Capítulo 01
Clases de repaso
Caitlyn paseaba con Anabel, su mejor amiga. Se conocían desde hacía muchos años y llevaban mucho tiempo sin verse. Cuando Caitlyn le explicó a Anabel que iba a abrir un bar musical de ambiente con actuaciones musicales, no se lo pensó dos veces y fue a ver a su amiga.
Caitlyn: Esta es una buena zona. Es céntrica y por aquí pasa mucha gente.
Anabel: Estoy flipando lo más. En serio, me encanta la zona. Es una zona cara, el local te habrá costado un riñón.
Caitlyn: He ahorrado mucho. Todo lo que gané trabajando en el Panama y en los hoteles durante estos años, está invertido en el local.
Anabel: No sabes lo que me alegro, Caitlyn. Por supuesto, no pienso faltar a la inauguración.
Caitlyn: Es que no te la puedes perder. Eso sí, me he encontrado algunas reticencias de los vecinos. He sufrido la ira de algunos transfóbicos. Piensan que vamos a degenerar el barrio y que somos lo peor de lo peor.
Anabel: Que en estos tiempos esto siga ocurriendo es de locos.
Caitlyn: Ven peligrar sus vidas pulcras y puras. En fin, son unos pocos. La mayoría son vecinos agradables.
Anabel: ¿Sigues con ese chico que me comentaste hace tiempo?
Caitlyn: ¿Marcos? Hace un par de días que lo tuve que dejar.
Anabel: Vaya.
Caitlyn: Me fue infiel. Lo pilló Paca Laca, una de mis chicas.
Anabel: ¿Paca Laca?
Caitlyn: Sí, ya la conocerás. Él me lo negaba, pero al final confesó. No se da por vencido y quiere que volvamos, pero ya no me puedo fiar de él.
Anabel: Quién te la hace una, te la hace dos.
Caitlyn: Mira, el local está ahí.
Era un edificio de dos plantas, con una enorme puerta de garaje roja en la entrada.
Anabel: Parece una centralita de bomberos.
Caitlyn: Lo fue hace años.
Anabel: ¿Y esos flamencos de la entrada?
Caitlyn: Tiene que ver con el nombre del local. Le he llamado, "el flamenco rosa".
Anabel: Me gusta. Esos flamencos le dan un aire divertido y diferente a la entrada.
Caitlyn: Deja claro que ya no es una central de bomberos.
Anabel: Es una calle muy concurrida.
Caitlyn: Sí, hay mucho tráfico. Es verdad que a veces me agobia, pero para el negocio es ideal.
Anabel: Mira, incluso tienes un puesto de creeps. Qué pena que con la dieta no me pueda comer uno.
Caitlyn: Sí, aquí tenemos todo tipo de negocios.
Anabel: Allí una frutería.
Caitlyn: Es una tienda un poco extraña. Venden de todo. Desde fruta a gominolas. Mis chicas van mucho a comprar dulces.
Anabel: Pues ya me pasaré, aunque sea solamente a mirar.
Caitlyn: De momento, mirar no engorda.
Anabel: ¡Menos mal!
Caitlyn: Venga, vamos a entrar. Te presentaré a todo mi equipo. He tenido mucha suerte de encontrar a clicks tan profesionales.
Muy cerca del Flamenco Rosa, estaba situada la pequeña escuela de Belinda. Era pequeña, de una sola clase. Belinda se dedicaba a dar clases de refuerzo a los niños que lo necesitasen. Allí se dirigían Sus y Diamante junto a Suselle y Dante. El último trimestre había sido un desastre para Dante. Había suspendido cuatro, por lo que le tocaba estudiar y recuperarlas. Sus decidió apuntarle a clases de repaso para que pudiese ponerse al día y pasar de curso.
Sus conducía su mini con precaución, hacía poco que lo había comprado y todavía no se sentía segura al volante. Diamante estaba sentado en el asiento de copiloto, cambiando continuamente de emisora de radio. Finalmente la dejó en una que ponían música heavy.
Suselle: Esa música no me gusta.
Diamante: Pues a mi sí.
Sus: Diamante, con esa música me volveré loca. Busca algo más calmado.
Diamante: A mi me gusta.
Dante: Mamá, no quiero ir.
Sus: Ya hemos tenido esta conversación muchas veces. Te lo advertí, Dante. Si no te aplicabas, tendrías que ir a clases de refuerzo.
Dante: Prometo que me esforzaré más.
Sus: Lo has prometido muchas veces y no has cumplido.
Dante: ¡Jolín!
Diamante: ¡Woooow, esta canción me encanta!
Sus: Está muy fuerte, Diamante. Baja el volumen un poco.
Diamante: ¡Esta canción suena mejor a todo volumen!
Dante: Yo quiero ir con vosotros de compras.
Sus: Ya te vendrás otro día.
Dante: No es justo. Suselle puede ir y yo no.
Sus: Hijo, mira que eres cabezota. Suselle no necesita clases de repaso. Saca muy buenas notas.
Dante miró a su hermana y le sacó la lengua enfadado.
Suselle: Eres un troglodita.
Dante: ¡Me ha llamado troglorita!
Sus: Haya paz, chicos.
Diamante: ¡Me flipa la canción!
Sus: Diamante, ¿puedes aflojar un poco la música?
Diamante: Espera que termine la canción.
Suselle: Mamá, ¿iremos a la librería? Quiero comprarme el nuevo libro de Clickina Calzones.
Dante: Ñeñeñeñeñeñeñe, uuuuh.
Suselle: Tonto.
Sus: Venga, no os peleéis. Pasaremos por la librería, no te preocupes.
Sus aparcó el coche y bajó junto a Dante. Este portaba su mochila a la espalda, cargada con los libros que necesitaría. Puso cara de disgusto y cruzó los brazos.
Sus: No te enfades, hijo. Si esto lo hacemos por tu bien. Tu padre y yo queremos que puedas superar el curso.
Dante: No me apetece estudiar, mamá. Si yo voy a ser youtuber, no se necesita estudiar para eso.
Sus: Venga, deja de protestar. Si te comportas, quizás te compre alguna cosita.
Dante: ¿De verdad que tengo que ir?
Sus: Dante, que solamente son dos horas. No seas tan dramático.
Dante: Quiero la revista de Cutreman, esa que viene con una pistola de agua.
Sus: Ya veremos. Le preguntaré a tu profesora, si me dice que has sido bueno, quizás te la compre.
Dante: Seré bueno, mamá.
Brenda: ¡Bienvenido!
La profesora de repaso les estaba esperando en la puerta. Era un mujer simpática y agradable. Transmitía muy buena onda.
Dante: Hola...
Brenda: Yo me llamo Brenda. ¿Cómo te llamas?
Dante: Dante.
Brenda: Un placer. Lo vamos a pasar bien y encima, aprenderemos muchas cosas.
Dante: Ya...
Brenda: Huy, no te veo muy convencido.
Sus: Viene a desgana. No te preocupes, ya se le pasará el berrinche.
Dante: Mamá, que no soy un niño.
Sus: Ay sí, no sé que estaría yo pensando...
Eva: Hola. Me llamo Eva, ¿y tú?
Dante: Me llamo Dante.
Eva: ¿ Es tu primer día?
Dante: Sí.
Eva: No te agobies, Brenda es muy maja. Yo también me sentía una fracasada el primer día que vine, pero luego se te pasa.
Eva era una niña pelirroja con pecas. Su piel era muy blanca y sus ojos azules como el cielo. Le faltaban algunos dientes y su forma de hablar era peculiar. Dante sintió simpatía por ella al instante.
Un hombre muy atractivo estaba en la puerta junto a su hijo. Era wensulano, por lo que su piel era oscura. Su pelo era blanco como la nieve y el contraste llamaba mucho la atención. No era mayor, por lo que no se sabía si tenía el pelo teñido o era su color natural.
Brenda: Venga, vamos a empezar. Entrad y tomad asiento.
Dante: Mamá...
Sus: Dos horas pasan rápido, Dante. Aplícate y compórtate bien con Brenda.
Dante: Vale...
Pepito: Hola, soy Pepito.
Dante: Yo soy Dante.
Brenda: Vamos, no os quedéis en la puerta.
Sus: Hasta luego.
Marcos: Nuestros hijos parece que se llevan bien.
El hombre atractivo se acercó a Sus sin que ella se lo esperase. Tenía una voz profunda y una sonrisa perfecta.
Sus:Sí, eso parece.
Marcos: Soy Marcos, el padre de Pepito.
Sus: Yo soy Sus, la madre de Dante. ¿Hace mucho que trae a su hijo aquí?
Marcos: Por desgracia sí. A mi pobre hijo le cuesta retener información.
Sus: Seguro que con estas clases irá mejorando. Bueno, me tengo que ir. Un placer conocerle.
Marcos: Puedes tutearme. ¿Tanta prisa tienes? Te invito a tomar un café. Podemos hablar de los niños y dar una paseo hasta que salgan.
Sus: Tengo prisa, pero gracias por la invitación. Otro día será.
Marcos: Cuando quieras, quedamos. Soy un gran conversador. Las madres que traen sus hijos a esta escuela pueden corroborarte que soy una fantástica compañía.
Sus: Me alegro. Me voy, me espera mi marido en el coche.
Marcos: Ya hablaremos.
Sus: ¡Adiós!
Continuará...
¡Me encanta este nuevo proyecto! Me encanta sobre todo que sea con los personajes ya fijos, con Sus, Diamante, con todos, porque les tengo mucho cariño y me encanta que hagas historias con ellos. Me gusta la iniciativa de abrir un local de ambiente por parte de Kaitlyn, también el tema de las clases de repaso... Me he reído mucho con Diamante y la música heavy, jajajajaja, y también con el descontento de Dante, pero seguro que enseguida se le pasa el disgusto y se lleva bien con los otros alumnos. No me gusta mucho la insistencia del padre de Pepe con Sus. ¡Me parece un empalagoso y un pesado! ¡Voy a por el siguiente capítulo!
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