ¡Dice que vendrá a por mi!


El policía arrestó a Haze, que protestaba impotente ante las acusaciones.

Haze: ¡Reconozco que quería matar a mi hermana pero el fantasma se me adelantó! ¡Soy inocente!

Andrew apareció para que Haze lo pudiese ver. Ella se revolvió intentando escapar del policía.

Haze: ¡Viene a por mi! ¡Viene a por mi!
Vecino: Pobre Anne...y nosotros pensando que era ella la loca.
Vecina: ¡Asesina! ¡Loca!


Dos días después de la muerte de Anne, Kamia se encontraba en la mansión, sola. Sabía que la mansión sería reclamada por parientes lejanos, por lo que tenía un tiempo para residir en ella. El funeral de Anne fue multitudinario, todos acudieron al entierro y se habló de ello en todos los periódicos. Aunque Kamia tenía la sensación de que pocos sentían su muerte. Estaba barriendo la cocina cuando escuchó voces.

Kamia: ¿Hola?

Kamia, no temas. Soy Anne...

Kamia: ¿Señorita? No...yo no quiero enloquecer...

No vas a enloquecer. Quiero agradecerte todo lo que has hecho por mi. 

Kamia: Señorita, no la veo...

Gracias por cuidarme tan bien. No llores más por mi, estoy bien. Andrew está conmigo. Me dice que tiene algo para ti.


Kamia: ¿Para mi? Señorita...tengo miedo...no deseo molestarles...

No molestas, Kamia. Andrew dice que vayas al comedor y muevas la vitrina.

Kamia: ¿La vitrina?

Así es. Detrás, verás un compartimento secreto. Ábrelo.


Kamia movió el mueble y en un compartimento secreto, encontró un cofre.

Kamia: No puede ser...

Es para ti. Puedes quedártelo. Con todo ese oro y las joyas, tendrás una vida repleta de comodidades y ya no volverás a pasar penurias.


Cuando Kamia abrió el cofre, se quedó sin aliento. Jamás había visto tanta cantidad de oro, joyas y piedras preciosas.

Kamia: ¿Es para mi?

Es un regalo de Andrew para ti. Te lo mereces.

Kamia: Yo...


De pronto, vio a Anne y Andrew. Estaban sonriendo. Ambos con buen aspecto. Parecían plenamente felices.

Kamia: Señorita...tenía razón. Nunca la creí...
Andrew: Pero la cuidaste.
Anne: Nunca me judgaste, Kamia. 
Kamia: Gracias...no sé cómo agradecérselo.
Andrew: Tenemos un último favor antes de que te marches de esta casa.


Kamia fue a la cocina y preparó el plato preferido de Anne. Puso todo su empeño para que estuviese en su punto. Cuando terminó, lo llevó a la mesa del comedor.


Preparó la mesa para dos comensales y dejó la bandeja con la comida al lado. Esperó un tiempo para ver si podía volver a verlos, pero las sillas permanecían vacías.


Hizo las maletas y agarró el cofre con el tesoro. Volvió al comedor con la esperanza de verles sentados a la mesa, felices por haberles preparado su última cena antes de irse. Tras un rato en silencio, entendió que ya no los volvería a ver.


Kamia: Nunca la olvidaré, señorita. Gracias por el regalo, señor. Espero que sean felices eternamente allá dónde estén. Adiós.


Kamia cerró la puerta de la mansión y se marchó en un carruaje hacia su nuevo futuro en libertad. Por primera vez, era dueña de su vida y no debía darle cuentas a nadie. Ella no los vio, pero Anne y Andrew estaban allí sentados, viviendo su amor para toda la eternidad.


Lola: ¡Es una historia impresionante! ¡Muere la protagonista y triunfa el amor sobrenatural!
Calabazo: Me alegra que te haya gustado.
Lola: ¿Habrá una segunda parte de Anne y Andrew siendo fantasmas en la casa? ¡También podríamos ver cómo sufre Haze en el psiquiátrico!
Calabazo: Puede que algún día.
Lola: Estoy tan emocionada que deseo besarte. ¿Puedo?
Calabazo: Tienes mi permiso.


¡¡Boom!!

Un enorme estruendo se ha escuchado en la planta baja. Aunque Podrido ha intentado por todos los medios que la bruja Débora Melo entrase en la casa, no lo ha conseguido. Con su fuerza y poderes, ha destrozado la cerradura de la puerta. Con tan solo una mirada, ha expulsado a Podrido al suelo como si se tratase de un muñeco de trapo.


Está muy enfadada, aunque siempre lo está. En su bola de cristal, había visto a Calabazo cenando con Lola. Calabazo se había comprometido a cenar con ella y contarle la historia de Halloween de este año. Para ella, la palabra era lo más sagrado. Calabazo había jugado con sus inexistentes sentimientos, por lo que estaba dispuesta a plantarle cara.

Débora: ¡¡Dónde está ese desgraciado!!


Podrido: ...
Débora: ¡No me mientas! Sé que está aquí. ¡Sal de tu escondite, sabandija! 


Calabazo y Lola bajan a toda prisa para ver que está ocurriendo. Parece que Calabazo ha palidecido. Sabe muy bien que Débora está muy cabreada.

Calabazo: ¡Qué maravillosa sorpresa, Débora! Deseaba tanto verte...
Débora: ¡Eres despreciable! ¡¡Dijiste que quedarías conmigo!! 


Lola: ¿Es eso cierto?
Calabazo: Se trata de un error.
Débora: Sí, tú eres el error. Ya me lo dijo mi madre, las calabazas son traicioneras.
Calabazo: Vamos, no te pongas así. Me ha sobrado un poco de pastel de inmundos, ¿quieres?
Lola: Oh, me lo he comido todo...
Débora: Quién me la hace, la paga.
Calabazo: ¡Te ruego que me disculpes! 
Lola: ¿Has quedado con las dos? ¡Eso no se hace!


Débora: ¡Voy a darte un escarmiento, cuentacuentos! 
Calabazo: ¡No lo hagas!

Parece que Débora no se anda con tonterías. De sus dedos salen rayos que penetran en el cuerpo de nuestro amigo Calabazo.

Débora: ¡Te la ha jugado! ¡Véngate conmigo!
Lola: ¡Tienes razón!


¡¡No puede ser!! Han reducido la cabeza de Calabazo, ¡la tiene muy pequeña! Dicen que el tamaño no importa, pero...queda ridículo.

Calabazo: ¡Seréis rencorosas!
Lola: ¡Jajajaja! ¡Estás muy gracioso!
Calabazo: ¡Yo no le veo la gracia!
Lola: ¡Y tu voz! ¡Parece la voz de una rata!


Débora: ¿Te vienes a un ritual satánico?
Lola: ¡Me encantaría ir!
Débora: Vamos a invocar cuarenta demonios y vamos a embrujar casas de humanos.
Lola: ¡Me apunto! Vamos, no quiero seguir viéndole la mini calabaza a este...
Calabazo: ¡Chicas, esperad! ¡No os vayáis! ¡Todavía queda noche de Halloween por delante!


Calabazo: ¡¡Volved!!

Nada, se están alejando. ¿No os da pena? Podre Calabazo. A punto estuvo de besar a Lola.

Calabazo: ¡Pues por mi os podéis ir al cielo con los ángeles! ¡Ojalá viváis para siempre como si fuese Navidad! 


Vaya, el sombrero le viene muy grande...

Calabazo: Amigos, siento este terrible incidente. Las brujas son muy rencorosas y sabía que esto podía ocurrir. Bueno, tampoco me veo tan mal, ¿no?


Calabazo: Espero que hayáis disfrutado de la historia de Halloween de este año.  Tengo muchas historias más por contar, quizás el año que viene os cuente alguna. No sé si volveré a estar de nuevo en vuestras pantallas, pero si no es así, apareceré en vuestras peores pesadillas cuando se acerque Halloween.


Calabazo: Ahora, os tengo que dejar. Voy a buscar un sombrero que encaje mejor en mi nueva cabeza.
Podrido: ...
Calabazo: ¡No te rías de mi, Podrido! Yo jamás me he reído de tu putrefacta existencia...bueno, sí que lo he hecho, a quién quiero engañar. Amantes del terror, que paséis un terrible Halloween. ¡Hasta pronto!


FIN


No hay comentarios:

Publicar un comentario