martes, 7 de septiembre de 2021

Vacaciones en Galicia - Capítulo 03: La boina perdida

Capítulo 03: La boina perdida

Agnes: ¡Detente!

 La aparición de Agnes y Lúa me sorprendió y alivió al mismo tiempo. Temí por ellas. Se habían expuesto y ese ser las podía atacar, pero ellas no tenían miedo.

Lúa: Ya es suficiente, Aleixo.


El esqueleto dorado se detuvo y con cara de arrepentimiento, se acercó a ellas. Bajó la cabeza, avergonzado. Debo reconocer que mi confusión en ese momento era total. Las dos estaban visiblemente enfadadas.

Aleixo: Lo siento...
Agnes: No deberías tratar así a la gente. Ya te lo hemos dicho muchas veces, Aleixo. Está bien que defiendas tu tesoro, pero hasta cierto límite, carallo.
Lúa: No debes atacar a la gente de esa forma. Deberías saber comportarte.
Aleixo: ¡Pero él quiso robar mi tesoro!


Diamante: No sabía que te lo tomarías tan mal. Pensaba que eras un monstruo sin cerebro.
Aleixo: Vaya, muchas gracias.
Diamante: Tú tampoco te has quedado corto. Querías secuestrar a Sus.
Agnes: ¡Pero qué mal! No me gusta nada lo que estoy escuchando, chicos. Debéis pediros perdón.


Alexio: ¿Yo? ¡Empezó él!
Diamante: ¡No sabía que pudieses pensar!
Agnes: Por favor, tenéis que zanjar este asunto ahora mismo.
Sus: Venga, chicos. Olvidemos lo ocurrido.


No fue fácil, pero hicieron las paces. A pesar de todo, aquel ser tan extraño no nos hacía mucha gracia. Se había tranquilizado y no parecía tener ganas de atacar a nadie, pero su aspecto tan terrorífico nos seguía impactando. Agnes y Lúa le invitaron a pasear con nosotros. Fuimos a una playa solitaria que pocos conocían. Pasear por aquel lugar era fascinante.


Dante: ¡Me flipa este sitio!
Agnes: A lúa y a mi nos gusta venir cuando el trabajo nos lo permite.
Suselle: Es una suerte poder venir cuando te apetece.
Agnes: No nos queda cerca de casa, pero cuando podemos, nos escapamos y pasamos el día por aquí.


Suselle: Agnes, en la zona dónde vivimos también hay bosques bonitos y cosas por ver. Si te vienes a vivir allí, te lo enseñaría.
Sus: Suselle, no seas pesada...
Agnes: Cuando os visite, me los enseñas.
Suselle: Vale. Espero que sea pronto.


Sus: Lúa, os veo muy bien.
Lúa: Sí, estamos mejor que nunca. Creo que Agnes no puede ser más feliz. Tenemos problemas, como todo el mundo, pero los sobrellevamos muy bien.
Sus: Tenéis suerte de teneros la una a la otra.
Lúa: Sí, no sé lo que haría sin ella.


Aleixo: Diamante, en esta zona murieron muchos marineros.
Diamante: ¿Aquí?
Aleixo: Sí. Yo tengo la capacidad de ver a los muertos. Ahora mismo te están saludando. Por aquí veo algunos espíritus pirata. Me dicen si pueden tocarte.


Diamante: ¡Suuuus!

A Diamante esos temas le aterrorizan. Se pegó a mi como una lapa, alejándose lo más posible de Aleixo. Llegamos a la zona alta de una montaña para ver el paisaje. Era espectacular. Hacía fresquito, pero no me molestaba. Abrigué un poquito a Bosco, para que no se resfriase. 


Después nos llevaron al bosque encantado. Era un lugar mágico, con un castillo en ruinas y una maravillosa naturaleza en la que perderte.



Agnes: Se cuentan muchas leyendas de este bosque.
Lúa: No es un bosque que nos quede cerca, pero solemos venir de vez en cuando. Aquí se respira una tranquilidad especial.


Suselle: Seguro que en este bosque viven hadas, gnomos y unicornios.


Sus: Es un bosque totalmente distinto a cualquier otro que haya visto nunca. Me invade una sensación de paz interior.
Lúa: Yo también la siento. Es una sensación agradable. Eso sí, algunos rincones de este bosque son peligrosos, o al menos eso es lo que dicen. Nosotras solemos evitar lo más profundo del bosque.


Dante: ¿Y qué es lo que hay en lo más profundo del bosque?
Agnes: No lo sabemos con seguridad. Si te adentras, la sensación que te invade es de auténtico terror.
Dante: ¡A lo mejor hay gigantes y brujas!


Aleixo: Yo sé lo que hay.
Diamante: ¿El qué?
Aleixo: Espíritus antiguos de seres malvados. Se esconden entre la vegetación a la espera de que algún insensato se adentre en sus dominios. Atrapan a sus víctimas, los torturan y se alimentan de sus almas.


Diamante: Eso es...horrible.
Aleixo: Aunque no hay que adentrarse tanto para encontrar uno de esos seres. Justo a tu lado, se encuentra el espíritu de una mujer que cocinaba hombres vivos. Se está relamiendo los labios mientras te mira... 


Diamante corrió hacia mi, espantado. Le pedí a Aleixo que dejara de contar esas historias. Estaba asustando a mi marido y a los niños.

Aleixo: En realidad si esos espíritus no están en lo más profundo del bosque, no tienen la capacidad de atacar.


El camino nos llevó de nuevo a la costa. Decidimos sentarnos para observar el paisaje. Es curioso, pero todos nos quedamos en silencio. Miré a Agnes de reojo y descubrí que tenía los ojos cerrados mientras el viento movía su cabello suavemente. 


Fue un momento de relajación del que disfrutamos todos, incluso Dante. Me habría gustado atrapar ese momento y poder revivirlo siempre que lo necesitara. 

Diamante: Este lugar es fantástico.


Aleixo: El espíritu de un pirata muerto que está a tu lado está de acuerdo contigo.

Diamante miró asustado a su alrededor. No tengo claro si Aleixo veía en realidad esos espíritus o lo decía para fastidiarle.


Agnes: ¿Os apetece ir a cenar? Conozco un restaurante fabuloso.
Lúa: Las zamburiñas están de rechupete, no tienen competencia. 
Diamante: ¡Yo quiero ir! ¿Tienen pulpo?
Agnes: Sí, lo preparan muy rico.
Diamante: ¡Vamos ahora mismo!


Aunque el día empezó mal por el encontronazo con Aleixo, al final terminó muy bien. Eso sí, me enfadé un poco cuando descubrí a Diamante mirando a una runner pasar junto a nosotros. 

Agnes: ¿A qué esto es precioso?
Diamante: Y tanto que lo es.


Sus: ¡Diamante! Mira al frente que vas a tropezar y todavía vamos a tener un disgusto.
Diamante: Pero si estoy mirando al frente.
Sus: Ya, claro...


Al día siguiente Agnes y Lúa se quedaron con los niños. Diamante y yo salimos de paseo por el bosque. Estuvimos caminando un buen rato en silencio. Aquel día estaba un poco tristona. Se terminaban las vacaciones. Me habría quedado una semana más en aquel lugar. Pensar en todas las responsabilidades que me esperaban en casa me desanimaba.


Diamante se giró para hablarme, pero algo en mi le sorprendió.

Sus: ¿Qué ocurre?
Diamante: ¿Dónde está tu boina?


Me toqué la cabeza y me percaté que no la tenía puesta. Había salido con ella de casa, por lo que era seguro que se me había caído por el camino. Aquello me terminó de desanimar todavía más. Aquella  boina me la regaló mi madre cuando visitamos juntas Paris. La vi en el escaparate de una tienda y me enamoré. Entramos y me la regaló.

Sus: Diamante, no quiero perderla. Me la regaló mi madre...
Diamante: No te preocupes, la recuperaremos. 


Diamante sabía lo importante que es la boina para mi, así que me ayudó a buscarla. Puso mucho empeño. Rastreó toda la zona sin descanso.

Sus: Diamante, ten cuidado. Esas rocas están muy empinadas.
Diamante: Desde aquí arriba tengo mejor perspectiva. 


Cuando ya estaba perdiendo la esperanza, la encontró.

Diamante: ¡La veo! No está muy lejos de aquí.
Sus: ¡Bieeeen!


Caminamos unos metros y allí estaba, perdida en una zona con mucha vegetación.


La agarré y sacudí las hiervas que se habían pegado a ella. Me la puse feliz y abracé a Diamante.

Sus: Gracias, cariño.
Diamante: ¿Estás más animada?
Sus: Sí. Siento haber estado tan callada. Han sido unas vacaciones maravillosas y debo quedarme con eso. 


Dimos un paseo romántico por los rincones más bonitos de aquel bosque. Diamante me daba de la mano mientras corríamos riendo como niños. Nos besamos, jugamos y nos dejamos llevar por la pasión. Agradecí aquellos momentos de intimidad con Diamante.






Una preciosa forma de terminar las vacaciones. Tengo claro que volveré, pues esta tierra me ha cautivado y me llevo un cachito de ella en mi corazón.


FIN

 

1 comentario:

  1. ¡Qué bonita manera de terminar la historia! Aquí en Galicia se cuenta que quien viene a visitarla deja en la tierra un pedacito de su alma y por eso se siente con tanta fuerza la necesidad de volver y creo que a las personas que realmente saben sentirlo todo con el alma les ocurre algo así, tan mágico. está visto que a Sus le ocurrió y yo deseo con todas mis fuerzas que vuelvan a vivir unas vacaciones tan hermosas en una tierra tan mágica y bonita como Galicia. Gracias por hacer esta historia que, pese a ser tan corta, contiene tanto sentimiento, halagos a la tierra y momentos bonitos y divertidos. Me ha gustado mucho y me encanta la intervención de Agnes y Lúa. Me reí mucho con Aleixo, que se avergüenza enseguida ante ellas por haberse comportado así y luego no deja de decirle a Diamante que a su lado hay piratas muertos. Me reí sobre todo cuando se lo dijo al decir él que el lugar en el que estaban era un maravilloso. Me parece un personaje muy divertido. También me encanta que Lúa y Agnes se lleven tan bien con todos. Es una historia muy bonita que es todo un homenaje a las vacaciones que pasamos juntos. Es muy especial el momento en el que están frente a la costa y Sus cuando mira a Agnes la ve con los ojos cerrados... Tiene muchos detalles preciosos que me encantan. ¡Muchas gracias por escribir una historia tan bonita!

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