viernes, 16 de septiembre de 2022

Historias del barrio - Capítulo 13: Una noche muy intensa

Aunque su vigilancia no había sido precisamente la más profesional de su carrera, John había recorrido todo el local en busca de sospechosos. Recordaba haber visto a Ximena y Valeria sentadas en la planta baja. No se lo pensó dos veces y fue a buscarlas. Se alegró al verlas sentadas en el mismo lugar, sin muchas ganas de moverse.

John: Buenas noches.
Valeria: ¡Agente! No le había reconocido vestido de calle.
John: De eso se trata. ¿Cómo se encuentran?
Ximena: Mal. Todavía no hemos encontrado al señor Agripino. 
Valeria: Intento animarla, pero es tarea casi imposible.
John: Yo sé cómo animarla.
Valeria: ¿En serio? ¿Cómo?


John: Ximena, hemos encontrado a su oso de peluche.
Ximena: ¡Señor Agripino! ¡Lo ha encontrado!
John: Así es. Tome, vuelve a estar en su poder.
Ximena: ¡Señor Agripino!


Ximena agarró al peluche y lo abrazó. No podía ser más feliz. Por fin había recuperado a su mejor amigo. Fue hasta John y lo abrazó. Luego le besó en la cara repetidas veces.

Ximena: ¡Gracias gracias gracias!
John: ¡No las merecen! Me alegra que lo haya podido recuperar.
Valeria: Muchas gracias, para ella significa mucho. ¿Dónde estaba?
John: Ya les informaré en su debido momento.


Ximena: ¡Ahora me apetece bailar! ¡Vamos, señor Agripino! ¡La noche es nuestraaaaaa!


Mientras tanto, Alexia y Mary hablaban en un lugar tranquilo del local. Mary sabía que su amiga estaba algo triste. John había salido corriendo y la había dejado plantada por otra clack.

Mary: No le des más vueltas, Alexia.
Alexia: No puedo evitarlo. Parecía que teníamos una química especial y de repente, se marcha con otra.
Mary: Los hombres, quién los entiende...
Alexia: Yo desde luego que no.
Mary: Anímate. Luego vamos a casa de Hilary y nos tomamos allí la última copa. Tiene unos diseños nuevos que quiere que nos probemos. 


John: ¿Alexia?
Alexia: ¡John! Pensaba que te habías marchado con esa.
John: Siento haberme marchado de esa forma. Es mi compañera de trabajo y teníamos algo que resolver.
Alexia: Suena raro todo eso.
John: Soy policía. Estaba trabajando de incógnito. 
Alexia: ¿No es ninguna excusa? 


John resopló y le plantó un beso en todos los labios. Ella no esperaba una reacción así, y aunque le sorprendió, le pareció uno de los mejores besos que le habían dado en años.

Mary: ¡Oh my god! 


John: Ahora debo irme. ¡Te llamaré!
Alexia: ¡Adiós!
Mary: ¿Qué ha sido eso?
Alexia: No lo sé, pero me gusta.
Mary: ¿No te parece algo descarado? Así, de repente...
Alexia: Sí, pero me gusta. Este no se me escapa.


John se reunió con Rose y salieron del local con Isidora. Estaba esposada y visiblemente enfadada, aunque ese era su estado natural. Los vecinos salían de sus casas para cotillear. Eso cabreaba todavía más a Isidora, que odiaba ser el centro de los chismes.

Isidora: ¡Métanse en sus casas!


Josué: ¡Madre! ¿Qué ocurre? 
Nino: ¡La llevan esposada!
Rose: La llevamos a comisaría. Está detenida.
Josué: ¿Detenida? No entiendo nada.
Rose: Acérquese a comisaría y le explicaremos lo ocurrido.
Josué: ¡Madre! No se preocupe, iré con usted a la comisaría y la sacaré de allí. Todo debe ser un malentendido.
Isidora: Tú ya no eres mi hijo, degenerado. No quiero que te acerques a mi ni a mi casa. Saca tus cosas y lárgate, no quiero volver a verte.
Josué: Madre, no sabe lo que dice...
Isidora: No quería aceptar lo que eras, un despreciable degenerado. Para mi has dejado de existir.
Rose: ¡Ya es suficiente! Debería darle vergüenza decirle esas cosas a su hijo.
Isidora: ¿También es un delito renegar de un hijo degenerado?
 

John: Vamos, camine. Estoy deseando perderla de vista.
Josué: ¡Madre!
Isidora: ¡Saca tus cosas de mi casa! 
Josué: No puede ser verdad...
Nino: Lo siento...


Josué se puso a llorar. Su mundo se había venido abajo. Estaba perdido, asustado y traumatizado por las palabras de su madre. Tantos años de adoctrinamiento le habían perjudicado profundamente.

Nino: Tranquilo, no estás solo.
Josué: No entiendo nada. Sabía que mi madre no lo aceptaría, pero que llegase a este punto...
Nino: Debe ser muy duro.
Josué: Encima está detenida y no quiere mi ayuda.
Nino: Es el momento de que pienses en ti, Josué.
Josué: Debo recoger mis cosas de casa. No sé a dónde iré. Quizás con mi tía, ella es como una madre para mi.
Nino: De momento te vienes a mi casa. 
Josué: No quiero molestarte. Nos acabamos de conocer y no tienes que...
Nino: No me molestas. Tengo varias habitaciones vacías en casa, te quedarás en una de ellas. No pienso dejarte solo. 


Lilu y Duque también habían abandonado el local. Caminaban por la calle mirándose y con una sonrisa pícara en la cara.

Duque: Necesitaba tomar el aire.
Lilu: Y yo. Todavía estoy asumiendo lo vivido esta noche. Ha sido...
Duque: Maravilloso.
Lilu: Sí, absolutamente. Duque, mi casa no queda tan lejos de aquí. ¿Nos tomamos la última copa allí?


Duque la agarró de la mano y empezó a correr.

Duque: No perdamos más tiempo. ¡Me muero por tomarme esa última copa contigo!
Lilu: ¡Jajajaja! ¡Duque, que llevo tacones!

Duque la subió en su coche y se marcharon hacia la casa de Lilu.


Caitlyn subió al escenario. Todos los presentes permanecían en silencio. Los rumores de lo ocurrido habían recorrido todo el local, por lo que su atención a las palabras de Caitlyn era máxima.

Caitlyn: Os agradezco enormemente que hayáis decidido asistir a la gran inauguración del flamenco rosa. Esta ahora es vuestra casa y de todas aquellas personas que necesiten un lugar en el que sentirse libres y entre familia. Hemos creado este local con la mayor de las ilusiones, esperando que sea un lugar de referencia para toda la comunidad.  Paca fue y es el alma de este proyecto, tanto es así que le costó la vida. No la vamos a olvidar y su corazón está presente en cada uno de estos rincones. Una persona malvada se la llevó y esta noche casi consigue hacer lo mismo conmigo, pero por suerte, no lo ha conseguido.


Caitlyn: Es por ello que debemos ser más fuertes. Con cada golpe, alzar más nuestra voz. No conseguirán que nos escondamos. Queremos ser libres y lo vamos a conseguir. Es el momento de festejar que el flamenco rosa ya está en marcha y que ahora, somos muchos los que vamos a luchar para que siga adelante. ¡Empieza el show!


De esta forma, empezaron las actuaciones. Chumina fue la primera en salir. Sus canciones animaban a todos a bailar pero también a reír, pues todas estaban cargadas de humor. 


Chumina despertó simpatías entre todos los asistentes. Algunos aplaudían y otros silbaban encantados con sus actuaciones.


Caitlyn también obtuvo muchísimo éxito. Su voz en directo causó sensación, pero también su puesta en escena. Los trajes que lucía y las coreografías dejaron boquiabierto a todo el público. 


De esta forma tan exitosa, las actuaciones llegaron a su fin. Caitlyn agradeció a todos su presencia y se despidió. Las luces se encendieron y la música bajó de volumen. Era el momento de marcharse a casa.


Caitlyn estaba agotada y le dolía todavía la cabeza. Se sentó en una silla en su despacho, para retomar fuerzas. Chumina la abrazó emocionada.

Chumina: ¡Hemos triunfado, Cailtyn!
Caitlyn: Ha sido todo un éxito.
 Chumina: ¿Estás bien, nena? 
Caitlyn: Estoy cansada.
Chumina: Ahora vamos directas al hospital.
Caitlyn: Está bien.


Anabel: ¡Caitlyn! ¿Has visto cuanta gente? ¡Habéis triunfado! Enhorabuena, os merecéis esto después de tantas desgracias. Paca debe estar muy orgullosa.
Chumina: Y rabiosa, que al final no ha podido actuar.
Caitlyn: Bueno, pero la hemos tenido muy presente.


Bryan: Estoy muy orgulloso de ti.
Caitlyn: Gracias, cariño.
Bryan: Amor, mañana zarpa Panama.
Caitlyn: ¿Mañana? ¿No puedes quedarte un poco más?


Bryan: Es imposible. Sabes que soy el Capitán.
Caitlyn: ¿Cuándo volveremos a vernos? No quiero estar tanto tiempo separada de ti...
Bryan: Vente conmigo.
Caitlyn: Es imposible, Bryan. Justo ahora he abierto este local, no puedo descuidarlo. 
Bryan: Sería por un tiempo. Podrías actuar en el crucero, o simplemente descansar. Te lo mereces, has trabajado sin descanso durante mucho tiempo.


Chumina: ¡Yo me encargaré del local! 
Caitlyn: No, no puedo dejarte sola...
Chumina: ¿No me crees capaz de hacerlo? Nena, soy tan capaz como tú. Llamaré a todas las del gremio, haremos un cartel de estrellas que ni Hollywood. Venga, actúa en ese maravilloso barco, lejos de todo esto. Nosotras estaremos bien.
Anabel: Sí...


Caitlyn: Vale, m habéis convencido. Anabel, ¿estarás bien?
Anabel: Bueno...me acaba de dejar Ben. No es que esté del todo bien.
Caitlyn: Lo siento.
Anabel: Imagino que ha vuelto con su ex. No sé, si no estás aquí imagino que me volveré a casa.
Caitlyn: Necesito alguien que me ayude con la ropa y me aconseje. ¿Te gustaría venir con nosotros?
Anabel: ¿De verdad?
Caitlyn: Totalmente.
Anabel: Amiga, ya tienes asesora de imagen. Vamos a arrasar en alta mar. Gracias, Caitlyn.
Caitlyn: Será maravilloso estar juntas viajando por el mundo.


Bryan: ¡Pues no se hable más! ¡Nos vamos de viaje!
Anabel:¡Bieeeen!
Chumina: ¡Cuidado que no se hunda otra vez el barco!
Caitlyn: No sabes lo feliz que soy.
Bryan: Yo lo soy todavía más.


Continuará...

1 comentario:

  1. ¡Qué capítulo tan bonito! El amor se respira por todas partes, en forma de aceptación, pero también rechazo. No acaba de convencerme que Jonh se haya fijado en Alexia... pero seguro que surge una historia de amor muy bonita. Me da pena Josué, pero creo que es lo mejor que podría pasarle que su madre lo rechazase a él también y así lo deja en paz, pues es muy dañina esa mujer, muy cruel y está trastornada perdida. Me alegra que la detuviesen. También me alegra que Nino sea tan amable con Josué. Ojalá les vaya bien, como también espero que les vaya bien a Kaitling y a Anabel en el barco. ¡Espero que puedas colgar más capítulos contando cómo les va! ¡Voy a seguir leyendo! Por cierto, también me alegro mucho por Ximena y el señor Agripino!

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