viernes, 17 de marzo de 2023

La gran aventura: Capítulo 05: Viajando en ferry

Llevaban un buen rato esperando al ferry. Habían decidido acudir al cumpleaños de Alejandra con la furgoneta de Wen y Sus. Eran muchos y en ella podían viajar todos cómodamente. Alejandra vivía en una zona bastante apartada, de difícil acceso por tierra. Para llegar hasta allí, tenían que esperar al ferry que les transportaría sin tener que dejar la furgoneta en esa zona del puerto.  

Dante: Tarda mucho en llegar ese barco...


El ferry no era precisamente un transporte muy rápido, pero era la mejor opción para todos. Hacía un día estupendo, con un cielo azulado y alguna nube decorativa. Suselle, Pradito y Dante viajaban en la parte de atrás, escuchando música con el móvil de Suselle.

Suselle: Yo nunca he cogido un ferry.
Pradito: Ni yo. He montado en el barco pirata de mi madre, pero en uno de esos nunca.
Dante: Tiene que molar.


En la parte central de la furgoneta, estaban Duclack y Sus con los bebés. Estaban sentadas en los cómodos asientos frente a la mesa. Mar y Bosco las tenían revolucionadas. 

Sus: Bosco, no des tantos saltos que te vas a marear.
Bosco: ¡Salto salto!
Duclack: A lo mejor habría sido mejor dejarlos al cuidado de Rita o Adolfina.
Sus: No habría sido mala idea, pero bueno. Así disfrutan también del aire libre.
Duclack: Alejandra vive en una zona muy bonita, ¿verdad?
Sus: Sí, vive en la antigua casa de mi hermano. Wen le vendió la casa a Alejandra hace unos años y ella hizo algunas reformas. Es mucho más grande, ya lo verás.


Al volante estaba Sebastián y de copiloto Diamante. Sebastián era un excelente conductor, muy responsable y siempre respetando todas y cada una de las normas de circulación. 

Diamante: Si ese ferry tarda un poco más, saldré yo mismo a buscarlo.
Sebastián: Según el horario que ponen en Internet, ya debería estar aquí.
Diamante: Oye, ¿cómo llevas ese libro de piratas que estabas escribiendo?
Sebastián: Bien, pero lento. Me lo estoy tomando con tranquilidad. 


Estaban esperando frente a la barrera, que permanecía bajada hasta la llegada del ferry.

Diamante: ¿Crees que tendrán ron en la fiesta de cumpleaños?
Sebastián: No es muy habitual, pero sabiendo que tiene invitados pirata, a lo mejor ha comprado.
Diamante: Me puedo conformar con una buena cerveza, pero para mi la mejor bebida del mundo es el ron. ¿No crees?
Sebastián: Yo soy más de un buen vino, pero no te creas, un buen vaso de agua fresquita me llama más.


Diamante: El agua es para los peces.
Sebastián: Mira, ya viene el ferry.
Diamante: ¡Por fin! ¿Crees que nos devolverán el dinero por no cumplir con los horarios? 
Sebastián: Me da a mi que no.


Sus: Duclack, ¿esos no son los chicos?
Duclack: ¡Sí, son ellos!
Sus: Mira a Renzo y Kim. Estos chicos están muy enamorados.
Duclack: Emma está cada día más guapa.
Sus: Willy bebe los vientos por ella.
Duclack: Se le nota. También está la prima de Sebastián. ¿Se llama Ariadna?
Duclack: Sí...
Sus: ¿Qué tal con ella en casa?
Duclack: Regular. Ya te contaré...


Willy: Emma, me gusta mucho tu vestido.
Emma: Gracias, es nuevo. Fui con Kim de tiendas y me lo compré. 
Willy: Te queda muy bien.
Emma: Gracias, Willy.


Kim: Renzo, quiero un helado. ¿Me compras uno?
Renzo: No llevo dinero encima. Le he pedido a mi padre pero no tenía suelto.
Kim: Vaya, con el antojo tan grande que tengo. Junior, ¿me prestas un cleuro?
Junior: Tengo el dinero justo para comprarme War Click World 25, lo siento. Ese dinero es sagrado para el videojuego.
Kim: Qué friki eres, Junior...


Jorgito: Ariadna, todavía no me has dicho si quieres venir mañana al cine conmigo.
Ariadna: Ehhh, no puedo. Mañana curro.
Jorgito: Vaya. Pues al otro día.
Ariadna: También curro.
Jorgito: Y al...
Ariadna: Si a caso ya te diré yo el día. Puffff...


Diamante: ¡Ya viene el ferry! 
Sebastián: ¡Por fin!
Duclack: Mirad, niños.


Caitlyn: Es una pena que no haya podido venir tu padre. Luego le contamos cómo ha sido montar en un ferry.
Elliot: Tiene muchas responsabilidades siento capitán del Panama.
Caitlyn: Haremos fotos para que lo vea.
Elliot: ¡Vale!


Caitlyn: Parece que ya viene.
Elliot: ¡Qué bien! Es enorme, Caitlyn. Aunque no más que el crucero de papá.
Caitlyn: Es verdad.


Elliot: Mira, ya está bajando la rampa de acceso.
Caitlyn: Es un trabajo de precisión. Se nota que el que gobierna el ferry tiene experiencia.


El capitán del ferry se aproximaba lentamente al puerto. Era un recorrido que hacía muchas veces cada día, por lo que la maniobra era de lo más fácil para él.


La rampa de acceso empezó a bajar ante la atenta mirada de todos los presentes. Los niños miraban embobados aquel proceso. A Sebastián le sobrevino de repente la preocupación de no saber conducir correctamente la furgoneta y que por su culpa, cayesen todos al agua. Respiró hondo y se tranquilizó.

Diamante: ¿Estás bien?
Sebastián: Sí, no pasa nada.


Diamante: Duclack, podríamos dedicarnos a transportar coches en nuestro barco pirata. Así no tenemos que estar esperando a que aparezcan mapas de tesoros enterrados para ganar dinero.

Duclack: No creo que mi barco esté capacitado para transportar coches, Diamante.
Diamante: Podríamos transportar motos y bicicletas.
Sus: Es una idea loca, Diamante.


Diamante: Las ideas locas a veces son las mejores. ¡Mirad, ya ha bajado la rampa!
Sebastián: Ahora falta que suban la barrera.
Diamante: Sebastián, ¿estás sudando?
Sebastián: ¿Yo? Debe ser que hace algo de calor...
Duclack: Abre la ventanilla que entre algo de aire fresco.


Sus: Mirad, ahí están Caitlyn y Elliot. 
Duclack: Parece que suben también al ferry, pero no tienen coche.
Dante: ¡Jooo, la espera se hace eterna!
Pradito: Más que un barco parece una tortuga.
Suselle: ¡Jajajaja!


Sebastián: Ya han subido la barrera. Vamos allá.

Sebastián arrancó el coche y con sumo cuidado, subió la rampa de acceso al ferry. Renzo, Willy y los demás, los vieron y les saludaron.

Renzo: ¡Duclack! ¿Dónde váis?

Duclack bajó la ventanilla para poder hablar con ellos.

Duclack: Nos vamos a una fiesta de cumpleaños de una amiga.
Willy: ¡Vais a subir al ferry! ¡Qué suerte!
Sus: Un día os venís con nosotros y nos damos un paseo.


Duclack: ¡Hasta luego!
Willy: ¡Buen viaje! 

La furgoneta siguió avanzando. Sebastián tragó saliva nervioso cuando las ruedas delanteras llegaron al ferry.


Suselle: ¡Wooow, qué nervios!
Pradito: Esto mola. Los coches también tienen derecho a subir a los barcos.
Diamante: Ya casi estamos.


Por fin pudieron aparcar en el interior del ferry. Para la tranquilidad de Sebastián no sufrieron ningún incidente. Estaban todos sanos y salvos. Apagó el motor y se secó el sudor con la mano.

Dante: ¿Podemos bajar del coche?
Duclack: Claro, es lo divertido de todo esto.
Dante: ¡Yupiiii!
Sus: Sí, pero haciendo caso a todo los que os digamos.


En el puerto, los adolescentes ya habían perdido interés en el ferry.

Junior: ¿Nos os gustaría ir a las recreativas?
Jorgito: ¡Yo quiero ir!
Kim: Yo prefiero ir al centro comercial a mirar tiendas.
Renzo: Fuimos ayer.
Kim: Sí, pero quiero ver más ropa de temporada. Le voy a pedir a mi padre que me lleve mañana y quiero ir sobre seguro.
Renzo: Vale...


Sebastián bajó de la furgoneta y abrió la puerta lateral para que saliesen todos. Los niños salieron escopeteados ansiosos por asomarse por la borda. Sus y Duclack lo hicieron con cuidado. Mar y Bosco también querían salir a correr y debían asegurarse de que no soltaran sus manos.

Diamante: Con cuidado, cariño.
Sus: Agarra a Bosco, Diamante.


Los niños se asomaron por las ventanas de la parte baja mientras que ellos subieron con los bebés arriba. Mar y Bosco alucinaban mirando el paisaje. Sus y Duclack los mantenían a salvo protegiéndoles de caer al agua. 

Sus: Qué bien se está aquí.
Diamante: El barco se llama Poseidon. 
Duclack: Es un muy buen nombre.
Mar: ¡Agaaaa!
Sebastián: Sí, mi princesa. Hay mucha agua.


Sus: ¡Niños, no asomaros tanto!
Dante: Qué sí, mamá.
Pradito: ¡Hay peces!
Suselle: Me encantaría ver un delfín.
Dante: Dicen que los delfines son malos.
Suselle: ¡Mentira!
Dante: ¡Es verdad!
Pradito: Pues a mi me parecen adorables. 


Diamante: ¿Sabéis quienes van al cumpleaños?
Sus: Creo que van Agnes y Lúa.
Duclack: Pam me parece que también.
Sus: Espero que no haya invitado a mucha gente. Estoy poco sociable últimamente...
Duclack: Yo estoy igual.


El ferry se alejaba del puerto rumbo al próximo destino. Los pasajeros eran libres de pasear por la cubierta y disfrutar del viaje fuera de sus vehículos.


Diamante y Sebastián fueron a asomarse por el otro extremo del ferry. Sus y Duclack seguían encargándose de los niños. El agua estaba tranquila y no hacía excesivo viento. Era un día perfecto para hacer el viaje.


Sus: Bosco solamente quiere estar con Mar.
Duclack: Lo mismo le sucede a Mar. Se llevan muy bien.
Sus: Son como hermanitos.
Duclack: ¿Crees que lo pasarán bien en la feria?
Sus: Seguro que les fascina.
Duclack: ¿Queda muy lejos la feria de la casa de Alejandra?
Sus: No mucho.
Duclack: Es una suerte que su cumpleaños coincida con la fiesta mayor local.


Demetria hacía mucho que no viajaba en barco. Desde lo que vivió en el crucero Panama, hace ya unos cuantos años, era incapaz de subir a un barco. Gracias a su buen amigo Anselmo, superó sus miedos y subió. Él la agarraba la mano para que no se siente sola.

Demetria: Gracias, Anselmo. Pensaba que nunca conseguiría superarlo.
Anselmo: Sabía que lo conseguirías. Enhorabuena. Habrá que celebrarlo, ¿no?
Demetria: Buena idea. Te invito a cenar.


Pradito: Representa que yo era la capitana del barco.
Dante: Yo era un experto pirata que habías contratado para derrotar a un monstruo marino.
Suselle: ¿Y yo quién soy?
Dante: El monstruo.
Suelle: ¡Joooo! ¡Yo no quiero ser el monstruo!
Diamante: ¿Qué hacéis?
Pradito: Jugando.
Sebastián: ¿Se puede?
Dante: ¡Podrías ser tú el monstruo!
Sebastián: No, mi papá no puede ser un monstruo. Era mi guardaespaldas.
Suselle: Papá, ¿quieres ser tu el monstruo?
Diamante: No es que me haga mucha ilusión, pero bueno.


Entre risas y conversaciones, el viaje transcurría tranquilamente. Algunas gaviotas volaban alrededor y se posaban sobre el ferry para descansar. 

Elliot: ¡Mira Caitlyn, una gaviota! 
Caitlyn: ¡Es preciosa!


Sus miraba pensativa el mar. Duclack, que estaba a su lado, se percató que algo le ocurría a su amiga.

Duclack: ¿Estás bien?
Sus: Estaba pensando en mi abuelo. A él le habría gustado mucho ver todo esto.
Duclack: Lo echas de menos. Te entiendo perfectamente, amiga.
Sus: Lo sé.

Se fundieron en un cariñoso abrazo que les reconfortó.


Pradito: ¡Tierra a la vista!
Dante: ¿En serio?
Suselle: Sí, nos estamos acercando a tierra.


Pradito: ¡Ya estamos llegando!
Diamante: ¿Ya? ¡Qué pronto!
Dante: ¡Mamá, Duclack! ¡Ya estamos llegando!


Sus: ¡Es cierto! Pues ha sido un viaje precioso.
Sebastián: Se me ha hecho corto.
Dante: Y a mi.
Duclack: Todavía nos queda mucho día por delante.
Sus: La fiesta de cumpleaños y luego la feria. Lo vamos a pasar pipa.
Suelle: ¡Yupiii!


Capitán: Estamos llegando a puerto, señores. Vuelvan a sus vehículos, por favor. Muchas gracias por navegar con nosotros. Esperamos que hayan disfrutado del trayecto y que vuelvan pronto. Les deseamos un buen día. 


Continuará...





2 comentarios:

  1. ¡Me encanta este capítulo! Me ha gustado mucho reencontrarme con personajes antiguos, con Kaitlin, también con Elliot, con Duclack, también con Demetria, que no la recordaba, con los niños... Me gusta la relación bonita e inocente que tienen Emma y Junior, pero me sigue dando un poco de rabia Kim. La veo muy superficial, aunque puede que sea normal y es su manera de ser. Ariadna, si recuerdo bien quién es, todavía me cae algo rara... Bueno, me gustaría que saliesen más veces. También me han encantado las conversaciones entre los personajes. Me he reído mucho cuando Dante le dice a Suselle que los delfines son malos, jajajajaja, sé muy bien por qué lo has puesto. También me he reído cuando le dice a Suselle que ella es el monstruo. Me gusta mucho que hagas historias con los personajes de siempre. Está genial la conversación también entre Diamante y Sebastián. Me he reído mucho cuando Diamante dice que el ron es la mejor bebida del mundo (puaaaaaj, a mí no me gusta nada). También es muy bonito el momento en el que Sus y Duclack se dan ese abrazo tan bonito y me he reído cuando Sus dice que no está muy sociable últimamente. Está como nosotros. Al final los personajes reflejan lo que sentimos también. Me gusta esta historia y además las fotos son muy bonitas. Te han quedado muy bien con todo. Me gusta la idea del ferry, es muy interesante, ¡y también lo de la feria! ¡No tardes en poner la continuación! ¡Quiero saber cómo continúa! ¡Me gusta que haya tantos personajes distintos y tengo muchas ganas de que aparezcan Lúa y agnes! Me hace muchísima ilusión que las metas en tus historias. ¡Me encanta!

    ResponderEliminar
  2. ¡Qué chulo este capítulo! Me ha gustado mucho. Cuando me muestras las fotos, me imagino la historia, pero no tiene nunca comparación con las sensaciones que provoca cuando la leo. Esta ha superado con creces todas mis expectativas. El ferry que no me llamaba tanto la atención me ha enamorado. Si te contrataran los de playmobil para hacer publicidad con tus historias, conmigo conseguirían todos sus objetivos de desear determinados productos e ir corriendo a comprarlos. Es increíble el juego que te ha dado. Además, me gusta mucho ver la furgoneta en una historia. Los diálogos entre los personajes, tan llenos de vida, me encanta. Me ha hecho reír ver cómo Diamante acaba haciendo de monstruo en el juego de los niños. Era al que más le pegaba prestarse a ello, jajajaja. También me gustó ver a los adolescentes con sus cosas y sus personalidades tan bien definidas. Como los conoces bien. Y volver a ver a Caitlyn y Elliot y a Demetria con Anselmo. (Demetria es un personaje que me gustó mucho en la historia del barco. Me alegra que haya conseguido superar su miedo después de la tragedia que vivieron). Pero ha sido especialmente emotivo el abrazo entre Sus y Duclack, las dos poco sociables últimamente y que se entienden a la perfección con sus perdidas.

    ResponderEliminar