miércoles, 30 de diciembre de 2020

Feliz Navidad 2020 - 2ª Parte

Wen abrió la puerta y el viento helado penetró en la casa. En la entrada encontraron un hombre tirado sobre la nieve. Era un hombre mayor y estaba inconsciente. 

Estrella: ¡Por todos los clicks! 
Wen: ¡Se está congelando!
Estrella: ¡Tenemos que meterlo en casa!


Lo agarraron de los brazos y tiraron de él. Estaba obeso, por lo que moverlo no fue tarea fácil. Lo dejaron tumbado sobre el suelo de la cocina e intentaron reanimarlo. 

Wen: Está vivo, pero no reacciona.
Estrella: Está helado, pobre. Tenemos que llamar a una ambulancia.
Wen: Con este tiempo dudo mucho que puedan venir. Lo tenemos que llevar al sofá y hacer que entre en calor.


Lo tumbaron sobre el sofá. Wen intentaba hacerle reaccionar. Consiguió que emitiese un murmullo, pero poco más. Estrella fue a por mantas para calentarle.


Lo taparon todo lo bien que pudieron. El hombre abrió los ojos, pero estaba aturdido y no respondía a las preguntas.

Estrella: ¿Se encuentra bien? No se preocupe, está a salvo.
Wen: He intentado llamar a una ambulancia, pero las líneas no están operativas. ¿Le duele algo? ¿Quiere que llamemos a alguien?
Estrella: Nos mira pero no responde. Pobrecito, parece un hombre muy mayor. Mira, tiene su enorme barba blanca congelada.  Le traeré algo calentito. 


Estrella fue a la cocina y le preparó una infusión con leche caliente. Se llevó un susto cuando al mirar por las ventanas, vio animales dando vueltas alrededor de la casa.

Estrella: Pobrecitos, deben tener frío...


El desconocido fue incapaz de beber, aunque parecía estar más espabilado. Sonrió a Estrella agradecido. Se tocó la cabeza con la mano y cerró los ojos dolorido.

Wen: Se está recuperando. Parece que se ha dado un golpe muy fuerte en la cabeza. 


Dos duendes subieron a la terraza de la casa. Miraron a través de la puerta de la habitación de Briana y se miraron decididos.

Bushy: Tenemos que entrar.


Wen y Estrella escucharon ruido en la planta superior. Se miraron sorprendidos y preocupados.

Estrella: Briana...
Wen: Iré a ver, no te muevas de aquí.
Estrella: Ten cuidado, por favor...


Wen subió rápidamente a averiguar el origen de esos ruidos y que su hija estuviese bien. Los tres duendes que entraron en la casa, se escondieron en la habitación del matrimonio. Miraban a Wen pasar a toda prisa hacia la habitación de Briana.

Sugarplum Mary: No nos ha visto.


Wen llegó hasta la cuna de Briana. Seguía dormida y en perfecto estado. Los duendes aprovecharon para salir de su escondite y alejarse de Wen sin ser vistos.


Alguien golpeaba la puerta otra vez. Estrella fue hasta la cocina y miró a través de las ventanas. Seguía nevando con intensidad. Pensó en esperar a que Wen bajase, pero decidió que era una clack valiente y era capaz de enfrentarse a cualquier cosa.


Abrió la puerta y un reno la saludó con un balido. Estrella dio dos pasos atrás, muy sorprendida. El animal empujó la puerta con los cuernos y entró en la casa.


Otro reno le siguió. Ambos animales llevaban un cencerro en su cuello. Estrella se quedó muda. No entendía lo que estaba pasando. Estaba asustada, pero también maravillada. Eran dos animales majestuosos. Caminaban por la cocina como Pedro por su casa.


Se dio media vuelta para ir a avisar a Wen, pero se encontró a los tres duendes. 

Estrella: ¿Quiénes son ustedes? 
Sugarplum Mary: Ellos son Bushy y Alabastro. Yo me llamo Sugarplum Mary, pero me puedes llamar Mary.
Estrella: ¿Qué hacéis en mi casa?
Alabastro: Tengo hambre. ¿Podrían darnos algo para cenar?
Bushy: ¡Alabastro! No es el momento.


El Reno emitió otro balido y Estrella salió corriendo en busca de Wen.


Estrella: ¡Weeeen!
Wen: ¿Qué te ocurre?
Estrella: ¡Han entrado en casa dos duendes y dos renos!
Wen: Anda ya. Aquí un minotauro y dos elefantes.
Estrella: ¡Que no es broma!


Mientras tanto, el hombre que habían rescatado se sentó en el sofá. Agarró la taza y se bebió la infusión tranquilamente. Miró alrededor y luego a los duendes.

Desconocido: Por poco no lo cuento.
Bushy: ¡Ya le dije que iba demasiado rápido!
Desconocido: Me gusta esquivar chimeneas a toda velocidad. me he dado en la cabeza...
Sugarplum Mary: Si no llega a ser por esta amable familia, no sé lo que habría pasado.


Desconocido: ¡Delicioso! Muy buena la infusión. Me dan ganas de quedarme tumbadito en este sofá. Se está tan calentito...
Alabastro: ¡Con el trabajo que tenemos!
Desconocido: Tienes razón, Alabastro.


Sugarplum Mary: Aunque...ya que estamos aquí, podríamos probar esta deliciosa cena. Huele de maravilla...

Los duendes empezaron a comerse la comida de los platos. Los renos, atraídos por el buen olor, metieron sus hocicos en los platos y se lo zamparon todo. Dejaron los platos relucientes.

Bushy: ¡También tienen vino!
Sugarplum Mary: ¡Y del bueno!


Se sirvieron vino en las copas y bebieron sin parar.

Alabastro: ¡Chin chin!
Bushy: ¡Parriba, pabajo, palante y pa dentrooo!
Sugarplum Mary: ¡Felices fiestas!


Papa Noel: ¡Menuda me tenéis montada! Os habéis comido la cena de esta buena gente. Me han salvado la vida y nosotros se lo recompensamos de estar forma. 


Papa Noel: Tienen pocos regalos bajo el árbol. Eso lo podemos arreglar, ¿verdad?
Alabastro: ¡Claro que sí! Tengo sus cartas y ahí faltan más regalos.


Estrella y Wen bajaron temerosos. No sabían las cosas extrañas que se podían encontrar allí. Se llevaron una desagradable sorpresa cuando descubrieron la mesa desastrada. En los platos no había comida y la botella de vino estaba en el suelo, totalmente vacía. 

Estrella: Pero...


Wen: ¡Se lo han comido todo!
Estrella: ¡La cena! No han dejado nada, Wen.
Wen: Ni una gota de vino.


Estrella: ¡Y ese hombre mayor se ha ido! Se ha bebido la infusión y se ha marchado sin ni siquiera dar las gracias.
Wen: ¡Estrella, mira!


Estrella: ¿Qué ocurre?
Wen: ¡Hay muchísimos regalos junto al árbol!


Encontraron una enorme pila de regalos junto al árbol. No podían dar crédito.

Wen: ¿De dónde salen todos estos regalos?
Estrella: Son muchísimos. No entiendo nada...


Salieron a comprobar si aquel hombre misterioso seguía por ahí. Lo encontraron subido a un enorme trineo tirado por renos, los mismos que se habían dado un banquete con la cena. Los duendes estaban sentados junto al hombre, rodeados de juguetes y regalos. 

Estrella: No puede ser...

El desconocido se había cambiado de ropa. Su look era muy navideño, el más navideño que existe.

Wen: ¡Es Papa Noel!
Papa Noel: ¡Oh oh oh! ¡Muchas gracias por vuestra hospitalidad! Me habéis salvado la vida, y eso, no lo olvidaré jamás. Perdonad a mis renos y mis queridos ayudantes, se han comido vuestra cena. Espero que esos regales, compensen tantas molestias. ¡Feliz Navidad!


Los renos empezaron a correr y cuando cogieron velocidad, volaron.

Papa Noel: ¡Hasta el año que viene, amigos! ¡Oh oh oh!
Wen: ¡Gracias por los regalos!
Estrella: ¡Feliz Navidad!


Papa Noel: Vamos, amigos. No tenemos tiempo que perder. Muchos niños y adultos esperan en sus casas los regalos. No les podemos fallar.


Sugarplum Mary: ¡Esta vez con más cuidado! No queremos tener otro accidente.
Papa Noel: ¡Allá vamos!


Wen: Hemos ayudado a Papa Noel.
Estrella: ¡Le hemos salvado la vida! 
Wen: Aunque se han comido nuestra cena...
Estrella: Tengo lasaña en el congelador. ¿Una lasaña y unas croquetas?
Wen: Me parece genial.


Estrella: ¡Cenemos rápido que quiero abrir los regalos!
Wen: ¿No esperamos a mañana?
Estrella: ¡Soy incapaz de esperar tanto!


Wen: Feliz Navidad a todos y próspero año nuevo. Deseo que en este nuevo año que entra, todos vuestros deseos, se hagan realidad.


FIN



 

viernes, 25 de diciembre de 2020

Feliz Navidad 2020 - 1ª Parte

La nieve caía con fuerza en Wensuland. Era nochebuena y Estrella, preparaba una cena deliciosa.  Wen no estaba en casa, así que ella se estaba encargando de todo. Había puesto la mesa, la bebida y tenía en el horno la cena. El aroma de la comida invadía toda la casa. Briana jugaba con un peluche en su cunita del comedor. 


A pesar de las bajas temperaturas del exterior, en la casa se estaba muy bien. Estrella tenía encendida la radio y escuchaba una emisora de villancicos. Canturreaba alegre mientras preparaba la cena.


El temporizador de cocina sonó. Abrió el horno para comprobar si la cena estaba lista. 

Estrella: ¡Listo! Huele que alimenta. Seguro que Wen se chupará los dedos.


Sacó del horno la bandeja y preparó para servirlo en los platos. Miró a través de la ventana y un escalofrío recorrió todo su cuerpo. La nieve caía sin parar y Wen seguía ahí fuera. Había ido a ayudar a su padre, Ben. Su coche se había quedado atascado en la carretera a causa del temporal y no tenía forma de volver a su casa. Wen fue con su coche y lo remolcó hasta su cabaña en el bosque.


Briana: ¡Muaaaaah!
Estrella: ¡Briana!

La pequeña Briana se puso a llorar. Echaba de menos a su madre. Estrella corrió para ver lo que le ocurría. 


Al ver a su madre, la pequeña se tranquilizó. 

Estrella: Estoy aquí, cariño. Ven, iremos a ver la tele juntas. Papá no tardará en regresar.


Estrella se sentó en el sofá con Briana en su regazo. Encendió la tele y puso la primera cadena. 

Estrella: Seguro que estarán dando el especial Navidad. Salen muchos artistas.
Briana: Ahju.
Estrella: ¡Oh! Mira, Briana. Es Sarah Clickman. Canta muy bien y es tan guapa. Sabe tocar muchos instrumentos musicales. Ahora está tocando el arpa. 


Estrella: Canta como los ángeles. Además es imagen de varias marcas de ropa, cosméticos y perfumes. !Ah! También ganó un oscar por su papel en la película "Clack y Pon". La fui a ver al cine con tu padre. Es la historia de un amor imposible entre una clack y un Pinypon. Anda que no lloré con esa película.


Estrella: ¡Ahora toca el piano!
Briana: ¡Yua!
Estrella:  ¿Te gusta? Cuando seas más grande, te apuntaré a clases de piano.


Estrella: Sarah gana mucho dinero, pero dona grandes cantidades a distintas causas. Además tiene buen corazón. Eso sí, en el amor no le va tan bien. Rompió con su novio el año pasado. Dicen que le puso los cuernos con otra.


Estrella: ¡Los Metal Clicks! Yo estaba enamoradita de Jon Click Jovi, la voz del grupo. Ahora está un poco irreconocible con esa melena tan larga y la barba. Su música sigue sonando igual de bien. Dicen que se está viendo a escondidas con la famosa cantante Carmen Clickores. La prensa rosa está que arde con este tema. Ella lo niega, pero hay fotos. Dicen que su marido ha salido de la finca en la que viven con sus hijos y que se van a separar, pero son rumores. 


Estrella: ¡Ay no! Esta no me gusta nada. Becky Click. Es la cantante de regaetón más famosa del momento. Mi pandero, busco un paquete, dame tu barra de pan y somos cuatro en la cama son algunos de sus éxitos más populares. No la soporto. Mira, todas moviendo el culo de esa forma tan ridícula, como si los demás no tuviésemos culo. ¡Menuda tontería de baile! Me parece denigrante para las clacks, pero bueno, allá cada una con lo que hace...


Estrella: ¡Mira, Briana! Esa es Agnes. Se está haciendo muy famosa. Canta canciones gallegas tocando la pandereta y bailando. Suena muy bonito, ¿verdad? Canta tan bien y es tan guapa. Siempre alegre. Transmite mucha felicidad, buena onda. ¿Te gusta? Podríamos aprender a tocar la pandereta, si quieres. 
Briana: ¡Bu!


Estrella: Oh no, el discurso del rey. No sé que puede decir para arreglar la situación actual de la monarquía en Wensuland. Este rey ha tenido varias amantes, una de ella sale ahora en las revistas. Se ha ido a cazar elefantes y animales indefensos...mientras aquí pasaban cosas terribles. No soporto que maten animales...y menos de esa forma tan cruel. Han descubierto cuentas en el extranjero del rey y toda la familia real y aunque lo están investigando, poco se puede hacer para imputarlos.  La princesa no se habla con la familia y la Reina hace vida en Clisandia, con un chico guapísimo que es modelo. El príncipe es una cabra loca que va de fiesta en fiesta, gastando dinero como si no hubiese un mañana. Quieren aparentar ser una familia unida y normal, pero no cuela...

Adam XVIII: Rey de Wensuland: Buenas noches, Wensulanas y Wensulanos. Me dirijo a vosotros en esta nochebuena tan especial, para desearos una feliz Navidad. Estamos viviendo tiempos difíciles, muy complicados para todos nosotros. Con la perseverancia y la fortaleza que nos caracteriza, podremos superar todas las adversidades. La familia real está más unida que nunca. La Reina permanece a mi lado en todo momento, entregándome su corazón. Nuestro amor es tan fuerte y verdadero como esta nación. Todas esas invenciones y habladurías sin sentido no consiguen minar nuestra unión y amor eterno. Cumplimos con la legalidad, pagando todos nuestros impuestos como hacen todos los ciudadanos de este país. Nuestros hijos permanecen a nuestro lado, día a día. Apoyándonos en cada momento. Somos una familia unida y muy comprometida con Wensuland. 
Estrella: ¡Y un jamón! ¡Mentira cochina!


Wen: Estrella, ya estoy en casa.

Wen cerró la puerta de entrada con dificultad. El viento era cada vez más fuerte. El reconfortante calor de su hogar y el olor a comida le dieron la bienvenida. El frío le había calado en los huesos y necesitaba entrar en calor.


Estrella y Briana fueron a su encuentro.

Estrella: ¡Wen! Por fin has llegado, estaba empezando a preocuparme.
Wen: Lo siento. Las carreteras están muy mal y por muy poco no consigo llegar.
Estrella: ¿Has podido dejar a tu padre en su casa?
Wen: Sí, aunque hemos tenido que dejar su coche en la carretera. Ya iremos a recogerlo cuando mejore el tiempo. Pam nos estaba esperando en la cabaña de mi padre, así que me quedo más tranquilo sabiendo que está acompañado.
Estrella: ¿Qué traes en esa bolsa?
Wen: Regalos de mi padre para nosotros y Briana. También tengo regalos de Pam. Un paquete de pañales para Briana y dos cervezas para nosotros.
Estrella: Típico de Pam jajaja.


Estrella: Estás helado.
Wen: Sí, hace mucho frío. ¡Oh, la mesa está preciosa! 
Estrella: Gracias.
Wen: Huele muy bien. ¡Tengo un hambre atroz! 
Estrella: Vamos a acostar a Briana en su cunita, que es muy tarde ya para ella.


Fueron al cuarto de Briana y la prepararon para dormir.

Estrella: Es hora de dormir, Briana.
Wen: Parece que tiene sueño.
Estrella: Debes ser buena y dormir toda la noche. Papa Noel dejará muchos regalitos para ti bajo el árbol.


La taparon con sus mantitas y pusieron su peluche favorito a su lado. Era un enorme conejo marrón. Wen le cantó una nana que le solía cantar su madre cuando era pequeño. Briana se durmió al momento. Le dio un beso en la frente y la dejaron dormir.

Wen: Buenas noches, mi pequeña.


Estrella: Me apetece ponerme un vestido bonito.
Wen: ¿Quieres que me ponga elegante?
Estrella: No es necesario. Ponte cómodo. Ahora bajo.


Wen sirvió vino en las copas y espero a Estrella a la mesa. Se escuchaba el viento soplar con fuerza en el exterior. Decidió poner música para ambientar. Estrella no tardó demasiado en bajar. Se había puesto un precioso vestido de cerezas.

Wen: Estrella, estás espectacular.
Estrella: Gracias.
Wen: Estás bellísima. 


Estrella sirvió la cena. Nunca había cocinado esa receta y estaba algo nerviosa. Quería que fuese una nochebuena perfecta. No podían celebrarla con todos sus familiares ni amigos, así que se había esforzado por hacerla lo mejor posible. 

Wen: Esto sabe a gloria. Felicidades, está delicioso.
Estrella: ¡Bien! Está mal que yo lo diga, pero es que está muy bueno.
Wen: Soy tan afortunado por tenerte a mi lado.
Estrella: La afortunada soy yo.


Wen: ¿Sabes algo de Gallofa?
Estrella: Está pasando las fiestas solo. Me sabe tan mal. Me habría gustado haberle podido invitar a cenar...
Wen: El año que viene lo celebraremos con él y todos los demás. Estamos juntos, los tres. Para mi eso es ya toda una bendición. 
Estrella: El año que viene todo será diferente. Por cierto, he visto el discurso del rey.
Wen: ¿Ha dicho algo referente a todos los escándalos de la familia real?
Estrella: Pues ha dicho que...

¡Pom, pom, pom!


Se levantaron de la mesa sobresaltados. Alguien había llamado a la puerta.

Estrella: ¿Quién puede ser con este tiempo?
Wen: No esperamos ninguna visita...
Estrella: A lo mejor ha sido el viento.

¡Pom, pom, pom!

Wen: Eso no es el viento. Alguien llama a la puerta.


Estrella: Sea quién sea, se debe estar congelando.
Wen: Pues abramos cuanto antes la puerta.
Estrella: Ten cuidado, Wen.


Continuará...