sábado, 14 de julio de 2018

Vacaciones en el mar - Capítulo 12: Pillados

Lucía apuntaba en la lista a todos los pasajeros que se bajaban del barco. Rafa era uno de ellos. Estaba buscando a Amy. Se había ido junto a Jean a la isla y quería volver a verla, aunque fuese de lejos. 


Desde las escaleras del barco la vio. Estaba en la cabaña en la que momentos antes habían estado las Neohippies. Parecía seria y preocupada. Se imaginaba muy bien lo que podría estar pensado. En su triste vida con Jean y su terrible pasado. Tenía que rescatarla de un futuro tan desmoralizador. 


Jean estaba con ella, haciendo fotos al loro.

Jean: ¡Mira que loro tan grande! Estas fotos están quedando geniales.
Amy: Sí...
Jean: ¿Te encuentras bien?
Amy: Sí, estoy bien.
Jean: Pues no lo parece. Sigues muy rara. ¿Hay algo que quieras decirme?
Amy: Eh...no.
Jean: Es importante que me digas las cosas, no sé leer la mente ni soy adivino.


Amy: No es nada, de verdad.
Jean: Bueno, yo me voy a dar una vuelta bien larga por la isla. Te quedas aquí sola, ¿de acuerdo?
Amy: Que sí.
Jean: ¿Estarás bien?
Amy: Sí. Ya puedes irte.


Rafa vio como Jean se marchaba y aprovechó para acercarse a Amy.

Rafa: Hola.
Amy: Hola...
Rafa: Vamos a otro sitio más tranquilo.


Fueron a una zona tranquila y allí se besaron. 

Rafa: Te deseo, vamos a mi camarote.
Amy: No podemos hacer eso... es demasiado peligroso. No quiero que Jean nos descubra, Rafa.
Rafa: Al cuerno con Jean.
Amy: Rafa, no sé si todo esto es un error. Deberías alejarte de mi, te mereces alguien mejor que yo.
Rafa: Tonterías.


Jean: Lo sabía.

Jean los sorprendió abrazados. Rafa se quedó en shock, sin saber muy bien lo que hacer. Jean aprovechó ese momento para darle un puñetazo en la cara.


Rafa cayó al suelo. No había sido capaz de esquivar el golpe y estaba dolorido y humillado sobre la arena.

Amy: ¡¡No le pegues!! 
Jean: Roba clacks...No te acerques a mi novia o te juro que del próximo golpe no te levantas.
Rafa: Ah...
Amy: ¡¡Estás loco!! Rafa, ¿estás bien?


Jean agarró a Amy del brazo y se la llevó a la fuerza.

Amy: ¡Rafa, lo siento!

No pudo evitar ponerse a llorar al ver a Rafa intentando recomponerse.

Jean: ¡Deja ya el maldito teatro! 
Amy: ¡¡Le has pegado!!
Jean: Se lo merecía.


Elliot se encontró a Emma y le pidió que le acompañase a ir a la isla. Finalmente accedió y se reunieron con Willy, que estaba solo. Renzo y Kimberly seguían metidos en el agua.

Emma: Me tienes que contar otra vez la historia, Elliot. ¡Es mega divertida!
Elliot: ¡Vale!
Willy: ¿Qué historia?
Emma: Esa en la que os encierra en un camarote.
Elliot: Al principio le quería decir a mi padre lo que pasaba, pero Renzo me convenció de que les ayudase.
Emma: Hiciste bien, el pobrecito estaba desesperado por encontrar a Kim.
Elliot: Sí, el amor es lo más importante. Eso me lo dijo mi madre, que ahora está en el cielo.
Emma: Lo siento, Elliot. Tu mamá era una mujer sabía y tenía toda la razón del mundo.


Capitán Miller: Elliot parece entretenido. 
Lucía: Sí, se lo pasa bien con esos adolescentes.
Capitán Miller: ¿Que le parece si le releva Leire y se viene conmigo para solucionar asuntos importantes?
Lucía: Me parece una idea fabulosa, mi Capitán.


Lucía dejó a Leire al cargo con la excusa de tener que solucionar asuntos importantes.

Lucía: Debo atender un asunto delicado, Leire. Te quedas al cargo. Cualquier incidencia, me llamas.
Leire: De acuerdo.


Alicia cuadraba cuentas de algunos de sus negocios con el ordenador. Estaba en el bar del barco, pero estaba tan centrada en su trabajo que no se percataba de nada de lo que le rodeaba. Habían niños pidiendo helados a grito pelado en la barra pero su concentración era tal, que no le molestaba. 


Izan llevaba puesto su bañador. Le acompañaba Cecilia, que lucía un precioso bañador lila que le realzaba la figura.

Izan: ¡Alicia!
Alicia: ¿Eh? ¡Izan! Me has asustado.
Izan: Es que llevo un rato llamándote pero no respondes.
Alicia: Perdona...
Izan: ¿Te vienes a la isla?
Alicia: ¿La isla?
Izan: Sí, isla Tortuga.
Alicia: No puedo, cariño. Si eso, baja tú y luego te busco.
Izan: Me voy con Cecilia.
Alicia: Vale. En seguida voy.


Izan: No entiendo para que narices hemos hecho este viaje.
Alicia: Pues para estar juntos. Solamente estoy trabajando un poco...
Izan: No es verdad, Alicia. Pensaba que yo te importaba un poquito más...
Alicia: Izan...


Alicia lo vio marcharse enfadado junto a Cecilia y algo en su interior le puso en alerta. No estaba haciendo las cosas bien.


Lilu llevaba un rato buscando a Duque. Prácticamente no habían hablado desde que discutieron y ella tenía la esperanza de poder arreglar las cosas. Lo encontró en la isla, mirando al mar muy pensativo. Le daba miedo hablar con él, pero no quería seguir así. 


Lilu: Estás aquí. No te encontraba.
Duque: Necesitaba estar solo.
Lilu: Ya veo...¿Puedo quedarme un rato contigo? Prometo no molestar.
Duque: No sé si es buena idea, Lilu. Lo siento, pero sigo pensando de la misma forma. Las cosas no van bien entre nosotros y creo que no nos merecemos esto.
Lilu: No estamos tan mal, cari. Discutimos como todo el mundo.


Duque: No es solo eso, Lilu. Formamos parte de mundos muy distintos. No encajamos, no me siento cómodo.
Lilu: Los polos puestos se atraen, Duque.
Duque: La atracción no lo es todo, y lo sabes. He empezado a aborrecer nuestra vida, las cosas que hago para que te sientas bien.
Lilu: Duque...¿Tan mal lo ves todo?
Duque: Es la realidad. Además...
Lilu: ¿Qué?


Duque: Nada, mejor que no me preguntes.
Lilu: Mira, deja que yo lo arregle todo. Solamente es una crisis muy tonta y pasajera. Podemos ir un rato al spa y relajarnos. Nos tomamos un mojito y luego nos tumbamos y contemplamos el mar. Se nos pasará todo, te lo prometo.
Duque: Es ridículo, Lilu. Un mojito no solucionará lo nuestro.
Lilu: ¡Pero no seas tan negativo! Pon de tu parte, las cosas se pueden arreglar.


Duque: ¡Sigues en tu mundo de color de rosa! ¿No te das cuenta? Es precisamente esto lo que me agota, que no me entiendes, que parece que hable para una pared.
Lilu: Pero...
Duque: Por favor, intenta no molestarme. Necesito estar solo.


Duque se marchó muy enfadado. Subió las escaleras al barco ante la asombrada mirada de Lilu.

Lilu: Duque...¿En que momento te he perdido?


No podía dejar de llorar. En su interior sabía que algo así podía suceder y le aterraba la idea de perder a Duque.Pensó en escribir a Hilary y contarle todo, pero recordó que se habían enfadado.

Lilu: Mi vida se está yendo al garete...



Beatriz e Ignacio también estaban de turismo en la isla. Nicole los observaba disimulando. Deseaba que la mujer de Ignacio desapareciese para estar juntos.

Ignacio: Estas cuevas son espectaculares.
Beatriz: ¿Eso que hay en el suelo es sangre?
Ignacio: No lo creo, debe ser barro.
Beatriz: Esta cueva me da escalofríos. Vamos a ver lo que hay al otro lado de la isla.
Ignacio: Ve tú, yo quiero ver un poco más esta zona.
Beatriz: No te metas ahí, que puede ser peligroso.
Ignacio: No te preocupes amor mío, tendré cuidado.


Beatriz llevaba puesto su bañador e iba descalza. Disfrutaba con el tacto de la arena en la planta de sus pies. Aquello le relajaba tanto como un masaje. Ignacio deseaba que desapareciese cuanto antes. "Vete al cuerno de una vez, pesada" pensaba nervioso.


Cuando Beatriz se fue, Nicole entró en la cueva y llamó a Ignacio.

Nicole: Es el momento. Aprovechemos que no está tu mujer.
Ignacio: Bien pensado. A ver si pasea su gordo y viejo culo lejos de aquí y nos deja en paz. Ven conmigo, princesa mía.
Nicole: ¡Ignacio! ¡Me vuelves loquita!


Renzo: Huy, mira esos dos...¡Se están enrollando en esa cueva!
Kimberly: Que mal gusto tiene, se está liando con un viejo...


Renzo: Kim, el amor no tiene edad.
Kimberly: Eso es una tontería. Un momento...
Renzo: ¿Qué pasa?


Kimberly: ¡Papá! ¡No me lo puedo creer!
Ignacio: ¡Hija! ¿¡Qué narices haces aquí!?
Kimberly: ¡Eso mismo digo yo! ¡Le estas poniendo los cuernos a mamá con esa lagarta!
Ignacio: No es lo que piensas...


Kimberly: Eres un cerdo.
Ignacio: Ten cuidadito con lo que dices. ¡Soy tu padre!
Kimberly: Un padre que se acuesta con lagartas. ¡Se lo diré a mamá!
Ignacio: Haz lo que quieras, pero si lo haces...olvídate de vivir la vida que llevas. Puedo dejaros sin nada y que vivas con lo justo. ¿De verdad quieres renunciar a una vida tan cómoda?
Kimberly: Pues... No diré nada, pero quiero que me subas la paga.
Ignacio: Ya lo hablaremos. Ahora cierra la boca y no digas nada. Y espero que tu noviete sepa mantener el pico cerrado.
Kimberly: No dirá nada.


Izan y Cecilia se tumbaron sobre la hierba. Aunque lo ocurrido con Alicia le había deprimido, Cecilia conseguía hacerle sonreír. 

Cecilia: Me tropecé en mitad del escenario. Me pidieron que grabase el concierto de unos compañeros de clase y al intentar tomar un plano más cercano, me caí. Uno de esos cables enorme tuvo la culpa. El ridículo fue descomunal. Se burlaron de mi durante semanas. 
Izan: Yo me he visto en peores, te lo puedo asegurar.
Cecilia: ¿Estás más animado?
Izan: Un poco. Mi mundo se tambalea. Me he centrado tanto en Alicia que ahora me siento perdido...todo parece perder el sentido.
Cecilia: Dale tiempo, yo creo que reaccionará. 
Izan: ¿Cuando lo hará? No me hace caso, es como si no existiese para ella.
Cecilia: Las clacks a veces somos muy complicadas.


Izan: Acabaré volviéndome loco.
Cecilia: Venga, no te agobies. Si quieres, luego vamos juntos al espectáculo. Nos tomamos un cóctel y a bailar que la noche es joven.
Izan: ¿Ves? Eso es justo lo que yo quiero...que se tome la vida así, como tú.
Cecilia: Cada click es un mundo. Yo no soy ejemplo de nada, mi mundo es muy desordenado. Sería algo así como un mundo inventado por Jim Henson. ¡Jajajaja!
Izan: ¡Jajajajaja! ¿Quién es Jim Gerson?
Cecilia: Venga, que te doy otro masajito.
Izan: Eres un encanto, Cecilia.


Alicia bajó del barco y fue en busca de Izan. Cuando lo vio con Cecilia, con su cabeza sobre sus piernas y ella haciéndole un masaje, una furia salvaje y descontrolable se apoderó de ella.


Alicia: ¡¡Maldito cerdo!! ¡¡Está tonteando con esa!!


Continuará...

2 comentarios:

  1. No sé por qué, pero este capítulo me ha dejado mal cuerpo. Me da pena descubrir que casi todas las parejas (por no decir todas, de momento) que hay en este crucero son falsas. Me da pena que nada sea sincero, que solamente sea sincero el pasarlo bien, la atracción entre ciertos personajes. Por una parte, me dan pena ciertos personajes como Izan o Beatriz, la mujer de Ignacio, pero, por la otra parte, también me alegra que haya cosas que vayan saliendo a la luz, como ciertas infidelidades. Por ejemplo, me da mucha pena Izan y me da rabia Alicia. No entiendo que prefiera pasarse las horas con su trabajo en vez de disfrutar con su chico de las vacaciones que están teniendo. Y luego encima se pone furiosa cuando descubre que está pasando el rato con otra chica. Que juzgue tan rápido que está tonteando con ella también me ha dado mucha rabia. Encima va con exigencias. ¿Qué se piensa, que él va a estar esperando a que a ella le dé la gana de pasar su tiempo con él? Pues no. Me encantaría que cometiese una locura y la mandase al carallo. Vaya gente más superficial. También me ha dado pena Beatriz. Ignacio es un asqueroso cerdo. Encima la insulta, aunque sea mentalmente, y mentalmente la trata fatal. Kimberline tampoco me gusta. Qué poco corazón tiene esa chica. NO le importa nada más que el dinero y ya se ve que de verdad no quiere a su madre, porque entonces le diría la verdad. Es una Lilu, pero en pequeña. También me da pena Lilu, aunque pienso que se lo tiene algo merecido porque es que Duque tiene razón. Nunca escucha su opinión y no se toma en serio nada de lo que él dice. Eso puede soportarse durante un tiempo, pero no siempre, y me alegro de que Duque haya explotado. A ver si Lilu aprende también a valorar otras cosas menos superficiales.
    También me da pena Rafa y Amy. Jean es un bruto. No sé cuánto tiempo podrá durar esta historia y ni siquiera me imagino cómo se podrá solucionar, pero también es verdad que me extraña que no haya ninguna solución y me da rabia que siempre esté por encima el dinero y que siempre suelan ganar quienes más poder tienen. Eso debería cambiar, pero no sólo en la ficción, sino también y sobre todo en la realidad.
    No sé cómo se podrán solucionar todos estos altercados, todas estas cosas. Parece como si este crucero estuviese hechizado con el conjuro de que los secretos de todos los que suban allí se desvelen.
    Debo decirte que me encantan las fotografías. No sé cómo consigues esos efectos tan bonitos. Tienes un don tan grande... De verdad que eres un artista.
    Por favor, ¡no tardes mucho en publicar la continuación! ¡Está encantándome!

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  2. Un nuevo capítulo trepidante. ¡Cuántos desamores en esta historia! En este capítulo hay tres pilladas: Izan y Cecilia por Alícia, Rafa y Amy por Jean y Nicole e Ignacio por su hija Kim. Alícia ha tenido que ver a Cecilia masajeando a Izan para darse cuenta de cuanto estaba metiendo la pata. Jean es un bruto y los otros dos unos inconscientes, dejándose llevar por la pasión en la isla con lo pequeña. En cuanto a Ignacio, me parece despreciable como insulta a su mujer y después chantajea a su hija, que demuestra muy poco amor por su madre aceptando el chantaje. Espero que recapacite y se chive. ¡Qué es su madre! En cuanto a Duque y Lilu, me ha dado mucha pena Lilu en este capítulo sigue entre sin terminar de aceptar un final anunciado y con sus fantasías de poder arreglarlo. Me gusta la frase de Duque de que un mojito no arreglará las cosas. A ver cómo sigue está muy emocionante. De momento la única pareja feliz que ha salido es la del capitán y Lucía, me alegra de que al menos ellos Sean felices y vivan su pasión aunque a escondidas con mucho amor.

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