La Fune y Pinhead se
habían enterado de la fiesta de fin de año que se organizaba en el hotel de
Clisandia. Esa noche habían cenado las últimas latas que les quedaban de todo lo que habían robado en el camping. Una lata de sardinas, otra de pimientos y como plato fuerte una de salchichas. Aunque tenían champán para brindar, tuvieron que beber a morro. En una callejuela solitaria de mala muerte, comieron sentados en cajas de fruta y como mesa otra caja de madera que encontraron en un contenedor. Estaban sin blanca así que decidieron ir al hotel para robar. Aunque no les
salió muy bien la primera vez, esperaban que su suerte cambiase esa segunda.
Había muchos invitados y algunos con bastante dinero, como el empresario
Ernesto Pérez. Se asomaban sin dejarse
ver por los curiosos ojos que acudían a la fiesta.
Fune: Viene mucha gente
repipi. Estos deben estar podridos de millones.
Pinhead: Esta será
nuestra gran noche, ya lo verás.
Aquella noche muchos
fueron invitados a la fiesta y otros acudieron pagando una entrada. Wenda al
ser hija del dueño del hotel, entraba gratis. Iba vestida con un vestido largo
rojo y pomposo con lunares blancos. La espalda y los brazos quedaban al
descubierto. Un sombrero rojo con plumas amarillas y azules completaba el
conjunto. Su ex marido, Ben Rosales, caminaba hacia la entrada del hotel.
Sintió un pinchazo en el corazón cuando lo vio venir, pero disimuló su alegría.
Wenda: Buenas noches,
Ben. Feliz año nuevo.
Ben: Wenda… feliz año
nuevo.
Wenda: ¿Piensas entrar de
esa guisa? Podrías haberte puesto una corbata.
Ben: Visto como me da la
real gana, querida.
Wenda: ¿No vienes acompañado
de Hafida? Me dijiste que irías a por ella…
Ben: Eso no es de tu
incumbencia. Perdona, Duclón me está esperando.
Sus iba vestida con el
vestido que le regaló Mary. Adoraba ese vestido y lo guardaba como un tesoro.
Diamante sin embargo, no quiso vestirse para la ocasión.
Diamante: Todavía tengo
las uvas atragantadas.
Sus: Yo por muy poco no
lo consigo…ay Diamante, ¿estarán bien los niños?
Diamante: No te
preocupes. Aunque mi abuela parezca tan brusca, es muy delicada
con los niños. Podríamos haber dejado a Pandy también con ella.
Sus: Es que se quería
venir.
Pandy: ##### (¡Yo también
tengo derecho a divertirme!)
Idalia revisaba la lista
de invitados cada vez que alguien se acercaba a la entrada con intención de
pasar a la fiesta. Aunque le había tocado trabajar esa noche, no estaba
desanimada. Prefería trabajar que quedarse sola en su casa en noche vieja.
Idalia: Feliz año nuevo.
Pueden pasar. Espero que pasen una agradable velada.
Mercedes Clická: Como
pueden comprobar, para que los demás puedan disfrutar de una inolvidable noche
vieja, es necesario que muchas personas trabajen esta noche. En este hotel
están celebrando la entrada de este nuevo año con una fiesta por todo lo
alto…Oye, ¿Qué haces? ¡Paco!
Cámara: Menuda tía, de
pan y mojar. Merche, nos podríamos escapar un ratito a esa fiesta…ya tenemos
varios testimonios y el reportaje está casi listo.
Merche: No seas vago. El
reportaje estará listo cuando yo lo diga.
Mercedes Clická: ¡Mira!
Allí hay un trabajador. ¡Perdone, caballero!
Manolo: ¿Mabra a mí,
zeñora? Ojú, si ere la famoza de la tele, ¿toy lo cierto?
Mercedes Clická: Soy
Mercedes Clická. ¿Le podría hacer un par de preguntitas? Saldrá usted en la
tele.
Manolo: Huzté dirá.
Mercedes Clická: ¿Cómo
lleva trabajar en noche vieja? ¿Qué piensa su familia sobre que trabaje en una
noche tan especial?
Manolo: Trae pacá eza
alcachofa que yo te habro. Yo zoy el chapucizta del hotel, el del mantenimiento
de to ezto. Arregro to claze de coza y zoy mu necezairo. Aquí el menda zabe
hacé de to. Zoy tan necezairo que la hefa me tiene explotao pero paga bien la
joía. A mi muhé li da iguá, siempre mi quedo dormio en el zofá y dice que
zoy un zozo. Otra koza, ya que toy li mando un zaludo a mi maire y mi paire y a
mi mujé, la Pepi. ¡Té quiero mi gorda!
Mercedes Clická: Gracias…
En el interior del hotel,
la fiesta estaba en su mejor momento. Servían canapés y todo tipo de deliciosas
delicatesen y bebidas. Habían habilitado un bar para aquellos que querían
cócteles y bebidas más especiales. Además, el grupo El canto del click había sido
contratado esa noche para que actuara en la fiesta. Estaba tocando su segundo hit del momento
“zapatillas para correr”.
El canto del click:
Estas zapatillas son
fenomenaleees,
Saltamos y brincamoooos,
por todos ladooooos,
Estas zapatillas son
alucinantes,
Corremos y volamoooos,
¡adelanteeeee!
Willy: ¡Vivaaaa!
PD Junior: ¡Son la caña!
Renzo: ¡Me encanta esta
canción!
Ernesto: ¿Esta música es la que le gusta a la juventud
de hoy en día? Está claro que estoy anticuado…
Susanne: Yo tampoco le
encuentro el sentido a estas canciones, son ruidosas y consiguen que me duela
la cabeza. A pesar de ello, soy feliz. Empezamos el año juntos… y espero que
siga siendo así.
Ernesto: Yo también lo
deseo.
Estrella llevaba mini
falda azul cielo y una camiseta blanca de tirantes. Aunque no tenía frío, se
sentía incómoda.
Estrella: No estoy
acostumbrada a vestir estas prendas tan cortas…me da mucha vergüenza.
Wen: Estás muy guapa,
cariño.
Estrella: Wen, te dije
que prefería quedarme en casa…aquí me siento fuera de lugar…no sé cómo debo
comportarme ni dónde colocar los brazos y a dónde debo mirar…
Wen: Estrella, relájate.
Aquí nadie te juzgará y todos te quieren, aunque no tanto como yo.
Estrella: Wen, yo también
te quiero muchísimo.
Cámara: Merche, ¿lo
dejamos ya?
Mercedes Clická: Está
bien, ve a divertirte. Yo esperaré a que terminen de actuar El canto del click
y les haré algunas preguntas.
Cámara: ¡Gracias Merche!
Feliz año.
Mercedes Clická: Feliz
año nuevo, Paco.
Hilary: Pues nos
asustamos mucho. Yo pensé inmediatamente en llamar a la policía, pero Lilu fue
más lista. Por lo visto ese hombre tan raro tenía mucho dinero. Nos pagó un
dineral por tenerle listo un traje a medida. Nos vino muy bien, aunque a mi ese
hombre me da repelús. Tenía una mirada tan rara…y esa barba blanca…por no
hablar del niño que les acompañaba, ¡tenía la cara pintada de negro! OMG. Muerta me quedé.
Mary: Es el mismo del que
nos habló Sus, que hizo un truco de magia muy extraño en su tienda. Dijo que
algo no cuadraba…
Roberto: Bah, chicas.
Pasemos de pensar en tipos raros y centrémonos en pasar una buena noche, ¡esta
noche me voy a poner hasta arriba de zumo de piña!
Lilu: ¡Nino! OMG, que ilu
que hayas acudido a la fiesta. Nene, ¡estás más chupao que la pipa de un indio!
Cari, ¿cómo lo haces?
Nino: Trabajo y más
trabajo…y ya sabes…la dieta del cucurucho.
Lilu: ¡Que fuerte! Eres
más cochino que la cama de Babe, es broma nene. Cari, en serio, estás
espectacular.
Nilo: Y vosotras también.
Alexia, estás divina nena.
Alexia: Gracias. No sabía
que ponerme pero Lilu me ayudó a decantarme por este modelo.
Nino: Es perfect. Oye, a
ver cuando te pasas por mi pelu. Hace ya tiempo que no te vemos por allí.
Alexia: La próxima semana
me pasaré, prometido.
Camarero: ¿Qué desean los
señores?
Diamante: ¡Ron!
Carmelo: Yo una cerveza.
Duque: Yo prefiero un Ron
con piña.
Camarero: Marchando.
Duclack: Ay Sus, me
alegra tanto empezar el año contigo. Hemos superado todas las adversidades de
este 2013 con éxito y estoy segura que 2014 será nuestro año.
Sus: Tienes razón. Yo
también me siento muy feliz. Eres tan importante para mí que no concibo la vida
sin ti. Hablando de amigas, ¿dónde estará Sinéad? Dijo que vendría.
Duclack: Es verdad…quizás
se haya arrepentido. Dijo que no le gustaban las fiestas.
Othello: Ven aquí,
negrita mía. Eres sólo mía. Todos los hombres te miran con deseo, ¡pero yo soy
el afortunado! El embarazo te ha sentado bien, cariño.
Fatumata: ¿Ya no temes
ser padre? Llevas unos días muy raro…
Othello: En absoluto.
Quiero ser un buen padre para nuestro hijo. Cuando vi a Diamante en ese
estado…tendrías que haberle visto…pues me asusté un poco. Pero eso ya es
historia.
En esos momentos Sinéad y
Eros entraron en la estancia. Sinéad vestía un vestido blanco largo con rosas
doradas dibujadas. En la cintura una rosa decoraba el vestido. Sus pálidos
brazos quedaban al descubierto y en su pelo lucía una flor blanca. Eros llevaba
un traje chaqueta negro, rojo y blanco con pajarita. Los dos estaban nerviosos.
Estaban rodeados de suculentos humanos y aunque se habían alimentado, la sed
hervía su interior.
Sinéad: Esto no es una
buena idea…
Eros: Shiny, deja de
preocuparte. Es cierto que aquí huele a sangre dulce y sabrosa, pero ya nos
hemos alimentado.
Sinéad: Busquemos a
nuestros amigos, con ellos me siento más segura.
Diamante vio a la pareja
entrar y abrió los brazos demostrando su sorpresa y alegría.
Diamante: ¡Sinéad y Eros!
¡Que elegantes! Sinéad, estás bellísima.
Sinéad: Gracias,
Diamante.
Diamante: Estos son mis
amigos, Duque y Carmelo. Son dos camaradas de aventuras.
Eros: Un placer, chicos.
Sinéad: Sí, es un placer.
Duque: Feliz año nuevo.
Carmelo: Eso, feliz año
nuevo.
Diamante: Eros, te quedas
con nosotros. Te voy a pedir un copazo de ron con piña que quita el sentido.
Eros: No bebo alcohol, es
que no me sienta bien…
Diamante: ¡Un día es un
día! Sinéad, Duclack y Sus están allí. ¡Camarero!
Sinéad se hizo paso entre
los invitados (prefería no pensar cómo se las apañaría Eros para no ingerir
alcohol) y llegó hasta dónde se encontraban Sus y Duclack. Se dieron un beso y
se felicitaron el año nuevo.
Duclack: ¡Vaya! Que
vestido, Sinéad. Estás realmente guapa.
Sinéad: Gracias…
Sus: Que guapa, ¡tienes
mucha clase vistiendo!
Sinéad: Que exageradas.
Vosotras también estáis muy guapas. Pensaba acudir a la fiesta con el vestido
rojo que me compré pero tuve un pequeño accidente...una mancha de tomate cuando preparaba la comida (en realidad se trataba de una lágrima de sangre; ya que se emocionó con una canción que estaba escuchando y no pudo evitar que una de las lágrimas cayese en el vestido).
Sus: Sinéad, te presento
a mi madre, Wenda. Ella es mi tía Sharon. Mamá, ella es Sinéad, mi nueva vecina.
Wenda: Mi hija me ha
hablado mucho de ti. No se equivocaba cuando me decía que pareces una chica de
cuento de hadas. ¡Qué pálida eres!
Sus: ¡Mamá!
Wenda: Lo siento, Sinéad.
Es que me sorprende la palidez de tu piel, parece que brillas con estas
irritantes luces de discoteca. Ese vestido es una maravilla, ¿dónde lo has
comprado?
Sinéad: Fue un regalo de
mi padre.
Sus: Un día me tendrás
que hablar de tu padre, nunca me has explicado dónde vive.
Sinéad: Sí, os lo contaré
un día de estos.
Vicrogo: ¡Sinéad! ¡Estás
excesivamente guapa! Me das una alegría. Que bien que hayas podido acudir a
esta fiesta.
Sinéad: Hola Vicrogo. No
me podía perder un acontecimiento como este.
Vicrogo: ¿Dónde está
Eros?
Sinéad: Creo que anda por
ahí con Diamante y sus amigos.
PD: ¡Vicrogo!
Vicrogo: Me llaman. Luego
hablamos.
Sinéad: Hasta luego,
Vicrogo.
Wen: Que ven mis ojos,
Sinéad. Que bella estás esta noche.
Sinéad: ¡Wen! Muchas
gracias.
Wen: ¿Has podido comerte
todas las uvas?
Sinéad: No me gustan las
uvas…
Wen: No sé por qué me lo
suponía…
Sinéad: Pero lo sustituí
por lacasitos.
Wen: Deliciosa alternativa. Sinéad, quiero presentarte a
alguien muy importante para mí. Sineád, ella es Estrella, mi novia.
Sinéad: Hola, Estrella.
Es un placer.
Estrella: Deseaba
conocerte. Wen y los chicos me hablan mucho de ti. No se equivocaban, eres muy
bella.
Sinéad: Al final me lo
terminaré creyendo.
Estrella: Espero que
podamos ser buenas amigas.
Sinéad: Lo seremos.
Wen: Te voy a presentar a
mi abuelo. Él es el dueño de este y de toda la cadena de hoteles de esta
empresa. Le podrás explicar que deseas
abrir un hotel y a ver que te puede aconsejar.
Sinéad: No sé…estoy
nerviosa y no sé si estoy preparada…me gustaría que Eros estuviese también
presente…
Wen: No te pongas
nerviosa. Ya verás que mi abuelo es amable y con él te sentirás bien. Ven, te
lo presentaré.
Wen: Abuelos, os presento
a mi nueva amiga, Sinéad. Ella es vecina de Sus y Diamante. Hace muy poco se mudaron
allí y nos hemos hecho buenos amigos. Abuelo, ¿recuerdas que te hablé de ella?
Ernesto: Lo recuerdo.
Sinéad, bonito nombre.
Sinéad: Gracias, señor.
Susanne: Casi tan bonito
como tú. Yo soy la abuela de Sus y Wen. Me llamo Susanne y mi marido Ernesto.
Sinéad: Encantada.
Susanne: Me dijo Wen que
eres una muchacha muy emprendedora y que deseabas consultar algo con mi
Ernesto.
Sinéad: Así es. Quiero
abrir un hotel. No sé que pasos debería dar…
Susanne: Ernesto es el
hombre indicado al que le debes preguntar. Os dejamos solos para que podáis
hablar con más tranquilidad.
Sinéad: Agradezco que me
conceda unos minutos de su tiempo…
Ernesto: No te
preocupes, ya me estaba empezando a
agobiar con tanta conversación insulsa y aburrida. Sinéad, debo suponer que
dispones de un buen capital para hacer una inversión de semejante magnitud.
Sinéad: Sí…creo que sí.
El dinero no es un problema para mí. No quiero decir con ello que sea
millonaria, pero no tengo dificultades económicas.
Ernesto: Voy a ser franco
contigo, jovencita. Me gustas. Creo que tienes el ímpetu y la ilusión que hace
falta para llevar un negocio como el que te propones. Yo puedo hacerte una gran
oferta.
Sinéad: ¿De que se trata?
Ernesto: Te vendo mi
cadena de hoteles.
Sinéad: ¿Cómo? Pero yo solo
quiero abrir un hotel…no sabría manejar tantos al mismo tiempo…
Ernesto: No es tarea
fácil, pero para una chica joven e inteligente como tú, será fácil de llevar.
Te confieso que ya no puedo más. Mi cuerpo ya no es el que era y estoy cansado.
Además de la cadena de hoteles, también tengo otra de aparta hoteles, el
refresco Colo-K, una agencia de detectives y diversos negocios más. Quiero
desprenderme de la cadena hotelera y creo que tú eres la persona indicada para
hacerse cargo.
Sinéad: Es una oferta muy tentadora… ¿De cuanto dinero estamos hablando?
Ernesto: Te pondré facilidades, no debes preocuparte por ello, Sinéad. Has cautivado a mi nieto, que no hace más que hablar de ti. Gracias a él te haré una buena rebaja en el precio final. Además, eres una chica encantadora. No deseo incomodarte, pero me pareces muy bella.
Sinéad: Es usted muy amable, señor Ernesto. Hablaré con mi novio sobre ello y le daré una respuesta lo más pronto posible.
Ernesto: Prisa no tengo. Estas cosas se deben pensar muy bien, así que tómate todo el tiempo que necesites. Ya hablaremos de los trabajadores que me quedaría, cuales tendrías que contratar y todo aquello que deberías saber antes de iniciarte en algo tan complejo.
Sinéad: Estoy ilusionada. Le agradezco su comprensión y su fantástica oferta.
Vicenta, Hermenegilda, Herminia y Onofre entraron con paso firme y decidido. A pesar de que todos padecían dolencias en los huesos y las articulaciones, no estaban dispuestos a perder ni un segundo más. Habían ido a la fiesta en el coche de Onofre. Muy precavido al volante, condujo lenta y tranquilamente hasta el hotel.
Hermenegilda: Hemos llegado muy tarde. Yo quería estar presente desde el principio e ir saludando y examinando a todo el que entrase.
Vicenta: La culpa es de Onofre, que es muy lento al volante.
Onofre: Conduzco con precaución. Siempre me echas la culpa de todo, maldita sea.
Herminia: ¡Onofre! No maldigas. Vamos, que llevo todo el día sin comer y me zurren las tripas.
Las tres amigas portaban grandes bolsos para llevarse grandes cantidades de comida.
Hermenegilda: El catering
es por allí. Ay, Fernanda…que pena que no hayas podido venir. Aunque con el
azúcar por las nubes como lo tiene es mejor que no hayas venido. Seguro que con
su hijo Edefesio lo estará pasando bien.
Vicenta: Yo pienso en
Matilde…a ella le habría gustado estar aquí.
Herminia: Comeremos y
brindaremos por ella.
Hermenegilda: Vamos, que
tenemos trabajo. Tengo una olla de potaje que hice el mediodía, así que todo lo
que nos llevemos hoy lo congelaré.
Onofre pasó directamente
del plan y se fue a pedir a la barra una limonada. Herminia y Vicenta fueron
directas al catering y sin ningún reparo (aunque ellas pensaban que no se
notaba) llenaron sus bolsas de comida al mismo tiempo que probaban diversos
canapés.
Herminia: Este no lo
eches, que sabe a whisky.
Vicenta: Ah, pues de
estos cojo unos cuantos y se los llevo a mi hija, que le encantan.
Sinéad no podía dar
crédito a lo que veían sus ojos. Estaba totalmente paralizada. Ernesto le
hablaba pero dejó de escuchar lo que le decía. La horrenda música desapareció y
todo quedó en silencio. A cámara lento veía acercarse a Doña Hermenegilda hacia
ella. En un principio no pareció darse cuenta de su presencia y Sinéad miró
desesperada a los lados buscando un lugar dónde esconderse, pero Ernesto le
seguía hablando ajeno a su estado de pánico. Cuando Hermenegilda giró la cabeza
y la vio, se le abrieron los ojos como platos. Fue directamente hasta ella e
interrumpió a Ernesto sin ningún tipo de consideración.
Hermenegilda: ¡La pálida
millonaria! Que sorpresa verte aquí. Que vestido te has puesto…se nota que
dinero no te falta. Podrías haberte puesto coloretes, estás más pálida que un
muerto. ¡Oh! Luego te presento a mis amigas, Herminia y Vicenta. Son muy majas
y grandes jugadoras de póker, aunque Vicenta suele hacer trampas. No le digas
que te lo he dicho que se enfada…su hija es lisbina de esas…ya sabes, de esas que
quieren hacer de hombre, ¡pero que loco está el mundo! Lo que daría yo por un
buen macho. A mi ya no me mira ni el médico, le aburro con mis dolencias pero
es que a alguien se lo tendré que contar. Que por cierto, ahora me tendré que
tomar una pastilla para el dolor de cadera, que me está matando. Dicen que no
es bueno mezclar alcohol con las pastillas, así que a lo mejor no me las tomo y
me meto una copa de lo que sea, que una aunque sea vieja le gusta disfrutar de
la vida.
Sinéad: Claro que sí, disfrute…
Ernesto: Señora, si nos disculpa…estábamos conversando sobre negocios.
Hermenegilda: Mi primer marido, que me decepcionó mucho, montó un estanco. A mi el vicio del tabaco me duró muchos años hasta hace poco que la medica me lo prohibió. Pero mi marido parecía una locomotora, fumaba a todas horas. Yo que le acompañaba todo el día se lo decía, que no fumara tanto, que eso es malo para el cuerpo. No sé que le pasaba, pero no me escuchaba…los clientes dejaron de venir, ¡no lo entenderé nunca! La virgen sabe que yo los recibía a todos con alegría y les preguntaba por sus cosas. A la gente le gustaba que le contase mi vida, disfrutaban con cada una de mis palabras. Yo creo que el negocio fracasó por la cara de mi primer marido, ya me lo decía Fernanda, que tenía cara de lagartijo.
Sinéad: Creo que debería ir con sus amigas…están allí solas.
Ernesto: ¡Dios! Ahora soy yo el que necesita una pastilla para el dolor de cabeza, ¡que mujer!
Hermenegilda: ¡Yo tengo en el bolso toda clase de pastillas! Las llevo por si las moscas. En caso de emergencia todo el mundo acude a mí, soy mejor que la farmacia. Por cierto, el farmacéutico me tiene miedo, ¿te lo puedes creer? El otro día se escondió en el mostrador y….
Herminia: ¡Mmmm! Este
sabe a chorizo, me gusta.
Vicenta: Mañana los
pondré para acompañar con el pollo. Ay, agárrame esos de mozzarella que con los
tendones rotos de los brazos no alcanzo.
Herminia: Te llevas diez
y yo otros diez. ¿Dónde está Hermenegilda?
Vicenta: Hablando con la
gente. Yo prefiero llenar bien la bolsa y luego ir a cotillear, que lo primero
es lo primero.
Mientras, la Fune y
Pinhead miraban desde el exterior. Asomados por uno de los ventanales,
observaban a los invitados allí congregados.
Fune: Cari, tengo hambre…mira que canapés. Esa lata de sardinas, los pimientos y las salchichas no me han quitado el hambre...Esas viejas están arrasando. No somos los únicos que vienen a robar aquí.
Pinhead: Luego comeremos
lo que quieras. Tenemos que entrar en las habitaciones y buscar pasta y cosas
de valor. Vamos a comenzar el año con buen pie.
Continuará...
¡Al fin la historia de fin de año! Me he tirado todo el poco día que llevo vivido entrando en tu blog para ver si la habías publicado. Hay muchos detalles que merecen ser destacados. El primero de ellos es la elegancia con la que todos van vestidos. Wenda, Sus... van guapísimas. Después me ha hecho mucha gracia que Pandy también haya querido ir a la fiesta. ¡Por supuesto que él también tiene derecho a pasárselo bien! No he podido evitar reírme al leer el tema del artículo para el que está trabajando Mercedes Clická. Jajajaja, Clicks que deben trabajar en fiestas. ¡Manolo es buenísimo! No tengo nada en contra del nombre de Manolo, pero es que no podías haber cogido un nombre mejor para representar a este personaje. ¡Genial representada su forma de hablar! ¡Qué risa! Jajajajajajaja, ¡también es buenísima la nueva canción del Canto del Click! ¡Vaya letra! Jajajaja. Pobrecita Estrella, me da mucha pena que se sienta fuera de lugar, sobre todo porque la pobre no sabe qué posturas debe mantener... ¡Buena la de Roberto de querer ponerse hasta arriba de zumo de piña! Cómo se parece a mí, jejejeje. También me ha sorprendido que se cite lo ocurrido con Sam... ¡Todo se relaciona, qué guay! Y Diamante, Carmelo y Duque bebiendo ron... ¡Como piratas que son! ¡Y al fin entran Shiny y Eros! Y nada más entrar ya tienen que enfrentarse a lo que son... Eros tiene que rechazar la invitación de Diamante de tomarse una copa de ron... Ay... ¡Muy bueno eso de que se emocionó escuchando una canción y se le manchó el vestido! Jajajajaja, ¡cómo me he reído! ¡Jajajajajajajajajja me ha encantado lo de los lacasitos! ¡Es justo lo que yo hago! ¡Qué sorprendente la oferta que le hace Ernesto a Sinéad! Es demasiado para ella jajajaja. ¡También es muy buena la intervención de los cuatro ancianos! Hermenegilda, Vicenta y Herminia cogiendo comida continuamente jajaja... ¡Y la pobre Sinéad...!! ¡No se puede librar nunca de la señora Hermenegilda! Pobres Ernesto y Sinéad... pero qué bueno es todo lo que dice Hermenegilda. Ha sido un capítulo muy divertido e interesante. ¡Me he sentido impotente cuando he visto que terminaba! ¡Tienes que continuarlo cuanto antes, por favor! ¡Está muy emocionante! ¡Me encanta!
ResponderEliminar¡Qué divertido! ¡Fiestaaaaaaaa! Nochevieja es una noche muy especial y nuestros amigos han ido a celebrarlo por todo lo alto en esa gran fiesta.
ResponderEliminarPinhead y la Fune están dispuestos a hacer de las suyas. Has enlazado perfectamente con mi foto de su cena de Nochevieja.
Me encanta como va vestida Wenda, ¡está guapísima! y en esas fotos con Ben consigues crear una química muy especial. Parecen dirigirse miradas y expresar mil cosas en cada foto.
Sus está preocupada por los pequeños pero con la abuela Atalana estarán bien cuidados. También está guapísima con ese traje.
La cuadrilla de Vicenta y sus bolsos no tienen desperdicio ni sus comentarios.
También me ha hecho gracia Nino hablando con las chicas. Se nota que es un click muy pijo también.
Seguro que se me escapan detalles, como el efecto de luces, la conversación de Ernesto y Sinéad, lo sexy que va Estrella o lo pesada que es Hermenegilda, la farmacia andante, jajajajajaja. Pero en resumen, me ha encantadoooo.
Espero la continuación. Un besote
Wensus, este "especial nochevieja" como los llamo yo, me ha encantado. Está todo muy organizado, me parece muy buena idea eso de la fiesta del hotel. Yo es que mi Sidra tuvo que quedarse en casita que le venían amigos. En fin, es más tradicional. Me parece un poco precipitada la idea de dejarle la cadena de hoteles a Sinéad sin conocerla bien del todo... ¡Lo que me ha hecho partirme ha sido la intervención de Hermenegilda y compañía! Por Dios, estas viejas donde haya cotilleos no se pierden una! Me he fijado también que Duclack lleva el mismo vestido que lució en la boda de Sus y Diamante. Estrella me ha encantado, estaba guapísima. Sus llevaba un vestido que ya había visto en una foto de Facebook. Precioso. 😉 Bueno, me dan miedo Fune y Pinhead... Ahí al acecho... ¡Buaajjjj! Bueno, pues feliz año 2014 y que el blog siga así.
ResponderEliminarQue fiesta tan bonita! Todo està tan currado como siempre Wensus.
ResponderEliminarHacía algún tiempo que no entraba i me ha gustado tanto como siempre.
Feliz año nuevo!
Àlex