Yoco

Yoco era una de las mejores amigas de Sus de la infancia. Eran compañeras de clase y estaban muy unidas. Los padres decidieron  mudarse y se fueron a Valaqña, por lo que perdió el contacto con su amiga. Los padres de Yoco eran muy religiosos y era su ilusión que Yoco dedicara su vida al señor. Aunque era creyente, no sentía la necesidad de ser monja, pero por no disgustar a sus padres lo hizo. Pronto se convirtió en monja y vivió varios años en un convento de Valaqña. Bajo la necesidad de ayudar a los demás, pidió a sus superioras participar en misiones para ayudar a los más desfavorecidos. Mientras daba de comer a unos niños pobres en un país tercermundista, cayó muy enferma. La trasladaron a Wensuland y allí se recuperó. Estando en el convento de este país, conoció a las hermanas Gabriela y Jacinta, y tal fue la amistad que mantubo con ellas que decidió quedarse allí. Pronto volvió a ver a Sus y se contaron sus vidas. En estos momentos mantiene más contacto con su amiga pero no todo el que le gustaría. Hace poco conoció al prometido de Sus y aunque se sintió feliz por ella, sintió envidia sana de su amiga.