Capítulo 11: Boca a boca
Sabrina observaba a Leticia luchando contra las olas. Le costaba mantenerse a flote. Gritaba, pero a penas se escuchaba. Se alejaban de ella y nadie se había percatado de su caída. En un momento dado, Leticia desapareció. Sabrina sintió pánico y satisfacción. Una parte de ella le advertía que aquello era ir demasiado lejos, pero otra, disfrutaba con la situación.
Leticia apareció de nuevo levantando los brazos desesperada.
Junior: ¡Hay alguien en el agua!
Sabrina: ¿En serio?
Luna: ¡Sí, yo también la veo! ¡Que alguien la ayude! ¡Socorro!
John: ¿Qué ocurre?
Junior: ¡Alguien se ha caído al agua!
Luna: ¡Se está ahogando!
John: ¡Iré a por ella!
Sabrina: ¡No, es demasiado peligroso! ¡¡Este chico tan majo irá a por ella!!
Junior: ¡No sé nadar!
John se lanzó al agua a pesar de las protestas de Sabrina. No podría haber imaginado que las cosas saldrían de esta manera. Ahora la vida de John estaba en peligro.
Sabrina: ¡No lo hagas John!
John nadó hasta Leticia y la agarró de la cintura.
John: ¡Te tengo! No te preocupes, estás a salvo.
La ayudó a llegar hasta el barco. Josefa les lanzó un salvavidas.
Josefa: ¡Agárrense al salvavidas!
Sabrina: ¡No deberías haberlo hecho! ¡Ha sido una temeridad!
Diamante: ¡Tu marido es un héroe!
Sus: ¡Pero si es Leticia! ¿Cómo se habrá caído del barco?
John la subió al barco. Leticia no respiraba. Todos se acercaron, preocupados por su vida.
Junior: ¿Está muerta?
Sus: ¡Oh, no puede ser!
John: No respira.
Sabrina: Has hecho todo lo que has podido por ella. Que descanse en paz.
John: De eso nada.
John le hizo el boca a boca. Sabrina enfureció al momento.
Sabrina: ¡Eso no! ¡John, que ya está muerta!
Diamante: No pierdas la esperanza, Sabrina.
Sus: Ya sabía yo que en el fondo la querías. Tranquila, John la salvará.
Sabrina: Esto es alargar lo inevitable...John, es mejor que lo dejes estar...
Duclack: ¡Parece que reacciona!
Sebastián: ¡Está viva!
Sabrina: ¿Está viva?
Leticia expulsó agua y tosió. Abrió los ojos y miró alrededor. Sabrina tenía el corazón en un puño. Iba a descubrir que había sido ella la que le había empujado.
John: ¿Estás bien?
Leticia: Sí...creo que sí.
Sus: ¡Le has salvado la vida!
Diamante: ¡Eres todo un héroe!
John: Nos has dado un buen susto. Por muy poco no lo cuentas. ¿Te ayudo a incorporarte?
Leticia: Sí, gracias.
Leticia: No sé lo que pasó. De pronto me vi en el agua...
Sabrina: Perdiste el equilibrio. Es normal, eso suele suceder a menudo.
Leticia: No sé...
Leticia se puso de pie y todos aplaudieron. John le sonrió y ella lo abrazó agradecida.
Leticia: Me has salvado la vida, John. Nunca lo olvidaré.
John: No ha sido nada. Lo importante es que estás bien.
Sabrina: Grrrrrrr.
Josefa: ¿Recuerda lo que le ocurrió?
Leticia: No muy bien. Tengo la sensación de que alguien me empujó...
John: ¿Crees que alguien te empujó?
Leticia: No lo sé, estoy aturdida.
Sus: A lo mejor ha sido el viento.
Sabrina: Yo vi que te asomabas demasiado para ver los peces. Luego me despisté mirando otra cosa y ya no estabas. Pensaba que habías ido con John, como siempre estás pegada a él como una lapa.
Leticia: Es posible.
Josefa: Ahora será mejor que se relaje hasta que lleguemos a puerto.
Sabrina se tranquilizó. Leticia no recordaba bien lo ocurrido. No se había librado de ella, pero al menos no la había descubierto.
Horas después...
Leticia lloraba en su dormitorio, en casa de su tía Lidia. Había sido un día de muchas emociones. Lo había pasado muy mal en el agua y aquella sensación de ahogo no se le marchaba. Además, al llegar a casa, descubrió algo que no era capaz de sobrellevar. Su tía entró en el cuarto, para saber cómo estaba. Se le partió el corazón al verla en ese estado.
Tía Lidia: Sobrina, no llores más.
Leticia: No puedo, tía Lidia. Soy muy desgraciada.
Tía Lidia: Eso es lo que piensas ahora, pero no es verdad. Eres una muchacha muy afortunada. Anda, deja que me siente a tu lado.
Leticia: Todo me sale mal, no puedo más.
Tía Lidia: ¿Lloras por un hombre?
Leticia: Sí, entre otras cosas.
Tía Lidia: Leticia, te lo he dicho muchas veces. Los hombres no traen nada bueno, son escoria. Se aprovechan de una y luego te tiran como un trapo.
Leticia: Yo pensaba que este era diferente...
Tía Lidia: Todos son iguales, menos tu abuelo. Ese era un hombre santo.
Leticia: No llegué a conocerlo.
Tía Lidia: Oh, te habría gustado mucho. Era un hombre íntegro, un verdadero caballero. De esos no quedan, mi niña. ¿Ves esa escopeta que tengo colgada en la pared?
Leticia: Sí.
Tía Lidia: Era suya. Me la regaló antes de morir. La utilizó contra un chico que me rondaba. Insistía y no me dejaba tranquila. Un día se sobrepasó.
Leticia: Oh, no lo sabía...
Tía Lidia: Son episodios de mi vida que prefiero olvidar y por eso no lo sabías. Llegué a casa muy mal, me quería morir. Tu abuelo agarró esa escopeta y le disparó.
Leticia: ¿Lo mató?
Tía Lidia: Así es. Era un pueblo pequeño y todos callaron. Mi padre era un hombre conocido por su gran carácter que daba trabajo a mucha gente, así que la versión oficial fue que lo asaltaron en un camino para robarle. Ese cerdo miserable recibió su castigo. No dejes que ningún hombre te deshonre, sobrina. Si alguno se sobrepasa contigo, habla conmigo, no estás sola. Tu madre es igual que tu abuela, más tranquila, pero a mi no hay quién me pare. Por la familia, lo que sea.
Leticia: Gracias, tía Lidia.
Tía Lidia: Te voy a preparar una infusión para relajarte y unas galletas de coco, que sé que te gustan.
Leticia: Muchas gracias.
Su tía se marchó a preparar la infusión. Leticia se tumbó de nuevo en la cama y no pudo evitar ponerse de nuevo a llorar. No era capaz de confesarle a nadie, y mucho menos a su madre y su tía, que estaba embarazada.
Continuará...
¡Leticia embarazada! Pero ¿de quién? Estoy segura de que es de Bruno... pero no se vio nada de ellos... Seguro que se aclara en episodios siguientes. Me sabe muy mal por ella. Sabrina se pasó mucho. Me da rabia que sus horribles acciones queden impunes, que Leticia no la desvelase, que nadie se diese cuenta de que fue Sabrina quien la empujó y, encima, quedó como si estuviese preocupándose por Leticia, como si estuviese afectada por su posible muerte... ¡Eso me da rabia! También me sorprendió mucho la historia de la tía Lidia, que su padre mató a un hombre que se propasó con ella... Me gusta su carácter, pero me da la sensación de que esconde muchas experiencias terribles que la volvieron así de dura y luchadora.
ResponderEliminar¡Me encantó también este capítulo y la historia se pone cada vez más emocionante! ¡No tardes en poner la continuación!