Capítulo 7
Se dirigían hacía el túnel que había visto Duclón cuando
Wenda se detuvo. Estaba agotada y desilusionada. Las cosas le iban muy mal. Su
familia estaba en peligro y Ben volvería con Hafida. Se sentía muy desgraciada.
Duclón se detuvo cuando la vio llorar.
Duclón: Wenda, ¿estás bien?
Wenda: No estoy nada bien, Duclón…
Duclón: No llores por favor… no soporto verte llorar.
Duclón: Debes animarte. Las cosas van a salir bien.
Wenda: No es cierto. Nada sale bien…
Duclón: No debes pensar así. Wenda, eres una mujer fuerte.
Te conozco desde hace muchos años. Has superado infinidad de problemas y esto
no podrá contigo. No olvides que no estás sola, puedes contar conmigo para lo
que sea.
Wenda: Duclón…
Se abrazó a él llorando y Duclón le correspondió con otro
efusivo abrazo.
Wenda: Gracias, gracias por estar siempre a mi lado.
Mientras, todos los que habían sido secuestrados intentaban
liberarse. En esa jaula, a pesar de ser enorme prácticamente no se podían
mover. Duclack intentaba hacer recapacitar a sus captores.
Duclack: ¡Esto es una locura! Uma, si todavía tienes un poco
de humanidad olvidarás todo esto y nos liberarás. Aquí dentro hay niños…
Uma: ¡Me importan un pimiento los niños! Pronto acabaréis
todos ahí abajo…
Sabrina: ¡Estáis locos!
Sus: Por favor, ¡deja libres a mis niños! ¡Te lo ruego!
Duclack: ¡Pinhead, Fune! ¡No me creo que seáis unos
asesinos!
Fune: En serio, tía. Nos queremos vengar pero… esto es broma,
¿no?
Uma: ¡Jajajajaja! ¡Pues claro que no! El destino de todos
estos desgraciados es el fondo de este precipicio. ¡Son el gran sacrificio!
Fune: Al menos libera a los niños… ellos no tienen culpa de
nada, tía.
Uma: ¡Cuantos más sacrificios reciba Hatima más poder nos
regalará!
Sabrina: ¡No permitiré que te salgas con la tuya!
Pinhead: ¡Calla! Maldita sea… ya no estoy disfrutando con esto…
Ben fue el primero en salir del túnel. Para pasar a través tuvieron que arrastrarse. Era tan estrecho que en varias ocasiones se
quedaron atascados. Cuando por fin vio la luz, no pudo evitar sentir un gran
alivio. Duclón era el que más veces se atascó y necesitó la ayuda de los demás.
Al salir, descubrió que habían llegado dónde tenían
retenidos a sus amigos y familiares. Diamante fue el segundo en salir al exterior.
Diamante: ¡Por fin!
Ben: Shhh, estamos justo debajo de dónde están ellos.
Diamante: ¿Qué es esa jaula?
Ben: Los tienen a todos ahí encerrados. Camina pegado a la
pared.
Hércules fue el tercero en salir. Ayudó a Estrella a salir.
Duclón llevó a Wenda a un lugar apartado y seguro.
Hércules: Vamos, ve junto a Wenda y Duclón.
Estrella: Gracias, Hércules.
Cuando Estrella estuvo junto a Wenda, Duclón les pidió que
se quedasen ahí escondidas.
Wenda: ¿Perdona? No pienso quedarme aquí escondida mientras
mi familia está en peligro.
Duclón: Wenda, confía en mí. Cuida de Estrella, está
aterrada…
Wenda: Está bien… Duclón, ten cuidado.
Duclón: No te preocupes.
Ben: Duclón, vamos…
Uma: ¡Todos te verán como lo que eres, una loca delincuente!
Descubrirán tu cuerpo junto a todos cadáveres de tus supuestos amigos.
Sabrina: Mi novio descubrirá la verdad…
Uma: ¡Bah! Pamplinas.
En ese momento llegó Eduardo Cortés con un maletín.
Eduardo: ¡Uma! Erres extrraorrdinarria. ¡Has conseguido
muchos ejemplarres parra el sacrrificio!
Uma: ¡Eduardo! Sí, me gusta hacer bien mi trabajo.
Eduardo: Hatima me rregalarrá todo su poder.
Hércules: Están entretenidos hablando. Podemos subir con mucho sigilo.
Diamante se acercó hasta Duclack. Cuando lo vio, se tuvo que tapar la boca para ahogar un grito de sorpresa.
Duclack: Diamante, ¡nos has encontrado!
Diamante: ¿Están mis niños bien? ¿Y Sus? ¿Os han hecho daño?
Duclack: Sí, estamos todos bien. Aunque eso cambiará si no hacéis algo inmediatamente.
Pinhead: Cariño… esto no me gusta.
Fune: A mí tampoco. No quiero que nos veamos involucrados en
todo esto…
Pinhead: Una cosa es robar, dar una paliza, traficar o
secuestrar y otra muy distinta es asesinar… y más a unos niños…
Fune: No soporto que hagan daño a los niños, es superior a mi. ¿Nos largamos?
Pinhead: Pero no hemos cobrado nada… estamos sin blanca.
Fune: Lo sé…
Pinhead: Iremos a ver a mis padres. Tienen una carnicería y
a lo mejor ellos me podrían prestar algo de pasta… incluso nos podríamos quedar
en la carnicería unos cuantos días para escondernos de la poli.
Fune: ¿Crees que tu madre nos ayudará? Me has dicho muchas
veces que reniega de ti…
Pinhead: Puede que sí…
Fune: Pues vamos… no quiero participar en toda esta movida.
Sabrina: Pero, ¿quién es Hatima?
Eduardo: Chica ignorante. Es un dios antiguo muy poderoso.
Con el sacrificio de toda esta gente, me regalará todo su poder… yo soy el
elegido.
Sabrina: Estáis completamente locos… y yo pensaba que era la
clack más loca del playmundo.
Hércules: Creo que ahora es el momento… Pinhead y Fune han
salido huyendo… quizás se han olido que estamos aquí y se han asustado.
Ben: ¡Pues ahí voy!
Ben se lanzó sobre Eduardo y le puso su puñal en el cuello.
Eduardo: ¡Esto que es! ¡Suélteme!
Ben: ¡Quieto!
Sabrina: ¡Ben!
Uma: ¡Maldita sea!
Uma: ¡Si te unes a nosotros prometo hacerte millonario! Vamos,
deja a Eduardo libre.
Ben: No todos estamos tan locos como vosotros. Tira el arma, esta locura ha terminado.
Uma: Eduardo, lo he intentado…
Eduardo: No te prreocupes… tirra el arrma.
Uma: No me entiendes.
He intentado ser paciente contigo. ¿Crees que haría todo esto solo para
que tú te lleves toda la gloria? ¡El poder de Hatima debe ser solo mío!
Eduardo: ¡Que dices!
Uma: Adiós, querrido.
Uma disparó derribando a Eduardo y Ben. El hombro de Eduardo
estalló cuando la bala se incrustó en su cuerpo. Fue tan potente que tumbó a
Ben y lo dejó inconsciente.
Sabrina aprovechó el momento y se lanzó sobre Uma. Hércules
corrió hasta ellas para ayudar a Sabrina pero Uma se desquitó de ella y tomó
el control de la situación. Diamante que pretendía sorprender a Uma por
sorpresa también fue descubierto y no tuvo más remedio que rendirse.
Uma: ¡Todo el mundo con las manos en alto! ¡No me pongáis más nerviosa!
Wenda no pudo reprimir sus impulsos y fue a ayudarles.
Caminaba lentamente para arrebatar el arma a Uma.
Uma se dio la vuelta y apuntó a Wenda con el arma. Ella
gritó asustada.
Uma: ¡La maldita hija de Ernesto! Esto parece una patética
reunión familiar. Tú serás el sacrificio estrella. Te ofreceré a Hatima como
postre.
Wenda: ¡Deja en paz a mi familia!
Uma: Eres una vieja valiente, pero no me enfurezcas o serás
la primera en morir.
Sacó a Hatima del maletín y ordenó a todo el mundo que se
metiese en la jaula.
Uma: Es precioso...¡Venga! Todos dentro de la jaula menos la vieja.
Estrella observaba todo lo que ocurría totalmente aterrada.
Sabía que tenía que hacer algo pero sus miedos se lo impedían. Recordó las
palabras de Hércules y se concentró en ellas.
Estrella: Puedo hacerlo… vamos Estrella, ¡son tus amigos!
Uma había golpeado a Wenda en la cabeza así que estaba
tendida en el suelo, con las manos esposadas e inconsciente.
Uma gritó a Hatima subida en lo alto de la jaula…
Uma: ¡Hatima! ¡Soy la elegida! ¡Libera tu poder sobre mí!
¡Deja que sacrifique a todos estos mortales como regalo y muestra de mi amor y dedicación por ti!
La figura se iluminó y cientos de rayos salieron de ella y
recorrían el cuerpo de Uma. Un dolor muy intenso la hizo gritar desesperada.
Sentía que la sangre le hervía y una gran fuerza le presionaba la cabeza.
Uma: ¡Ahhhhhhhhhhh!
Supo que Hatima ya la había elegido. Ahora era poderosa,
pero necesitaba sacrificios para obtener el poder absoluto del dios.
Bajó de la jaula y con una fuerza descomunal movió la jaula
hacia el precipicio. Todos gritaron aterrados cuando Uma consiguió hacer caer
la jaula. Vieron como se precipitaban al vacío sin que pudiesen hacer nada
para salvarse.
Uma: ¡Dame todo tu podeeeer!
Continuará...