Dorothy caminaba exhausta. Acostumbrada a las comodidades de la gran ciudad, el pantano le estaba resultando un verdadero infierno. El maletín blanco que portaba con cada paso que daba le pesaba más. Lobo Negro caminaba decidido y casi sin mirar atrás.
Dorothy: ¿Queda mucho? No puedo más...
Lobo Negro: Todavía quedar mucho.
Dorothy: ¿Podemos descansar un poco?
Lobo Negro: ¿Ahora? Ser peligroso, los espíritus malignos acecharnos...Debemos seguir hasta que los Dioses decirnos por dónde debemos ir.
Dorothy: Claro...
Lobo Negro se detuvo a observar a un buitre posado en una rama.
Dorothy: ¿Que ocurre? ¿Es peligroso?
Lobo Negro: Los Dioses hablar a nosotros. ¿Lo ves?
Dorothy: Yo solo veo un buitre...
Lobo Negro: Hablan a través de los animales.
Dorothy: Esto es una locura...
Siguieron caminando hasta que Dorothy se sentó en el suelo agotada.
Dorothy: Lo siento, pero no puedo más...Me duelen las piernas y este calor...me está matando...
Lobo Negro: No saber que ser tan delicada...tan delicada como bella flor.
Dorothy: Gracias, Lobo Negro...sí, soy delicada...no cómo tú. Eres un hombre fuerte.
Lobo Negro: Descansaremos. No preocupar, yo conseguir agua y alimento.
Dorothy: Eso estaría muy bien...
Lobo Negro se sentó junto a ella. Su belleza le seguía pareciendo algo sobrenatural. Se ponía nervioso en su presencia y por eso andaba más rápido de lo necesario. Dorothy sentía una atracción fatal por Lobo Negro. Nunca imaginó que un hombre así podría gustarle. Siempre imaginó un hombre apuesto, bien vestido y con un puesto relevante en la sociedad. Aunque Lobo Negro no tenía nada que ver con sus preferencias, no podía dejar de pensar en él de esa forma.
Lobo Negro: Tu mirada reflejar tristeza...
Dorothy: Estoy preocupada por mi tía...está muy enferma.
Lobo Negro: En tribu nuestro chamán ayudar. Los Dioses ayudar siempre. Gracias a ellos comunicar encontrarte. No estar triste, Dorothy.
Dorothy: Tus intenciones son buenas, Lobo Negro. Te lo agradezco pero lo único que puede salvar a mi tía son estas medicinas...y estoy tardando demasiado.
Lobo Negro: Confiar en mi, Dorothy. Todo salir bien.
Dorothy: Ojalá pudiese ser tan optimista...
Lobo Negro puso la cabeza en el suelo y cerró los ojos. Se incorporó ante la asombrada mirada de Dorothy y le apresuró a esconderse.
Dorothy: ¿Que ocurre?
Lobo Negro: Venir alguien.
Dorothy: ¡Bien! Tenemos que pedir ayuda.
Lobo Negro: No precipitarte. Debemos escondernos y averiguar de quién tratarse.
Dorothy no se opuso y siguió las instrucciones de su nuevo amigo. Se escondieron tras unos matorrales y esperaron. Pronto aparecieron El Tuerto y su compinche Rubiales. Dorothy se tapó la boca con una mano cuando los vio aparecer.
Dorothy: ¡Son ellos! Esos son los tipos que nos atacaron...
Lobo Negro: Ellos conocer el terreno, ser peligrosos. Espíritus malignos guían su camino. Desean hacernos fracasar y que Lobo Negro y tu tía mueran...No hacer ruido, pronto pasarán. Deber alejarnos lentamente.
Caminaron hasta quedarse sin fuerzas. Los delicados zapatos de Dorothy se rajaron y rompieron con facilidad quedando inservibles.
Lobo Negro: ¿Descansar de nuevo?
Dorothy: Sí...no soy capaz de dar un paso más...
Lobo Negro: Tranquila, yo traer comida y agua.
Dorothy: ¿De dónde? Aquí no hay nada...
Lobo Negro: ¡Estar lleno de comida!
Lobo Negro se fue y tras unos minutos eternos de espera, apareció con comida y agua. Unos pequeños frutos que sabían deliciosos y agua extraída de una planta.
Dorothy: Gracias...desde que mi padre murió nadie me había cuidado tanto.
Lobo Negro: Tu padre cuidarte desde otro lugar, aunque tú no poder verle.
Dorothy: Me gustaría tanto creer eso...
Lobo Negro: Un padre no abandonar nunca a su hija, aunque este morir.
Dorothy: ¿Tienes mujer e hijos?
Lobo Negro: No tener...aunque madre quiere buscar una para mi.
Dorothy: Con lo guapo y valiente que eres seguro que tendrás más de una candidata...
Lobo Negro: No gustar ninguna...
Dorothy: Yo tampoco tengo suerte con el amor...
Lobo Negro: Hombres blancos ser estúpidos. Yo no dejaría escapar mujer tan bella y dulce como tú...
Dorothy: Harás que me sonroje...
Lobo Negro: Tú gustarme, mucho.
Dorothy: ¡Lobo Negro! No puedes decir esas cosas así, como si nada....
Lobo Negro: Yo sentir algo especial...faltar la respiración y ponerme nervioso...
Dorothy: Esto que voy a decir no es propio de una señorita, pero me da igual...tú también me gustas, Lobo Negro.
Lobo Negro: ¡¿Hablar en serio?! ¡Yo ser feliz!
Dorothy: Aunque comprenderás que algo entre nosotros es imposible...somos de mundos muy distintos, Lobo Negro. No funcionaría... además, debo volver para curar a mi tía y...
No supo que decir. Lo había perdido todo y no sabía muy bien a dónde ir. Podía quedarse con su tía, pero era una casa pequeña sin espacio para las dos.
Dorothy se incorporó asustada. Una araña enorme apareció bajando unas rocas. Era marrón con manchas blancas y muchos pelos.
Dorothy: ¡Dios mío! ¡Viene a por nosotros! ¡Socorro! ¡Ahhhhhhhhhh!
Lobo Negro: ¡Tranquila!
Dorothy: ¡Haz algo, te lo ruego!
Lobo Negro: Dorothy, ella no ser peligrosa. Los Dioses nos quieren comunicar el camino. Debemos ir en esa dirección.
Dorothy: Estoy cansada de esos dioses de los que hablas...
Lobo Negro: Confiar en ellos y nos ayudarán.
Lobo Negro se ofreció a llevar el maletín de Dorothy. Caminaron durante horas bajo el sol abrasador. Aquel tiempo les sirvió para conocerse mejor. Hablaron de muchos temas y resolvieron dudas que ambos tenían de los mundos de los que procedían. De este modo, Dorothy averiguó que Oso Blanco era su sobrino y que estaba muy enfermo. Aunque ambos estaban preocupados por sus familiares, rieron y se sintieron cómodos el uno con el otro. Aquella experiencia les estaba cambiando la vida.
Dorothy se detuvo a observar el paisaje. Por primera vez veía algo más que una tierra seca y hostil. Le pareció un lugar bonito que ocultaba secretos y tesoros ocultos para los que no sabían mirar con los ojos del alma. Se imaginaba viviendo en aquellas tierras junto a Lobo Negro y se sorprendió pensando que aquella idea no le disgustaba en absoluto.
Dorothy: Este lugar es precioso.
Una mofeta se les apareció y Lobo Negro aseguró que se trataba de otra señal de los Dioses. Siguieron caminando en esa dirección hablando animadamente.Una extraña sensación de optimismo se había apoderado de ellos.
Quizás por eso, Lobo Negro no estuvo atento a las señales que le advertían del peligro. El Tuerto y Rubiales aparecieron subidos en sus caballos y disparando al aire. Lobo Negro agarró con fuerza su hacha dispuesto a luchar por Oso Blanco y por Dorothy.
Dorohty: ¡Son ellos! ¡Nos han encontrado!
Lobo Negro: ¡No he estado atento! ¡Los Dioses nos han abandonado!
El Tuerto: ¡Bang! ¡Ya te tengo guapita!
Rubiales: ¡Sí, ya te tenemos! ¡Bang!
El Tuerto disparó alcanzando a Lobo Negro en la cabeza. Aunque solo le había rozado, quedó aturdido en el suelo y semiinconsciente.
Dorothy: ¡Lobo Negro! ¡Nooo! ¡Por favor, no le hagáis daño!
El Tuerto: ¡Sólo es un indio, mujer! Son salvajes y peligrosos. ¿Esa es la forma de agradecernos que te salvemos de ese salvaje?
Dorothy: ¡Eso no es así! Intentaba protegerme de vosotros.
El Tuerto: Yo cuidaré de ti, muñeca.
Rubiales: Sí, él cuidará de ti.
Dorothy: ¡Vete al infierno!
El Tuerto: Mano dura es lo que necesitas. Ya te meteré en vereda. Las mujeres son como los caballos, hay que saber montarlos para que obedezcan.
Rubiales bajó de su caballo apuntando a Lobo Negro, que intentaba abrir los ojos e incorporarse.
Rubiales: Aparta del salvaje, te puedes manchar de sangre.
Dorothy: ¡No lo haré!
Lobo Negro: Dorothy...cree en los Dioses, confiar en ellos...y...nos ayudarán...
Dorothy: Lobo Negro, ¡no sé cómo hacerlo!
Lobo Negro: Ellos enviarte, confía en ellos...
Rubiales: ¡Sabe hablar! Eso si que es raro...pero no le librará de la muerte.
Dorothy cerró los ojos y pidió ayuda. No sabía muy bien a que o quién se lo estaba pidiendo pero lo hizo con todas sus fuerzas.
Un búfalo apareció corriendo de la nada preparado para embestir a Rubiales, que estaba concentrado en asesinar a Lobo Negro. El animal embistió a Rubiales de tal forma que este salió disparado con tal violencia que se partió el cuello al caer al suelo.
Rubiales: ¡Ahhhhhhhhhhhh!
El caballo de Rubiales salió corriendo asustado y El Tuerto huyó del enfurecido búfalo. Dorothy no pudo evitar ponerse en pie y saltar de alegría. Ahora sí que creía en los Dioses de Lobo Negro.
Lobo Negro parecía encontrarse mejor, pero no tenía fuerzas para seguir caminando. Dorothy se puso a llorar temiendo por la vida de ambos. Ella no sabía seguir el rastro que los Dioses les indicaban.
Lobo Negro: Deber seguir tú sola...yo no tener fuerzas...
Dorothy: ¡No! No pienso abandonarte aquí solo, ¡ni loca! He conseguido que un búfalo nos ayude, podremos superar cualquier cosa...por favor, resiste...
Lobo Negro: Oso Blanco y tu tía necesitar tu ayuda...
Dorothy: Confío en los Dioses y sé que no te dejarán aquí solo.
El caballo asustado de Rubiales apareció más tranquilo y agachó la cabeza ante ellos.
Dorothy: ¿Has visto? No debemos perder la fe en ellos.
Lobo Negro: No ser tan delicada como pensar, Dorothy.
En el poblado los recibieron como a héroes. Aunque muchos se sorprendieron al ver a Dorothy, supieron que se trataba de la ayuda que tanto habían pedido a los Dioses.
Chamán: Has cumplido con éxito tu misión, Lobo Negro. Solo espero que no sea demasiado tarde para Oso Blanco.
Dorothy se acercó a la tienda dónde estaba Oso Blanco tumbado. Supo que parte de esa medicina que tenía en su maletín debía ser para aquel niño inocente. Entró y se la suministró ante la atenta mirada de los demás.
Dorothy pasó allí la noche, en una de las tiendas. Lobo Negro le prometió salir temprano para ayudar a su tía. Todos se mostraron amables y agradecidos por ayudar a Oso Blanco. Comió y bebió todo lo que quiso y sintió un amor especial por aquella gente, sobretodo por Lobo Negro. Vivían en conexión con la naturaleza, en paz. Por la mañana Oso Blanco despertó sano, totalmente recuperado. Todos danzaron alrededor del fuego agradeciendo a los Dioses su ayuda.
Dorothy: Es hora de marcharnos...mi tía...
Lobo Negro: Todos hemos pedido ayuda a los Dioses. Ellos no permitir que le ocurra nada malo, se recuperará.
Dorothy: No lo voy a poner en duda...
Lobo Negro: Entonces, ¿esa cara triste?
Dorothy: No quiero marcharme...no quiero estar lejos de ti. Lobo Negro, yo...
Lobo Negro: Dorothy, iremos a ayudar a tu tía y luego volver juntos, aquí. Mi espíritu ser tuyo para siempre.
Te amo de verdad...¿Que decir?
Dorothy: Lobo Negro...Sí, ¡sí quiero! Yo también te amo.
Se besaron ante el asombro de todos los presentes. Pensaron que se trataba de otra bendición de los Dioses, Lobo Negro ya tenía mujer. Siguieron danzando celebrando la nueva unión.
El chamán le dio la bienvenida a la tribu y animó a Dorothy asegurando que su tía se recuperaría. Así fue, su tía se recuperó. Aunque se sorprendió de la nueva vida que Dorothy había emprendido junto a Lobo Negro, no se opuso a su felicidad. De esa forma, muchas veces se visitaban y juntas intentaban cambiar la visión negativa que la gente tenía de los indios. Dorothy fue feliz, muy feliz.
Sin embargo, El Tuerto corrió un destino bien diferente...Se escondió del búfalo y lo despistó, pensando que había burlado la ira de los Dioses. Estaba muy asustado. La muerte de su compinche le había pillado por sorpresa.
El Tuerto: En cuanto salga de aquí me buscaré a otro...Rubiales era un poco tonto, la verdad. No entiendo de dónde salió ese búfalo...
Desconocía que varios lobos le estaban siguiendo el rastro.Toda la manada se excitó ante la idea de comida fácil y suculenta. Aunque no solían merodear por esa zona, se habían sentido atraídos hasta aquel lugar sin razón alguna. Lo encontraron agazapado en aquellas rocas y poco pudo hacer para protegerse. Gritó con todas sus fuerzas pidiendo ayuda sabiendo que en aquel apartado lugar nadie le podía oír. Disparó sin acertar ni un solo tiro y aunque se resistió, la manada acabó con la patética y delictiva vida de El Tuerto.
¡Me ha encantado esta historia! Adoro a Dorothy. Los dioses son justos y al final esos dos rufianes han recibido su merecido. No esperaba que los lobos acabarán con el Tuerto y muy bueno también la aparición milagrosa del búfalo.
ResponderEliminarNo he podido evitar a medida que veía la linda pareja que formaban Lobo Negro y Dorothy imaginarme cómo serían dentro de un tiempo: Dorothy totalmente integrada en la tribu, con ropajes de india y complementos indios y feliz madre de una familia de pequeños mestizos, blancos y morenillos.
También me he imaginado que estos podrían ser los antepasados de payaso demonio. En algún momento de la cadena entró el elemento mágico de su especie demoniaca pero quizás su tatarabuela/o puedan ser humanos y de una mezcla así especial como la de ellos en esa tierra y en conexión con el mundo de los espíritus.
Me ha gustado muchísimo. Tus historias son especiales y únicas. Nunca dejes de hacerlas. Un besote
Al fin se desencadenan los acontecimientos que llevan a un feliz final, como era de esperar, pues esta historia no podía acabar mal. Me gusta mucho la relación entre Dorothy y Lobo negro, la verdad es que es muy bonita y mágica, con elementos tan naturales y místicos. Me alegro de que los malos hayan recibido su merecido :). Además las fotos son muy hermosas y desprenden incluso calor. Es fácil imaginarse el clima de esos lejanos lares y respirar elolor del desierto.
ResponderEliminarQué bonita es la historia, y además tiene final feliz, que es lo que más me gusta :-) Creo que de todo lo que más me agrada es que los protagonistas crean; creen en los dioses, en el amor, en que se puede ser feliz, y sobre todo creen cada uno en el otro, da igual que partan de una situación desesperada y que, como dice Dorothy, "lo suyo sea imposible", ¡muy pronto se demuestra que no es así! Además, la continua intervención de los animales es genial, cada uno tiene su papel, y no se puede evitar sentir que los que se comen a El Tuerto actúan muy bien, ¡menudo banquete, el mundo está mejor sin gente tan mala! Ah, también el comentario de Inma me ha hecho pensar, ¿serán antepasados de Payaso Demonio? La verdad es que tiene una unión estupenda con los animales, de ahí le podría venir... seguro que por algún otro sitio se coló la componente mágica, pero... ¡puede que tenga razón! Has aprovechado al máximo lo elementos del paisaje y de Playmobil, y partiendo de cosas tan corrientes has construido una historia nada convencional, de las que te conquistan el corazón.
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