No fue fácil para Lucía guiar a todos los supervivientes. Los pasillos estaban repletos de cadáveres, incendios e inundaciones. Tomaba el pulso a todos los cuerpos que encontraba, para asegurarse de que estaban muertos.
Lucía: Es por aquí.
Al cruzar una esquina que daba a otro pasillo, encontró otro cadáver. Era un hombre joven al que unos hierros le habían aplastado el cuello.
Elliot: ¿Que le pasa a ese hombre?
Lucía: No lo sé. No mires, Elliot. Cierra los ojos cuando pasemos por su lado.
Agnes: ¿Está muerto?
Lucía: Sí, está muerto.
Agnes: Pobriño...
Artemisa: Esto es horrible.
Jean: ¡Nos estás llevando a una muerte segura! ¡No sabes lo que haces!
Lucía: Tranquilícese, caballero. Le aseguro que vamos por buen camino.
Artemisa: Agnes, ¿estás bien?
Agnes: No mucho...no sé hasta cuando podré aguantar todo esto. ¿Dónde estarán las Playgirls? ¿Crees que estarán bien?
Artemisa: Rezo para que así sea.
Cecilia: Alicia, ¿estás bien?
Alicia: No...estoy preocupada por Izan.
Cecilia: Es un click fuerte, seguro que no le ocurrirá nada.
Alicia: ¿Y tú? ¿Estás bien?
Cecilia: No, esto me está causando un trauma. Intento no venirme a bajo, pero me está costando.
Renzo: Kim, ¿cómo vas?
Kim: Renzo, no sé dónde están mis padres...
Renzo: Estarán bien. Seguro que están con Duclón y Wenda.
Kim: No quiero que se mueran.
Renzo: No se morirán. Duque los encontrará. Es un héroe.
Kim: Esto tiene que ser una pesadilla, no puede estar pasando...
Dora: Pobre chico...
Vera: No mires, amiga mía.
Dora: ¿Cómo vamos a superar todo esto? No creo que pueda volver a dormir nunca más...
Rafa: Debemos ser fuertes, chicas.
Dora: Gracias, majo. Me alegra tenerte aquí. Aunque no quiero decir que me gusta que estés en peligro, si no que...
Rafa: Tranquila, te entiendo.
Alicia: Tenemos que salir de aquí...
Leire: Seguid caminando, no os detengáis.
Llegaron a un pasillo ancho. Leire escuchó golpes que provenían de uno de los camarotes.
Leire: ¡Ahí debe haber alguien vivo!
Rafa: Se escuchan golpes.
Jean: No podemos perder el tiempo con cada ruido que escuchemos. ¡Tenemos que salir de aquí!
Renzo vio a Elliot llorando y fue a consolarlo.
Renzo: Ey, amigo. ¿Estás bien?
Elliot: Quiero estar con mi papá...
Renzo: Yo también. Jamás pensé que lo echaría tanto de menos. Tengo ganas de estar a su lado, ayudando en el restaurante, escuchando sus chistes malos y numerosas historias. Pero debemos ser fuertes y los volveremos a ver...
Renzo se aguantaba las ganas de llorar. No estaba muy seguro de que eso fuese a ser así.
Elliot: Si mi papá se muere...¿Se irá con mi mamá? Si se muere, yo también quiero ir al cielo.
Renzo: No se va a morir, Elliot. Te lo prometo. Venga, tienes que ayudarme a animar a los demás. Si nos venimos a bajo, ellos también lo harán.
Elliot: Vale...
Amy miraba a Rafa avergonzada. Lo amaba, aunque eso a él ya no le importase. Es cierto, le había timado, pero en el proceso, se había enamorado. No quería perderlo, pero Rafa ya no la miraba como antes. Le sonrió pero él la miró serio y le giró la cara.
Emma estaba muy triste. No dejaba de pensar en su abuela. Estaba sentada en el suelo así que Willy se sentó a su lado.
Willy: ¿Estás bien?
Emma: Mi abuela, Willy. No puedo dejar de pensar en ella. No quiero que se muera...
Willy: No pienses eso. Estará bien, ya lo verás.
Emma: Me gustaría enseñarte el lugar dónde vivo. Es precioso, Willy. El mejor lugar del mundo. Cuando salgamos de aquí, te tienes que venir a verme. Le pediré a mi abuela que te deje dormir en el cuarto de invitados.
Willy: Eso me encantaría.
Lucía: ¿Hola? ¿Hay alguien ahí?
Tras la puerta estaban Fune y Pinhead. Se habían quedado atrapados. Llevaban consigo muchos bolsos que habían robado y en esos momentos, estaban desvalijando el camarote de un hombre con mucho dinero.
Fune: ¡Vienen a rescatarnos!
Pinhead: ¡Viva! Ya pensaba que nos quedaríamos aquí para siempre.
Lucía: ¿Se encuentran bien?
Fune: ¡Sí, pero no podemos salir. La puerta está deformada.
Había un cristal macizo que estaba pegado a lo que era antes el techo. Fune se asomó para ver a sus rescatadores.
Fune: ¡Sacarnos de aquí!
Lucía: No se preocupe, buscaremos la forma.
Rafa: Habría que romper el cristal, pero es macizo...
Fune: Aquí dentro no hay nada por romperlo.
Lucía: Buscaremos algo por aquí.
Leire reunió a todos los niños para intentar tranquilizarlos. La luz iba y venía y eso los ponía más nerviosos.
Leire: Tranquis, colegas. Está todo controlado. Ahí dónde la véis, Lucía es una crack y nos sacará de aquí.
Kim: ¿Y mis padres?
Emma: ¿Y mi abuela?
Elliot: ¿Y mi papá?
Willy: ¿Y mi tía y Duclón?
Renzo: El Capitán los rescatará, ¿verdad, Leire?
Leire: Por supuesto, debéis confiar en él.
Chino Juan: Yo dal patada voladola en clistal.
Lucía: Caballero, se haría daño. Es mejor que se retire y deje...
Chino Juan: No entendel, yo soy Chino Juan. Yo lompo clistal con técnica de patada voladola. Técnica milenalia. Apáltese.
Lucía: Está bien...
Artemisa: Se romperá la pierna.
Amy: Está loco.
Chino Juan hizo caso omiso a los comentarios y se lanzó contra el cristal a toda velocidad. Estiró la pierna y al grito de "¡Hiaaaaaaa!" golpeó el cristal y lo rompió.
Rafa: ¡Es imposible!
Agnes: ¡Carallo!
Lucía: ¡Impresionante!
Rafa: Es usted un máquina, señor.
Chino Juan: No máquina, yo sel de calne y hueso. Venil a mis clases y yo enseñal.
Rafa: Si salimos con vida de aquí, iré.
Amy: Y yo.
Rafa la miró desafiante y ella apartó la mirada.
Lucía animó a Fune y Pinhead a salir cuanto antes. El barco daba bandazos y se escuchaban ruidos que no presagiaban nada bueno.
Lucía: ¡Dense prisa!
Fune: Yo voy, tía.
Pinhead: Fune, ¿y los bolsos? ¡Aquí hay mucha pasta!
Fune: Tendremos que renunciar a todo ese dinero...
Pinhead: Pero...
Fune: Puedo vivir sin dinero, pero no sin ti.
Pinhead: Vale...
Una vez salieron, Lucía reanudó la marcha. Todo se pusieron en camino muy asustados. Los sonidos eran cada vez más fuertes,
Alicia: ¡Debemos darnos más prisa!
Lucía: ¡No se detengan, caminen!
En ese momento, el techo se vino abajo. Hierros y maderas caían y se retorcían contra ellos. Renzó y Kimberly consiguieron librarse al último momento, pero no todos corrieron la misma suerte.
Kim: ¡Ahhhhhh!
Vera: ¡Corre, Doraaa!
Dora: ¡Socorro!
Malena: ¡Ayuda!
Los escombros y hierros retorcidos cayeron sobre Malena y murió en el acto. Dora quedó atrapada de cintura para abajo. Gritaba y lloraba de dolor. Vera fue corriendo a socorrer a su amiga y en seguida acudieron los demás.
Vera: Amiga, ¿estás bien?
Dora: ¡Vera, ayúdame! ¡No puedo salir!
Lucía: No te preocupes, Dora. Vamos a sacarte de ahí. ¡Malena!
Rafa: Está muerta...
Lucía: No...
Vera: ¿Te duele mucho?
Dora: Ya no me duele tanto...
Dora empezó a escupir sangre por la boca.
Vera: ¡Dora! ¡Tenemos que ayudarla!
Lucía: Vera...
Dora: Este es mi fin...nunca pensé que moriría así.
Vera: ¡No vas a morir! Te sacaremos, te lo prometo.
Dora: Siento dejarte sola, amiga...
Vera: No puedo perderte...por favor, no te mueras.
Dora: Este es mi fin, Vera...
Vera: Dora, eres mi mejor amiga...
Dora: Lo sé. Tú eres para mi como una hermana. Sobrevive por mi...
Vera: Lo haré, te lo prometo.
Dora: Rafa, me habría gustado salir contigo.
Rafa: No sabes lo que me arrepiento. He estado ciego todo este viaje con alguien que no vale la pena teniendo ante mi una clack como tú.
Dora: Vera, dame la mano...
Vera le dio la mano hasta que Dora dejó de respirar. Se alejó de ella y Leire la abrazó llorando. Rafa la miraba con los ojos llorosos.
Lucía: Debemos continuar o moriremos todos.
El Capitán Miller, Izan y Duque buscaban supervivientes por todas partes. Gritaban por los pasillos esperando encontrar respuesta de pasajeros heridos, pero sus gritos no recibieron respuesta.
Izan: Están todos muertos...
Duque: No, alguien debe quedar con vida.
Vieron escenas dantescas y ningún superviviente. Duque encontró a un hombre inconsciente en el suelo y fue en su ayuda.
Le tomó el pulso pero estaba muerto.
Capitán Miller: ¿Está vivo?
Duque: No, está muerto. Tengo que ir al camarote de Lilu y al de Duclón y Wenda.
Mientras, Duclón retiraba las maderas que habían caído sobre Wenda. Estaban atrapados en su camarote.
Duclón: Aguanta, ya casi está.
Cuando la hubo liberado, la sentó y comprobó que estaba bien.
Wenda: Tranquilo, me encuentro bien. Me duele la espalda, pero sobreviviré.
Duclón: Pensaba que te había perdido.
Wenda: Soy mucho más dura de lo que piensas, amor.
Duclón: Debemos salir de aquí, el barco se está hundiendo.
Duque: ¡Duclón, Wenda!
Duclón: ¡Es Duque! ¡Estamos aquí!
Wenda: ¡Socorro!
Duque forzó la puerta y consiguió abrirla.
Wenda: ¡Estamos salvados!
Capitán Miller: ¿Se encuentran bien?
Duclón: Sí, estamos bien.
Duque: ¡Rápido, tenemos que abandonar el barco cuanto antes!
Duclón: Wenda, sal tu primero. Tranquila, yo te ayudaré a pasar sobre todos los escombros.
La puerta estaba colapsada de escombros y Duclón tuvo que aupar a Wenda para ayudarla a salir.
Duque: Ya te tengo, Wenda.
Wenda: Gracias, Duque. Los niños, tenemos que encontrar a los niños.
Duque: Están a salvo, tranquila.
Wenda: Gracias a Dios.¿Y mi sobrina Lilu?
Duque: Todavía tengo que encontrarla.
Las Playgirls estaban desesperadas. Justina estaba atrapada bajo unos hierros enormes. Hablaba a duras penas y le costaba respirar. Habían intentado sacarla de ahí, pero los hierros pesaban demasiado.
Asunción: ¡Esto pesa demasiado, carallo!
Piedad: ¡Tenemos que sacarla de ahí!
Justina: Hermanas...
Asunción: Aguanta, pediremos ayuda.
Justina: Cada vez me cuesta más respirar.
Piedad: Te sacaremos de ahí.
Asunción: Vamos a intentarlo otra vez. Quizás ahora lo podamos mover.
Las dos pusieron todas sus fuerzas en ello, pero no lo consiguieron. Era demasiado para ellas.
Asunción: ¡No puedoooo!
Piedad: ¡Pesa mil demonios!
Izan: ¿Hola?
Piedad: ¡Socorro, estamos aquí!
Asunción: ¡Un malnacido nos encerró y no podemos salir!
Izan: Mantengan la calma, las sacaremos.
Asunción: ¡Justina, estamos salvadas!
Justina: Viva...
Izan por fin pudo abrir la puerta. Su corazón se encogió al ver a las hermanas. Estaban llorando y muy asustadas.
Asunción: ¡Rápido, mi hermana está atrapada bajo unos hierros!
Izan: ¡Necesito que alguien me ayude!
Duclón: ¡Voy!
Izan y Duclón entraron en el camarote y entre ellos y las hermanas, intentaron mover el amasijo de hierros. Cuando lo estaban moviendo, Justina comenzó a gritar. Izan ordenó que dejasen los hierros tal y como estaban.
Asunción: ¡Ya casi estaba!
Izan: ¿Puedo hablar un momento contigo?
Izan apartó a Asunción y le habló en voz baja.
Izan: He visto la herida de tu hermana. Si la movemos, morirá. Esos hierros la mantienen con vida.
Asunción: ¿Y cómo la sacamos de ahí?
Izan: No podemos.
Asunción: Debemos intentarlo.
Izan: No querrás someter a tu hermana a ese dolor tan grande para verla morir entre grandes sufrimientos.
Asunción se abrazó a Izan y lloró desesperadamente. Duclón hablaba con Piedad y la informaba de la situación de Justina.
Piedad: No...
Duclón: Lo siento mucho.
Asunción: Hermana, de momento no podemos sacarte de ahí.
Justina: Debéis marcharos.
Piedad: ¡Estás loca! No pensamos abandonarte.
Asunción: Esperaremos a que nos vengan a rescatar.
Izan: No vendrá nadie más. Debemos salir cuanto antes o moriremos todos. Lo siento.
Asunción: ¡No pienso abandonar a mi hermana! ¡¿Quién os creéis que somos?! ¡No se abandona a una hermana!
Duclón: Si se quedan aquí, morirán las tres.
Wenda observaba desde la puerta llorando a lágrima viva. Se imaginaba en la situación de aquellas chicas, con su hermana atrapada a punto de morir y se le partía el corazón.
Izan: Las dejamos un momento para que se lo piensen.
Asunción: ¡No hay nada que pensar!
Justina: Os digo que os marchéis, hermanas. No tenemos que morir las tres...
Piedad: No vamos a dejarte aquí...
Asunción: Escucha atentamente. Vamos a salir de aquí las tres juntas. Cuando todo esto pase, nos iremos a Galicia con madre y pasaremos una temporada con ella.
Piedad: Le pediremos que nos haga empanada y bailaremos bajo la lluvia.
Justina: Mis hermanas, os quiero.Agradezco vuestros ánimos, pero...sé que voy a morir. Me cuesta respirar y ya no siento mi cuerpo. Quiero que viváis.
Asunción: No podemos dejarte sola.
Piedad: No quiero que te mueras...
Justina: Estaré viva en cada canción de Barry White, en vuestros corazones. "Tu eres por lo que vivo, tu amor lo llevaré siempre, lo primero, lo último, mi todo".
Asunción: You´re the first, the last, my everything, nuestra canción.
Las tres se echaron a llorar. Sabían que aquel era el final y no había nada que pudiesen hacer para evitarlo.
Justina: Tenéis que vivir por mi.
Asunción agarró a Piedad de los hombros y le habló mirándola fijamente a los ojos.
Asunción: Vuelve a casa y dile a madre que fuimos fuertes y que Justina no murió sola.
Piedad: ¿Hablas en serio? ¡No quiero dejaros aquí!
Asunción: Al menos una debe sobrevivir. No es necesario que muramos las tres, Piedad. Cuidaré de Justina, no te preocupes. Debes regresar a casa y apoyar a madre. Sabes que ella no podrá soportar perdernos a las tres.
Piedad: Me quedo yo.
Asunción: De eso ni hablar. Eres la que está más unida a madre.
Piedad: Hermanas...pero yo no sé cómo voy a vivir sin vosotras...no soporta la idea de perderos.
Asunción: Debes ser fuerte. Hazlo por madre y por nosotras. Vamos, debes marcharte de aquí.
Justina: Asu, vete con ella...por favor.
Asunción: No pienso dejarte sola.
Piedad: Os quiero, hermanas.
Piedad besó a sus hermanas y salió corriendo del camarote. Se giró para verlas por última vez.
Izan: Debemos irnos ya.
Asunción: No dejes que las Playgirls desaparezcan. Llama a las primas, ellas cantan muy bien y podrán sustituirnos.
Piedad: Nadie puede sustituiros.
Asunción: Dile a madre que la queremos mucho. Ah, y si ves a Agnes...dile que ha sido un placer haberla conocido. Ahora vete, rápido.
Piedad: Jamás os olvidaré.
Continuará...
Qué capítulo tan triste. No me esperaba para nada este final. Las Playgirls sí tienen un corazón de verdad. Eso sí que es amor y lo demás son tonterías. Me ha conmovido mucho todo lo que se han dicho al final. Me da pena que precisamente muera Asunción, que es la que mejor me caía de las tres. No quiero que ninguna muera, pero creo que ya no se puede hacer nada por ellas. También me ha sorprendido mucho que Justina tenga una herida así y que solamente pueda seguir viva unos minutos más si no le quitan de encima los hierros. Pobrecita. No quiero estar nunca en una situación así. También me ha estremecido mucho cómo ha muerto Dora. No puedo ni imaginarme lo desesperante que debe ser ver que tu final se acerca y se acerca sin que puedas hacer nada para evitarlo; pero, en toda esta desesperación, ha habido algo que me ha hecho reír y ha sido la intervención del chino Juan. Qué gracioso cuando le dice Jean que es una máquina y él contesta que no es una máquina, sino de carne y hueso, jajajajaja. Qué bueno. Y las reacciones de Agnes también me han hecho mucha gracia; pero se me ha quedado el alma pendiéndome de un hilo al ver que se derrumbaba el techo. ¿Quién habrá muerto más? Por favor, no tardes mucho en poner la continuación porque no puedo aguantar esta intriga. Sé que queda mucha historia por delante, sobre todo porque aún falta por saber la situación de muchos más personajes... pero me da mucha pena que todo esté yendo así. Me dan pena los niños, cómo Renzo consuela a Elliot y las cosas que le dice sobre su padre... Espero que ninguno de ellos muera y que puedan volver a sus casas. Tienes mucha imaginación para saber qué le deparará a cada personaje. Es una situación terrible y no sé cómo van a sobrevivir, aunque sean sólo dos personajes. En esta historia, tiene pinta de morir hasta el apuntador, como dice nuestro amigo Vicente. Y las fotos son espeluznantes... Está quedándote genial esta historia, la verdad. Por cierto, es verdad eso que dicen de que mala hierba nunca muere. Lo digo por Fune y Pinhead... aunque no son malos en el fondo, pero es que nunca aprenden, jajajaja. ¡Enhorabuena!
ResponderEliminar¡Menudo capitulazo! Lo he devorado. Como dice Marina te está quedando francamente genial esta historia. Me ha hecho reír el chino Juan con su famosa patada. Y me gusta que la Fune valore más a Pinhead que al dinero. Por lo demás muchísima emoción y tensión en la despedida de los pesonajes. Especialmente la de las tres hermanas es terrible. Me da mucha lástima. Una historia que recordaremos para siempre como una historia top.
ResponderEliminar