Estado de alarma
Capítulo 03
Los Pérez 1ª Parte
Wenda miraba a través de la valla de la mansión. Observa la calle, casi desierta. Estaba esperando a que Chidi volviese de hacer la compra. Estaban confinados en la mansión junto a toda la familia (exceptuando a Sus, Diamante y los niños). Chidi se había ofrecido a encargarse de la compra. "Así aprovecho para llevar comida a un albergue en el que soy voluntario", había dicho cuando deliberaban sobre quién debía ser el encargado. Chidi es joven y sano, pero eso no quitaba que Wenda se preocupase por él. Se angustiaba mucho cuando salía a hacer la compra. Wenda ofreció su coche para dicha tarea, tenía un buen maletero. El de Wen era muy pequeño y el de Lilu todavía más.
Sabrina llevaba mucho tiempo paseando a Elvis, su perro. Wenda estaba tan preocupada por Chidi que ni se fijó en ella.
Sabrina: ¿Me voy a quedar en casa todo el día metida? ¡Y un jamón! Vamos, Elvis, que todavía nos queda un buen paseito hasta la panadería.
Wenda nunca imaginó que tendría que estar confinada con tanta gente. Estar con su familia no le suponía ningún problema, pero con ellos se habían quedado algunas personas más. Una de ellas era Pam, la novia de Ben. No la quería en la casa, pero Wen había insistido en que su padre tenía que estar con ellos, para más tranquilidad. A Wenda no le pareció mal, pero lo que no imaginaba es que su novia se acoplaría. "Sin Pam, no voy a ningún sitio", advirtió Ben cuando apareció con ella. Llevaban ya casi un mes de convivencia y aunque Pam no había dado muchos problemas, Wenda no la soportaba. Eran incompatibles.
Pam se asomó por la valla y gritó de malas maneras a Sabrina.
Pam: ¡Ey, petarda! ¡Eres una desconsiderada!
Sabrina: ¿Perdona? (¿Y esta quién es? ¡Está en la casa de los padres de Sus!).
Pam: Llevas mil horas paseando al perro. ¡No estás cumpliendo con el confinamiento! Yo también quiero salir a la calle, no te fastidia. ¡Vuelve a tu casa, irresponsable! ¡Si todos nos comportamos como tú, esto no acabará nunca!
Sabrina: ¡Métete en tus propios asuntos! ¿¡Quién te has creído que eres!? ¡No veo tu placa por ningún lado!
Pam: ¿Placa? ¡Te voy a dar un tortazo que no te hará falta ninguna placa!
Sabrina: Mi marido es policía, chunga. Hago lo que me sale del higo.
Pam: ¿¡Qué!? ¡¡Serás hija de tu madre!!
Sabrina: ¡Vete al cuerno! Vamos, Elvis. Sigamos con nuestro paseo.
Pam: ¡Vuelve aquí si tienes lo que hay que tener!
Ben: Amor, ya es suficiente...
Ben: Intenta tranquilizarte, cariño.
Pam: ¿La has visto? ¡Menuda jeta tiene!
Ben: No vale la pena perder los nervios de esa forma.
Pam: Tienes razón. Lo siento, me han perdido las formas...Estoy algo desquiciada.
Ben: Entra en casa y tómate una birra de la nevera. Ahora voy.
Pam: Buena idea.
Wenda: ¡Ben! Controla a tu novieta.
Ben: Lo siento...
Wenda: Esta es una casa respetable. No vamos por ahí dando gritos ni llamando la atención.
Ben: Tienes razón, disculpa. No volverá a ocurrir.
Wenda: Eso espero. No me importa que estés con nosotros en casa, pero lo de tu novia tiene tela. Tiene más cara que espalda.
Ben: Si tanto te molesta nos marchamos y asunto resuelto.
Wenda se dio la vuelta y miró otra vez a la calle.
Wenda: No seas ridículo. No quiero que te marches. Solamente quiero que la controles un poco. Tiene mucho temperamento.
Ben: Lo haré. ¿Todavía no se sabe nada de tu novio?
Wenda: Estoy preocupada. Hace más de dos horas que se marchó.
Ben: Estará bien. Seguro que está entretenido en el albergue.
Susanne, la madre de Wenda, estaba paseando por el jardín. Tenían la suerte de contar con un vallado alrededor de la casa. Disponían de un jardín, fuente, bancos y hasta zona para aparcar los vehículos. Salía todos los días a caminar y de paso, respirar aire puro. Vio a Ben y se detuvo para hablar con él.
Susanne: ¿No ha vuelto Chidi?
Ben: No, todavía no.
Susanne: Se habrá entretenido en el albergue, el otro día pasó lo mismo.
Ben: Wenda está preocupada.
Susanne: Iré a hablar con ella.
Ben: Está muy enamorada de ese chico.
Susanne: Algo me dice que le preocupan más cosas.
Ben: ¿Usted cree?
Susanne: Estoy segura de ello.
Susanne: No tardará en regresar, hija.
Wenda: No puedo evitar preocuparme. Con todo lo que está pasando...
Susanne: Sé que no he estado a tu lado durante muchos años, pero eres mi hija y te conozco. Algo más te preocupa, ¿verdad?
Wenda: Sí, no es solamente que Chidi tenga que salir y le pase algo malo. También me preocupa Sus, Diamante y los niños. Duclack y Pradito, Sebastián...Sé que están a salvo en su casa, pero...me gustaría tenerlos a todos aquí.
Susanne: Están bien, no debes preocuparte tanto.
Wenda: Además...me preocupa Duclón. Sé que debe estar lejos, pensando en otra clack o en alta mar, de aventuras en un barco, pero...temo que enferme a causa de esta enfermedad, madre.
Susanne: He podido conocer un poco a ese hombre, durante estos años. Es un click fuerte, seguro que estará bien.
Wenda: ¡Por ahí viene Chidi!
Chidi apareció conduciendo el coche de Wenda. El maletero estaba cargado de bolsas con comida y artículos de primera necesidad.
Susanne: Hay que abrirle la verja.
Wenda abrió la verja y Chidi pasó con el coche. Llevaba puesta la mascarilla. Saludó a Wenda con la mano y ella hizo lo mismo.
Ann salió de la casa para ayudar con la compra. Wenda corrió para saludar a Chidi, pero este le hizo un gesto con la mano para que se detuviese.
Chidi: No te acerques demasiado, cariño. Antes quiero ducharme.
Wenda: Oh, es verdad. Has tardado mucho.
Chidi: He estado llevando suministros al albergue. En estos momentos necesitan más ayuda que nunca.
Wenda: Llevaré algunas bolsas adentro.
Chidi: No, deja que lo haga yo.
Ann: Yo me encargo, no se preocupe, señora.
Wenda: Me siento inútil.
Chidi: Es por tu bien.
Leandra: ¿Ayudo en algo?
Leandra (la hermana de Wenda), estaba en una de las terrazas mirando el móvil. Saludó a Chidi con la mano.
Chidi: No es necesario.
Wenda: Hermana, ¿quieres dejar ya el maldito teléfono?
Leandra: Que sí, ya lo dejo.
Leandra llevaba semanas entrando en una aplicación para ligar. Ver a su hermana con Chidi despertó en ella una envidia descontrolada. Quería sentirse deseada, a ser posible por un joven. Entró solamente por probar, pero terminó hablando con un click muy guapo y joven del que se terminó enganchando. Hablaba con él todo el tiempo que le era posible. Decía estar enamorado de ella y quería quedar, pero Leandra no había aceptado. Amaba a su marido y en el fondo, sabía que todo aquello era un error.
Clicksexy: Me gustaría poder estar ahí contigo. Darte todo mi amor y mi cariño.
Leandra: No me digas esas cosas que me sofoco. Me gustaría, pero no puedo...y no es sólo por el confinamiento. Ya sabes que estoy casada.
Clicksexy: Estás casada, pero sigues hablando conmigo. Cuando pase esto, quedaremos.
Leandra: Eso ya lo veremos, casanova.
Clicksexy: Eres mi mamita sexy.
Leandra: ¿Mamita sexy?
Loro: ¡Mamita sexy! ¡MAMITA SEXY!
Leandra: ¡Eh! Shhhh, ¡calla!
Loro: ¡MAMITA SEXY!
Clicksexy: ¿Quién es ese?
Leandra: Un loro. No me llames así, no me gusta.
Clicksexy: Perdona, bella mía. ¿Te podría pedir un favor? Me cuesta mucho pedirte esto, pero eres la mujer a la que amo y la única que me podría ayudar.
Leandra: Claro, pide por esa boquita.
Clicksexy: No tengo dinero para pagar el alquiler de este mes...si no pago, me tendré que ir a la calle. ¿Podrías prestarme 1.000 euros?
Leandra: Maldita sea, soy idiota.
Clicksexy: Ya te los devolvería poco a poco.
Leandra: ¿Tú que te has pensado? ¿Que soy Coficlick?
Borró su perfil y desinstaló la aplicación en el acto.
Leandra: Esto me pasa por hacer el tonto.
Intentó reprimir las lágrimas, pero no pudo. Ese chico solamente quería sacarle dinero.
En la cocina, Ann desinfectaba toda la comida. Era un proceso lento y laborioso, por lo que le llevaría bastante tiempo.
Chidi: ¿Te ayudo?
Ann: No se preocupe, ya puedo yo sola.
Chidi: Esto es una pesadilla.
Ann: No sé hasta cuando estaremos así...
Chidi: Todavía nos queda un largo camino por delante. En la televisión, los políticos hablan de un mes más para las medidas más drásticas. Aunque si te soy sincero, no creo en los políticos. La única que me despierta algo de confianza es Natalia Morey.
Ann: Se tiran los trastos los unos a los otros. Robador insultando a Natalia, Belmonte criticando a SAM...¡Deberían hacer algo y dejar de criticar!
Chidi: Yo por eso soy apolítico.
Sharon (la madre de Willy), estaba preparando una paella. Le gustaba mucho cocinar y el confinamiento había revivido sus dotes culinarias. Wenda se acercó para oler el delicioso aroma que desprendía la paella.
Wenda: ¡Esto tiene una pinta deliciosa!
Sharon: Gracias, cuñada. Es de marisco, aunque yo le añado alcachofas y pimiento rojo.
Wenda: Mi hermano siempre hablaba de lo bien que cocinabas.
Sharon: Al menos él no ha tenido que vivir esto...pero daría mi vida por volverlo a ver.
Wenda: Y yo. Le echo de menos...
Chidi fue a toda velocidad al cuarto de baño.
Wenda: ¡Chidi!
Chidi: ¡Me voy a duchar! Quiero quitarme la ropa cuanto antes y meterla en la lavadora. ¡Ahora nos vemos!
Wenda se asomó al jardín. Al menos hacía un día estupendo y se podía estar fuera.
Al salir, encontró a Willy sentado en las escaleras de acceso al jardín. Estaba frente a un portátil, hablando con su mejor amigo, Renzo.
Willy: Es que no me puedo olvidar de ese momento, tío. Nos tocamos las manos y ella...
Wenda: Hola, Willy.
Willy: ¡Tita!
Wenda: Huy, ¿ese es Renzo?
Willy: Sí.
Renzo: ¡Hola!
Wenda: Hola, guapo. ¿Cómo estás? ¿Y tu papá?
Renzo: Estamos bien, aquí en casa sin poder salir.
Wenda: Dale recuerdos a tu padre de mi parte.
Renzo: Se los daré.
Willy: Perdona, no sabía que estaba ahí.
Renzo: ¿Habrá escuchado lo que decías de Emma? Justo me estabas contando que estabais tonteando.
Willy: No creo que me haya escuchado. Pues como te decía, si no llega a ser por su abuela, a lo mejor me habría lanzado...no sé.
Renzo: Cuando esto pase, te tienes que lanzar. Yo creo que le molas. Por cierto, ¿has visto las tareas que nos ha mandado Don Pimpón?
Willy: Sí, ya las he terminado.
Renzo: ¿En serio? ¡Yo ni he empezado! Me da una pereza...
Wenda vio a Chorizo paseando por el jardín. Lilu se lo solía llevar a casa para que lo cuidara, pues muchas veces le era imposible hacerse cargo.
Wenda: ¡Choricito!
Chorizo se acercó a ella y se dejó querer. Wenda lo acariciaba con suavidad.
Wenda: Estás cada día más hermoso, Chorizo.
Chiluca y su hermana Cayetana paseaban tranquilamente bajo el sol. Apenas notaban el confinamiento. Lo único que de verdad había cambiado para ellas es que estaban juntas. Lilu y Lulú no podían verse todo lo que quisieran, así que ellas tampoco se veían demasiado.
Lilu: Osvaldo se está portando muy bien conmigo.
Lulú: He visto la foto que colgó en Instaclick, que está sin camiseta.
Lilu: Ay, en esa foto está impresionante.
Lulú: ¿Todavía sigue con esa tal Cristina?
Lilu: Sí...
Lulú: Es una suertuda. Por cierto, he visto que Hilary está pasando el confinamiento en el palacio de Alexia.
Lilu: Ya, lo he visto. Esa es más basta que un potaje de tornillos. Pobre Alexia, aguantar a esa petarda...Si esa es más de campo que una boina. No pinta nada en ese palacio.
Lulú: Pues nos hacemos un selfie y los subimos a Insta. Que vea que estamos mega guapas y se muera de la envidia.
Lilu: ¡Sehhh! ¿Viste la foto que subió a su insta? Se cree guapa y es más hortera que un polo de chorizo.
Lulú: Es más simple que el plano de un botijo.
Lilu: Sonríe.
Lulú: ¡Me encanta! Salimos divinas.
Wenda: Hola, niñas. ¿Todo bien?
Lulú: Sí, tomando el sol un ratito.
Lilu: Entonces, ¿te hacemos el cambio de look?
Wenda: Mejor que lo dejemos para más adelante, niñas.
Lilu: Vamos, tita, anímate. Te dejaremos megaimpresionante.
Lulú: Tienes que confiar en nosotras, tita Wenda.
Wenda: No sé, vosotras tenéis mucho peligro...
En otra de las terrazas, el abuelo Ernesto jugaba al póquer. Se pasaba horas jugando junto a Eddy (ex de Sus y amigo de la familia), Ricardo (el padre de Lilu y Lulú) e Ismelda (su cuidadora y confidente). Se sentaban a la mesa redonda que presidía la terraza. Era grande, con mucho espacio para jugar y colocar bebidas y comida.
Eddy: Siempre gana usted, Don Ernesto.
Ernesto: Hasta que deje de hacerlo.
Eddy: Tiene mucha suerte.
Ernesto: A quién lucha y suda, la suerte le ayuda, buen amigo.
Eddy: Pues espero que me ayude. Me gustaría tomarme otra cervecita. ¿Dónde está la criada?
Ismelda: Se llama Ann, no criada.
Eddy: Ah, pues la criada Ann.
Ricardo: ¿Estás impedido? Puedes ir tu mismo a buscar la cervecita.
Eddy: Hombre, para algo está la criada. ¿No?
Ismelda: Y para algo tiene usted piernas, ¿no?
Ernesto: Escalera de color.
Eddy: ¡Maldita sea! Pareja de dos.
Ricardo: Doble pareja.
Ismelda: Pareja de ases. Felicidades, Ernesto. Has ganado otra vez.
Ernesto: Gracias, Ismelda. Eddy, ya que vas a la cocina a por una cerveza, ¿me podrías traer una copa de vino?
Eddy: Por supuesto...
Ricardo: A mi una botella de agua con gas.
Ismelda: Y para mi un batido de cacao, por favor.
Ricardo: Con limón, si puede ser.
Eddy: Vaya, al final soy yo la chacha.
Continuará...
¡Ay, me encanta! Antes de que se me olvide, qué risa me ha dado con los comentarios de Lilu y Lulú. "Es más basta que un potaje de tornillos" y el de "es más simple que el plano de un botijo". ¡Jajajajaja! Tienen que salir más veces porque me encantan los comentarios que hacen y también lo superficiales que son, pero ¡también son muy graciosas! Me ha encantado esta entrada porque presentas a muchos personajes que llevaban tiempo sin salir en historias y así también a mí me sirve para conocerlos un poco mejor, que por ejemplo a Susanne no la conocía y me gusta mucho. Lo poco que ha salido me ha demostrado que es buena mujer y me cae bien. Me siento identificada con Wenda cuando espera a Chidi con tanta preocupación porque a mí me pasa lo mismo con mi madre y contigo cuando vais a comprar al Alcampo, que se me hace eterno y estoy deseando que volváis a casa jajajajajaja, yo y otro ser de cuatro patitas, que siempre me mira con cara inquisitiva preguntándome qué narices pasa jajajajajaja. Qué suerte que tiene la familia Pérez, la verdad, en ese caserón, luego con jardín, con una fuente. ¡Jolines yo también quiero pasar el confinamiento en una casa así! ¡Me da mucha envidia! Pero por lo menos tengo un balcón en el que se puede desayunar muy tranquilamente. Eso de que haya tanta gente en una casa me gusta porque de ahí pueden surgir muchas historias. Se me ocurre que te podría dejar a Agnes y a los demás personajes por si te apeteciese sacarlos en algún capítulo de esta historia. Tendría que dejártelas a través de mi madre, jajajaja. ¡Me ha encantado la entrada! Y por cierto no me cae bien Eddy, llamando a la criada, jolines qué fresco, ¿no? ¡Que siga prontoooo!
ResponderEliminar¡Por cierto se me ha olvidado comentar la escena de Sabrina paseando a su perro durante horas! Qué poca vergüenza tiene, pero es que lo que hace ella lo hace mucha gente. Desde el balcón de mi casa vemos a muchos que se tiran horas paseando a sus perros y encima los llevan sueltos. También me ha hecho mucha gracia que Pam se ponga a gritar de esa manera a SAbrina. Si es que a más de uno nos gustaría hacer eso con los irresponsables que salen por ahí durante horas para pasear a sus perros.
ResponderEliminarAnoche pude leer el capítulo aunque no pude dejarte el comentario desde el móvil. Me ha gustado mucho. Tiene muchos puntos muy divertidos.
ResponderEliminarCuando Pam increpa a Sabrina, he podido empatizar con ella. No es un personaje que me guste pero me gusta su carácter impulsivo. Veo cualidades por las que entiendo que Ben se haya podido ver atraído por ella.
También me ha hecho gracia la envidia de Leandra flirteando por el móvil con un chico más joven aunque al final le sale rana. Menudo aprovechado.
Y Eddy es odioso. ¡Encima que está ahí de agregado llamando a Ann con esos malos modos. Pero me ha encantado la lluvia de dardos que le han llovido por parte de Ismelda, Ricardo y el abuelo. Al final lo que han hecho con él ha sido un K.O técnico.
Me gusta también ver a Lilu y Lulú tan unidas. Y me conmueve la preocupación de Wenda por su hija Sus, sus nietos, su yerno, Duclack... También parece acordarse de Duclón. Eso me ha sorprendido un poco. La madre parece querer acercarse a la hija y estar recuperando su cariño. Es su madre al fin y al cabo y hay un vínculo entre ellas que hace que conozca a su hija.
Chidi es un buenazo. La verdad es que es el click perfecto. Veremos en que acaba toda esa historia. Se me vienen ideas a la cabeza.
¡Estoy deseando ver la continuación!