sábado, 28 de agosto de 2021

Vacaciones en Galicia 2021 - Capítulo 01: La sirena

Vacaciones en Galicia 2021

Capítulo 01 - La sirena

Este verano, estábamos dispuestos a viajar en familia. Sentíamos que debíamos recuperar el tiempo perdido con tantas restricciones debido al clickvirus. Había llegado el momento de disfrutar los cinco juntos, en familia. Agnes y Lúa nos habían invitado a visitar Galicia y hospedarnos en su casa. A los niños les hacía mucha ilusión volver a ver a Agnes, pero a mi también. Además, conocía poco de Galicia y deseaba conocerla un poquito mejor. Nos fuimos en coche, quizás una locura, pero el viaje nos unió todavía más. Agnes y Lúa nos recibieron con los brazos abiertos y nos hicieron sentir como en casa. Al día siguiente, nos recomendaron visitar las ría, y así lo hicimos. Me puse al volante, y nos fuimos en familia a conocer la zona.


No estaba lejos, por lo que llegamos en poco tiempo. Nos quedamos impresionados con el paisaje. Era un lugar asombroso. La brisa fresca se colaba por las ventanillas del coche y revitalizaba nuestros pulmones. 

Suselle: ¡Qué bonito!
Sus: Tenemos que buscar un buen sitio para ver el paisaje.
Dante: ¡Yo quiero meterme en el agua!
Diamante: ¿Navegarán piratas por estos lares?


El sol brillaba con todo su esplendor en un cielo azul precioso. El agua era cristalina y se podían ver peces y cangrejos. Los niños no dejaban de hacer fotos. Yo sin embargo, solamente podía observar sin pensar en nada.


Salimos del coche y nos acercamos a la costa. Habían embarcaciones de recreo y otras de pescadores a lo lejos. Podría haberme quedado allí observando el paisaje durante horas.

Diamante: Esto le habría gustado a mi capitana.
Sus: Y a Wen. El año que viene debemos venir con ellos.
Bosco: ¡Brrrrr! ¡Bruoo! ¡Arooo!
Sus: Esos son gaviotas, Bosco.


Tanto nos gustó el lugar, que nos quedamos más tiempo allí.

Dante: Agnes se ha venido a vivir a un sitio muy chulo.
Suselle: Sí, aunque está demasiado lejos...la echo de menos.
Sus: No está tan lejos. Además, tenéis whatsaclick para hablar.
Suselle: Pero no es lo mismo...
Dante: Piensa que más lejos estaría si se hubiese ido a vivir a la luna.
Suselle: Menuda tontería. Es imposible que se fuese a vivir a la luna.
Diamante: Cosas más raras se han visto.


Dante: Los extraterrestres viven allí, y los astronautas.
Sus: Cuando quieres a alguien, lo que tiene que importar es que sea feliz. Vuestra amistad es verdadera y la distancia no la destruirá. La verás muchas veces, no te preocupes por eso.
Suselle: Vale... pero quizás podría vivir un poquito más cerca, para poder vernos...


Sus: Tiene un vínculo muy especial con esta tierra y nosotros no vamos a ser un impedimento para separarla del lugar al que ama. 
Suselle: Ya...
Dante: Mira que eres pesada.
Bosco: Brrrrrr.
Diamante: ¿Vamos a buscar una buena playa para bañarnos?
Niños: ¡Síii!


Suselle no estaba muy conforme con nuestros argumentos, pero la idea del baño la animó. No me costó encontrar una cala solitaria para nosotros solos. Me parecía mentira poder estar en una playa tan bonita sin aglomeraciones.

Sus: ¡No hay nadie!
Diamante: Somos como los ricos, que tienen playas para ellos solos.
Dante: ¿No hay gente?  A lo mejor se los ha comido un monstruo marino o las pirañas.
Suselle: ¿Hay pirañas?
Sus: Dante, no asustes a tu hermana. Claro que no hay pirañas. Aquí no hay tantos clicks como en las playas que solemos ir.
Suselle: ¡Qué bien!


Diamante: Sus, deja el coche en aquella parte.
Sus: Sí, es buen sitio. Debemos tener cuidado con la marea.
Dante: ¡Tengo unas ganas de meterme en el agua!


Sus: Esto es un paraíso. Ha sido todo un acierto venir a Galicia.
Diamante: ¿No echas de menos el pantano?
Sus: Por supuesto que no. Allí siempre nos ocurrían cosas terribles.
Diamante: ¿Crees que aquí habrá otro payaso demonio? El payaso demonio de la ría.
Sus: Espero que no...


Bajamos del coche y salimos corriendo por la playa. Nos acercamos a la orilla y jugamos con el agua. Estaba helada, pero eso poco le importó a los niños. Diamante metió los pies y yo me atreví hasta el cuello.


Podíamos correr, saltar, gritar o bailar. Allí nadie nos observaba, a excepción de las gaviotas. 


Me tumbé a tomar el sol junto a Diamante. Me besaba y acariciaba mi pelo mientras los niños jugaban con la arena.

Sus: Quiero que el tiempo se detenga. 
Diamante: Y yo. Así soy feliz. Podríamos renunciar a todo y quedarnos aquí. Podría comprar una pequeña embarcación y piratear por esta zona.
Sus: Aunque me tienta mucho tu idea, es totalmente imposible. Mis padres, mi hermano, Duclack, mis abuelos, nuestros amigos, la casa, el colegio de los niños y sus amigos...
Diamante: A veces me gustaría hacer una locura así y romper con la monotonía. 
Sus: Y a mi...disfrutemos del momento, cariño.


Lo disfruté, pero a ratos. Los niños no dejaban de corretear alrededor y tirarme arena en la cara.

Sus: ¡Niños, parad un poquito! ¡Me estáis poniendo hasta arriba de arena!
Bosco: ¡Agggggg!
Suselle: ¡Venga Bosco, tenemos que atrapar a Dante!
Dante: ¡Jamás me atraparéis!


Quizás por eso, Diamante decidió dar un paseo por su cuenta. Fue en ese momento cuando algo asombroso ocurrió. Mi marido tiene mucha imaginación, pero parecía muy convencido de lo que decía.


Paseaba por una zona rocosa, cuando vio a una clack sentada en una roca. Luego pensó que se trataba de un pez, pero no era ni una cosa ni la otra. Según nos contó, se trataba de una sirena. Dijo que se parecía a mi, con su largo pelo negro y los mismos rasgos.


Diamante: Ho...hola.

La sirena lo miró con curiosidad. Se contaban muchas leyendas sobre las sirenas y Diamante no sabía cuales eran verdad o mentira. Podía ser amigable, pero también peligrosa.

Diamante: ¿Eres una sirena? ¿Puedes entenderme?


Sirena: Hola.

Lo saludó y le sonrió. Después, se lanzó al agua y desapareció.

Diamante: ¡No te vayas! ¡Sirena!


En ese momento llegué yo con los niños. Habíamos quedado con Agnes y Lúa para comer. 

Sus: ¿A quién llamas?
Diamante: He visto...he visto...
Dante: ¿Una gaviota?
Diamante: No...una...
Suselle: ¡Una tortuga!
Diamante: No, no. He visto una...
Bosco: ¿Ugra Bgra?
Diamante: Tampoco.
Sus: ¿Entonces?


Diamante: He visto una sirena.

Después de un momento de silencio, nos echamos todos a reír. 


Continuará...