El antiguo coche de Wenda se estropeó de forma definitiva. Aquella avería en el motor no tenía solución. Aunque Wenda se sentía muy unida a su querido vehículo, decidió que era hora de cambiar. Aquel coche le había servido con gran utilidad durante muchos años. Acompañada de su hija Sus, fueron al concesionario para elegir uno de los vehículos que allí vendían. El vendedor no dudó en ofrecerle el coche más caro y lujoso, con todo tipo de novedades. Aunque el hombre hacía muy bien su trabajo, Wenda ya había decido cual sería su próximo coche. Se enamoró nada más verlo. Era blanco, con un chasis moderno pero elegante. Reunía todas las características que necesitaba de un vehículo. A Sus también el gustó, así que se lo compró. Fueron a casa, cogieron algo de merienda y se marcharon junto a Pandy a probar el coche. Diamante se había llevado a los niños a ver a sus abuelos paternos, así que aquel día no debía preocuparse por ellos.
Sus: Me gusta mucho este coche, mamá.
Wenda: ¿Verdad? Al principio esas pintadas que tiene en los laterales me echaban para atrás, pero oye, aunque no sea una jovencita ese toque moderno me gusta.
Sus: Claro que sí. Mamá, ¿dónde vamos?
Wenda: No sé, es que este camino me lo conozco de venir todos los años.
Sus: Ya, pero es que este camino lleva al pantano...y sabes que es peligroso.
Wenda: Ay hija, no te preocupes que solo es para probar el coche. Merendaremos en otro lugar.
Pandy estaba sentado en la parte trasera del vehículo. Metido en una cajita con mantas observaba el exterior asomando la cabeza. Supo que se estaban acercando al pantano y se puso nervioso.
Pandy: ###### (¡Habrá sitios a los que ir! Este lugar trae mala suerte...)
Hambrientor era un caníbal que vivía en el pantano. Se alimentaba cazando a turistas y animales despistados y los devoraba hasta dejar solo los huesos. Era un ser extraño, nauseabundo. Ojos azules, pelo negro largo y despeinado, piel blanca como la nieve y ropajes destrozados. Sólo podía ver por un ojo, el otro lo había perdido en combate y lo llevaba tapado con un parche negro. No necesitaba llevar zapatos ni ninguna protección en los pies, necesitaba estar siempre en contacto directo con el suelo. Llevaba un hacha y estaba preparado para atacar a Wenda, Sus y Pandy. Escuchó el coche acercarse y lo siguió hasta que se detuvo.
Hambrientor: Aprrovecharré esta oporrtunidad, ¡jajajaja! No como nada desde aquella rrata que cacé hace dos días.
Se acercó con sigilo al coche. Vio a Pandy en la parte trasera y la boca se le hizo agua. Pensó en lo deliciosa que debía saber su carne.
Hambrientor: Con su piel me harré un sombrrerro. ¡Estoy de suerrte!
Cuando Pandy vio acercarse a Hambrientor casi se desmaya de la impresión. Vio como acercaba el hacha hacia el cristal para romperlo y atraparle.
Pandy: ###### (¡Ahhhhh! ¡Sus, socorro!)
Sus: Mamá, ¿que hacemos paradas aquí?
Wenda: Espera, hija...no me aclaro con las marchas.
Hambrientor: No temas bicho, no te harré ningún daño...
De la nada apareció un vehículo y se posicionó al lado del coche de Wenda. Hizo mucho ruido al llegar y casi los deja a todos sordos. Se trataba de un coche de carreras negro, descapotable y con llamas y el número 56 dibujados en la parte delantera. Sus ruedas eran muy grandes y tenía en los laterales unos enormes tubos de escape. Era un coche para una sola persona. El conductor era un tipo llamado "El machacas", aunque se llamaba Curro y vivía con sus padres. Llevaba unas gafas y casco a juego con su coche y muchos tatuajes en los brazos. Unas largas patillas negras adornaban su rostro. Hambrientor miró sorprendido al coche.
Wenda: ¡Pero bueno!
Curro: Hola vieja ¿problemas con tu carro?
Wenda: ¡Oiga! ¡Yo no tengo ningún problema!
Curro: Menuda tartana de coche, seguro que no supera los 30 km/h.
Wenda: ¡Se equivoca! Es un coche nuevo y corre mucho...seguro que más que el suyo.
Curro: ¡Jajajajajajaja! No me hagas reír, vieja.
Sus: Mamá, no le hagas caso...
Wenda: Una carrera. Venga, hasta llegar a aquella curva.
Curro: Paso.
Wenda: ¿Te haces caquita? Mucho tatuaje pero no eres más que un niñato sin valor.
Curro: ¿¡Qué!?
Sus: ¡Mamá!
Curro: Está bien. Te haré morder el polvo, vieja.
Wenda: Oye, la próxima vez que me llames vieja te daré tal tortazo que tendrás que ir a buscar las gafas a la luna.
Curro: Menos cháchara. ¡Vamos!
Wenda: ¡Ey! ¡Espera! ¡Has salido antes! ¡Maldito!
Sus: Mamá, ¿que estás haciendo? ¡¿Has perdido la cabeza?!
Wenda: Tu padre se pasa la vida de aventuras y no te parece mal y para una vez que quiero hacer algo que se sale de mis límites, te pones protectora. No te preocupes, lo tengo todo calculado. Ese macarra me ha llamado vieja y dice que mi nuevo coche es una tartana. No se lo pienso consentir.
Hambrientor: No entiendo nada...Da igual, me los comerré a todos.
Pandy: ##### (Oh no, ¡Socorro!)
Sus: Agárrate, Pandy...
Cuando se disponía a romper el cristal con su hacha, Wenda puso marcha atrás y lo atropelló con una de las ruedas traseras.
Hambrientor: ¡Arggg!
Pandy: #### (¡Viva!)
Sus: ¡Mamá! ¿Que haces?
Wenda: Ay, he metido marcha atrás sin querer... ¡Leches, parece que he pisado una piedra enorme!
Hambrientor: ¡Ay, socorro!
Sus: ¡Mamá!
Wenda: Perdón, he vuelto a meter marcha atrás.
Atropelló a Hambrientor varias veces. Avanzaba pero se le calaba. Volvía a encender y daba marcha atrás.
Hambrientor: ¡Arrrrg! ¡Malditaaaas! ¡Auu!
Finalmente aceleró y salieron a toda velocidad en busca de Curro. Hambrientor se reincorporó a duras penas. Le dolía todo el cuerpo y estaba completamente seguro que tenía varios huesos rotos.
Hambrientor: ¡Ahhh! Esa pésima conductorra porr poco me destrroza...Arrggg, crreo que tengo todos los huesos rrotos, ¡maldición!
Curro se había confiado. Wenda había tardado tanto en arrancar que ya ni pensaba en la carrera. Cuando vio a Wenda adelantarle se puso furioso.
Wenda: ¡Hola, macarra! ¿Que decías de tartana? ¡Perdedor!
Curro: ¡Ha sido un despiste! ¡Ahora verás lo que es bueno!
Aceleró interponiéndose en la trayectoria del coche de Wenda. Esta frenó y Curro aceleró alejándose entre carcajadas.
Wenda: ¡Tramposo!
Sus: Mamá, deja ya esta locura. El coche funciona muy bien, eso está claro. No lo estropees el primer día...
Wenda: No pienso rendirme, cariño. ¡Un último intento!
Curro salió de su coche para fumarse un cigarrillo. Estaba pensando en su ex novia. Le había dejado por ser un irresponsable. Ella no entendía que adoraba la velocidad y que participar en carreras ilegales era su vida.
Curro: Las mujeres son unas plastas. No saben divertirse.
Decía aquellas palabras dolido con su ex, pero en el fondo sabía que tenía razón y la echaba de menos.
Se alejó un poco del coche para orinar. El pantano le resultaba un lugar perfecto para meditar y correr a toda velocidad con su coche sin miedo a la policía.
Curro: Estoy formando un buen río. Lo siento hormigas, os estoy inundando la casa.
¡Meck, meeeck!
Wenda tocó el claxon para llamar la atención de Curro. Este la miró sorprendido, pensaba que se habría dado por vencida. Aunque lo que más le impactó fue ver a Hambrientor arrastrándose por el suelo, deseando llevarse algo a la boca. Curro dio un grito asustado.
Curro: ¡Ahhh!
Wenda: ¿Que pasa? Esto no te lo esperabas, ¿eh? Que te sirva de lección. No infravalores a los demás y se respetuoso con la gente mayor. Aunque yo no soy una vieja, que te quede claro.
Curro salió corriendo sin mirar atrás. La sola visión de Hambrientor le había aterrorizado. Se alejó dejando allí su coche y a Wenda recriminándole su comportamiento.
Wenda: ¿Has visto eso? ¡Sale corriendo! ¡Le he asustado!
Sus: Que extraño...
Wenda: ¡Toma ya! ¿Has visto, hija? Debes confiar más en tu madre.
Sus: Lo haré...Ahora tenemos que irnos. Busquemos otro lugar para merendar, lejos del pantano.
Wenda: Muy bien, mi niña. Tu madre te va a llevar a un lugar fantástico.
Hambrientor: Luego irré a porr ese. Ahorra es vuestrro turrno, ¡jajajaja!
Pandy vio como Hambrientor estaba dispuesto a destrozar la luna trasera del coche y entrar a por ellos. Gritó intentando alertar a Sus y Wenda.
Sus: ¡Pandy! ¿Que te pasa?
Wenda: Debe tener hambre. Venga, no perdamos más tiempo.
De nuevo se equivocó y puso marcha atrás atropellando a Hambrientor. Este se revolvió furioso pero el coche lo atropelló numerosas veces aplastando cada músculo y hueso de su cuerpo.
Hambrientor: ¡Arrgg!
Finalmente Wenda se aclaró y puso la primera. El coche avanzó acelerado y se alejó del magullado cuerpo de Hambrientor. Tenía casi todos los huesos rotos y le dolía todo el cuerpo.
Hambrientor: ¡Ahhhhhhhhhh! ¡Malditas! ¡Volved aquí!
Sus: Uy, ¿has escuchado eso, mamá?
Wenda: Debe ser el tipo ese. Que mal perder tiene. Aunque debo confesar que era bien mono, ¿verdad?
Sus: ¡Mamá! ¿Que te pasa hoy? No te reconozco.
Wenda: Ay hija, debe ser este coche que me ha dado nuevas energías. Ahora contesta, ¿era guapo o no?
Sus: ¡Mamá!¡Jajajajaja! ¡Sí, lo era!
Pandy: ##### (Por poco no lo cuento. Espero no volver nunca más a este lugar).
FIN
¡Jajajajajajajajajajajajajajajajajajaa no te imaginas cuánto me he reído con esta historieta! Primero me he reído con el nombre del bicho: Hambrientor jajajajajajja qué bueno, luego me ha entrado un ataque de risa cuando Wenda lo atropellaba todo el rato porque se equivocaba y ponía marcha atrás, luego me he reído con el nombre del tipo ese tan macarra: ¡el Machacas! Jajajajajajaja, luego dices que Wenda atropella a Hambrientor... ¡numerosas veces! Jajajajajaj te lo juro, todavía estoy riéndome y me salen lágrimas jajajajajajajajajjajaa. ¡Además vaya ocurrencia ir al pantano a probar el coche recién comprado! ¡Ayyyyy, es una historia buenísimaaa y súper divertida! Al contrario que la mía, jajajajaja. A ver si aprendo a escribir cosas más divertidas. Gracias por hacernos reír jajajajja, qué bueno.
ResponderEliminarSinéad tiene razón: qué risa. (Ah, y también en que se podía aplicar un poco el cuento ella misma... jajajajajaja). En serio, es sorprendente cómo tocas todos los registros, dicen muchos actores que hacer llorar es relativamente fácil, pero que hacer reír es, con diferencia, lo más difícil de provocar en el público. Pues oye, se te da de miedo. :-D . Bueno, el retrato que haces de Wenda es genial, me encanta que sea tan echada para alante, le da igual todo, el caso es que comprendo que busque el pantano, que es un lugar desolado, para hacer prácticas y no cargarse a nadie... jajajaja... bueno, si dejamos de lado al pobre Hambrientor, que me encanta eso de que prrrrronuncie las errrres con tanta intensidad, al final yo creo que nos da un poco de penita el pobre, tan animoso detrás de comerse a Wenda y los demás, en lugar de comprender desde el principio que los más inteligente era salir huyendo. También Curro tiene lo suyo, me recordaba al cuento de la liebre y la tortuga, él es un as del volante, pero como no se toma en serio a Wenda, esta termina por mojarle la oreja, ¡y al final no sabemos si acabó en la tripa de Hambrientor! Ah, y Pandy ahí, el único que se ha enterado de todo, ¡ay, si hicieran más casito de Pandi! Ja ja ja ja ja... bueno, una historia distinta, me lo he pasado muy bien con ella.
ResponderEliminarAunque la leí ya hace tiempo, no la había comentado y hoy la he releído y me he vuelto a desternillar de risa. Como dicen Sinéad y Vicrogo, sólo a Wenda se le ocurre ir a probar un coche nuevo al pantano, ya sólo eso me hace que me entre la risa tonta. Y luego la carrera y como atropella al pobre Hambrietor una y otra vez, jajajajajajajajajajajajaja. Una historia de estas de risas viene muy bien de vez en cuando. Gracias por regalárnosla.
ResponderEliminarUn abrazote, Daniiiiiii.