La gasolinera service de la avenida Playclicks llevaba ya un año en funcionamiento. Sus dueños apostaron por esa ubicación dada la gran afluencia de vehículos y que estaba justo al lado de la autopista N42. Fue todo un acierto, pues la gasolinera no ha dejado de recaudar dinero. Un éxito junto al taller mecánico que construyeron justo al lado. Ambos de los mismos propietarios, unos Airgamboys que en un principio fueron recibidos con recelo, pero que poco a poco se ganaron la confianza de sus clientes. Dicha pareja de Airgamboys estaba compuesta por Olivia, modelo y empresaria y Maximus, famoso ex jugador de la NBClick y ahora, actor de películas de romanos.
Los airgamboys son bastante más altos que los clicks y no se suelen relacionar si no es estrictamente necesario. A pesar de eso, las películas y novelas del país de los airgamboys son todo un éxito en todo el playmundo. Maximus era muy admirado entre los clicks por sus éxitos deportivos y sus premiadas actuaciones. Con los nuevos tiempos, las relaciones sentimentales entre clicks y airgamboys son más frecuentes, así como las de los pinypon o los Gijoe, pero siempre suelen tener sus detractores y puristas que las critican.
Aquel viernes, Olivia esperaba pacientemente la llegada de su nueva trabajadora. La estaba esperando en la gasolinera, junto a la caja de la leña y las flores que vendían a la entrada de la tienda.
Como solía ser ya habitual, la gasolinera no vivía solamente de la gasolina, el gas o el gasoil. Era prácticamente un supermecado en el que podías comprar todo lo que necesitabas. En la fachada podías encontrar un congelador con todo tipo de helados, flores, leña y la típica maquinita de bolas con sorpresas. En su interior tenían servicio de cafetería con dulces y bocadillos.
Todo tipo de vehículos se acercaban a la gasolinera para repostar, tomar un café o comprar algún capricho. Algunos se dirigían al taller mecánico para la revisión de su vehículo. Ponían el coche a punto, cambiaban aceites, baterías y arreglaban cualquier tipo de avería. Jonas llevaba su coche al taller para que lo revisasen. Se quedaba sin batería a pesar de habérsela cambiado por una nueva. Le acompañaba su gran amigo Carlos.
Jonas: A ver si me lo arreglan de una vez por todas, macho.
Carlos: Este finde hemos quedado con esas pavas, bro. Te lo tienen que solucionar cuanto antes o nos quedaremos a dos velas.
Jonas: Lo sé, loco.
Carmen Clickores: Manolete, deja ya de insistir. No puedes ir a esa fiesta.
Manolete: Pero mamá...
Carmen Clickores: Este fin de semana tienes que ayudar a tu padre en la finca. Le dijiste que le ayudarías con las vaquillas si te compraba ese móvil que tanto querías.
Manolete: Ya...
Carmen conducía su coche rojo descapotable. De copiloto iba su hijo adolescente. Era buen chico, pero estaba empezando a ser algo rebelde y sus padres lo llevaban a raja tabla.
Los clientes iban y venían todo el tiempo. La chica encargada de la gasolinera no tenía prácticamente ni un momento de tranquilidad.
Isa: Un bocadillo de queso y un café con leche. Te lo cobro como oferta merienda. Son tres cleuros. ¿Con tarjeta o efectivo?
Estrella llegaba en su vespa a la gasolinera. Después de realizar una entrevista por vídeollamada, la seleccionaron para trabajar en la gasolinera. Estaba muy nerviosa, pues nunca había trabajado en algo así. Vio a Olivia esperándola y todavía se puso más nerviosa. Le cayó bien durante la entrevista y no quería quedar mal con ella. Aunque llegaba antes de la hora acordada, ella ya la estaba esperando.
Estrella: Qué alta es, madre mía. Nunca había visto una airgamboy tan de cerca. Siempre he sentido mucha curiosidad por su comunidad.
Estrella aparcó la moto y saludó a Olivia con la mano.
Estrella: Buenas tardes, señora Olivia.
Olivia: ¡Estrella, bienvenida! ¿Estás nerviosa?
Estrella: A decir verdad, lo estoy.
Olivia: Eso significa que te preocupas, que quieres que todo salga bien y eso, me gusta. Aunque no debes estarlo, es un trabajo fácil aunque no te puedo negar que puede ser estresante. No te preocupes, aquí estarás muy bien. El ambiente de trabajo es muy bueno.
Estrella: Qué bien. Me hace mucha ilusión trabajar aquí.
Maximus: ¡¡Amor de mi vida!! ¡¡Tesoro de mi corazón!!
Olivia: ¡Bomboncito! ¡Has podido venir!
Estrella casi se cae de espaldas al ver a Maximus. Su altura, su físico escultural, su piel oscura y su forma de vestir la sorprendió mucho. Lo había visto en muchas películas y en partidos de baloncesto. En persona era mucho más impresionante. Se acordó de que Gallofa era fan de Maximus y pensó en pedirle un autógrafo, pero no creyó que fuese buen momento para eso.
Maximus: Hemos terminado el rodaje.
Vestía con poca ropa. Llevaba puesto la vestimenta que utilizaba en el rodaje, ideal para una película de romanos pero no para ir por la calle.
Maximus y Olivia se besaron apasionadamente. Estrella no sabía dónde meterse. Pasaban los segundos y la pareja no parecía estar dispuesta a parar.
Olivia: Te echaba de menos, bomboncito.
Maximus: Y yo a ti, caramelito mío.
Olivia: Mira, te presento a Estrella. Es nuestra nueva empleada.
Maximus se agachó un poco para verla mejor. Su expresión le dio miedo. Tenía cara de pocos amigos.
Maximus: Estrella, yo soy Maximus. Imagino que ya me habrás reconocido. Sí, soy el famoso actor. No te preocupes, te firmaré un autógrafo si lo deseas. Bienvenida a nuestra empresa.
Estrella: Gracias.
Olivia: Estrella, ven con nosotros. Te voy a presentar a Isabel y el interior de la gasolinera.
Estrella: Genial.
Carmen Clickores: Voy a ponerle gasolina al coche. Espera aquí.
Manolete: Mamá, cómprame una chocolatina.
Carmen Clickores: En casa tienes preparada tu merienda.
Manolete: Aquí venden una que me gusta mucho.
Carmen Clickores: Te la compro, pero no me atosigues más con esa fiesta.
Olivia: Estos son los surtidores. Normalmente los clientes se sirven ellos mismos. A no ser que te lo pidan.
Estrella: De acuerdo.
Maximus: La gente se suele liar con el gas. Te enseñaremos cómo funciona.
En el taller mecánico...
Alejandra era la encargada del taller mecánico. Era una gran profesional con años de experiencia en el sector. Cuando le propusieron abrir un taller junto a la gasolinera no se lo pensó dos veces. Amaba la mecánica y era un sueño poder trasladar su taller a un lugar tan concurrido. Se llevó a su aprendiz, Gan. Era de ascendencia china, pero llevaba más de la mitad de su vida viviendo en Wensuland. Su abuelo, el empresario chino Juan, le había ofrecido muchos puestos en los diversos negocios que regentaba, pero Gan quería valerse por si solo. Ese día, Lilu acudió al taller junto a su novio Duque y su perrita Chiluca. Su coche estaba estropeado.
Alejandra: Ahora mismo, Gan está solucionando la pérdida de aceite.
El coche de Lilu estaba colocado sobre la máquina elevadora. A un metro del suelo, Gan estaba tumbado debajo, intentando solucionar el problema.
Chiluca: ¡Grrrrrr!
Lilu: ¡Chilu! De verdad, no paras cari. Ahora le ha dado por ladrarle a todo el mundo. Pues estoy tope preocupada. ¿Se puede arreglar?
Alejandra: Sí, no tienes que preocuparte. Eso sí, hasta que no me lleguen las piezas de Clisandia, no podremos terminar de solucionarlo.
Lilu: ¿Y si voy yo a buscar las piezas?
Alejandra: Son piezas que no venden en las tiendas. Se las sirven a talleres mecánicos.
Duque: No te agobies, Lilu. Iremos en mi coche.
Alejandra fue hasta recepción y consultó el ordenador.
Alejandra: Voy a ver cuando me llegan las piezas. El lunes por la mañana estarán aquí. Por la tarde, tendréis el coche listo.
Lilu: ¡Guay!
Duque: A eso se le llama ser eficiente.
Alejandra: Somos rápidos, aunque un poquito más con vosotros. Llevo encargándome de los coches de vuestra familia muchos años. Tu abuelo era para mi más que un cliente. Sentí mucho su pérdida.
Lilu: Yo todavía no proceso bien que no esté...
Alejandra: Es normal. Era un hombre excepcional. Pues os aviso en cuanto lo tengamos listo.
Cuando Lilu, Duque y Chiluca salían del taller, entraron Jonas y Carlos. Alejandra estaba tecleando frente al ordenador de recepción.
Jonas: Buenas.
Carlos no podía dejar de mirar a Lilu, que se alejaba del taller agarrada de la mano de Duque.
Carlos: Menudo pivonazo acaba de salir. Qué suerte tienen algunos.
Alejandra: Buenas tardes.
Jonas: Traigo mi coche para que lo revisen.
Alejandra: ¿Qué le ocurre?
Jonas: Se queda sin batería y eso que se la he cambiado.
Alejandra: Muy bien. Ya puede meter el coche al taller. Yo le indico.
Jonas se puso al volante y siguiendo las indicaciones de Alejandra, lo fue metiendo.
Alejandra: Avance más. Muy bien, un poco más.
Carlos: Esta tía también tiene su morbo, toda repleta de grasa. Le podría tirar la caña.
Gan sacó el coche de Lilu del elevador y se lo llevó a otra zona del taller. De ese modo, dejó espacio para el coche de Jonas.
Aprovechó para limpiar los restos de grasa con la fregona. Era la parte que menos le gustaba de su trabajo.
Gan: Cuanto aceite soltaba ese coche...
Alejandra: Ahora le haremos una valoración. Lo pasaremos por la máquina a ver que fallos aparecen y le echaremos un vistazo.
Carlos: Lo necesitamos para mañana.
Jonas: Sí, es urgente que lo tengamos listo para mañana.
Alejandra: No les puedo asegurar nada. Hasta que no sepa a ciencia cierta cual es la avería, no les podré decir nada.
Pam: ¡Alejandra!
Alejandra: ¡Ey, Pam! Disculpen un momento. ¿Cómo estás?
Pam: Bien. Oye, ¿sigue en pie lo de tu cumple?
Alejandra: Claro. Mañana en mi casa lo celebraremos. He invitado a algunos amigos.
Pam: Pues yo te he comprado un regalo que lo vas a flipar.
Alejandra: No tendrías que haberte gastado dinero en mi. Oye, tengo que atender a estos clientes. Luego hablamos.
Alejandra: Perdone, caballero. Pues lo que le decía. Ahora lo meteremos en la máquina y haremos una valoración.
Carlos se acercó a Pam con una sonrisa pícara.
Carlos: Hola, preciosa. ¿Cómo te llamas?
Pam: Piérdete.
Carlos: Un nombre muy curioso.
Pam: Mi puño también es muy curioso. ¿Quieres conocerlo?
Carlos: No no...
Jonas: Yo quiero hablar con el mecánico.
Alejandra: Soy yo.
Jonas: En serio, quiero hablar con un profesional. Usted seguro que lo hace muy bien atendiendo a los clientes, pero seguro que de mecánica no tiene ni idea.
Alejandra: Pero qué...
Gan apareció tras lavarse las manos. Jonas se dirigió a él dejando a Alejandra con la palabra en la boca.
Jonas: Ahí está el mecánico. Hablaré con él.
Alejandra: Ese es mi aprendiz.
Jonas: Ya, claro. ¡Perdona, amigo! Necesito hablar con alguien que entienda de mecánica.
Gan: ¿?
Continuará...
¡Uuuuuf me he quedado con un regusto muy amargo con el final del capítulo! ¡Qué asco de machismo el que desprende ese tal Jonas! El resto del capítulo me encanta, con los distintos personajes y situaciones que van apareciendo, con la forma peculiar de hablar de cada uno de ellos... Pasa mucho esto de que no les cabe en la cabeza a ciertos energúmenos machistas atrasados que una mujer también puede dedicarse a la mecánica y entender muchísimo más que cualquier hombre que no tenga ni idea del tema. Es algo muy habitual y me ha gustado que lo introduzcas porque a estas alturas todavía se tienen esos prejuicios tan absurdos. También me ha gustado ver a Pam, espero que tenga más protagonismo porque me encanta ese personaje, y todavía no me atrevo a valorar a Olivia y a Maximus, que también tiene nombre de romano, por cierto, porque todavía es muy pronto para entender de qué palo van, pero me da un poco de pereza que sean tan ñoños delante de la gente, jajajajaja. Por cierto, a Estrella, ¡el último sitio en el que la imaginaba trabajando era una gasolinera! Espero que se sepa desenvolver muy bien, pero no le pega a la pobre. Me acuerdo de lo que se aburrió en el mecánico cuando tuvieron que llevar la furgoneta, que miraba a todas partes muerta del asco. ¡Estoy deseando saber cómo le va! No tardes en poner la continuación!
ResponderEliminarNo había leído esta historia, creo. Y me he puesto a leerla. Me encantan la gasolinera y el taller juntos. Yo los tengo y no les saqué partido. Sabes hacer siempre unas fotos fantásticas, que te transportan al escenario y te meten dentro de la historia. Me hacen mucha gracia también los diálogos tan naturales y del día a día.
ResponderEliminarEsta historia promete. También me han hecho mucha gracia las explicaciones de los aigamboys, pin y pon y sus relaciones con playmobil. Me ha sorprendido lo del airgamboy ese que es actor y la novia que son dueños de la gasolinera. Aunque me habías enseñado las fotos, no recordaba bien lo de esta historia.
El personaje de Alejandra me gusta mucho. Me encanta que le sacaras tanto provecho y que te gustara pese a no ser la clack que en principio elegí para el regalo personalizado. Pero al final fue muy bonita también y me gusta que la tengas. El Jonas ese es el típico tonto machista y como le ha echado el ojo a Lilu. También me ha gustado que salgan Carmen Clickores y Manolete y lo que cuentas de ello que enlaza con alguna otra historia y cuadra muy bien con el episodio en el que fue al hospital con su madre. Me hace gracia que sus padres sean así con él y no quieran pasarle ni una y él está con un pavazo que lo tiene atontado.
A ver qué sucede en el siguiente capítulo.