jueves, 12 de marzo de 2020

¡Oh, Chidi de mi corazón! - Capítulo 03: Hallelujah

Olivia dejó a Chidi con su padre y su hermano y se llevó a Wenda fuera. Le quería enseñar sus macetas y la gran cantidad de flores que tenía plantadas en ellas.

 Olivia: ¿Te gustan las flores?
Wenda: Mucho. En la terraza de mi casa tengo bastantes. Me relajan.
Olivia: A mi también. Las plantas y los gatos.
Wenda: Sí, he visto que tiene muchos. Se ven muy sanos.
Olivia: Son una preciosa creación de nuestro señor y me encargo de su bienestar.Los pobrecitos se morirían de hambre sin mi ayuda.


Una bolsa de basura a un lado de las escaleras quitó todo el encanto del momento.

Olivia: Este es Job, mi gato favorito.
Wenda: Tiene un nombre bíblico. 
Olivia: Así es. Todos los gatos tienen su nombre bíblico, aunque son tantos que a veces los confundo.


Olivia: Estos son claveles y aquí tengo rosas.
Wenda: Son espectaculares.

Las macetas eran viejas y estaban destartaladas, pero las flores lucían con todo su esplendor.

Olivia: Los narcisos me apasionan.
Wenda: Y a mi. También tiene lavanda. ¡Mmm, huele de maravilla!
Olivia: Sí, huele a las mil maravillas.


Wenda: ¿Y este grandullón?

De una caseta roja con el tejado de madera, salió un perro bastante grande. Era completamente negro y tenía un semblante serio y atento.

Olivia: Es Moisés. Es un buen perro y protege la casa de ladrones e indeseables. Lo tenemos desde que era un cachorrito.
Wenda: Hola, precioso.
Moisés: ¡Guau guau GUAU!

Wenda se apartó asustada. No parecía un perro muy amigable y su ladrido era tan fuerte que le pitaron los oídos. 

Olivia: No te preocupes, es su forma de saludar. No muerde.
Wenda: Ya...


Olivia: Esta zona la usa mi Martin para guardar sus cosas. Es un manitas, si un día necesitas que te arregle un coche, una moto o lo que sea, se lo dices. Cuando algo se rompe en casa, no llamo a ningún técnico.

Aquella zona impactó muchísimo a Wenda. Varias motos habían sido invadidas por malas hiervas. Parecían pedir ayuda con sus faros y sus ruedas sobresaliendo entre la maleza. Ordenadores destartalados y todo tipo de aparatos corrían la misma suerte. Wenda se preguntó que sentido tenía guardar todo eso a la intemperie. 


Olivia: Mira, nuestro rincón favorito. Aquí hacemos barbacoas.

Se trataba de una simple barbacoa de metal. 

Wenda: Seguro que os salen deliciosas.
Olivia: Muy ricas. Esta barbacoa la encontró mi Martin en la basura y fíjate, está perfecta. La usamos cada domingo, después de la misa. Mi Orlando hace maravillas con ella. Las chuletas le salen deliciosas. Un día de estos, os venís y las pruebas.
Wenda: Será un placer.


Olivia: Wenda, necesito saber que es lo que sientes por mi hijo. Entiende que quiero lo mejor para él y me preocupa su felicidad.
Wenda: Lo entiendo. Te seré totalmente sincera. Estaba resignada a no ser amada. He estado casada y muy enamorada durante muchos años, con el que es el padre de mis dos hijos. Ese amor se acabó y pasados unos años, me volví a enamorar. Amaba a ese clack con locura. Nos casamos pero hace cosa de un año, se marchó. Me dejó, no por otra ni por no amarme, eso es al menos lo que me dijo. Se marchó y por lo visto, para siempre. Me pidió que rehiciese mi vida, que me olvidase de él. 
Olivia: ¿Y ya no has sabido nada más de él?
Wenda: Absolutamente nada. Fue un palo muy duro para mi, pero también para su hija, que la siento también como si fuese mía. Gracias a ella, una clack fuerte y muy cariñosa y a mis hijos, lo superé. Ya no creía en el amor, Olivia. Me he refugiado en mis hijos y mis nietos, que lo son todo para mi. Entonces, cuando menos lo esperaba, apareció Chidi. No te mentiré, me gustó desde la primera vez que lo vi, pero ni por asomo pretendía nada con él. Soy más mayor y eso para mi era un impedimento. Además de mi baja autoestima en esos momentos...pero Chidi se fijó en mi. Lo rechacé varias veces, pero él seguía insistiendo. Decidí quedar con él, dejarme llevar. Me enamoré perdidamente de él. No solamente por su extraordinario físico, si no por su corazón. Tenemos muchas cosas en común y nos entendemos a la perfección.


Olivia: Entiendo.
Wenda: Nos amamos de verdad. No lo planeé ni lo imaginé, simplemente ocurrió. Chidi me ha devuelto las ganas de vivir la vida al máximo. Me siento más joven que nunca y tengo muchas ganas de hacer cosas con él. Pensar en perderle me parte el corazón. 
Olivia: Veo que le amas de verdad. El señor os ha bendecido con este amor. Tendréis que superar muchos prejuicios y barreras, no todo el mundo es capaz de entender el amor.
Wenda: Lo sé, pero me da igual.
Olivia: Me gustas. Sé que harás feliz a mi hijo.


Orlando: Siento interrumpiros, chicas. Es hora de ir a la iglesia.
Olivia: ¡Es cierto! Hablando con Wenda se me fue el santo al cielo.
Orlando: Te traigo el bolso.
Olivia: ¡Perfecto! Venga, no quiero llegar tarde.
Wenda: ¿Os esperamos aquí?
Olivia: De eso nada. Os venís con nosotros. Te presentaré al padre Gabriel y a toda la congregación.
Wenda: ...

Wenda miró a Chidi suplicante. 

Chidi: Lo sé...Te compensaré por esto.
Wenda: Sabes que soy creyente y me gusta ir a la iglesia, pero es que no me siento con fuerzas para conocer a toda una congregación...
Chidi: ¿Quieres que me invente algo y nos quedamos? Aunque me gustaría ir contigo y presentarte a mi gente...
Wenda: Vale, iré. Ahora que le estoy cayendo bien a tu madre no lo quiero estropear. De todas formas a mi me gusta mucho ir a la iglesia. Suelo ir los domingos con mi padre.


Chidi: Me muero por besarte.
Wenda: No digas eso, que nos escuchará tu madre...
Chidi: Has despertado mi lado más salvaje. ¡Grrr, te deseoo!
Wenda: ¡Chidi! Jajajaja, para...


Llegaron a una plaza muy grande en la que estaba situada la iglesia. Había mucha gente caminando hacia ella. Wenda conoció a la novia de Martin, el hermano de Chidi. Se llamaba Loretta. Era una chica espectacular, de tez oscura y pelo negro y largo. Tenía aspecto de modelo, con un vestido rosa muy exuberante y tacones. Al saludarla, Loretta se mostró seca con ella. La miró de arriba a bajo y con cara de asco, se giró.


Wenda: Creo que la novia de tu hermano me ha lanzado una maldición con la mirada.
Chidi: Tiene una personalidad muy especial. No le hagas mucho caso.
Wenda: Lo intentaré, pero creo que no le caigo bien. Cariño, hay mucha gente...me siento fuera de lugar.
Chidi: Es la casa del señor, aquí todos son bienvenidos. No te preocupes que son buena gente.


Chidi: Conozco a toda esta gente, es mi comunidad. Elisa y Eric son buena gente. Tienen tres hijos y a penas llegan a final de mes. Les ayudo con el material escolar de sus hijos y no sabes lo mucho que lo agradecen. Los niños me adornan y siempre me regalan dibujos preciosos.


Wenda: Eres muy bueno, Chidi.
Chidi: No creo que lo sea. Solamente hago lo que todos deberíamos hacer. Ayudarnos los unos a los otros debería ser lo más normal del mundo. Colaboro con el padre Gabriel para ayudar a toda la comunidad. De nada sirve venir a orar y pedir por ti si no eres capaz de ayudar a los demás. Ellos me ayudan también siempre que pueden.
Wenda: Eso es precioso.


Padre Gabriel: ¡Hermanos, estamos a punto de empezar! Los que deseen quedarse, pueden ir pasando.


Olivia: Acelera el paso, Orlando. No quiero llegar tarde.
Orlando: Vamos bien de tiempo, no te preocupes.
Olivia: Me siento tan gozosa de ir a la iglesia con toda la familia al completo.
Chidi: Hacía tiempo que no lo hacíamos, mamá.
Olivia: Es triste perder una costumbre tan sana e importante. Ahora que tienes a Wenda en tu vida, te la puedes traer y asistir juntos a la iglesia. Podría venirse a los talleres sociales que organizamos y a la recogida de alimentos.
Chidi: ¡Una gran idea, mamá!
Wenda: Sí, estaría bien...


Olivia: Por ahí va Meygan. Pobre, desde que perdió a su madre la veo muy perdida. Deberíamos ir a visitarla más a menudo. ¡Oh, ahí está el padre Gabriel!


Wenda: Es muy joven.
Chidi: Sí, tiene mi edad. Era mi mejor amigo de la infancia.
Wenda:Vaya, quiso meterse a cura.
Chidi: Sí, de toda la vida. Nuestros juegos siempre trataban temas de la biblia. Algunas veces jugábamos a Noé y el arca, otras a ser Moisés o David y Goliat.
Wenda: Me habría gustado veros jugando a esas cosas.
Chidi: No seguíamos al pie de la letra lo que dice la biblia, seguro que te echarías las manos a la cabeza jajaja.


Padre Gabriel: ¡Olivia!
Olivia: Padre, tengo una sorpresa para usted.
Padre Gabriel: ¿Una sorpresa? ¿No será otra tarta de manzana? ¡Son deliciosas!
Olivia: No, algo mejor.


Chidi: Hola,Gabriel.
Padre Gabriel: ¡Chidi, amigo mío! Qué alegría verte. Hacía tiempo que no te dejabas caer por aquí.
Chidi: Entre el trabajo y el voluntariado no tengo mucho tiempo. Te veo muy bien.
Padre Gabriel: Tú si que estás bien. Tienes un aspecto estupendo.
Chidi: Gracias. ¿Sigue en pie lo del internado?
Padre Gabriel: Sí, para la semana que viene. Iremos unos cuantos para mejorar las instalaciones. ¿Podremos contar contigo?
Chidi: Por supuesto.
Padre Gabriel: Sabía que no me fallarías.


Chidi: Quiero presentarte a mi novia, Wenda.
Padre Gabriel: ¡Tu novia! Eso si que es una sorpresa. Wenda, es un placer conocerte.
Wenda: Lo mismo digo, padre. Chidi me habla muy bien de usted y es muy querido por todos.
Padre Gabriel: Chidi es un hombre extraordinario y me alegra que haya encontrado el amor. Wenda, este es tu hogar desde ahora. Puedes contar conmigo y toda la comunidad para lo que sea.
Wenda: Es usted muy amable. Lo mismo digo. Si en algo puedo ayudar, no tiene más que decírmelo. 
Padre Gabriel: Por favor, pasad y tomad asiento.
Chidi: Gabriel, puedo hablar un momento a solas contigo.
Padre Gabriel: Por supuesto.


Chidi habló un par de minutos con Gabriel y se reunió con Wenda. Una vez dentro, tomaron asiento. Wenda se sentó al lado de Chidi. Junto al cura, habían dos chicas de color (todos son de color), con micrófonos en la mano. La iglesia era muy pequeña, pero bonita. Era acogedora y te hacía sentir en paz. El olor a cera y perfumes se mezclaba en el ambiente y a Wenda le resultó agradable.

Padre Gabriel: Hermanas y hermanos, bienvenidos otro día más a la casa del señor. ¡Hallelujah!
Todos: ¡Hallelujah!
Padre Gabriel: En este lugar sagrado, nuestro señor nos protege. ¡Alabemos al señor!


¡Te damos las gracias por tu amor y compresión, señor!
¡Hallelujah!
¡Gracias por amarnos tanto, señor!
¡Hallelujah!
¡Hallelujah! ¡Hallelujah!
Cantantes: ¡Ohhhhh SeñooOOOOooooOOooor!


Somos pecadores, hermanos. Imperfectos. A pesar de todo, ¡podemos hacer el bien! ¡Podemos ser mejores clicks! ¡PODEMOS LUCHAR CONTRA EL MAL Y EL PECADO!
¡Allelujah!
Cantantes: ¡Ohhhhh señoooOOOoooOOOooor!


Colosenses 3:5 dice que hagamos morir todo lo que es propio de la naturaleza terrenal: inmoralidad sexual, impureza, bajas pasiones, malos deseos y avaricia y bla bla bla bla
Wenda: No había visto una cura dar misa de esa forma. Si hasta cantan y tocan la pandereta.
Chidi: Esta es nuestra forma de hacer las cosas. A todo le ponemos mucha pasión.
Wenda: Estoy sorprendida. Me gusta.


Olivia: Hay que ver los buenos discursos que da el padre Gabriel. Somos unos privilegiados.
Orlando: Grrrrr...
Olivia. ¿Eh? ¡Orlando! No te duermas...
Orlando: Perdón...
Olivia: Encima roncando, ¡compórtate!
Orlando: Tendría que haber dormido la siesta...


Cantantes: ¡VivaAAAaaAaA! ¡Allelujah, cada uno con la suyAaaAAAAaaaa! ¡Viva el amor, fuera el pecadoooOOoooo!
Wenda: Menudo vozarrón tienen.


Padre Gabriel: ¡Si seguimos la senda del amor de nuestro señor seremos recompensados! ¡Abrid vuestros corazones, hermanas y hermanos! ¡La palabra del señor es nuestra luz!

Todos se pusieron a cantar. Wenda se quedó petrificada, no se lo esperaba. Algunos se habían traído instrumentos de casa y los tocaban mientras entonaban la canción. Chidi se la sabía y cantaba a pleno pulmón. No sabía que cantaba tan bien. Salía un chorro de voz de su boca tan poderoso que lo miraba fascinada.

Wenda: Ay mi Chidi, ¡canta de maravilla!

Todos: ¡Si abres la biblia te encontrarás, bellas historias,ya lo verás! ¡Lalarala laralaaaa!


Chidi: Aaaaaaaaabreee la bibliiIIIIIIiiIiIIiIiIiIaaaAAAAAAAAAAAA.
Wenda: ¡Chidi! Cantas muy bien.
Chidi: Venga, canta conmigo.
Wenda: No me se la letra, lo siento...y me da vergüenza. 


Chidi: Es fácil, ya lo verás.
Wenda: Vale, allá voy.


Wenda: ¡OooooOOooOoh abre laaaAAAaAAaA BibliaaaAaaa..ajam, ay, me ahogo...
Padre Gabriel: Es una día marcado por las bendiciones, hermanos. Quiero contaros cosas buenas, bendiciones a personas que se lo merecen. 


Padre Gabriel: La hermana Ingrid organizó una recolecta para ayudar a los más necesitados. Creo que todos los presentes asistimos a aquella fantástica reunión. Disfrutamos de buena compañía y comimos los deliciosos dulces de Ingrid, pero lo mejor es que con todo lo que se recaudó, ¡hemos conseguido ayudar a muchísimas personas! Gracias a su buena voluntad, muchos tendrán comida en sus despensas por largo tiempo. ¡Gracias, hermana Ingrid! ¡Gracias, señor!
Todos: ¡Hallelujah!


Padre Gabriel: La hermana Prudence, está curada.
Todos: ¡Hallelujah!
Padre Gabriel: Hermana, has superado esa enfermedad con éxito. Gracias a los médicos, pero también a nuestro señor, ahora está sana. Nuestro señor escucha nuestras plegarias.


Padre Gabriel: Chidi, otro de nuestros hermanos. Diría que uno de los más queridos por todos. Su ayuda ha sido determinante para eliminar la violencia de nuestras calles, escolarizar a muchos niños y que muchas familias no pasen hambre. Con ese gran corazón que te caracteriza, has ayudado a mucha gente. Aunque tengo más buenas noticias. Puedes levantarte, Chidi.


Chidi se levantó y se puso frente a todos los asistentes. Olivia lo miraba sorprendida, no entendía que es lo que estaba haciendo.Wenda se ruborizó un poco, pues Chidi la miraba sonriente y todos posaban su mirada en ella.

Chidi: Sois mi familia. No me refiero exclusivamente a mis padres, mi hermano y mi futura cuñada. Hablo de todos los que estáis aquí. Os considero parte de mi familia. Por eso, quiero hacer esto ante todos vosotros y compartir mi felicidad. Estoy enamorado y tengo novia. Está aquí sentada y se llama Wenda.
Olivia: Por todos los santos, esto tampoco era necesario...
Orlando: Una declaración de amor en público. Es bonito. Ya sabes que nuestro hijo hace las cosas a lo grande.
Olivia: Sí, pero tampoco me apetecía que lo anunciara de esta forma, a bombo y platillo. Huy, ¿que está haciendo? Ay no, no puede ser...
Orlando: Se pone de rodillas...


Wenda: Chidi...

Sacó unos anillos dorados y le enseñó uno de ellos a Wenda. No podía creer lo que estaba ocurriendo. Al principio se puso colorada, intimidada por todas las miradas, pero luego, cuando Chidi se puso de rodillas y le enseñó el anillo, todo lo que le rodeaba desapareció.

Chidi: Sé que no llevamos mucho tiempo juntos y que a lo mejor te parecerá una locura, pero quiero hacerlo. Estoy tan seguro de tu amor, de lo que siento por ti, que no quiero esperar ni un minuto más. Wenda Pérez, ¿quieres casarte conmigo?
Wenda: Yo...yo...
Chidi:...
Wenda: ¡Por supuesto que quiero! ¡Síiiii!


Le puso el anillo y la cogió en brazos. Se besaron y todos estallaron en aplausos y gritos de alegría. Las cantantes empezaron a cantar y pronto todo el mundo se unió a ellas.

Chidi: ¡Te amo, Wenda Pérez!
Wenda: ¡Y yo a ti, Chidi!


Todo el mundo cantaba y bailaba, incluso el padre Gabriel, a excepción de Olivia, que contemplaba perpleja la escena. No es que no se alegrase por ellos, pero le habría gustado que las cosas hubiesen ido de forma más pausada. Acababa de conocer a Wenda y ya se iba a casar con su hijo.


Orlando: ¿No te alegras por nuestro hijo?
Olivia: Claro que sí, pero es que estoy en shock. Dame tiempo, tengo que digerir la noticia.

Mientras tanto, todos seguían celebrando la gran noticia.


Continuará...

2 comentarios:

  1. Gracias por traer algo de diversión en un momento tan extraño en el que todo son cosas serias. Me lo he pasado genial leyendo este capítulo. Me encanta el trasfondo de humor que tiene. Me he reído muchísimo cuando Olivia le va enseñando la casa a Wenda, cómo contrastan sus palabras con la descripción que haces al referirte a eso de lo que habla Olivia. Me he reído mucho cuando dice: "éste es nuestro rincón preferido de la casa" y enseguida la descripción: "se trataba de una simple barbacoa de metal", jajajajajaja. Luego, en la escena de la iglesia he sentido varias cosas. Por un momento, me ha parecido que Wenda no acababa de encajar ni de sentirse a gusto en ese ambiente porque es demasiado religioso para ella, pero luego esa sensación se ha esfumado y me he empezado a reír mucho cuando empiezan a cantar. ¿Esas canciones que cantan te las has invetado tú o existen? ¿Y eso de Colosenses tercero? Jajajajajajaja, ¿eso es de verdad? Es que yo de biblia sé lo justo... pero cómo me he reído. ¡Abre la biblia! jajajajajajaja, todos ahí cantando. ¡qué risa me ha dado! Ha sido muy divertido. Y luego el punto final, ¡Chidi le ha pedido matrimonio a Wenda! ¡Cómmo me alegro por ellos! No sabía que Chidi era tan religioso y tan entregado, pero me gusta eso de que haga buenas obras. Ojalá más de una de esas sectas hiciese lo mismo... Me ha encantado el capítulo y me hace ilusión que Wenda se case de nuevo, pero no puedo negar que hay algo que no me acaba de encajar... como si pensase que aún tienen que vivir más cosas juntos para casarse. El capítulo de hoy me ha hecho intuir que Wenda entiende el ambiente de la familia de Chidi, pero no sé si acaba de estar del todo cómoda... Quizá sean sensaciones mías que no tienen fundamentos.

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  2. ¡Qué gran capítulo! He disfrutado mucho la lectura y fotos. Es un capítulo muy especial e importante en la vida de los personajes. Me pregunto qué pensará la familia de Wenda cuando se enteren de que se casa con Chidi. Esto es una bomba para la familia. Me ha conmovido el momento en que recuerda su historia con Duclón. Las fotos de la iglesia y el ambiente que has conseguido recrear con esos cánticos es genial. ¡Enhorabuena por este capítulo! No tardes en poner la continuación.

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