Después de disfrutar de la cabalgata de los Reyes Magos, fueron a comprar algunas cosas de última hora. Suselle y Dante estaban entusiasmados. Habían enviado sus respectivas cartas con sus regalos más deseados a sus majestades de oriente. Hacía un frío terrible y estaban deseando llegar a casa para entrar en calor.
Diamante: ¡Qué frío!
Sus: El viento viene helado. ¡Tengo las manos congeladas!
Diamante iba cargado con varias bolsas. Sus llevaba el carro con los niños y a Pandy. El árbol de Navidad les dio la bienvenida con sus luces y adornos de colores.
Sus: Ay, cariño...siento que vayas tan cargado.
Diamante: No te preocupes, soy un pirata y puedo con esto y con más.
Pandy: ##### (Pues yo te veo para el arrastre...)
Diamante se sentó en uno de los sillones y se acomodó. Cogió a Dante en brazos y le dio un beso en los mofletes.
Dante: Papi, ¿le habrá llegao la carta a los Reyes? Tengo medo de que se haya perdío. Gruñín dice que las cartas se pierden y que muchos nenes se quedan sin regalos...
Diamante: No hagas caso a Gruñín, lo dice para chincharte. Las cartas de los niños a los Reyes Magos no se pueden perder ya que los elfos se encargan de que lleguen a su destino.
Dante: ¡Ahhhh!
Suselle: ¡Mamiiii! Yo quero cenar ya pa irme a momir pronto.
Sus: Vale, pero primero tengo que ponerme cómoda y preparar la cena. Hoy prepararé unos dulces navideños muy ricos.
Suselle: ¡Yupiii!
Se reunieron todos en la cocina y Sus empezó a cocinar. Diamante, que era un desastre en la cocina, prefería supervisar que todo marchase bien. Los niños abrieron la puerta del balcón y salieron a jugar.
Sus: Solamente me queda pintarlas con azúcar y listo. Es una receta de mi abuela. ¿Crees que con dos bandejas tendremos suficiente? Mañana vienen todos a comer a casa y...¿Dónde están las galletas?
Diamante: Esto...es que quería asegurarme de que estaban buenas...
Sus: ¡Te has comido toda la bandeja! Por lo menos eso confirma que estaban buenas.
Diamante: Sí, cariño. Están buenísimas.
Sus: Me alegro. Bueno, haré otra bandeja más. Ya que el experto catador me ha dado su visto bueno. Ay, tengo frío...¡Niños!
Diamante: ¿Qué pasa?
Sus: ¡Están jugando en el balcón! ¡Entrad inmediatamente! ¿No véis que os podéis resfriar? Con el frío que hace fuera...
Dante: ¡Yo quero ver si vienen ya los Reyes Magos!
Suselle: ¡Y yooo!
Diamante: No os preocupéis, que vendrán.
Sus: ¡Los bolitas de chocolate ya están listas!
Sus abrió el horno y sacó la bandeja con las bolitas de chocolate recién horneadas. Su delicioso aroma invadió la cocina. Diamante salivaba deseoso por probarlas.
Suselle: ¡Yo quereeee!
Sus: Tenemos que esperar a que se enfríen.
Diamante: ¿Y si pruebo una para saber si están sabrosas? Lo haría por vuestro bien...
Sus: Ni lo sueñes, que te las comes todas.
Dante: ¡Papá es un glotón!
Diamante: ¡Ey! Y tú eres un renacuajo.
Suselle: Es verdad, es renacuajo y mu feo jajajaja.
Dante: ¡Mami, mira lo que dice Suselle! ¡Tonta!
Sus: Venga, no os peleéis o los Reyes no os dejarán nada.
Los dos hermanos callaron inmediatamente arrepentidos.
Llegó la hora de cenar y bajaron al comedor. Sus sacó la vajilla cara y preparó una mesa especial. Diamante comía carne en salsa de queso y patatas y Sus mazorca con verduras salteadas. Los niños comían bollito de verdura. Pandy comía Bambú con hierbabuena y más especias.
Diamante: ¡Ohhhh! Está de vicio, Sus. Esto me lo tienes que hacer más veces.
Sus: Vale, no es difícil. ¿Os gusta el bollito?
Suselle: No me gusta. Tiene belenjena y pimento...
Dante: A mi sí, mami.
Sus: Me alegro, cariño. Suselle, ¿quieres verduritas de mi plato?
Suselle: No, quero carne de la que come papi...
Diamante: Espera, que te doy un poquito.
Sus: No sé si te lo había dicho, Diamante.
Diamante: ¿El qué?
Sus: He visto a un elfo en la tienda de cosméticos. Me ha dicho que los Reyes Magos pasarán primero por nuestra calle.
Diamante: ¡Córcholis! Yo he hablado con un angelito, que estaba en frente del Corte Click. Me ha dicho exactamente lo mismo.
Dante: ¡Pasarán primero por nuestra calle! ¡Yupiiii!
Diamante: No creo que tarden mucho en pasar...yo no tardaría en irme a la cama. Puede que si os ven despiertos no os dejen los regalos.
Sus: Claro, a ellos no les gusta que los niños se acuesten tarde.
Suselle: ¡Rápido, vamos a teminar de comer!
Antes de irse a la cama, los niños prepararon un tentempié para sus majestades. Tres cartones de leche individual y tres rosquillas de chocolate.
Suselle: Mami, ¿y si le dejamos más rosquillas?
Sus: Yo creo que ya son suficientes, hija.
Diamante: Sí, no queremos que sus majestades engorden mucho y los camellos no puedan soportar su peso.
Dante: ¡Ops, es verdad!
Sus subió con los niños mientras Diamante abrió la puerta principal de la casa.
Wen: ¡Por fin! Nos estamos congelando.
Diamante: ¡Jajajajajaja! ¡Menudas pintas! ¡Jajajajaja!
Wen: ¿A que estoy imponente?
Sus acostó a los niños en sus respectivas camas. Suselle con su inseparable muñeca.
Sus: Descansa, cariño. Mañana tendrás los regalitos junto al árbol.
Suselle: Estoy neviosa, mami...
Sus: Es normal. No te preocupes, te dormirás.
Dante: Sin beso no pede dormir...
Sus: Claro que sí, mi niño. Intenta descansar, que mañana tendrás mucho trabajo abriendo paquetes y jugando.
Dante: ¡Qué guay!
Mientras tanto...
Vicrogo: ¡Mmmmm, deliciosas rosquillas de chocolate! ¿Son para nosotros?
Othello: Representa que somos los Reyes Magos, así que imagino que sí.
Vicrogo: ¡Ay, esta barba pica mucho!
Sus: ¡Holaaa! ¡Oh, chicos! Estáis espectaculares, irreconocibles. Muchas gracias por hacer esto por los niños. Seguro que no lo olvidarán jamás.
Wen: Por la sonrisa de un niño, lo que sea. Más siendo mis sobrinitos.
Vicrogo: Luego tenemos que ir a casa de Othello y Fatu para sorprender a Karim.
Othello: Y a casa de Willy, Junior y Renzo.
Diamante: Caramba, tenéis trabajo. Ya habéis metido todos los regalos, que rápidos.
Sus y Diamante subieron hasta el cuarto de los niños. Sabían que estaban despiertos, así que pusieron en marcha su plan. Hablaban fuerte, para que los pudiesen escuchar sin problemas.
Sus: Madre mía, son muy majos los Reyes Magos.
Diamante: Se están comiendo las rosquillas y bebiendo la leche. ¿Has visto la cantidad de regalos que están dejando?
Sus: Sí, muchísimos. Dejemos que hagan su trabajo. Vamos a dormir, cariño.
Diamante: Sí, vamos.
Se metieron en su habitación y Sus dejó la puerta entornada para poder observar su reacción.
Diamante:¿Se han levantado?
Sus: Sí, Dante está de pie en la cama y Suselle está sentada.
Diamante: Han picado el anzuelo.
Dante: Suselle, ¿has escuchao lo que han dicho?
Suselle: Sí...
Dante: Vamos a ver lo que hacen.
Suselle: ¿Y sin nos descuben?
Dante: No lo harán. Vamos.
Wen: Ya vienen...¡Oh, esas rosquillas estaban deliciosas!
Vicrogo: ¡Jo jo jo! Estaban de rechupete.
Othello: Suselle y Dante se han portado muy bien este año.
Dante: ¡Dicen que nos hemos portado bien!
Suselle: ¡Yupiii!
Bajaron las escaleras para poder ver a los Reyes. Cuando los vieron colocando regalos junto al árbol, se pusieron muy nerviosos.
Suselle: ¡Son los Reyes Magos!
Dante: ¡Mira cuantos regalos! Vamos a verlos más de cerca.
Wen: Este es para Dante. Es un regalo que le hacía mucha ilusión.
Othello: La casita es para los dos. Es tan grande que incluso se pueden meter dentro.
Suselle: ¡Nos han traído la casita!
Dante: ¡Yupiii! ¿Me habrán traído el barco?
Suselle: ¿Y el castillo?
Pandy dormía en su cestita pero se despertó con el alboroto.
Pandy: ##### (Pero, ¿que pasa aquí?)
Suselle: Shhhh, no hagas ruido Pandy. Si nos descubren, se llevarán los regalos.
Pandy: #### (No entiendo nada...)
Wen: Bueno, es hora de marcharnos. El año que viene volveremos con más regalos.
Vicrogo: Eso si se portan bien. Tienen que obedecer a sus padres en todo.
Othello: Seguro que lo harán. Vamos, tenemos mucho trabajo por delante y la noche es larga.
Cuando los Reyes Magos se marcharon, Suselle y Dante corrieron a ver los regalos. Saltaban y gritaban de alegría.
Suselle: ¡¡Por fin tenemos la casita para los muñecos!!
Dante: ¡Y mira cuantas cajas de regalos! ¡Las quiero abrir ya!
Diamante: ¡Pero bueno! ¿Qué hacéis despiertos?
Dante: ¡Hemos visto a los Reyes Magos!
Suselle: ¡Mirad, la casita de muñecos!
Sus: ¡Oh, es fantástica!
Suselle: ¡Mira, mami! ¡Estoy muy contenta!
Sus: Me alegro mucho, cariño.
Dante: ¡¡El barco, quiero el barco!!
Diamante: Quizás sea una de estas cajas.
Dante: ¡¡Quiero abrirlas ahora!!
Sus: De eso nada, cariño. Tendremos que esperar a mañana. Ahora toca dormir.
Y así fue como Suselle y Dante vivieron una mágica noche de Reyes. Por la mañana, bien temprano, bajaron a abrir todos los juguetes. Un castillo, la casa de muñecos, una cocinita, un castillo, un barco pirata, un balón...
Sus: ¿Estáis contentos?
Dante y Suselle: ¡Síii!
Dante: Este será el Capitán Barba negra y este Capitán Garfio. Papi, ¿has terminado de montar el barco?
Diamante: ¡Córcholis! Esto es más difícil de lo que esperaba. ¿Dónde irá esta vela?
Suselle: Mami, pienso hacer pasteles como en Masterclick Chef. ¡Dante, vamos a jugar con la casita!
Dante: ¡Síiii!
Fin
¡Ayyyyyy, pero qué bonito! Me ha conmovido muchísimo esta historia, no sólo por lo hermosamente que está contada, sino por el argumento y el sentido que encierra. Es verdad que hacer feliz a un niño produce una satisfacción muy emotiva. En parte Suselle y Dante me dan un poquito de envidia, pues yo no conozco esa ilusión de creer en los reyes magos, pero también me ha hecho evocar lo ilusionada que estaba igualmente cuando sabía que venían estas fechas y lo que más me conmueve es que esa ilusión por recibir y sobre todo por dar regalos no se haya desvanecido todavía, aunque ya haya crecido. Gracias por cerrar las Navidades con una historia tan tierna y bonita. Pensaba que las rosquillas de chocolate se las comería Diamante, pero, no, no me imaginaba para nada que viniesen Vicrogo, Wen y Otello a hacer de reyes magos. Qué bonito. Me hace mucha gracia, también, la glotonería de Diamante. Mira que comerse una bandeja entera de galletas... ¡Qué glotón! Eso es que arrastra el hambre que habrá pasado en todas sus aventuras, jajajajaja.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho y echaba mucho de menos una historia tuya. ¡Tienes que publicar más a menudo! Qué familia tan bonita. Espero que siempre sean felices y que para siempre puedan vivir en esta armonía tan mágica. Se lo merecen. Qué bonito todo. Siento repetirme, pero es que me has dejado encantada y muy sensible.
Y se me olvidaba decir (quizá esto sea lo que verdaderamente me conmueve) que, si esta historia es tan bonita, es porque quien la ha escrito tiene el alma llena de ilusión y magia todavía pese al paso del tiempo y a las experiencias de la vida. El otro día leí una frase que decía que podemos ser niños por segunda vez, con la diferencia de que esa segunda infancia depende totalmente de nosotros, y es que me encanta que todavía tengas esa ilusión por las cosas. Se nota mucho en tus historias. No cambies nunca. Aquí tienes siempre a una lectora fiel que se sumergirá en todas las historias que salgan de ti. Enhorabuena.
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