Renzo, Willy, Kimberly y Emma subieron a cubierta para ver la isla Tortuga. No era una isla demasiado grande, pero era un lugar paradisíaco y con un gran encanto. Sus playas eran cristalinas, su arena fina y podías disfrutar de las sombras de sus palmeras y variada vegetación. Además, era famosa por sus profundas cuevas repletas de escondrijos.
Renzo: ¡Cómo mola!
Kimberly: Me pienso hacer mil fotos para el instaclick.
Emma: Es preciosa.
Willy: Pensaba que era más grande.
Capitán Miller: Oficial.
Lucía: Sí, mi Capitán.
Capitán Miller: Prepare todo para atracar en isla Tortuga. Recuerde pasar lista de cada uno de los pasajeros que decidan bajar.
Lucía: Sí, mi Capitán.
El Capitán le guiñó el ojo y Lucía le sonrió con complicidad.
Los pasajeros se asomaban curiosos para ver cómo se aproximaban a la isla.
Renzo: ¡Mirad, un loro!
Emma: ¿Será de un pirata?
Willy: También hay hamacas.
Kimberly: ¡Me pido una!
Sin que nadie se percatase, Sinéad y Eros se lanzaron al agua. Tenían ganas de salir por su cuenta y descubrir esa isla, así que nadaron hasta llegar a la orilla. No querían ser vistos, por lo que salieron por la parte contraria a la que se dirigía el crucero.
Eros: ¡Me has ganado!
Sinéad: Ya sabes que en el agua soy como una sirena.
Se sentaron en la orilla para relajarse un rato. Sinéad estaba muy nerviosa y hacía tiempo que no se encontraba bien.
Eros: ¿Estás mejor?
Sinéad: Nadar en aguas tan frías me ha venido muy bien, pero sigo mal. Mi ansias por beber son incontrolables.
Eros: Espero que no nos ocurra lo mismo que en aquel submarino...
Sinéad: No quiero que eso vuelva a ocurrir, Eros.
Eros: No te preocupes, yo te vigilaré.
Sinéad: No entiendo que puedas tener tanto autocontrol.
Eros: Concentración y mente fría, Shiny.
Sinéad: No quiero ser un monstruo ni hacer daño a nadie...
Eros: ¡No eres un monstruo! Eres el ser más maravilloso del mundo.
Se levantaron y se asomaron por una estrecha y profunda cueva.
Eros: Está muy oscuro.
Sinéad: ¿Vamos a investigar? Al menos los pasajeros del crucero estarán a salvo por un tiempo de mis ansias de comer.
Eros: ¡Jajajaja! Eres muy considerada, Shiny. Venga, vamos a investigar.
Felipe le contaba a Demetria lo torpe que era en el agua. Ella se reía con su divertida forma de contar las cosas.
Felipe: Mi madre dice que nado como un pato mareado, ¡y no le falta razón! No tengo coordinación para mover los brazos y flotar al mismo tiempo.
Demetria: ¡Jajajajaja! Yo tampoco soy una gran experta. Sé nadar, pero lo justo para no ahogarme.
Felipe: ¿Te apetece bajar conmigo y visitar la isla?
Demetria: ¡Síi! Lo estoy deseando.
Lucía tomaba nota de todos los pasajeros que bajaban del barco. Renzo y sus amigos salieron disparados escaleras abajo. Estaban deseando pisar tierra firme y disfrutar de la isla.
Renzo: ¡Kim, espera!
Kimberly: ¡Eres muy lento!
Willy: ¡Yupiiii! ¡Esto es una pasada!
Demetria y Felipe fueron hasta una cabaña de madera y observaron desde allí la isla. Las vistas al mar eran espectaculares. La brisa marina revitalizaba sus pulmones.
Demetria: Esto es de ensueño.
Felipe: Es un lugar hermoso, pero mucho más si tú estás aquí.
Demetria: Felipe, eso es mentira...pero muchas gracias.
Felipe: Es la verdad. Mis ojos no me engañan y mi corazón tampoco.
Gabi los vio allí juntos, cerca el uno del otro. No pudo evitar desanimarse otra vez.
Felipe: Demetria, quizás voy demasiado deprisa, pero quiero besarte.
Demetria enrojeció al momento. Una parte de ella lo quería besar, pero otra le alertaba que no debía hacerlo. La última vez que se dejó llevar por el amor le hicieron mucho daño.
Demetria: Felipe...
Felipe la besó casi sin que a ella le diese tiempo a procesarlo. La besó con fuerza y le metió la lengua sin que ella se lo esperase. Gabi miraba entristecido la escena.
Blas y Jano observaban escondidos como su amigo y Demetria se besaban.
Blas: ¡La ha besado! Menudo estómago tiene el colega.
Jano: Menudo estómago tiene el colega. ¡Si es muy fea! A esa no la toco ni con un palo. Yo preferiría perder la apuesta. No entiendo que existan clacks tan feas. Deberían meter a todas las feas en una nave y mandarlas a la luna. Que digo la luna, a marte.
Blas: Alucino.
Jano: Pues alucina todo lo que quieras, pero te está ganando, tío.
Blas: Es que no pensaba que fuese capaz de besar a una famobil tan fea. Si él mismo reconoció que le da asco.
Gabi pasaba justo en ese momento y escuchó toda la conversación.
Jano: Vas a perder la apuesta.
Blas: Es que esta famobil se deja querer por cualquiera, debe estar desesperada.
Jano: Claro, al ser tan fea nadie la quiere.
Blas: A ver cómo se la quita de encima cuando termine todo esto. Tiene pinta de ser enamoradiza. No pienso dejarme ganar por Felipe, esos 600 cleuros tienen que ser para mi.
Gabi no podía dar crédito a lo que estaba escuchando.
Renzo y sus amigos disfrutaban de las playas cristalinas de la isla. Willy se había puesto el bañador y ya se había dado un buen baño.
Willy: El agua está muy buena.
Emma: Yo no me meteré...
Willy: ¿Te da miedo el agua?
Emma: No, es que tengo muchas manías y no me apetece quitarme la ropa.
Willy: Vaya...pues te pierdes un buen baño. El agua está genial y te refresca mucho.
Kimberly: ¿No te parece idílico? Tú y yo en una isla paradisíaca y viviendo nuestro amor verdadero como los famosos.
Kimberly se levantó y se acercó a la orilla. Miraba el horizonte fascinada.
Kimberly: Ven a mi lado, Renzo. Necesito que me protejas. Soy tu chica y necesito sentir tu cariño.
Renzo: Voy.
Kimberly: Tenemos que hacernos muchas fotos para el instaclick. Vamos a ser los dos clicks enamorados más famosos del playmundo. Fliparán con nosotros.
Renzo: A mi eso me da igual, con estar contigo me basta.
Kimberly: ¡Oh, Renzo! Soy tan feliz, ¡te amo mucho, muchísimo!
Renzo: Y yo a ti.
Kimberly: Amor mío, dame un beso. ¡Demuéstrame todo lo que me quieres! (Susurrándole al oído) Vamos a hacer que Willy y Emma se mueran de envidia, venga, dame un beso.
Renzo: Ah, vale...
Willy y Emma observaban alucinados la escena. Emma no pudo evitar echarse a reír. Se tapó la boca con la mano para disimular y le habló a Willy en voz baja.
Emma: Parece una actriz mala de telenovela.
Willy: ¡Jajaja! Es verdad, pero de las malas malas.
Emma: ¡Oh, mi amor, soy tan feliiiz! ¡Dame un besoooo! Jajajaja.
Los dos reían sin parar. Kimberly los vio y se apartó de Renzo molesta.
Kimberly: Amor, ¿nos damos un baño?
Kimberly se quitó la ropa y se quedó en bañador. Echó una mirada asesina a Willy y Emma y se fue al agua.
Emma: ¡Cuidado con los tiburones!
Willy: Más bien, que los tiburones tengan cuidado con ella. Pueden morir con una de sus malas interpretaciones de telenovela.
Emma: ¡Jajajaja! Ay, me da envida. Nada muy bien y es guapa.
Willy: No tienes nada que envidiarle. Tú eres muy guapa. Mucho más que ella.
Emma: Ya, y yo voy y te creo.
Kimberly: ¡Youuhuuu! Renzo, ¿no vienes? ¿Me vas a dejar aquí solita?
Renzo: ¡Voy ahora mismo!
Renzo y Kimberly jugaban en el agua. Aunque en un principio Emma y Willy se habían tomado a risa la situación, en esos momentos empezaron a sentir envidia. Willy deseaba bañarse con Emma y vivir un amor así, aunque fuese un poco tonto.
Willy: Se lo pasan muy bien.
Emma: Sí...
Willy: ¿De verdad no te apetece ir al agua? Vamos, lo pasaremos muy bien.
Emma: Lo siento, pero no puedo. Será mejor que regrese al barco. Mi abuela debe estar preocupada.
Willy: Vale, hasta luego...
En otro lugar de la isla, Blas y Jano caminaban juntos. Hablaban de Felipe y Demetria cuando se encontraron una cueva. Parecía muy profunda. El interior estaba muy oscuro y no se veía nada.
Blas: ¿Has visto, tío? Esta cueva es un pasote.
Jano: Es un pasote, tío. Da miedo.
Blas: ¿Te da miedo?
Jano: Ehhh, no. Era un decir.
Blas: Va venga, demuestra que no tienes miedo.
Jano: Tío, que no tengo miedo.
Blas: Apuesto 20 celuros a que no eres capaz de entrar.
Jano: Sí soy capaz.
Blas: Pues hazlo.
Jano entró un par de metros y se detuvo.
Jano: ¿Lo ves? Me debes 20 cleuros.
Felipe: ¿Estás tonto? ¡Eso y no entrar es lo mismo! Entra hasta que yo te diga que te detengas.
Jano: Tío, que está muy oscuro...
Blas: Lo sabía, eres un cagao.
Jano: ¡No soy un cagao! Vale, ya me dirás cuando paro.
Blas: Sigue caminando.
Jano: ¿Ya?
Blas: No, sigue caminando.
Jano: ¿Ya?
Blas: No seas gallina y sigue.
Jano: ¿Ya? (Su voz se escuchaba lejos?
Blas: ¡Sigue caminando!
Caitlyn: Hola, Blas.
Blas: ¡Caitlyn! ¿Qué haces aquí?
Caitlyn: Paseando.
Jano: ¿Ya?
Blas: Estás preciosa.
Caitlyn: Gracias.
Jano: ¿Ya? ¿Hola? ¿Quien anda ahí? (su voz casi no se escuchaba en el exterior de la cueva?
Caitlyn: ¿Quieres pasear conmigo?
Blas: Me gustaría mucho.
Jano: ¡Ahhhhh!
Algo agarró a Jano por la espalda y lo inmovilizó. Sinéad se asomó al exterior de la cueva a ver si alguien lo había escuchado gritar.
Caitlyn: ¿Has escuchado esos gritos?
Blas: ¿Gritos? Deben ser los latidos de mi corazón, que parecen gritos desesperados por tu amor.
Caitlyn: Menudas salidas tienes, zalamero. Vas bien, sigue así y a lo mejor tienes alguna oportunidad conmigo.
Blas: Seguiré esforzándome.
Caitlyn: Vamos, caminemos por la orilla.
Jano intentaba zafarse de Sinéad y Eros. Estaban sedientos y encontrar a Jano en el interior de la cueva fue para ellos una bendición.
Jano: ¡Ahhh, socorrooo!
Sinéad: ¡Shhhhh!
Eros: No deberíamos hacer esto, pero es que estoy sediento...la concentración y la mente fría no me han valido para nada...me muero de sed.
Sinéad: Y yo, estoy desesperada. No te preocupes, capto que este humano es despreciable.
Jano: ¿Qué sois? ¡Mi padre tiene una pistola y os matará cuando sepa que me habéis hecho daño! ¡Sé dar palizas y soy el mejor pegando! ¡No me toques maldito monstruo!
Sinéad: Te lo dije, despreciable.
Eros: Vamos al interior de la cueva, allí podremos alimentarnos sin problema.
Arrastraron a Jano al interior de la cueva. Aunque se resistía, nada podía hacer para escapar.
Jano: ¡Socorrooooo!
Sinéad: Deberíamos haberle hipnotizado.
Eros: Da igual, así es más divertido.
Jano: ¡Ahhhhh!
Cuando terminaron, sacaron el cadáver por el otro extremo de la cueva. Los dos estaban satisfechos y más tranquilos.
Las amigas Neohippies también bajaron a la isla. Fumaban y reían sin parar. No podían dejar de fumar porros.
Afra: Hermanas, este es el puñetero paraíso.
Paloma: Me bañaría en bolas.
Afra: Hazlo, tía. Déjate llevar y flipa.
Silvana: Hola lorito.
Loro: ¡Humo, mucho humo!
Silvana: Oh, son los porros. Tías, le molesta el humo.
Paloma: ¡Soy viento, tierra y fuego! ¡Madre tierra, soy tuya!
Afra: Hermana, tú si que sabes flipar.
Silvana: Lo siento, lorito. Estamos muy fumadas.
Sinéad: ¿Qué hacemos con el cuerpo?
Eros: Lo llevaré a las profundidades del mar. Hay unos huecos en unas rocas en los que es imposible que un humano lo encuentre.
Sinéad: Perfecto.
Eros se lanzó al agua con el cuerpo sin vida de Jano y desapareció. Sinéad lo vio sumergirse en la inmensa profundidad.
Sinéad: No tengo remedio...pero es que estaba sedienta. Soy mala...
Silvana estaba viendo toda la escena. Su cara era del más puro terror.
Silvana: No me lo puedo creer...¡Hermanas, mirad!
Paloma: ¡Soy brisa que recorre la marea en busca de la divinidad!
Silvana: ¡Hermanas!
Loro: ¡Humo, mucho humo!
Sinéad se dio la vuelta alertada por los gritos de Silvana. Al darse cuenta de que habían sido descubiertos con el cadáver, el miedo se apoderó de ella.
Silvana: ¡Eres un vampiro!
Sinéad se lanzó a agua y regresó a su camarote a toda prisa. Mientras, Silvana se debatía entre si lo que había visto era verdad o eran alucinaciones producidas por todo lo que se había fumado.
Continuará...
¡Qué entrada tan emocionante! Lo primero que quiero decir es que, en cuanto me he dado cuenta de que el tonto de Blas iba para la cueva, toda mi yo ha empezado a decir: ¡sí, sí! Y me ha encantado cuando Sinéad y Eros se lo comen! Jajajajajaja.
ResponderEliminarHe de decir también que me ha encantado la última escena de las hippies y de Silvana viendo a Sinéad y a Eros. Ha sido como de película. También me ha hecho mucha gracia cuando dices que no podían dejar de fumar porros. Vaya desperdicio de vidas jajajajaja. Me da pena que unas personas así crean en la madre tierra de esa manera, pero es muy divertido.
Me da pena Renzo. Kimberline no me gusta nada y me recuerda mucho a Lilu, pero tiene delito que se parezcan tanto cuando Lilu ya le saca unos pocos años, pero es que se parecen muchísimo, tienen los mismos intereses y la misma forma de pensar. Son superficiales las dos y no valoran en realidad nada, lo único que les interesa son las apariencias y ya está; pero es muy divertido, aunque estoy deseando que Renzo se dé cuenta pronto de la realidad.
También me ha encantado que Gabi escuchase hablar a Jano y a Blas. A ver si puede conseguir algo, aunque me temo que Felipe sí está enamorándose de verdad de Demetria. No sé qué creer de él, sin embargo. No me lo acabo de creer mucho, pero también parece que esté enamorándose de verdad, aunque yo prefiero que Demetria se fije en Gabi, que sí parece muy buen chico.
¡Estoy muy intrigada por lo que tiene que seguir pasando! Por favor, no tardes tanto en publicar la continuación. ¡Me encantaaa!
¡Qué entrada más divertida! Me ha gustado mucho la foto desde el barco viendo Isla Tortuga y lo que dicen Renzo y sus amigos, cada intervención simboliza la personalidad de cada uno. También me encantó la escena de Renzo y sus amigos en la playa. Me gusta Emma y su forma de ser. ¡Qué bien haberla conseguido ahora la podré utilizar también! Se me ocurre que cuando acabe esto Willy puede escribirse por carta con ella durante un tiempo. Y más adelante que se tenga que venir a vivir con su abuela a la ciudad de nuestros personajes. Renzo obedece y sigue a Kim, como un perrillo fiel. Como atonta el amor a algunos.
ResponderEliminarMe gustó también cuando Gabi escucha la conversación de los dos amigos de Felipe. Espero que le dé su merecido a Felipe y abra los ojos a Demetria. Me hizo reír como le mete la lengua él, me lo imagino y refleja muy bien poco tacto que tienen algunos.
No me ha gustado tanto lo de que muera el chico, aunque el fin de alimentar a Sinéad y Eros sea bueno. Ya sé que es un sinvergüenza pero me gusta que los personajes puedan tener la posibilidad de cambiar y hubiera preferido otro fin. Aunque es muy gracioso todo lo de la cueva, muy bien aprovechado ese juego que da la cueva por los dos lados. Parece que hay en el interior una cueva mucho mayor. Y a las hippies sigo sin pillarles el punto, con sus porros y su risa tonta, qué pavas.
Estoy deseando ver la continuación de todo.