Capítulo 04
Comienza el espectáculo
Nuestros queridos protagonistas habían sido capturados. Desconocían lo que el destino les tenía preparado. En la pista central del circo, una mujer vestida de negro, con sombrero de copa verde y una enorme capa, esperaba a que el público tomara asiento. Llevaba un micrófono en la mano y miraba alrededor emocionada. Dos enormes colmillos relucían ante la mirada de todos cuando sonreía. Llevaba un año esperando ese momento. Se llamaba Bárbara y era la encargada de dirigir y presentar el juego de aquel año.
Bárbara: ¡Tomen asiento, camaradas! El espectáculo está a punto de comenzar. Soy Bárbara, la encargada de presentar el juego de esta noche.
Todos los asistentes guardaron silencio, atentos a todas y cada una de las palabras que pronunciaba. No se trataba de un público convencional. Los asistentes a aquel espectáculo eran seres llegados de los rincones más oscuros y siniestros del mundo y el más allá. Brujas, demonios, fantasmas, muertos vivientes, vampiros, monstruos...todos ellos acudieron aquella noche al circo para disfrutar de una noche muy especial.
Bárbara: Comienza el juego de este año con cuatro concursantes que deberán luchar por su vida. Este año hemos seleccionado a cuatro individuos muy interesantes. Estoy segura que harán las delicias de todos los presentes.
El público gritaba emocionado. Las momias se agitaban nerviosas y las brujas reían a carcajada limpia. Todos deseaban ser seleccionados para el enfrentamiento.
Bárbara: Cada uno de ustedes tiene un número entregado al azar. Quién resulte seleccionado, tendrá el placer de participar activamente en el juego y por consiguiente, llevarse consigo el alma del humano al que se enfrente. Si pierde, caso improbable, dejará de existir para siempre.
Bárbara: Sin más preámbulos, vamos a empezar el juego de esta noche. ¡Mucha suerte, queridos y despreciables amigos!
Una jaula rodeó la pista central del circo. Era alta, lo suficiente para que los mortales no pudiesen escapar del enfrentamiento.
Bárbara: Aquí tenemos nuestro primer jugador de esta noche.
En el centro de la pista, habían colocado uno de los muñecos que atacaron a nuestros protagonistas. No tenía rostro ni brazos, pero lucía unos enormes cuernos dorados.
Bárbara: Con todos ustedes...
El muñeco se abrió por la mitad y de su interior salió George. Estaba desorientado y muy enfadado.
Bárbara: ¡George! Este repugnante ser humano es de la peor calaña.
George: ¿Dónde estoy?
Bárbara: Un macarra de corazón, insensible y egoísta. Se aprovecha de los demás y su familia no lo soporta. George va al gimnasio todos los días. ¡Mirad lo cachas que está!
George: ¿¡Qué narices es esto?! ¡¿Es una broma?!
Bárbara: ¿Una broma? ¡Esto va en serio!
Todos los seres reían y aplaudían entusiasmados. George miraba alrededor sorprendido. Se estaba empezado a enfadar de verdad.
Forcejeó con las rejas, pero de nada le sirvió.
George: ¡Esto no tiene gracia! Vale ya con la bromita. ¿Es una fiesta de frikis? ¡Odio los frikis!
Bárbara: Eres el primer concursante de esta noche, George. ¿Cómo te sientes?
George: ¿Concursante? No entiendo nada. Será mejor que me dejes salir antes de que me ponga a repartir tortas a diestro y siniestro.
Bárbara: ¡Perfecto! Es justo lo que queremos, que te pongas a dar tortas. George, ahora te enfrentarás a uno de los seres que nos acompañan en esta maravillosa noche. Si ganas, te perdonaremos la vida, pero si pierdes...será el final para ti y tu alma ya no te pertenecerá.
George: Está bien, te seguiré el juego. Me enfrentaré a quién sea, pero advierto que no me responsabilizo de lo que le pueda ocurrir. Entreno todos los días y me encanta repartir tortas.
Bárbara: ¡Estupendo! Voy a decir un número al azar. ¡El 38! ¡Mucha suerte!
Bárbara salió de la jaula a toda prisa. No quería perderse ni un solo momento del enfrentamiento. George no tenía miedo. Era un hombre seguro de si mismo. Se creía invencible.
Una de las dos puertas de la jaula se abrió. Una extraña mujer entró. Su cara era pálida y sus labios rojos. Los ojos parecían diamantes brillantes y a su alrededor tenía tatuados dibujos con formas en distintos colores. Su pelo era largo y dorado, recogido en una trenza. Lucía un vestido fucsia y un cinto en el que portaba un puñal dorado. George sonrió al verla entrar. No le intimidaba y estaba seguro de poder vencerla en un enfrentamiento.
Bárbara: ¡Misha la devoradora! Ella portaba el número 38. Sin duda, se trata de una contrincante muy dura. Esos labios rojos esconden unos colmillos muy afilados. Es despiadada y no tiene corazón. Valora su larga y dorada melena sobre todas las cosas. Su mirada es hipnotizadora.
George: ¡Menudas pintas! ¿En serio me tengo que enfrentar a ella? ¡Es ridículo! Jamás me ha vencido una mujer y te aseguro que tú no serás la primera. Venga, ven aquí.
Misha lo observaba fijamente. George se movía de un lado para el otro, como un luchador de boxeo.
Dando saltos cual canguro, se acercó a ella y le propinó un puñetazo en toda la cara. Misha cayó al suelo y quedó tendida boca abajo.
George: ¡De un solo puñetazo! ¡Estaba chupado!
Se puso a corretear alrededor de la pista, golpeándose el pecho como un gorila. Misha se sentó y agarró su puñal del cinto. Los asistentes aplaudían y George se sentía como una estrella.
George: ¡Así es, pringados! ¡Nadie puede conmigo!
Misha le lanzó el puñal y este le arrancó el brazo izquierdo de cuajo. George miró atónito su brazo en el suelo. El público gritaba y silbaba sorprendido.
George: ¡Ahhhh! ¡Me has arrancado el brazo!
Misha sonrió y se relamió los labios.
George agarró el puñal y amenazó a Misha.
George: ¡Estás loca! ¡Voy a acabar contigo! ¡Me has arrancado el brazo!
Sentía mucho dolor, pero no pensaba rendirse. Había subestimado a su contrincante, pero ahora sabía que no debía bajar la guardia. Se lanzó a por ella con el puñal en la mano.
Misha lo miró a los ojos. George se detuvo y empezó a dolerle la cabeza. Se estaba mareando y no podía sostenerse en pie. Ella lo observaba divertida. Abrió más los ojos y el dolor de cabeza de George aumentó.
George: ¡Mi cabeza!
Cayó al suelo inconsciente y Misha se proclamó vencedora. Había ganado el enfrentamiento, pero también el alma y la vida de George. Se lo llevó y nunca más se volvió a saber de él.
Bárbara: ¡Enhorabuena, Misha la devoradora! ¡Vamos con nuestro siguiente concursante! ¡Jane! ¡Bienvenida! Antipática y caprichosa. Es irresponsable y se toma la vida como una broma. Su familia no la soporta y no quieren saber nada de ella. No seas tímida, pasa y deja que te vean.
Jane: ¿Quién es usted?
Jane entró en la jaula. Estaba confundida. No podía dejar de mirar a todos aquellos seres que gritaban y aplaudían desde las gradas.
Jane: ¿Dónde está mi novio? ¡Axel!
Bárbara: Lo siento, pero tu novio no está aquí. Eres la segunda concursante de esta noche, querida.
Jane: ¡Quiero salir de aquí! ¡Axel!
Bárbara: ¿Salir? ¡Esto acaba de empezar!
Jane: No sé de que va esta movida, pero me vas a dejar salir ahora mismo. Te lo estoy pidiendo por las buenas. Déjame salir.
Bárbara: Me temo que eso es imposible. Ahora tendrás que enfrentarte a uno de estos terroríficos seres que nos acompañan esta noche. Si vences, podrás salir de esta jaula. Si pierdes, lo perderás todo.
Jane: ¡Estáis todos locos! ¡Pienso llamar a la policía!
Bárbara: La policía no puede salvarte, Jane.
Jane: ¡Socorro!
Bárbara: Querido público, voy a decir un número al azar. Mucha suerte a todos.
Jane: ¡Esto debe ser una broma! ¡Quiero salir de aquí!
Bárbara: ¡Número siete! ¡A la pista!
Se abrió la jaula y un payaso metió a rastras una momia. La dejó en mitad de la pista y se marchó. Estaba manchada de una extraña sustancia verde viscosa. Sus vendas estaban desgastadas por el paso del tiempo. Estaba totalmente inmóvil.
Jane: ¿Y esto?
Bárbara: ¡La momia del faraón oscuro! Es una de las momias más poderosas de la historia. Sus vendas son muy importantes para ella. Sobrevive gracias a que protegen su oscuro esqueleto del paso del tiempo. La arena, el barro y la tierra son sus armas más temidas. ¡Suerte y que gane el mejor!
Jane observó la momia detenidamente. No parecía estar viva. Seguía inmóvil en mitad de la pista, sin hacer el más mínimo movimiento. No le parecía un contrincante peligroso. Se acercó hasta ella y la empujó. La momia cayó al suelo sin mostrar un atisbo de vida. Jane se subió encima y saltó sobre ella sin el menor temor.
Jane: ¡Menuda birria de contrincante! ¡Ya he ganado! ¡Ahora quiero salir de aquí!
La momia se incorporó de inmediato ante la sorpresa de Jane. El público gritaba eufórico. Las vendas se partieron y dejaron ver un oscuro y tenebroso esqueleto. Sus huesos eran negros y aunque a penas tenía músculos, pudo ver su sonrisa malvada en su rostro.
Jane: Esto no lo esperaba...
Bárbara: ¡No tendrías que haberle atacado de esa forma!
Jane: No eres más que un esqueleto. Puedo contigo.
El esqueleto se movía lentamente. Daba pasos con dificultad pero con decisión. Aunque su aspecto le imponía, se movía con torpeza y no le pareció una amenaza.
Jane: Me das pena, monstruito. Con una patada te voy a desmontar entero.
El esqueleto levantó los brazos y pronunció unas palabras que Jane no comprendió.
Bajo los los pies de Jane, el suelo se convirtió en barro. Quedó atrapada y con cada movimiento que daba, más se hundía.
Jane: ¿¡Qué es esto!?¡Socorro!
Bárbara: ¡Ha caído en su trampa! ¡Ya no tiene escapatoria!
Jane: ¡Maldito bicho! ¡Suéltame!
Jane estaba muy nerviosa. Se movía con brusquedad por lo que se hundía mucho más rápido. El barro le llegaba a la cintura pero no dejaba de moverse. Luchaba contra el barro y alargaba los brazos intentando agarrase a tierra firme.
Jane: ¡Ayuda! ¡Tienen que ayudarme!
El esqueleto sonría con malicia. Los gritos histéricos de Jane le animaban todavía más.
Jane siguió luchando contra el barro, dando manotazos en todas direcciones. No lograba salir ni alcanzar algo sólido a lo que agarrarse. El barro la engulló hasta el cuello y lo único que pudo hacer era gritar.
Jane: ¡Maldita momia! ¡Ahhhhh!
Finalmente, Jane desapareció bajo el barro. La momia, había ganado el enfrentamiento.
Continuará...
¡Tenía muchas ganas de ponerme al día con tu historia! ¡Qué terrorífico y emocionante! La verdad es que no me esperaba que la historia fuese a tomar este camino. ¡Me encanta! ¿Cómo se te ocurren estas cosas? ¡Me encanta el argumento! ¡Es un castigo también por cómo son estas personas! ¡Me encanta el concurso y es muy emocionante! Me gusta mucho el personaje de Misha la devoradora. Me gustaría que hicieses una historia sobre ella, sobre por qué es así, cómo se convirtió en lo que es. ¡Es un personaje fascinante y me ha encantado! Creo que de momento es el personaje que más me gusta de esta historia. ¡Qué agonía he sentido cuando el barro devora a Jane! Sólo conh imaginar lo que le pasaba a mí me daba un agobio enorme. ¡Voy a por el siguiente capítulo! Lo bueno de tardar en leer los capítulos es que puedes ir enseguida al siguiente, como cuando puedes ver una serie seguida sisn tener que esperar a que publiquen el siguiente capítulo.
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