Anna llegó a casa
esperanzada. Amaba a Michael con locura y esta situación le superaba. No
comprendía la actitud de su novio y su mirada le producía escalofríos. No consiguió relajarse lo suficiente en el cine como
para prestar atención a la película, así que prácticamente se pasó todo el tiempo pensando. Cuando abrió la puerta de casa y vio el sofá vacío, una rayo de
esperanza surgió en su interior. Steve había conseguido que Michael dejase de
ver la televisión y se levantase del sofá.
Anna: ¿Hola? Chicos, ya
estoy en casa…
No obtuvo respuesta. Le
extrañaba que Steve le hubiese convencido para salir de casa..
Anna: ¿Estáis en casa?
¡Hola!
Empezaba a sentirse bien.
A lo mejor Steve le había hecho reflexionar y habían salido a tomar unas
cervezas al bar. Aunque amaba a Michael, lo ocurrido en los últimos días había
cambiado su visión sobre las cosas. Ya no se sentía segura ni a gusto a su
lado. Le costaría perdonar estos días infernales que le había hecho
pasar…además, estaba segura que Michael había hecho desaparecer a Negrita.
Intentó relajarse y decidió que la mejor forma de conseguirlo era dándose una
buena ducha caliente. Eso le sentaría genial.
Entró en el dormitorio
para buscar ropa limpia y una toalla y se llevó una sorpresa. Encontró a Steve
tumbado en su cama. Se llevó un susto de infarto. Steve miraba fijamente el
techo casi sin parpadear. Parecía estar ausente…
Anna: ¿Steve? ¿Qué
ocurre? ¿Qué haces ahí acostado?
Se acercó hasta él pero
Steve no se inmutó. Anna le tocó el hombro pero no reaccionaba.
Anna: Steve, ¿te
encuentras bien? ¿Steve? ¡Me estás asustando! ¿Dónde está Michael?
Se percató que el armario
estaba medio abierto. De pronto, una idea perturbadora le invadió la mente.
Imaginaba a Michael escondido en el armario…esperando el momento más oportuno para atacarle. Recordaba sus ojos demenciales…y un escalofrío le recorrió todo el
cuerpo.
Anna: Esto no puede estar
ocurriendo…
Abrió el armario y
encontró algo que jamás olvidaría. El cuerpo de Negrita sin vida. Le habían
arrancado la cabeza. Anna gritó como jamás lo había hecho. Gritaba aterrorizada por ver a su querida gata muerta de una forma tan cruel.
Anna: ¡Ahhhhhhh! ¡No,
negrita! ¡Ahhhh!
Michael: Esa gata me
estaba poniendo de los nervios.
Michael apareció en el
umbral de la puerta. Ahora lucía una larga barba blanca a juego con el pelo.
Sus ojos seguían teniendo esa mirada demencial.
Anna: ¡Michael! ¿Has sido
tú? ¡Has matado a Negrita!
Anna lloraba. Su novio se estaba convirtiendo en algo que no comprendía. En sus ojos ya no quedaba rastro de Michael...
Michael: Me has pillado.
Anna: Has perdido la
cabeza…esa barba… ¡Estás loco! Michael, ¿Qué te ocurre? ¡Has matado a
Negrita! ¿Qué le has hecho a Steve?
Michael: Deja de llamarme
Michael. Él ya no está aquí. No te preocupes por Steve, ya no volverá a
incordiarte con sus gritos...en el fondo te he hecho un favor. No te dejaba estudiar, ¿cierto?
Anna fue hasta Steve e
intentó hacerle reaccionar. Lo zarandeaba con todas sus fuerzas.
Anna: ¡Steve! ¡Despierta!
Michael: Es inútil, querida. ¿Te gusta cómo ha quedado Negrita? Si quieres, podría hacer lo mismo contigo…
Sacó un cuchillo de cocina del bolsillo y se lo enseñó.
Anna: ¡No te acerques a mí! ¡Voy a llamar a la policía!
Michael: No temo a simples mortales.
Anna: Por favor, Michael…no me hagas daño…
Michael: ¡Te he dicho que Michael ya no está…! ¡Ahhh!
Michael se retorció como si le doliese mucho el estómago. Anna lo miraba sin saber que hacer…
Michael: Anna…soy
Michael.
Anna: Michael…se que eres
tú. Por favor, necesitas ayuda…deja que me vaya.
Michael: Anna, ¡vete de
aquí!
El pelo y la barba blanca desaparecieron. Los ojos de Michael recuperaron la normalidad. Apretaba los dientes en un intento de retener a SAM en su interior.
Michael: Anna…estoy poseído por un ser maligno…debes marcharte…quiere matarte.
Anna: Michael…Necesitas ayuda, ¡llamaré a una ambulancia!
Michael: ¡Eso no me ayudará! No lo entiendes, este ser no abandonará mi cuerpo tomando pastillas...
Anna: Michael, no entiendo nada...¿Cómo puedo ayudarte?
Michael: Este ser que me ha poseído se llama SAM…busca información… ahora vete… no lo podré retener por más tiempo…Te quiere matar, Anna...no se lo permitas...
Anna salió corriendo pero
Michael la llamó. Anna se detuvo y se dio la vuelta esperando encontrarse de nuevo con esos
ojos diabólicos en la cara de su novio, pero no fue así.
Michael: Te quiero…nunca
olvides que te quiero…
Anna: Michael…yo también
te quiero…¡No sé que puedo hacer!
Michael: Siento lo de
Negrita…y lo de Steve…lo siento. Vete…debes ocultarte. Si SAM te encuentra te matará y
yo no podré evitarlo…Te quiero…
Michael lloraba y Anna
también. Ella lo miraba deseosa de ir a sus brazos para consolarlo, pero sabía lo
peligroso que podía ser.
Anna: Juro que averiguaré
cómo ayudarte…
Cogió sus llaves y
su bolso y salió corriendo de su casa.
Michael intentaba luchar
contra SAM. Ese ser maligno que invadía su interior estaba ganando la batalla.
Cada segundo que transcurría se apoderaba más de su cuerpo y su voluntad.
Michael: ¡Maldito! ¡Vete!
¡Este es mi cuerpo!
Aunque luchó con todas
sus fuerzas, SAM terminó por invadir todo su cuerpo. Su terrible mirada y su
barba y pelo blanco resurgieron otra vez.
SAM: Te equivocas. Este
ya no es tu cuerpo.
SAM rió a carcajadas.
Michael había sido vencido. Ahora se encontraba encerrado en una jaula perdida en las
tinieblas de su mente. Gritaba desesperado. Luchaba por liberarse pero sabía
que no lo conseguiría. Gritaba asustado pero nadie le escuchaba.
Continuará...
¡¡¡Pobre Anna!!! ¡Menuda impresión se ha llevado al abrir el armario y encontrar a su gatita! Consigues crear sensaciones de pavor, terror, miedo, disgusto, repugnancia, horror, incomodidad y preocupación, al estilo de los mejores cineastas y novelistas. Esto está muy interesante. Parece que al final SAM ha vencido a Michael... Al menos Anna ha conseguido huír. Me da cosa de su amigo Steve que ha quedado ahí traumatizado y sin poder defenderse. Espero que Anna investigue y cosiga ayuda. El ser más maligno del Playmundo anda suelto en Wensuland y supone un terrible peligro... ¡SAM!
ResponderEliminar¡Qué malicia, pobre Anna! Aunque Michael se lo tiene merecido por curioso, me da pena... ¡Ahora Sam acabará con la paz! ¡Qué emocionante! Este capítulo me ha dado miedo... ¡Pobre Negrita!
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