Sus acompañó a su padre y Pam al cuarto del piano. Se quedarían allí a dormir. Tenían un sofá cama muy cómodo y era una habitación muy confortable. Los niños los acompañaron, divertidos ante la idea de pasar unos días con su abuelo y Pam.
Sus: Este sofá cama es muy cómodo.
Pam: Olvida el sofá, ¡la tele es alucinante!
Ben: Gracias, Sus. Aquí estaremos muy bien.
Pam: Ya te digo. Tumbados y viendo la lucha libre en esta maravilla de tele.
Sus: Me alegra que sea de vuestro agrado.
Aunque en realidad, Sus no estaba nada contenta. Le gustaba la presencia de su padre, pero no la de Pam. No congeniaba con su forma de ser. Los niños se revolucionaban jugando con ella y la casa era un auténtico campo de batalla. Una vez que todos se fueron a dormir, Sus se fue a su cuarto y se metió en la cama. Deseaba con todas sus fuerzas seguir leyendo el libro al que estaba enganchada, "El dolor de la tierra" de Marina Glimtmoon.
Sus: Por fin puedo seguir leyendo.
De pronto, la puerta de la habitación se abrió de golpe. Pam entró corriendo perseguida por Suselle y Dante. Gritaban y reían sin parar. A Sus casi se le para el corazón.
Sus: ¿¡Qué ocurre!?
Pam: ¡Me persiguen los zombies!
Dante: ¡No escaparás!
Suselle: ¡No tienes escapatoria!
Pam: ¡Ahhhhhhhhhhhh!
Pam se lanzó sobre la cama y los niños sobre ella. Empezaron a jugar, haciéndose cosquillas y revolviendo toda la cama.
Sus:¡Parad!
Pam: ¡No puedo con las cosquillas! ¡Hahahaha!
Dante: ¡Has perdido!
Pam: ¡Me rindo!
Se levantaron y salieron corriendo de la habitación. Sus se levantó enfadada. Bosco, que estaba durmiendo en su cunita, se puso a llorar.
Sus:¡Habéis despertado a Bosco!
Pam: ¡Ahora le toca a vuestra madre ser la zombie!
Suselle: ¡Ha ver si nos atrapas, mamá!
Sus: ¡¡No pienso jugar a ese juego!!
Sus se acercó a la cuna para atender a Bosco. Al ver a su madre, se tranquilizó. Lo arropó y le besó en la frente.
Sus: Ya se han ido, tranquilo mi pequeño.
Pam: ¡Vamos, Suuus!
Bosco: ¡Buaaaah!
Sus: Esta no tiene la más mínima consideración. Ya está, mi niño.
Al día siguiente, Sus fue a la cocina para preparar la comida. Al entrar, se encontró un auténtico desastre.
Sus: ¿Se puede saber que es lo que estáis haciendo?
Montones de cacharros e ingredientes invadían toda la cocina. Todo manchado, encimera, mesa, utensilios...incluso sartenes sucias y resecas.
Suselle:¡Estamos haciendo un bizcocho!
Pam: Te vas a chupar los dedos, ya verás.
Dante: Hemos sacado la batidora que te regaló la abuela.
Pam: Es la caña.
Sus: ¡Está todo hecho un desastre!
Pam: Ah, sí. Es que lo hemos intentado unas cuantas veces. El horno está requemado. Es que hemos metido unos cuantos bizcochos, pero todos se nos han quemado.
Dante: Dice Pam que este horno es un rollo.
Pam: Sí, es mejor el que tenía mi madre en casa. Estos tan modernos van mal.
Sus: Pues es el que tengo, siento si no es justo el que mejor te va. Quiero esta cocina como una patena, ¿entendido? Yo no pienso limpiar ni un solo plato.
Llegó el 24 de diciembre y Sus estaba preparando todo para la nochebuena. Tenía el menú, los decorados y adornos e incluso la ropa que se quería poner preparados. Un mensaje de Amazoclick llegó a su móvil. Uno de los regalos, previsto ser entregado ese mismo día, se había extraviado. Le devolvieron el dinero pero se había quedado sin el regalo estrella para Suselle. Buscó en las tienda por Internet y encontró una que tenía ese juguete en stock. Llamó y lo reservó. Iría a buscarlo esa misma tarde. Recordó que su coche estaba muy lejos aparcado, así que pensó que su padre la podría llevar en su coche. La tienda estaba en las afueras de la ciudad y tampoco le hacía mucha gracia conducir sola por esas carreteras. Encontró a Ben durmiendo plácidamente en el sofá junto a Bosco.
Sus: Papá, despierta.
Ben: Ahora no, Pam...
Sus: Papá, soy yo.
Ben se sentó sin despertar a su nieto. Bostezó y se frotó los ojos con las manos.
Ben: ¿Ocurre algo?
Sus: ¿Podrías llevarme a una juguetería que está a las afueras? Es para recoger un regalo para Suselle.
Ben: ¿Ahora?
Sus: Por favor. Mañana es Navidad y Suselle se quedará sin su regalo.
Pam: Ya te llevo yo.
A Sus se le cayó el mundo encima. Imaginó un viaje en coche con Pam y le dieron ganas de salir corriendo. No la soportaba y no se sentía cómoda estando a solas con ella.
Sus: Oh, no te preocupes. Me lleva mi padre.
Pam: Deja que duerma con su nieto. Es que la estampa es preciosa.
Ben: Sí, así podéis hablar cosas de chicas. Pam, las llaves están sobre el recibidor.
Pam: Tengo ganas de conducir tu coche, que es todo un clásico. Vamos, Sus. Ya verás, conduzco de maravilla. Por algo soy camionera.
Sus: No quiero molestar, Pam. Ya voy yo, de verdad.
Pam: Deja que haga esto por ti. A mi no me importa.
Sus: Eh...
Ben: Así descanso un rato más. No te preocupes, ya me quedo yo al cargo de los niños.
Sus: Es que me sabe muy mal por Pam. Debería quedarse aquí contigo.
Pam: ¿A mirar cómo duerme? Prefiero salir y así me da el aire. Además, quiero pasarme por un sitio. Quiero comprar una cosa para la cena de esta noche.
Sus: No es necesario, ya tengo la cena lista.
Pam: Lo vas a flipar, ya lo verás. Vamos.
Ben: Conduce con cuidado. La puerta del copiloto no se cierra del todo bien si no das un buen portazo.
Pam: ¡Entendido!
Sus salió de casa junto a Pam. Estaba enfadada. Nada salía como ella quería. Le parecía insoportable aguantar a Pam a solas durante el trayecto en coche. No sabía de que podía hablar con ella.
Pam: ¡Hasta luego, cariñito!
Ben: Adiós.
Sus: Papá, no dejes que los niños entren en mi cuarto. Allí tengo escondidos los regalos.
Ben: Descuida.
Sus: Puedes decirle a Suselle que saque la vajilla del mueble y prepare los cubiertos. No tardaremos mucho en volver.
Pam: Tenemos tiempo de sobra. Incluso nos podemos tomar una cervecita por ahí.
Sus: Es mejor volver con tiempo.
Ben: ¡Hasta luego!
Bosco: ¡Mami!
Sus: ¡Te quedas con el abuelo, Bosco! Mami vuelve enseguida.
El coche de Ben era un clásico Volkswagen Beetle de color azul. Viejo, pero bien conservado. Montaron y Pam lo arrancó a la primera.
Pam: Estos clásicos nunca fallan.
Sus: Hace muchos años que lo tiene mi padre. De pequeña me llevaba a todas partes.
Pam: Vamos allá. ¿Pongo la radio?
Sus: Sí, a ver si encuentras algo que merezca la pena.
Pam: Reggaetón no, lo siento. Respeto los gustos de cada uno, pero odio este estilo musical. A ver si encuentro rock fm.
Sus: ¿Te gusta el rock?
Pam: Heavy y rock. Rockera hasta la muerte.
Sus: ¡Deja esa! Click FM. Ahí ponen muy buena música.
Pam: Bueno...
Sus: Lo nuevo de Lady Clacka, me gusta.
Pam: Pues a mi esa me gusta cada vez menos. No entiendo su música.
Sus: A mi me gusta. ¿Pongo el GPS en el móvil?
Pam: No es necesario. Yo tengo el mejor GPS del mundo en mi cabeza. No necesito ningún aparatito de esos.
Continuará...
¡Ai! ¡Pam es un terremoto! Me reí mucho cuando la pobre Sus entra en la cocina y se encuentra quinientos cacharros sucios y todo hecho una pena, también cuando Pam entra perseguida por los niños y, sin respeto ninguno, se tira en la cama de la pobre Sus. ¡Muchas gracias por citar mi novela! Estaría guay que leerla fuese una manera de que Sus conociese mejor el pasado de Agnes e hiciese alguna referencia lo que vivió, jejeje, pero me encanta que la cites. ¡A ver qué pasa con Pam y Sus en el coche! ¡Voy a seguir leyendo!
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