Nesi vivía en lo más profundo de aquel bosque. Allí tenía su casita de madera, pequeña pero preciosa. Rodeada de montañas, árboles y todo tipo de vegetación. Era un lugar solitario, pero Nesi no se podía imaginar viviendo en otro lado. Allí era completamente feliz.
En realidad no se sentía sola, a pesar de no contar con la compañía de más miembros de su especie. Estaba rodeada de animales y árboles, con los que adoraba convivir. Se sentía protegida y respetada y no tenía la más mínima necesidad de relacionarse con nadie más.
Tenía amigas a las que quería muchísimo, pero siempre le gustaba volver a casa y vivir en su mundo de paz y tranquilidad. Le dedicaba mucho tiempo a sus queridas gallinas. Tenía un pequeño corral dónde podían vivir en plena naturaleza, protegidas y muy bien cuidadas.
Cada una de ellas tenía nombre y se preocupaba cuando alguna enfermaba o dejaba de comer. Además de gallinas, tenía muchos pollitos y un gallo.
Nesi: Hola, Cleopatra.
Se acercó a una de las gallinas y la acarició. La gallina se dejó tocar y luego volvió con sus compañeras.
Nesi tenía su propio huerto y no le faltaba de nada. La fruta y verdura que cultivaba le ahorraba tener que ir a comprar e ir a la ciudad.
Había salido a pasear por los alrededores y de paso, ver cómo estaban sus gallinas. Decidió volver a casa y seguir leyendo. Había empezado un libro que le estaba gustando muchísimo. Nesi era una mujer poco comprendida por los demás. Era solitaria e introvertida. Buena persona y con gran corazón, pero con pocos dones para hacer amigos. Sus ojos eran extraños para los demás y solían inquietar a todo el mundo. Pelirroja y con una belleza poco usual, despertaba pasiones entre los pocos que tenían la suerte de conocerla.
Hacía semanas que Nesi no se encontraba del todo cómoda. Algo la inquietaba y no sabía la razón. Pasear siempre le había despejado las ideas, pero no lograba comprender que era lo que tanto le inquietaba. "Si está todo bien" se decía continuamente, pero no lograba convencerse de que eso era verdad.
Tenía la sensación de que algo habitaba en el bosque, algo maligno y perverso. Intentaba desechar esa idea de su mente, alegando que no tenía sentido, pero de nada le servía. Le entró un escalofrío y una brisa de viento frío llegó hasta ella. Un poco asustada, entró en su casa y cerró la puerta con llave. Se asomó por la ventana preocupada pero no logró ver nada fuera de lo normal.
Nesi: ¿Estaré perdiendo la cabeza?
Suselle, Pradito y Dante corrían de un lado para el otro. Jugaban entre los árboles mientras Duclack y Lúa charlaban tranquilamente. Diamante se ocupaba de Mar y Bosco, que también correteaban con torpeza.
Duclack: ¿Tan pesada es Frida?
Lúa: Quizás la palabra pesada no sea la que mejor la define. Digamos que te puede hacer vivir momentos muy incómodos.
Duclack: Ya, he conocido a personas así.
Dante: ¡Cuento hasta cincuenta y os voy a buscar!
Dante se puso a contar cara a un árbol. Pradito y Suselle salieron corriendo para esconderse. Tenían que encontrar un buen escondite.
Dante: 34, 35, 36...
Suselle se escondió tras un árbol. Su hermano terminó de contar y fue a buscarlas.
Dante: ¡Quién no se ha escondido, tiempo ha tenido!
Pradito estaba oculta tras unos matorrales. Estaba bien escondida, pero no contaba con una gran cantidad de hojas secas bajo sus pies. Al moverse, las pisó llamando la atención de Dante.
Dante: ¡Te he escuchado! ¡Sé que estás ahí! ¿Hola?
Pradito: ¡Me has descubierto!
Dante: ¡Yupi! Ahora me falta mi hermana.
Suselle: Me esconderé un poquito más lejos.
No muy lejos de allí, un grupo de delincuentes habían aparcado su furgoneta negra en una zona poco accesible del bosque. Allí estaban esperando a su contacto. Dos niñas estaban sentadas en la tierra, esposadas. Una de ellas era Tamara, la famosísima influencer. La otra se llamaba África y fue secuestrada cuando salía del colegio. El grupo de delincuentes estaba formado por Katy, la cabecilla del grupo, Facunda, JJ y Whisky.
Fune y Pinhead habían entrado en la organización recientemente. Facunda los convenció para entrar en el "negocio", pero ellos ya no estaban nada convencidos de haber tomado una buena decisión.
Fune: ¿Esto que narices es?
Pinhead: No me gusta nada. Yo pensaba que pediríamos un rescate a los padre y ya está.
Fune: Hay algo que no me cuadra.
Pinhead: ¿Y si nos piramos?
Fune: Ya no me quedo tranquila. Quiero saber lo que pasará con esas niñas.
Pinhead: ¿Qué crees que les ocurrirá?
Fune: No lo sé, pero nada bueno. Tenemos que estar preparados. No podemos permitir que les pase nada malo.
Pinhead: Ya sabía yo que no podíamos fiarnos de la Facunda. Está pirada.
Facunda: Pues claro que estoy pirada. ¿Algún problema con eso?
Pinhead: No tía, tranquila. Nos preguntábamos lo que ocurrirá con esas niñas.
Fune: Pensábamos que eran secuestros exprés para pedir pasta.
Facunda: Esto va mucho más allá. Intercambiamos niños por diamantes.
Pinhead: ¿Y qué les ocurrirá a esas niñas?
Facunda: Yo que sé, tío. Yo mientras tenga mi pasta, me da igual.
Un hombre extraño apareció entre los árboles. Su cara producía rechazo. Su piel era azul, su nariz rara. como si fuese un hocico. Sus ojos saltones transmitían muy malas vibraciones. Vestía con una gabardina y un gorro oscuro, con el que protegía su pelo negro. Portaba consigo un maletín marrón.
Ser: Buenas tardes.
Katy: ¡Señor Sombra! Le estábamos esperando.
Sombra: Traigo la recompensa.
Sombra se acercó hasta las niñas, que lo miraron aterradas. Se levantaron e intentaron huir. Katy las retuvo.
Sombra: Habéis conseguido dos. Mi señor estará muy agradecido.
Tamara: ¡Yo soy famosa! ¡Se os caerá el pelo!
Katy: Calla, no seas insolente.
Fune: Facunda, esto no es lo que habíamos hablado. ¡Exijo saber lo que está pasando!
Facunda: ¿Es que quieres estropearlo todo? ¡Que nos vamos a forrar!
Pinhead: Pero no a ese precio, tía. Esas niñas deben volver a sus casas.
Sombra: Aquí tenéis los diamantes. Tendréis más cuantos más niños capturéis.
Katy: Traeremos más. Dígale a su jefe que prepare más diamantes de estos. Vamos a ser ricos.
Suselle estaba observando lo que estaba ocurriendo. Había llegado hasta allí y se quedó paralizada sin saber que hacer. Facunda la vio y no lo dudó ni un instante.
Facunda: ¡Una niña!
Agarró a Suselle antes de que ella pudiese escapar. Pradito y Dante estaban escondidos tras un árbol. No sabían cómo podían ayudar a Suselle, pues eran muchos a los que tendrían que enfrentarse.
Suselle: ¡Socorro!
JJ: ¡Nos dará más diamantes!
Suselle: ¡Suéltame!
Facunda: ¡Cállate, niña!
Pinhead: Maldita sea, ahora otra niña...
Fune: Debemos hacer algo.
Pinhead: ¡Espera que te ayudo!
Pinhead fingió tropezarse y cayó sobre Facuna, que soltó a Suselle tras la caída. Pradito y Dante salieron de su escondite y le animaron a correr hacia ellos.
Dante: ¡Vamos, hermana!
Pradito: ¡Corre, Suselle!
Suselle: ¡Vienen a por mi!
JJ: ¡Más niños!
Sombra: Atrape a esos niños de inmediato. Les pagaré el doble de diamantes si me los trae.
Katy: ¡Se los traeremos!
Sombra: Y recuerde que nadie puede saber de nuestros tratos. Si alguien lo descubre y lo cuenta, desapareceremos y nunca más volverá a ver un solo diamante.
Katy: Nos e preocupe, lo tenemos todo bajo control.
Katy se dirigió a Fune y Pinhead.
Katy: Vosotros, los nuevos. Os quedaréis al cargo de los niños. Vigiladlos hasta que vengamos. Nosotros iremos en busca de esos niños.
Pinhead: A tus órdenes...
Fune: Sí, nosotros nos encargamos de ellas.
Dante, Pradito y Suselle corrían lo más rápido que podían. El miedo les había desorientado y sin pretenderlo, se estaban alejando cada vez más de la casa de Alejandra y Nora.
Dante: ¡No sé dónde estoy!
Pradito: ¡Da igual! ¡No dejes de correr!
Suselle: ¡Esperadme!
Pradito: ¡No te detengas, Suselle!
Facunda: ¡Venid aquí, niños! ¡Somos vuestros amigos!
Suselle: ¡Mentirosa!
Facunda: ¡No huyáis!
Continuará...
Cuando me dijiste en el mensaje que habías publicado otro capítulo, no pude evitar coger el ordenador, que lo tenía guardado ya en la maleta, porque me imaginaba que no tendría tiempo de leer tu entrada hasta el lunes por lo menos y me sentía incapaz de aguantar la intriga porque algo me decía que este capítulo iba a ser muy especial. ¡No me equivoqué! No me esperaba para nada que Nesi apareciese de esa forma tan bonita, viviendo en mitad del bosque, como Agnes (con ella...) en su cabaña. Me ha hecho mucha gracia lo de las gallinas, ¡lo de Cleopatra ha sido un puntazo! Precisamente, cuando Ana y Antonio estuvieron aquí en Ourense, estuve hablándoles de Cleopatra, jajajajajajaja. Me imagino que ella los ayudará a todos a esconderse de esas personas malignas (Cleopatra no, Nesi). Fune y Pinhead me encantan porque son delincuentes, pero no dejan de tener buen corazón y me encanta que quieran sólo raptar a las niñas para pedir rescates. Me imagino que al final las ayudarán, pero también se les puede caer el pelo... Me hace gracia cuando interviene el ser ése y lo llamas simplemente: ser. Me da un poco de rabia que Facunda sea tan chunga y se haya metido en un negocio semejante. Espero que a Suselle, Dante y Pradito no les ocurra nada malo. Me he asustado mucho cuando agarran a Suselle. Pensaba que no podría escapar de ellos, pero menos mal que pudieron escapar. ¡Ahora están metiéndose cada vez más en el bosque! Y Nesi tan intuitiva... Me gusta mucho el carácter que le has dado al personaje y me ha hecho gracia lo de que no tenía la más mínima necesidad de relacionarse con nadie más. Muy ilustrativo de ella, jajajajaja. Me pregunto qué tipo de relación mantendrá con Agnes. Supongo que ella y Lúa serán una de las amigas que tiene. Ay, por favor, no tardes en poner otro capítulo! ¡Está gustándome mucho! Muchas gracias por introducir a Nesi, de una forma tan bonita, en tu historia.
ResponderEliminarEn menudo lío se han metido los niños. Pinhead y la Fune parece que han cambiado y no quieren que les ocurra nada malo a esos niños. ¡Qué intriga! ¿Qué harán con ellos? Me han gustado los nombres de los otros integrantes de la bada: J.J y Whisky A ver cómo sigue esto.
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