Junior paseaba junto a su padre y Boby. Le gustaba el ambiente a aventura que se respiraba en el aire. Estaba atento a todo lo que ocurría a su alrededor. Vio a lo lejos algo amarillo que le resultó extraño. Al acercarse un poco más descubrió que se trataba de un cuerpo. Nervioso llamó a su padre sin perder un momento.
Junior: ¡Padre, ahí hay alguien tumbado en la tierra!
PD: No te acerques, Junior. ¡Por todos los circos! ¿Es un cadáver?
Boby: No me extrañaría. Parece una clack.
Boby le tomó el pulso. Donna todavía seguía con vida.
Boby: ¡Está viva! ¿Señorita? ¿Hola?
Donna: Me duele...
Junior: ¡Está viva!
Boby: ¿Puede oírme?
Donna: Sí...me duele la cabeza...
La ayudó a sentarse y Donna fue recuperando la consciencia poco a poco. Estaba aturdida y no comprendía lo que estaba ocurriendo.
Boby: ¿Se ha perdido? Llamaré una ambulancia.
Donna: No, creo que estoy bien.
PD: No parece que se encuentre muy bien.
Donna: Creo que he sufrido un desmayo y me he golpeado la cabeza. Me duele, pero es soportable...
Boby: Me gustaría que le viese un médico. Más vale asegurarse. ¿Que hace aquí sola?
Donna: He venido con mi hermana. Salí en su busca y creo que me perdí...no recuerdo bien.
Junior: ¡Viene alguien!
Boby: Quizás sea su hermana.
Donna: No, ese no es su coche.
Junior: ¡Eyyy, paren!
PD: ¡Es Wen y Duclack!
Donna: Gracias por socorrerme. No sé que habría sido de mi...
Boby: No es nada, señorita. Cumplo con mi trabajo y cualquier hijo de vecino haría lo mismo.
Donna: Me duele menos la cabeza. No recuerdo que es lo que me ha pasado...
Boby: Este sol de justicia es peligroso. Una insolación le podría haber causado la muerte. Una clack tan bella como usted debería cuidarse más.
Donna: Gracias por el cumplido...
Wen, Duclack y David bajaron del coche cuando vieron a PD y Junior haciendo señales y pidiendo ayuda. Reconocieron a Donna en cuanto la vieron. Aunque no se llevaban bien con su hermana, ella era un encanto y no tenían nada en su contra.
Wen: ¿Estás bien, Donna?
Donna: Un desmayo pero estoy bien. Me da vergüenza el revuelo que se ha creado por mi culpa...
Duclack: No te preocupes, que esto nos puede ocurrir a todos.
Donna: Estaba buscando a mi hermana pero no sé que me ocurrió...
Wen: Pues según este chico, está ocurriendo algo raro en el pantano.
PD: ¿Tú no estabas con esos dos excursionistas?
David: Así es, pero no sé dónde están. Me atacaron unos...
Wen: Unos zombies.
Boby: ¿Zombies?
PD: Puede que todavía queden caníbales...aunque creo que acabé con todos hace años.
David: ¡Tenemos que encontrarlos! Esos seres son muy peligrosos...
Boby: No te preocupes, daremos con ellos.
Wen: Boby, PD...Vosotros conocéis bien el pantano. Estoy buscando a Estrella, mi ex novia. Es posible que se haya instalado por aquí y necesito encontrarla. Ahora aumenta mi preocupación con esas criaturas vagando por el pantano.
Boby: Un momento. He visto a Estrella. El otro día la vi junto a un click bastante peculiar, con un pañuelo en la cabeza. Vive cerca de aquí, en una caravana.
Wen: ¡¿Qué?! Por favor, tienes que indicarme el lugar exacto, te lo ruego.
Boby: Ahora mismo. Os acompañaremos.
Aparcaron el coche en un lugar apartado y se acercaron a la caravana de Estrella dejando una distancia prudencial. David se sorprendió al ver a Gerard golpeando la puerta de la caravana.
David: ¡Es Gerard! ¿Que hace?
Wen: ¡Tengo que ir a por Estrella!
PD: No es buena idea.
Duclack: Tiene razón, Wen. Creo que ese Gerard está infectado...
Wen: Pero algo tenemos que hacer, no puedo quedarme aquí con los brazos cruzados.
David: ¿De verdad creéis que Gerard está infectado?
PD: Totalmente.
Duclack: Debemos llamar su atención y que se aleje de la caravana. Desde aquí veo que hay alguien en el interior pidiendo ayuda.
Wen: Estrella...
David: Podríamos distraerlos con las bicicletas. Me gusta el ciclismo y suelo salir con mi bici a dar paseos. Me ofrezco para llamar la atención de Gerard.
Duclack: No dejaré que lo hagas sólo. Iré contigo.
Boby: Está bien. Mientras nosotros nos acercaremos sin ser vistos.
Duclack y David se subieron a las bicicletas y pedalearon dirección a la caravana. A David le gustaba Duclack. Su vitalidad, su energía, su belleza y valentía le atraparon. Aunque suspiraba por el amor de otra clack, hasta ese momento no había sido correspondido.
David: Gracias por acompañarme, Duclack.
Duclack: Lo hago por ti, pero también por Estrella. Si está atrapada en la caravana estará muy asustada.
David: Tienes un gran corazón y eres valiente.
Duclack: Gracias, David. ¿Estás preparado?
David: Creo que sí. ¡Vamos allá!
Mientras, Boby y Wen se acercaban son sigilo. Boby había desenfundado su pistola y estaba preparado para disparar si era necesario. Wen le seguía nervioso. Se imaginaba a Estrella escondida en la caravana, llorando y temblando de miedo. "No te preocupes, Estrella. Ya voy, mi amor" se decía emocionado.
Duclack: ¡Ey, monstruo! ¡Sí, tú! ¡Hola!
Gerard miró a Duclack enfurecido. Deseaba saborear su plástico y saciar su sed.
David: ¿Gerard? Soy David...
Miró a David con unos ojos carentes de humanidad. En seguida perdió interés por la caravana y se alejó de ella.
David: Gerard, ¿no me reconoces?
Duclack: Debemos movernos ya, David.
Comenzaron a pedalear atrayendo la atención del zombie, que arrastraba sus pies con lentitud pero con decisión.
David: ¡Nos sigue!
Duclack: ¡No dejes de pedalear!
David: ¡Eres rápida, Duclack!
Duclack: ¡Tú no te quedas atrás!
Cuando se alejaron de la caravana, se detuvieron. Boby se acercó a él y le gritó a sus espaldas. El zombie se dio media vuelta.
Boby: ¡Las manos arriba!
Gerard no entendía sus palabras. Deseaba alimentarse y estaba indeciso. Al estar más cerca de Boby, caminó hacia él.
Boby: ¡No se mueva! ¡Alto!
Gerard seguía caminando sin titubear. Boby no quería disparar, pocas veces lo había hecho y le temblaba el pulso.
Boby: ¡Se lo repito por última vez! ¡No se mueva y ponga las manos en alto! ¡Le dispararé!
Le disparó en una pierna, pero siguió caminando. Luego en la otra pero las balas no parecían afectarle. Disparó en su pecho y en las extremidades pero el zombie no se inmutaba. Finalmente un disparo en la cabeza consiguió detener a Gerard que cayó al suelo para morir definitivamente.
Boby: Lo siento, chico...
Wen golpeó la puerta de la caravana y Gallofa abrió nervioso. No esperaba encontrar a Wen y eso le alegró. Wen estaba feliz, encontrar a Gallofa significaba encontrar a Estrella. Deseaba abrazarla y asegurarse de que no estuviese herida.
Gallofa: ¡Wen!
Wen: Estrella, ¿dónde está?
Gallofa: ¡No pude hacer nada, Wen! Se fue corriendo junto a Sabrina. Uno de esos zombies las perseguían.
Facunda: Salieron por patas pero esas cosas parece que no pero corren que se las pelan.
Wen: ¿En que dirección se fueron?
Gallofa: Por allí.
Wen salió corriendo sin perder un segundo. No permitiría que nada ni nadie les volviesen a separar. Después de todo lo que habían sufrido y cuando por fin la encontraba, el destino se la quería arrebatar. Amaba a Estrella y lucharía y daría su vida por ella.
Gallofa: ¡Wen, ten cuidado!
Will no sabía que se podía sudar tanto. Le dolía el cuerpo y las piernas ni las sentía. Aquel calor le estaba volviendo loco. Había tenido tiempo para pensar y recordar. Cuanto más pensaba, más se deprimía. Recordaba el día que se le cayó el móvil al suelo. Lo había comprado, feliz y contento. Salió a la calle y un tipo le empujó. El móvil cayó con la mala fortuna de revotar y caer en una alcantarilla. Aquel día llovía y desapareció en aquellas aguas turbulentas y sucias. No había pagado seguro alguno, así que se quedó sin móvil y pagando la cuota por meses.
Will: Y todavía lo estoy pagando...
Visionó un objeto rojo en la distancia y se acercó por curiosidad. Se trataba de un maletín rojo.
Will: ¿Un maletín? Espero que contenga algo de comida o un teléfono para pedir ayuda.
Al abrir el maletín descubrió todo el dinero. No eran dos o tres cleuros, en su interior habían muchos billetes juntos. No podía dar crédito, aquello le parecía un sueño, algo que les ocurre a los demás o en las películas. Lo miraba asombrado, sin poder mover ni un solo músculo.
Will: No puede ser verdad...
Lo cerró y se puso a saltar de felicidad y llorar de alegría. La vida le había sonreído, por fin. Después de tantos palos la suerte estaba de su lado. Pensó en que podría gastarlo y decidió que en nada. Lo guardaría y lo utilizaría sólo para ir sobreviviendo.
Will: ¡Gracias, gracias, gracias! ¡La vida es bella!
De pronto una idea invadió su mente. ¿Y si se trataba de una broma? Miraba de un lado para otro sin encontrar nada sospechoso. Luego se imaginó a un gangster peligroso buscando el maletín. Con un arma en la mano deseando encontrar el dinero y acabar con todo aquel que se interpusiese en su camino. Se puso a correr desesperado para alejarse de aquel lugar.
Mientras tanto, John, Rose, Cloti y los perros se habían refugiado en el interior de su caravana. Mathías y Damon pretendían entrar golpeando puertas y ventanas. Rita ladraba nerviosa por los zombies y la ausencia de Donna.
Cloti se había refugiado en el cuarto de baño. Estaba totalmente aterrorizada. Aunque detestaba a Sabrina, estaba preocupada por ella. John agarraba a Rex, que deseaba salir y atacar a los zombies.
Rose: ¿¡Que son esas cosas!?
John: No lo sé, pero no me puedo quedar aquí esperando que alguien nos ayude. Debo encontrar a Sabrina y Donna.
Rose se asomó por la ventanilla de la puerta y vio horrorizada la repugnante cara de Mathías. Si antes había sido guapo, no quedaba ni rastro de su belleza.
Rose: ¿Y qué piensas hacer? Esas cosas son peligrosas y no tenemos armas.
Rose escuchó un golpe seco. John había sacado la claraboya del techo de la caravana. Saltó y consiguió sacar medio cuerpo fuera.
Rose: ¡John! ¿Que narices estás haciendo?
John: Llegaré al coche e iremos en busca de Sabrina y Donna. Vigila que esas cosas no consigan entrar y cuida de mi madre.
Rose: ¡Ten cuidado!
Gracias al detector del virus Clickora los científicos se estaban aproximando a la caravana de John.
Dra Ada: Estamos muy cerca. Detecta gran concentración del virus en esta zona.
Dr. Marcus: Actuemos con calma. No sabemos si Y-321 habrá infectado a algún civil.
Descubrieron a Mathías intentando entrar en la caravana y supieron que se trataba de un infectado. Guardaban una distancia prudencial para no llamar su atención.
Dr Marcus: Maldición, se trata de un infectado...
Dra Ada: Doctor, esto se nos ha ido de las manos...¡Civiles infectados! Debemos pedir ayuda y dar parte a la empresa. Ellos sabrán que hacer.
Dr. Marcus: ¡Olvide esa idea tan descabellada! Solucionaremos esto nosotros solos. ¿Es que desea que todo nuestro trabajo se vaya al traste? Por no mencionar que nuestras carreras estarían acabadas para siempre y hasta nos jugamos nuestra libertad. Demos un rodeo y prepárese para la acción.
John consiguió alcanzar el techo. Cogió carrerilla y saltó.
Uno de los zombies le agarró una pierna. No conseguía zafarse de él. Le daba patadas y puñetazos pero Damon se resistía a soltar su presa.
John: ¡Suéltame!
Un disparo en la cabeza le salvó la vida. La Dra Ada había disparado su pistola justo a tiempo. Damon cayó al suelo inerte. Mathías perdió interés en John. Parecía querer vengar la muerte de su compañero y amigo zombie.
Dr Marcus: ¡Dispare!
Dra Ada: He matado a una persona...
Dr Marcus: ¡Eso ya no era una persona! ¡Dispare!
No podía disparar. Se sentía culpable. Por su culpa un inocente había perdido la vida y eso la estaba matando por dentro. Era incapaz de volver a disparar. Estaba acostumbrada a disparar en el centro de tiro pero no a personas.
Dra Ada: ¡No puedo!
Dr Marcus: ¡Dispare maldita sea!
John le arrebató la pistola y disparó a Mathías en la cabeza. El zombie cayó como un saco de patatas al suelo y dejó de moverse para siempre.
John: ¡Por poco!
Dra Ada: Gracias...
John: Soy yo el que les tiene que dar las gracias. Me han salvado la vida.
John: ¿Quienes son? ¿Saben que es lo que está ocrriendo?
Dr. Marcus: No tenemos tiempo para dar explicaciones. Debemos desinfectar la zona. Aléjense, por favor.
Rose: Merecemos una explicación.
Dra Ada: Se trata de un asunto confidencial. No se me está permitido revelar ninguna información al respecto, lo siento. Les pido que disculpen las molestias pero intentaremos solucionar todo esto con la mayor rapidez posible.
John: ¿Hay más cosas de esas por ahí?
Dra Ada: Sí, al menos una. Es peligrosa y altamente contagiosa. Un arañazo o mordisco de esa criatura puede ser mortal. Debemos encontrarlo cuanto antes.
John: ¡Sabrina! ¡Tengo que encontrarla!
Cloti: ¡John, ten cuidado hijo mío!
Rose: ¡Espera, te acompañaré!
Dra Ada: ¡Necesitamos la pistola!
John: ¡Se la pido prestada!
La última vez que vio a Sabrina estaba llorando y muy extraña. Se preocupaba por Donna pero no consiguió averiguar que es lo que realmente le estaba ocurriendo. Temía que esas cosas las hubiesen atacado. No estaba dispuesto a permitir que nada malo le ocurriese a su amada.
Continuará...
No he leído este capítulo, ¡lo he devorado! Me encanta cómo van uniéndose todas las piezas de esta historia, todas las vivencias de los otros personajes ahora van confluyendo y eso me encanta, significa lo bien que está construida esta historia. Debo confesarte que no he conocido nunca a una persona tan desgraciada como Will. Cuando parece que la vida puede sonreírle, su bondad y su desconfianza le impiden recibir esa bendición y sale huyendo. ¡Pobrecillo! Si es que en verdad no se merece todo lo que le pasa. Podría volverse rencoroso y envidioso con todo lo que le sucede, y sin embargo sigue siendo un ser puro. Ay, me da pena, jajaja. Me alegro mucho de que todavía no lo hayan atacado los zombis y espero que no lo ataquen. También me ha encogido el corazón que Wen y Estrella se encuentren en el mismo sitio, aunque a ver si les facilitas reencontrarse, jijijiji. No he caído en que podían reencontrarse hasta que Wen y Duclack han aparecido en este capítulo. Podía haberlo pensado antes, pero ahora lo veo más posible. Espero que no les cueste reconciliarse. Ya es hora de que lo hagan y de que Estrella sepa que esa historia que parecía que podía separarlos en verdad no tuvo futuro... ¡Espero que no tardes mucho en poner la continuación porque estoy deseando saber cómo sigue! Debo darte la enhorabuena tanto por el texto como por las fotografías. ¡Esta historia es apasionante!
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