A Fune y Pinhead se les partía el alma viendo a las niñas esposadas y sentadas en el suelo. Debían vigilar que no escapasen, pero no estaban muy por la labor. Sombra permanecía junto a ellas, de pie y con el maletín de diamantes en la mano.
Fune: Me estoy poniendo de mala ostia, y cuando eso pasa ya sabes que exploto rápido.
Pinhead: Tranquila, cariño. Pensaremos en algo. Por el momento les voy a dar agua, parecen sedientas.
Pinhead agarró una botella de agua fresca y se dispuso a darles de beber, pero Sombra se interpuso en su camino.
Sombra: ¿Qué es lo que estás haciendo?
Pinhead: Les voy a dar un poco de agua.
Sombra: ¡Beberán agua si yo lo decido! Eres un súbdito, no tienes derecho a decidir sobre ellas.
Pinhead: ¡Solamente les voy a dar agua! ¿Es que no tienes corazón?
Sombra: ¡No oses desafiarme!
Pinhead: Les voy a dar agua, quieras o no.
Sombra: Me llevaré los diamantes si sigues desafiándome. Obedece y calla.
Pinhead: Te puedes meter los diamantes por el...
Fune propinó un puñetazo a Sombra en toda la cara. Este no se lo esperaba por lo que el golpe fue certero. Cayó al suelo de inmediato.
Fune: ¡Te voy a dar yo súbdito!
Pinhead: ¡Bien hecho!
Sombra quedó inconsciente en el suelo. Fune le dio una patada para comprobar si reaccionaba, pero estaba totalmente fuera de juego.
Fune: ¿Estáis bien?
Las niñas afirmaron con la cabeza. Estaban muy asustadas y no entendían nada.
Pinhead: Os vamos a liberar.
Fune les quitó las esposas. Las niñas empezaron a sentir algo de esperanza al verse liberadas.
Pinhead: Os llevaremos a casa.
Fune: Esto me lo llevo, por las molestias.
Agarró el maletín con los diamantes y propinó una última patada a Sombra en las costillas.
Pinhead: Vamos, Fune. Debemos darnos prisa antes que vengan los demás.
Suselle, Pradito y Dante consiguieron despistar a sus perseguidores. Se escondieron en un hueco entre la maleza y allí permanecieron un buen rato. Salieron de su escondite sin hacer ruido y caminaron hasta llegar a una pequeña casa escondida entre los árboles.
Suselle: ¡Aquí tiene que vivir alguien!
Pradito: Tienen gallinas.
Dante: A lo mejor tienen teléfono y pueden llamar a la policía.
Suselle: ¿Quiénes son esos que nos persiguen?
Pradito: No lo sé. Lo único que tengo claro es que son malos.
Suselle: ¿Y si no hay nadie en la casa?
Dante: Nos colaremos.
Pradito: Espero que eso no sea necesario.
Suselle: Se escuchan voces.
Dante: Provienen del bosque.
Pradito: ¡Son los secuestraniños!
Nesi estaba sentada en la mecedora de madera. Le encantaba encender el fuego y leer disfrutando una buena infusión caliente. Era uno de sus momentos preferidos del día. Tenía algo de fresco, así que se tapó las piernas con una mantita amarilla. Tras darle un sorbo a la infusión, siguió con la lectura.
Escuchó voces fuera y dejó de leer. Volvió a experimentar una extraña sensación. Su intuición le avisaba de que algo malo habitaba en el bosque, que algo se había instalado allí. Le apenaba sentirse así, pues siempre había vivido en aquel lugar en paz y armonía.
Suselle: Llama a la puerta, date prisa.
Dante: ¡Voy!
Llamó a la puerta con insistencia. Buscaron un timbre, pero no lo encontraron.
Pradito: ¡Hola! ¿Hay alguien ahí?
Suselle: ¡Necesitamos ayuda!
Dante: ¡Ayuda, por favor!
Nesi se levantó sobresaltada. Dejó el libro abierto sobre la mecedora y dio unos pasos hacia la puerta. Los golpes eran fuertes e insistentes. Tenía dudas sobre abrir la puerta. Le daba miedo encontrarse eso que tanto le perturbaba. Cerró los ojos, suspiró y se armó de valor.
Nesi: No debo tener miedo.
Abrió la puerta y se encontró con Dante, Pradito y Suselle. Los tres empezaron a hablar al mismo tiempo, atropellándose entre ellos sin que pudiese entender ni una sola palabra.
Nesi: Lo siento, no logro entenderos.
Dante: ¡Unos hombres malos nos persiguen!
Pradito: ¡Se dedican a raptar a niños!
Nesi: ¡Eso es horrible!
Suselle: Por favor, tienes que ayudarnos.
Dante: Nos están buscando.
Pradito: Deja que nos escondamos en tu casa, por favor.
Nesi: Pasad, rápido.
Entraron aliviados a la casa de Nesi. Esta cerró la puerta e intentó tranquilizarlos. Dante se asomaba a través de la ventana, temeroso de verles aparecer.
Suselle: ¿Tienes teléfono?
Nesi: No, lo siento. No uso teléfono.
Pradito: ¿Cómo vamos a llamar a la policía?
Nesi: Por el momento os quedaréis aquí. Si llaman a la puerta, me desharé de ellos.
Dante: ¡Ya vienen!
Subieron a la primera planta. Era pequeñita. Allí estaba el dormitorio de Nesi. Una cama y estanterías con muchísimos libros. Disponía de balcón, así que salió para comprobar si en realidad se estaban acercando.
Pradito: ¿Están ahí?
Nesi: Sí, los veo venir. Son tres hombres y una mujer.
Dante: No, son dos hombres y dos mujeres. Lo que pasa es que una de ellas es sumamente fea.
Suselle: Fea por dentro y por fuera.
Nesi: Seguro que llamarán a la puerta. Permaneced aquí arriba y no hagáis ruido.
Katy: No sabía que había una casa aquí.
JJ: Aquí es dónde vive esa chica tan extraña.
Facunda: La de los ojos raros. Esa tipa me da muy malas vibraciones. Tiene que ser mala gente.
Whisky: La he visto paseando por el bosque varias veces.
Katy: Seguro que los niños deben estar con ella.
Nesi espiaba desde el balcón. Los vio caminar hacia la casa y supo de inmediato la clase de personas que eran. No sabía muy bien cómo actuar en una situación así, pero tenía claro que no permitiría que hiciesen daño a esos niños.
Katy: Esa chica me resulta un tanto extraña, con esa mirada que tiene. Si tiene a los niños, tendremos que enfrentarnos a ella.
JJ: Le diremos que somos familiares.
Facunda: No creo que sea tan tonta cómo para creérselo.
Nesi intentó tranquilizar a los niños.
Nesi: Intentaré deshacerme de ellos. Les diré que no he visto ningún niño. Os podéis esconder bajo la cama. No bajéis bajo ningún concepto y no hagáis ruido.
Suselle: ¿Y si no te hacen caso y suben a por nosotros?
Nesi: Escapad por el balcón. Abajo hay mucha hierba, amortiguará la caída.
Llamaron a la puerta. Nesi bajó sin prisa y la abrió. Kate le dedicó una falsa sonrisa.
Nesi: ¿Quieren algo?
Katy: Siento molestarla, pero estamos buscando unos niños. Son mis sobrinos.
Facunda: Les gusta imaginar historias absurdas.
Kate: ¿Los ha visto pasar por aquí?
Nesi: Lo siento, no he visto ningún niño.
Katy empujó a Nesi y entraron todos con violencia en la casa.
Nesi: ¿¡Qué están haciendo!? ¡Fuera de mi casa!
Katy: ¿Dónde están los niños?
Nesi: Aquí no hay ningún niño.
Katy abofeteó a Nesi con tanta fuerza que la tiró al suelo.
Katy: Lo voy a volver a intentar. Espero por tu bien que la respuesta no sea la misma.
Un golpe en la planta de arriba los alertó.
Whisky: He escuchado un golpe arriba.
Katy: Sube y registra la casa.
Nesi: ¡Corred!
Whisky subió y encontró a los niños escapando por la ventana. Pradito y Suselle consiguieron escapar a tiempo, pero Dante no tuvo tanta suerte. Whisky lo atrapó.
Whisky: ¡Estate quieto, mocoso!
Dante: ¡Suéltame!
Katy se disponía a propinar otra bofetada a Nesi, pero una serpiente que apareció de la nada se interpuso entre ellas. Se encaró a Katy, que gritó horrorizada al ver a la serpiente. Era muy grande, verde y con los ojos amarillos.
Nesi: ¡Ten cuidado, Nemesis!
Nemesis era la mejor amiga de Nesi. Se trataba de una serpiente que desde hacía muchos años, vivía con ella en la casa. Siempre la protegía de cualquier peligro y tenían un vínculo muy especial.
JJ: ¡Es una serpiente!
Katy: ¡Odio las serpientes!
Nemesis no estaba dispuesta a dejar indefensa a su amiga. Se encaró a Katy enseñando sus colmillos y elevándose del suelo. Todos estaban asustados. Katy se subió a un taburete y Facunda gritaba desesperada. JJ no sabía dónde meterse. Aunque Nesi se preocupó por su amiga, sabía que era el momento de salir corriendo. Nemesis sabía cuidar muy bien de si misma.
Salió al exterior a toda prisa y se encontró con Pradito y Suselle, que corrían asustados hacia el bosque.
Nesi: ¡Esperadme!
Esperaron nerviosas a Nesi y luego siguieron alejándose de la casa.
Nesi: Conozco el bosque. Buscaremos un lugar en el que escondernos.
Dante intentaba escapar de los brazos de Whisky, pero este era demasiado fuerte. Gritaba pidiendo ayuda, pero Suselle, Pradito y Nesi ya estaban muy lejos.
Dante: ¡Suéltame, apestoso!
Nemesis salió de la vivienda y se escabulló entre la maleza. Al ver que la serpiente se marchaba, Katy y sus lacayos salieron de la casa.
Katy: ¡Se escapan!
JJ: No irán muy lejos, Katy.
Katy: Debemos encontrarlos cuanto antes. Nos estamos jugando mucha pasta.
Mientras tanto, Duclack, Lúa y Diamante buscaban a los niños. Habían visto como se alejaban jugando al escondite y habían desaparecido.
Duclack: Estaban aquí.
Diamante: ¡Niñooos!
Lúa: Seguro que estarán jugando sin darse cuenta que se han alejado demasiado.
Duclack: Es raro que se despisten tanto. Esto me da mala espina.
Continuará...
¡Qué capítulo tan curioso! Me he reído mucho con Pinehead y Fune, ¡son unos héroes! Cando Pinhead le dice a Sombra: te voy a dar yo súbdito! Y es que me encantan estos dos, que la lían mucho, pero no dejan de tener buen corazón. Me gusta que aparezcan en las historias. Menos mal que han liberado a las niñas, pero, claro, los demás siguen desaparecidos y la banda ésa no sé cómo va a acabar. Me he reído muchísimo cuando Dante dice que una de las mujeres es sumamente fea, jajajajajaja, y luego Suselle dice: fea por dentro y por fuera. Me ha sorprendido mucho que Nesi viva con una serpiente que se llama Némesis! Jajajaja, qué curioso todo... pero me temo que no van a escapar de los malso tan fácilmente. ¡Está muy emocionante! Ahora me he quedado intrigadísima, no sé cómo Sus y los demás van a encontrar a los niños! Tengo ganas de leer el momento en que Nesi se encuentra con todos ellos. Espero que Dante también haya podido escapar... pero no sé si el Whisky (me encantan los nombres de la banda, por cierto) lo dejará escapar. ¡Por favor, no tardes en poner la continuación!
ResponderEliminarLos malso no, los malos.
ResponderEliminarEsta es la historia de Marina que estaba leyendo Duclack en el libro, la de Nesi y la serpiente. Hmm... Está muy interesante todo. Voy a seguir leyendo.
ResponderEliminar