Estaba deseando volver a casa. Se sentía extremadamente cansada y desilusionada. Marta estaba pasando por una mala racha. No es que su vida fuese un desastre ni las cosas fuesen mal, pero no hacía más que pensar en Clingo, su novio. Lo echaba de menos y se sentía insegura. Pensaba en todas esas fans que le perseguían a todas partes y eso le angustiaba. Intentaba no pensar en ello, pero le costaba muchísimo.
Entró en una de las habitaciones para limpiar cuando se encontró una guitarra sobre la cama. Era muy parecida a la que tenía Clingo. En un primer momento no hizo caso, pero pronto empezó a darle vueltas a la cabeza.
De pronto, escuchó a alguien silbando. Se trataba de un hombre. Estaba en la ducha, secándose. Era un hombre rubio, de complexión fuerte...igual que Clingo. De pronto, le vino una idea a la cabeza "Clingo ha venido para darme una sorpresa". Su corazón comenzó a latir rápidamente.
Se acercó a la ducha y miró atentamente...no estaba segura, pero se parecía tanto a él... el hombre estaba de espaldas, por lo que no podía estar segura si se trataba de su novio. No pudo aguantar más. Se armó de valor y salió de dudas.
Marta: ¿Clingo? ¿Eres tú?
Aquel señor, de largo y oscuro bigote se dio la vuelta. La miró con sorpresa. Le preguntó que hacía en su habitación pero Marta no respondía. Estaba tan desilusionada y avergonzada que no sabía que decir.
Rigoberto: Oiga, ¿es que nunca a visto un hombre desnudo?
Marta: Yo...
Rigoberto: Oiga, ¿que es lo que mira? ¿Es que se ha enamorado?
Al fin reaccionó. Se dio la vuelta y salió corriendo a toda prisa de aquella habitación.
Marta: ¡Disculpe caballero!
Rigoberto: ¡Oiga! ¡No se vaya! ¡Vuelvaaa!
Hafida, Hasine, Simbat y Swity se estaban despidiendo de Ben. Había llegado el momento de regresar a casa. Aunque estaban encantados y les gustaba estar allí, debían seguir con sus vidas. Hasine no se sentía cómodo si no dormía sobre su colchón en el suelo en su casa. Necesitaba el calor infernal de sus tierras. Simbat no deseaba irse. La ciudad le pareció el lugar más divertido y maravilloso que podía existir, pero no podía dejar solo a su padre, le necesitaba.
Hasine: Gracias por todo. Recuerda, en mi casa serás siempre bienvenido.
Ben: Le tomo la palabra.
Hafida: Ben...
Ben: Siento que algo se me rompe en mi interior. Pensar que de nuevo estarás tan lejos...¿Seguro que te quieres ir?
Hafida: Debo hacerlo, allí está mi sitio.
Ben: Hafida...te echaré de menos.
Hafida: Ben...yo también.
Amaba a Simbat, lo tenía claro, pero...Ben siempre sería especial para ella, alguien importante. Se esforzaba en no llorar, pero como siempre le ocurría, terminó derramando algunas lágrimas.
Ben: No llores, por favor. Prométeme que te cuidarás.
Hafida: Lo haré. Tú también, cuídate mucho. Siempre tendrás un lugar privilegiado en mi corazón.
Ben: Te deseo lo mejor, Hafida. Tú también tienes un lugar en mi corazón, puedes estar segura.
Simbat: Ben, un placer conocerte. Aunque al principio me caíste realmente mal, ahora tengo otro concepto sobre ti.
Ben: Cuida a esta mujercita o te las verás conmigo. Te llevas a una mujer diez.
Simbat: Lo sé. Espero que volvamos a vernos pronto. Adiós.
Ben: Buen viaje.
Todos tomaron asiento. El conductor se preparaba para el largo viaje. Hafida se asomó a la puerta del autocar para despedirse por última vez de Ben.
Hafida: ¡Ben! ¡No te olvides de mi! ¡Puedes venir a visitarnos cuando quieras!
Ben: ¡Lo haré! ¡Cuídate mucho! Recuerda que siempre podrás contar conmigo, no importa el tiempo que pase. ¡Adiós!
Hafida: ¡Adiós, Ben!
Mientras esto ocurría, Chelo salía del trabajo. Estaba realmente agotada. Tuvo que consolar de nuevo a Marta, que seguía alterada por el mal entendido con el cliente del bigote. Por suerte, el hombre no había presentado ninguna queja. Después de una jornada intensa de trabajo, volvía a casa. Aunque le tocaba preparar la cena, aquello no le disgustaba. Le gustaba cocinar y más si era para los suyos. Después de lo ocurrido con Makin, tenía miedo. Le había dicho a su hija que la acompañase a casa, pero tuvo un imprevisto y no pudo. Así que le tocó regresar a casa sola. Agarró bien el bolso por si las moscas. Si alguien se le acercaba más de la cuenta, le daría un buen bolsazo. Ben ya se disponía a marcharse en su coche cuando vio a Chelo alejándose sola...o no tan sola. Unos hombres la seguían muy de cerca.
Aunque intentaba tomar caminos concurridos, pronto se vio caminando completamente sola. De pronto, escuchó pasos. Alguien caminada a unos metros detrás de ella. No quería mirar atrás...
Chelo: Bah, no seas tonta Chelo. Seguro que no es nadie...
Esos pasos se aceleraron y dos hombres le cortaron el paso. Llevaban unas pintas muy extrañas. Supo de inmediato que no tramaban nada bueno.
Chelo: ¿Que queréis?
Hombre: امرأة، مدرب بلدي تبقي دائما كلمته
Chelo: ¿Eh? ¡Habla en mi idioma! No os acerquéis a mi, ¡soy peligrosa!
Hombre2: سوف تدفع حياتك مع الجرم. كنت سأموت.
Chelo: ¡Dejadme en paz! ¡Socorro!
Los hombres agarraron a Chelo. Ella se resistió dando bolsazos a diestro y siniestro...
Chelo: ¡Socorroooo!
Hombre: لا محاربته، وسوء امرأة!
De pronto, el motor de un jeep se escuchó acercándose a toda velocidad. Ben acudía en ayuda de Chelo.
Ben: ¡Resista! ¡Ya voy!
Chelo: ¡Es usted!
Hombre: لعنة، لدينا مشاكل
Ben bajó de su coche y le propinó una buena patada a uno de los hombres. El asaltante cayó al suelo dolorido. Su compañero se dispuso a contraatacar, pero Ben lo agarró de la pechera. El hombre gritaba enfurecido e intentaba liberarse.
Ben: Maldito desgraciado. Si volvéis a tocar a esta señorita, os las veréis conmigo. Juro que la próxima vez no seré tan generoso. ¡Largo de mi vista!
Los hombres salieron corriendo y se alejaron de ellos sin mirar atrás. Chelo observaba atónita la escena. Se sintió fascinada por Ben todavía más. Estaba nerviosa y su corazón latía descontrolado.
Ben: ¡No quiero volver a veros nunca más por aquí!
Ben invitó a Chelo a subir a su coche. Los malhechores habían huido a toda prisa, pero no quería correr el riesgo. Chelo accedió encantada. Estaba siendo una noche muy emocionante, la más emocionante que había vivido en años. Había pasado mucho miedo, pero ahora se sentía en el cielo.
Ben: ¿Seguro que está bien?
Chelo: Tengo el susto en el cuerpo, pero sobreviviré.
Ben: ¿Puedo tutearla?
Chelo: Por supuesto. Gracias por acudir en mi ayuda...les has dado un buen escarmiento.
Ben: No volverán a molestarte. ¿Dónde vives?
Chelo: Debes cruzar el puente hacia Clisandia.
Ben: Eres especialista en meterte en problemas.
Chelo: No sé como me las apaño. El otro día con el espíritu me salvaste el pellejo y ahora otra vez. Eres todo un caballero. Seguro que tu mujer estará encantada contigo...
Ben: Estoy divorciado.
Chelo: Oh, vaya...
Ben: No tengo mucha suerte en mis relaciones sentimentales...
Chelo: Es aquí.
Ben: Bonita casa.
Chelo: Gracias. ¿Quieres pasar? Te puedo preparar una taza de chocolate bien caliente. Seguro que mi marido está en casa, posiblemente viendo la televisión.
Ben: Agradezco tu amabilidad, pero debo irme. Hoy necesito ir a mi casa y meditar. Tengo que aclarar ideas.
Chelo: Gracias de nuevo por ayudarme.
Ben: Lo haría una y mil veces más. Buenas noches, Chelo.
Ben se alejó en su jeep mientras Chelo se despedía con la mano. Se sentía la protagonista de una película romántica. Siempre había soñado con que algo así le ocurriese. Había sido muy emocionante conocer a Ben. No pensaba dejar a su marido y lanzarse a sus brazos, amaba a su Resti con toda su alma, pero sentía una fuerte atracción por Ben. Se marchó a casa con una sensación agradable en el cuerpo, a pesar de haber sufrido el ataque por parte de esos dos hombres misteriosos. Tardaría mucho tiempo en quitarse a Ben de su cabeza.
Continuará...
Ha sido un capítulo cortito, pero también intenso. Me da mucha pena Marta. Yo creo que debería mandar a paseo al Clingo ese. También me gusta que Chelo se haya fijado en Ven. Es cierto que está casada y eso, pero por lo menos siente una emoción muy tierna por él, aunque sobre todo la siente porque la ha rescatado de algunos problemas y eso le hace sentir especial. No me gusta nada que Ashine, Hafida, Simbat y Suiti regresen a su país... Sé que pasarán cosas malas cuando lleguen... qué asco me da Makin... Espero que él y su familia paguen su merecido cuanto antes. ¡Estoy deseando saber qué ocurrirá!
ResponderEliminarHa sido un capítulo cortito, pero también intenso. Me da mucha pena Marta. Yo creo que debería mandar a paseo al Clingo ese. También me gusta que Chelo se haya fijado en Ven. Es cierto que está casada y eso, pero por lo menos siente una emoción muy tierna por él, aunque sobre todo la siente porque la ha rescatado de algunos problemas y eso le hace sentir especial. No me gusta nada que Ashine, Hafida, Simbat y Suiti regresen a su país... Sé que pasarán cosas malas cuando lleguen... qué asco me da Makin... Espero que él y su familia paguen su merecido cuanto antes. ¡Estoy deseando saber qué ocurrirá!
ResponderEliminar.¡Ha sido de pelicula realmente la aparición de Ben! ¡Cómo ha hecho frente a esos sinvergüenzas! Chelo estaba encantada con su héroe. Es cierto que quiere mucho a Resti pero es maravilloso sentir de nuevo emociones que la vida cotidiana y la rutina matan.
ResponderEliminarMe gusta mucho también la escena en que Hafida dice adiós desde el autobús. Preciosas palabras las que dirige a Ben.
La escena del bigotudo en la ducha ha sido divertida aunque pobrecita Marta. Lo está pasando muy mal. Espero que pronto su vida sentimental mejore.
Me quedo con ganas de más. A ver el siguiente que sucede.
¡Nuevo de Hafidaaaa! No me había enterado.... Me ha encantado! La pobre Marta está experimentando problemas mentales por Clingo, me da pena la pobre. Yo no sé si confiaría o no... Hafida y los suyos ya se van, es una penilla, pero hay que volver a la rutina y.., ya ves. Lo que más me ha gustado ha sido el momento de Chelo, diciendo "Soy peligrosa" y dando bolsazos por ahí, has conseguido que me parta el culo. ;) prdon por la expresión... :' No sé qué pasará con Chelo, entre su propensidad para los problemas y su lío amoroso...
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