Vicrogo: No temáis.
Vicrogo apareció por la
misma puerta por la que había entrado Sinéad. Duclack y Diamante lo miraron
sorprendidos. Parecía estar tranquilo y sin miedo a todo lo que estaba sucediendo. Llevaba
cogido en brazos a Pandy, que se acurrucaba miedoso entre sus brazos.
Duclack: ¡Cuidado
Vicrogo!
Diamante: ¡Estamos
rodeados de chupasangres!
Vicrogo bajó las
escaleras y se reunió con ellos. Pandy se alegró mucho al ver a Duclack y
Diamante.
Duclack:
Has encontrado a Pandy…
Vicrogo: Sinéad lo estaba
cuidando. Estos vampiros no son malos, chicos.
Diamante: ¡Eso no es
verdad! Han atacado a Mary… ¡Puede que esté muerta!
Vicrogo: Debéis
tranquilizaros. Os lo contaré todo. Sinéad vive junto a su padre Leonard y más
vampiros en este castillo. Se alimentan de sangre, pero no desean hacernos
daño. La vampiresa que os ha atacado se llama Cecilia, y esa sí que es muy peligrosa. Está
descontrolada. Sus y yo la liberamos ignorando lo peligrosa que era. Estaba prisionera para que
no hiciese daño a nadie pero nos engañó...
Duclack: ¡Pues tenemos
que ayudar a Mary!
Diamante: ¿Y dónde está
Sus?
Vicrogo: La tiene
Cecilia…
Diamante: ¡Nooo! ¡No me
fío de vosotros! ¡Devolverme a Sus!
Scarlya: Hemos buscado a
Sus, pero no la encontramos. Por el contrario, pude salvar a otra de vuestras
amigas. Por muy poco Cecilia no acaba con su vida...
Mary estaba bien. Entró en la estancia por su propio pie.
Mary: ¡Chicos!
Duclack: ¡Mary!
Mary: Estoy bien, Scarlya me ayudó.
Vicrogo: Os dije que no son peligrosos. Solo querían asustarnos para que los dejásemos en paz. ¿No os parece fabuloso? ¡Existen los vampiros! Tengo tantas preguntas que haceros…Sinéad, ¿podría hacerte unas preguntas? ¡Me muero por saber cosas sobre vosotros!
Sinéad: Sí, no hay problema.
De pronto, Cecilia
apreció volando. Llevaba consigo a Sus. Parecía estar muy enfadada.
Cecilia: ¡Los clicks sois
solo nuestro alimento! ¡No merecéis ningún tipo de consideración!
Sus: ¡Socorro!
Cecilia: ¡Me alimentaré
de vuestros cuerpos hasta que queden secos como el carbón!
Diamante: ¡Sus! ¡Deja en paz a mi mujer!
Sinéad: ¡Cecilia, debes recapacitar! ¡Deja esa clack y hablemos!
Cecilia: ¡Maldita Sinéad! ¡Piensas que eres la mejor vampiresa del mundo! ¡Te odio!
Sinéad: ¡Eso no es cierto!
Leonard: Está descontrolada…me temo que la muerte es la única solución…
Sinéad: ¡Deja que me
ocupe, padre!
Leonard: ¡Sinéad, no lo hagas!
¡Vuelve!
Sinéad no obedeció a su
padre. Cecilia había dado muchos problemas, pero sentía que debía intentar
hacer algo por ella. Si no conseguía reducirla, su padre ordenaría su muerte.
Su estado podía poner en peligro la existencia de los vampiros.
Sinéad: ¡Detente! No
tenemos necesidad de llegar a esto.
Cecilia: ¡Acabaré
contigo, Sinéad Lindqvist! ¡Estoy cansada de tus sermones y ñoñerías!
Sinéad: ¡Tú lo has
querido!
Cecilia dejó caer a Sus
cuando se disponía a enfrentarse a Sinéad. Scarlya acudió veloz y evitó que se
golpeara contra el suelo.
Aunque Sinéad era una vampiresa muy poderosa, capaz de matar tan solo con desearlo, no quería utilizar sus poderes. A pesar de las duras palabras de Cecilia, no deseaba matarla. Intentaría reducirla.
Cecilia: ¡Me beberé tu sangre y seré la vampiresa más poderosa del Playmundo!
Sinéad: ¡Primero deberás vencerme!
Empezaron a forcejear. A
Cecilia le dominaba el más absoluto odio. Le tiraba de los pelos y le arañaba
la cara con sus largas uñas. Aunque a Sinéad le dolía, intentaba
controlarse para evitar usar sus poderes y fulminar a Cecilia en el acto.
Leonard: ¡Basta, Cecilia!
Diamante: ¡Sus! ¿Estás bien?
Sus: Sí, ¿y tú?
Diamante: Perfectamente.
Sus: ¡Pandy! Estaba muy preocupada por ti.
Scarlya: Sinéad adora a los animales y lo cuidó todo este tiempo.
Sus: Oh, gracias…
Finalmente, Cecilia fue
reducida por Sinéad. Agarró a Cecilia y la lanzó contra el suelo con todas sus
fuerzas. Para que no se levantara, utilizó sus poderes para que sintiese
dolores intensos que le impedían moverse.
Cecilia: Maldita seas…
Sinéad: Me has obligado a
esto…
Leonard: Eres una vergüenza para nuestra especie. Ven conmigo, volveré a encerrarte hasta que decida que hacer contigo.
Cecilia: ¡Será mejor que me matéis! ¡Si me vuelvo a liberar juro que acabaré con todos vosotros! ¡Suéltame!
Scarlya: Has perdido la cabeza. Ya puedes dar gracias a Sinéad, por ella sigues con vida.
Cuando Leonard encerró de
nuevo a Cecilia, reunió a todos en el gran comedor. Los vampiros observaban a
los clicks con detenimiento. Leonard los miraba seriamente.
Leonard: Entrar en
nuestro hogar ha sido un error fatal. Mirad lo que ha ocurrido. Nos habéis
puesto a todos peligro. Intentamos asustaros, pero persististeis en vuestra
absurda aventura. Ahora, las cosas han llegado demasiado lejos…
Sinéad: Padre…
Diamante: Deje que nos vayamos, por favor…
Vicrogo: Señor Leonard, piense que esto es bueno. Soy un gran seguidor de la temática vampírica. He leído libros y visto todo tipo de películas y series, y le aseguro que no somos una amenaza.
Leonard: Nadie debe saber de nuestra existencia. Debemos vivir en el más absoluto de los secretos. Nuestra existencia depende de ello.
Sus: No diremos nada a nadie…
Duclack: No queremos tener más problemas. Disculpe todas las molestias, esto no volverá a ocurrir nunca más.
Sinéad: Padre…no los
elimines. ¿Qué conseguirás con su muerte? Han demostrado que no son malos. Me
gustaría poder ser su amiga…compartir experiencias.
Leonard: Sabes muy bien
que eso no es posible. Las leyes son claras al respecto. Nuestra existencia
debe ser un secreto. Lo siento, pero ellos no pueden ser tus amigos.
Sinéad: ¡Padre! Te lo
ruego, ten piedad. Soy consciente del daño que nos han hecho los clicks a lo
largo de la historia, lo he sufrido en mis propias carnes, pero a pesar de
ello, no todos los clicks son iguales…
Leonard: Está decidido hija.
Leonard miró a Vicrogo, Duclack, Sus, Mary y Diamante. Estaban sudando. Diamante parecía que se desmayaría en cualquier momento. Sus se abrazaba a Pandy con lágrimas en los ojos. Duclack estaba dispuesta a luchar, aunque sabía que no tenía nada que hacer contra unos vampiros. Mary temblaba aterrada y Vicrogo intentaba encontrar más argumentos para impedir que los mataran.
Leonard: Lo siento, pero debo cumplir las leyes…no es nada personal.
Sinéad: Padre, no lo hagas…por favor…
Scarlya: Esto es terrible…
Vicrogo: Se lo ruego, no somos una amenaza…
Leonard: La decisión ya está tomada.
Sinéad: Leonard, por favor...
Leonard: Confía en mi, hija mía.
Pasados unos minutos…
Leonard escuchaba
atentamente la música. Sentado en un sillón verde, se deleitaba con el sonido
de aquellos instrumentos y la angelical voz de su hija, Sinéad. Scarlya tocaba
una pandereta, Stella una lira, otro miembro de de los vampiros el piano y Sinéad
tocaba su amada arpa mientras se dejaba llevar por sus sentimientos. Su voz se
escuchaba en todos y cada uno de los rincones del castillo.
Leonard: Hija mía, consigues emocionarme. Nunca me cansaré de escuchar tu preciosa voz.
Sinéad: Estoy enfadada, Leonard…no creas que con tus cumplidos olvidaré lo ocurrido.
Leonard: Siento haber sido tan estricto, pero he hecho lo correcto.
Vicrogo miraba la puerta
del castillo desorientado. Se sentía extraño. La lluvia caía otra vez con
fuerza . Los truenos le pusieron la piel
de gallina. Tenía miedo, un miedo atroz a entrar en ese castillo. Tenía la
necesidad de huir, alejarse de aquel lugar y olvidar lo para siempre. Aquellas
ganas que tenía de investigar y pasar la noche en aquel castillo, se habían
esfumado por arte de magia…
Vicrogo: Eh…
Sus: Me siento un poco
mareada…
Mary: Yo también…
Vicrogo: Chicos, lo he pensado mejor… ¿Nos vamos a casa?
Diamante: ¡Aplaudo la idea! Hace frío y ese castillo me da mucho miedo…
Duclack: Deseo ir a casa. Preparemos chocolate y comamos dulces…este lugar no me gusta. Quiero irme de aquí inmediatamente.
Mary: Amén.
Sus: Yo también, quiero ir a casa.
Vicrogo: No podría estar más de acuerdo.
Pandy: ###### #######(¡No
es justo! Ese vampiro los a hipnotizado y no recuerdan nada…es como si nada de
esto hubiese ocurrido…les ha inducido el miedo a este lugar en el cuerpo para
que no vengan más… ¡Pero yo lo recuerdo todo! ¡Buaaaa! Por lo visto no funciona
con los animales…)
Sus: ¡Pandy! Estás
temblando. Pobre, también tiene miedo. Tan solo es una tormenta, no temas. Nos
vamos a casa.
Vicrogo miró hacia atrás una última vez. Sentía que algo se le olvidaba…le parecía escuchar una voz angelical que se despedía de él. Una voz dulce y cariñosa que de difuminaba con el sonido ensordecedor de la tormenta. Un escalofrío le recorrió el cuerpo así que siguió andando y no volvió la vista atrás.
Vicrogo: Serán imaginaciones mías...
Calabazo:. ¡Lo han olvidado todo! Aunque Leonard los ha hipnotizado, con Pandy
no ha surgido efecto. No sé que es
mejor, olvidar o recordar todo… ¡Oh! Mirad, mi prometida está tan enamorada que
ha perdido la cabeza por mí… entre nosotros, me está agobiando. ¡No me deja
respirar! ¿Huesita? ¡Eres una cabeza loca!
Vampiresa1: Hola, guapo…
Vampiresa2: Que pena que estés comprometido con esa…cosa. Es una lástima que nuestros cuerpos esculturales no puedan competir con ese montón de huesos.
Vampiresa1: Con la de cosas divertidas que queríamos hacer contigo…tendremos que buscarnos a otro…
Calabazo: ¿Sabéis que os
digo? Que a mi madre nunca le gustó Huesita. Lo siento amor, pero hemos terminado,
¡hasta nunca! Amigos, espero que os haya gustado la historia de Halloween de
este año. Volveremos el próximo Halloween con nuevas y terroríficas
historias. Ahora debo irme, estas dos preciosidades me están esperando, y yo
soy todo un caballero.
Calabazo: Señoritas, ¿que son esas cosas divertidas que pensaban hacer conmigo? ¡Soy un ser infernal libre!
FIN
Guaaaaaaa! Me encaaaaaanta! Al final todos son buenos, excepto la loca Cecilia... Sí que da miedo de verdad... Leonard es un hombre fuerte y estricto y al final les ha borrado la memoria... Pobre Pandy! Me da una pena, el pobre... No se puede expresar para que lo entiendan! Me encantan las vampiresas que estaban tocando música, y, al final... Pobre Huesita! Me da a mí que lo de las vampiresas y Calabazo no va a durar mucho... En fin...
ResponderEliminarMe ha encantado este final!
Saludos,
萌成•性前
Es una historia preciosa. El final me ha emocionado mucho y además me parece muy bonita la forma en que se resuelve todo. La actitud de Leonard incitaba a creer que todos debían morir para que nada malo les ocurriese a los vampiros, pero Leonard ha demostrado con lo que ha hecho tener mejor corazón de lo que aparenta. Pobre Sinéad, quería ser su amiga... Con lo bien que podía llevarse con todos... Es muy emocionante la pelea con Cecilia. ¡Yo la habría matado desde el principio! Pero ya es sabido que Sinéad tiene más consideración de lo que tal vez sea necesario, jajajajajajaja. Enhorabuena por esta historia tan mágica, terrorífica, divertida y bonita al mismo tiempo. Me ha gustado muchísimo leerla por su emocionante argumento, por los diálogos (me encanta cómo reflejas el carácter de todos los personajes), por las preciosas y misteriosas fotos, por todo. Gracias por lograr que fundir tu mundo y el mío en un único mundo sea posible.
ResponderEliminar¡Todo ha terminado bien! Oh, bueno... casi bien... porque eso de olvidarlo todo es una lata, ¡con lo buenos amigos que podían haber sido! Pero claro, Leonard siempre es tan precavido... me pregunto qué pasará con Cecilia, que parece una vampiresa de armas tomar, y además Pandy lo sabe todo, ¿logrará de algún modo que sus amigos humanos recuerden de nuevo todo lo que ha pasado? Unas fotos muy bonitas, a destacar para mí el efecto de las fotos bajo la lluvia, y también siempre que Duclack habla de chocolate calentito y dulces no puedo evitar que me den unas ganas enormes de hacer yo lo mismo, ¡despierta el monstruo goloso que hay en mí, que también da mucho miedito! Una historia encantadora, con vampiros voladores, peligros sin cuento, y un narrador, Calabazo, que ya tiene un puesto destacado en el Playmundo, ¡gracias por todo!
ResponderEliminar¡Un final feliz para esta maravillosa historia de Halloween! :-) La aparición de Vicrogo tranquilizador y conciliador con todos ha venido a resolver la tensión del momento. Aunque al principio no daban mucho crédito a sus palabras y aún nos ha dado un susto Cecilia cuando ha tirado a Sus. Menos mal que Scarlya ha estado rápida ahí. Las fotos son preciosas. Me gusta en la que Diamante acude enseguida a atender a su esposa tirada en el suelo y esa en la que los vampiros, alejados los intrusos, disfrutan de una agradable velada nocturna de música y conversación. Sinéad esa adorable.
ResponderEliminarMe gusta mucho esta historia y me parece muy especial, por el hecho de haber unido dos mundos ficticios de dos personas tan especiales.
Al final es gracioso volver a verlos en la entrada del castillo. Me encantan esos paraguas rojos. Y la foto con la lluvia es fantástica.
En cuanto a Calabazo, parece haberse olvidado pronto de su amada Huesita... Aunque yo tampoco creo que dure mucho ese lío con las gemelas vampiresas, jajajajaja.
Me gustan muchos los diálogos, para eso tienes un don, y el humor de Calabazo le da un toque especial a la historia de miedo.
Ainssss, ya falta un día menos para que podamos disfrutar de la próxima historia de Halloween el año que viene. Un besoteeeeeee