Suselle y Alicia se habían librado por los pelos de los lobos. Subían la fachada de la mansión en busca de una entrada. Suselle miraba abajo asustada.
Suselle: Está muy alto...
Alicia: No te caigas o estarás condenada.
Los lobos aullaban rabiosos al verlas escapar. Suselle se agarraba a las tejas con todas sus fuerzas para no caer.
Alicia: Venga, ya casi estamos...
Suselle: ¡Este lugar es horrible!
Desde lo más alto de la mansión podía ver todo lo que las rodeaba. Bosques extensos y tenebrosos, cementerios abandonados, un pueblo que parecía maldito, montañas con siniestras formas...
Finalmente consiguieron entrar por la chimenea.
Alicia: Por fin estamos dentro. Vamos, tenemos que buscar un lugar en el que escondernos.
Suselle: Espera, no me dejes sola...
Alicia: ¡Corre!
Suselle: ¡Un muerto!
En mitad del comedor encontraron un esqueleto de pie. Sus huesos eran blancos y brillantes. Llevaba un sombrero de copa roído sobre la cabeza.
Alicia: No nos hará daño.
Suselle: ¿Es bueno?
Alicia: No lo sé, pero lo he visto un par de veces y no reacciona en mi presencia.
Suselle: Mejor. Vamos, será mejor que nos escondamos cuanto antes.
Alicia: ¡Nos esconderemos arriba!
El ser fantástico al que temían entró en la casa. Al verle, Suselle gritó asustada. Las vio subir las escaleras como alma que lleva el diablo.
Calabazo: ¡Habéis vuelto a entrar! Y yo buscando en la calle como un tonto...
Suselle: ¡Nos ha visto!
Alicia: ¡Corre!
Se escondieron en la buhardilla. Suselle miraba a los murciélagos que dormían allí. Se sentó en una esquina y pensó Dante, Pradito y sus amigos.
Suselle: Ayudadme, por favor...
Alicia: Maldita sea, creo que sabe dónde estamos...
Calabazo: ¡Os pillé!
Mientras tanto...
Lucy: Busquemos algo para romper el tablero del juego.
Dante: En la cocina tiene que haber algo.
Lucy: Vamos.
Pradito: Dante, quédate aquí con Anita. Iremos Walter y yo.
Dante: ¿Estás segura?
Pradito: Si ocurre algo malo, abres la puerta y cierras cuando entremos.
Dante: Está bien. Tened cuidado.
Walter: Cuida de mi hermana.
Anita: Ya me cuido yo solita, hermanito.
Bajaron las escaleras hasta el primer piso. Encontraron a Adolfina trasteando con el horno.
Pradito: ¡Adolfina!¡Necesitamos ayuda!
Walter: ¡Necesitamos algo para romper este juego!
Adolfina estaba de espaldas y cuando se dio la vuelta, pudieron ver su terrorífico rostro. Tenía el rostro pálido, ojos rojos y unos enormes colmillos.
Adolfina: Llegáis justo para la cena. Estoy preparando osos panda al horno.
Pancho y Peky estaban en el interior del horno. Los dos muertos y asados.
Pradito: ¡Noooo! ¡Los has matado!
Walter: ¡Es una vampiresa!
Adolfina: No os preocupéis, hay comida para todos. Luego meteré a esos dos al horno.
Pandy y Pinky estaban muertos en el suelo de la cocina.
Pradito: ¡Pandy! ¡Nooo!
Walter: ¡Tenemos que salir de aquí!
Lucy: ¿Tenéis prisa? Yo quiero quedarme a comer...
Pradito: ¿Te has vuelto loca?
Lucy: Es de muy mala educación rechazar de esa forma la comida.
Lucy enseñó sus dos enormes colmillos. Sonrió satisfecha.
Walter: ¡Nos has engañado! ¡Mentirosa!
Pradito: Eres una vampiresa. Sabía que no eras de fiar...
Lucy: Ahora destruiremos el juego para que nunca más tenga que volver a estar encerrada.
Walter: ¿Y Suselle? ¡Dijiste que nos ayudarías!
Lucy: Ella quedará atrapada en el juego para la eternidad.
Pradito saltó y le propinó una patada en la pierna a Lucy.
Pradito: ¡Patada chino Juan!
Agarró el juego y salió corriendo escaleras arriba. Walter la seguía, pero Lucy lo agarró sin que pudiese escapar.
Walter: ¡Suéltame! ¡Socorro!
Pradito llamó a la puerta para que Dante le abriese.
Pradito: ¡Dante! ¡Abre la puerta!
Sus escuchó los ruidos y salió de la habitación para averiguar lo que estaba ocurriendo.
Sus: ¿Pradito? ¿Se puede saber a que vienen esos golpes?
Pradito: ¡Hay vampiros en la casa!
Sus: ¿Vampiros? Chicos, podéis jugar todo lo que queráis pero sin hacer tanto ruido. Vais a despertar a Bosco y ya es muy tarde...
Pradito la agarró de la mano y la empujó al interior de la habitación. Sus pudo ver un hombre con aspecto extraño pero encantador que se dirigía hacia ellas.
Sus: ¿Quién es ese?
Pradito: ¡No hay tiempo de explicaciones!
Dante cerró la puerta antes de que el vampiro las atrapase.
Dante: ¡Mamá!
Sus: ¿Ese era Diamante? Estáis empeñados en asustarme...
Dante: Ese no era papá.
Pradito: ¡Es un vampiro!
Sus: Vale, os seguiré la corriente.
El vampiro intentaba abrir la puerta, pero estaba cerrada por el otro lado. Diamante salió de su cuarto para ver lo que estaba ocurriendo.
Diamante: ¿Hola? ¿Eh? ¿Quién es usted?
El vampiro se dio la vuelta y enseñó los colmillos a Diamante.
Vampiro: Monsieur.
Diamante: ¡Ahhhhhhh!
Diamante cerró la puerta de la habitación y se encerró dentro.
Diamante: ¡¡Es un vampiro!! ¡¡Odio los vampiros!!
Lucy: ¿A mi también me odias?
Diamante: ¿Quién eres tú?
Lucy estaba sentada en la cama, mirando a Diamante fijamente.
Lucy: Me llamo Lucy, y tengo hambre...
Diamante: Ah...
Lucy: Por favor, ven a la cama. Túmbate conmigo y dame calor.
Diamante: Vale.
Diamante se tumbó sin rechistar. Los ojos de Lucy no le dejaban pensar con claridad. Deseaba tumbarse con ella y cumplir todos sus deseos.
Lucy: Buen chico. Oh, eres un click fuerte y musculoso. ¿Puedo tocarte?
Diamante: Sí, tócame.
Lucy: Sí, definitivamente estás delicioso. ¿Puedo morderte?
Diamante: Claro, puedes hacer conmigo lo que quieras.
Lucy: Oh, eres todo un caballero.
Lucy mordió a Diamante en el cuello y sació toda su sed.
Continuará...
¡No puedo creérmelo! Debe haber alguna explicación. Seguro que todo esto que pasa es producto del juego, que cuando se supere la partida todo volverá a la normalidad. Tengo que confesarte que me ha dado la risa cuando Diamante sale de su cuarto y se encuentra con el vampiro. Luego, para colmo, Lucy lo hipnotiza y él le hace caso en todo. Me parece horripilante la escena en la que Adolfina es ya una vampiresa y cocina a los dos panditas y encima mata a Pandy y a Pinky. Estoy deseando que vuelva todo a la normalidad, pero, como sé que va a volver, disfruto mucho de cómo se turba la realidad en esta historia. También pienso que calabazo sólo quiere asustarlos, que en realidad no va a hacerles nada. Es terrorífico, pero non creo que sea tan cruel. Creo que máis bien quiere intimidar... No sé, pienso que las salvará, pero no tengo ni idea de cómo van a salir de esta, cómo van a conseguir que la partida termine... Yo sabía que Lucy no era de fiar... ¿y qué le habrá hecho ahora al pobre Diamante? Si es que el pobre es tan fácilmente hipnotizable... ¡Está muy emocionante! ¡No tardes en poner la continuación!
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