Era una de las ferias más grandes que se organizaban en la región. No faltaban las atracciones más emblemáticas y deseadas por los niños. Puestos de dulces y comida rápida para aquellos que prefiriesen darse un capricho y juegos de azar y habilidad para conseguir diversos premios. Todo el mundo acudía a esta enorme feria para pasar el día. Entre ellos, John y Rose, pero al contrario que los demás, ellos para trabajar. Patrullaban la zona para asegurarse que todo estuviese en orden.
Rose: Si no fuese por la dieta, me comería una manzana de esas con caramelo.
John: Date el capricho, Rose.
Rose: ¿Te imaginas deteniendo a un delincuente mientras me estoy comiendo una manzana de esas?
John: Seguro que más de uno se dejaría detener sin oponer resistencia.
Rose: ¡Jajaja! No sé yo.
John: Me preocupa los secuestros de los niños.
Rose: Sí, es por eso que debemos estar atentos a cualquier individuo sospechoso.
Se formaban colas de personas esperando su turno para comprarse un dulce.
Luna: Quiero un batido de fresa y limón, gracias.
Hilary: ¿Tienen churros integrales?
Vendedor: ¿Eh?
Kim: ¿Me conseguirás el peluche del gatito? Me haría mucha ilusión. Seguro que Ariadna se muere de la envidia.
Renzo: Ya me he gastado 10 cleuros y no he conseguido tirar todas las latas...
Kim: Vamos Renzo, me hace mucha ilu...
Renzo: Vaaaale.
Kim: ¡Te quiero!
Jorgito: Ariadna, ¿te subes conmigo en la noria?
Ariadna: Qué pesado...No, montarse en atracciones es cosa de niños.
Jorgito: Ah, es verdad...lo decía de broma...
Pepota: ¡Me gusta esta mansión del terror!
Payaso Demonio: ¡Y a mi!
Calíope: Deberíamos entrar.
Pepota: Oye, dame tres entradas para la mansión del terror.
Vendedor: Lo siento, todavía permanecemos cerrados.
Pirateclick: Debería divertirme, pero me aburro.
Hércules: ¿Vamos a isla tortuga? Podríamos ir a la cantina y beber ron hasta perder el conocimiento.
Pirateclick: ¡Buen plan!
Aunque algunos no disfrutaban en la feria, muchos otros sí. Vicrogo y Félix se habían montado en las naves, una atracciones giratoria con luces y muy rápida.
Félix: ¡Vicente, no te sueltes!
Vicrogo: ¡No me siento capaz!
Félix: ¡Debes agarrarte con fuerza para no caer!
Vicrogo: ¡Me da miedo, Félix! ¡No puedo!
Félix: ¡Hazlo por mi! ¡No te rindas, por favor!
Wen: ¡Mira a Vicrogo y Félix! Parece que Vicrogo lo está pasando mal.
Estrella: ¡Vamos, Vicrogo! ¡Mucha fuerza!
Wen: ¡Estamos contigo!
Estrella: ¿Crees que está bien?
Wen: No está bien, pero espero que sepa que puede contar con todos nosotros. Lo queremos muchísimo.
Briana: ¡Yo ero montá!
Estrella: Lo siento, Briana. Eres demasiado pequeña para montarte en estas atracciones.
Briana: Jo...
Wen: Venga, a ver si puedo conseguirte un peluche.
Wenda: Chidi, tu madre no nos quita el ojo de encima...
Chidi: Lo sé. Al menos va hablando con tu madre y nos deja un poco a nuestro aire.
Wenda: ¿Cuándo le dirás que nos vamos a casar?
Chidi: Nunca encuentro el momento...
Lilu: ¡Vamos, cari!
Duque había pagado tres cleuros por participar en un juego de puntería. Si derribaba las latas, conseguiría un premio.
Duque: ¿Quieres el peluche gigante!
Lilu: ¡Adoro ese pulpo enorme!
Duque: Será tuyo.
Alexia: Si no lo consigues lo intento yo. Tengo buena puntería.
Mary: Ay, pues yo quiero otro peluche de esos. ¿Me conseguirías uno para mi?
Alexia: Pues claro.
Lulú: ¡Yo quiero otro!
Roberto: Pues yo no quiero ninguno. Prefiero la máquina de coser portátil.
Ambrosio: ¡Yo con unos churros me conformo!
Ximena y Valeria se habían montado en la noria junto al señor Agripino.
Ximena: Al señor Agripino le da miedo las alturas.
Valeria: Pues es un buen momento para superar sus miedos.
Ximena: Dice que no lo soporta.
Valeria: Pues que se esconda. Ahora quiero besarte.
Ximena: Oh, Val...bésame.
Leticia: Desde aquí arriba se puede ver toda la ciudad. Es precioso.
Bruno: Tú si que eres bonita.
Leticia: Me voy a poner colorada...
Bruno: Te amo.
Leticia: Y yo a ti.
Bruno: Leticia, casémonos.
Leticia: ¿¡Qué!?
Bruno: Sí, no tiene sentido esperar más. Quiero pasar el resto de mi vida contigo. ¿Quieres casarte conmigo?
Leticia: ¡Sí, quiero!
Hafida necesitaba alejarse un poco de la rutina. Decidió cogerse unos días y viajar desde Egipto a Wensuland. Se llevó consigo a Swity, un mono que consideraba su mejor amigo.
Hafida: Necesitaba desconectar, Swity. Estos días me están viniendo muy bien para reorganizar mi mente. Estaba muy agobiada con los niños y todas las obligaciones.
Hafida: Nunca había montado en algo así, me gusta muchísimo.
Swity: ¡Oh oh oh! (¡Y a mi! Esto es más alto que una palmera).
Sinéad: Este protector solar es impresionante, Eros.
Eros: Leonard los ha perfeccionado mucho.
Sinéad: Mi padre se ha convertido en todo un científico. Gracias a él podemos disfrutar de un día en la feria. La noria me parece una atracción muy entrañable.
Eros: Aunque desde aquí huele maravillosamente. Estos humanos desprenden un olor delicioso.
Sinéad: Sí...¡Mira, allí está la señora Hermenegilda con sus nietos!
Eros: ¡Oh no! Que no nos vea, hoy no tengo paciencia para escuchar su parloteo.
Sinéad: Yo tampoco. No te preocupes, la despistaremos.
Junior: ¡Yuhuuuuu! ¡Qué divertido!
Leticia: ¡No te muevas tanto, Junior! Ten cuidado no te vayas a caer.
Junior: ¡Es como si estuviese volando!
Ben también se había subido a la noria con una chica llamada Kim (no es la novia de Renzo). La había conocido días atrás y se gustaban. Todo iba bien hasta que Ben vio a Hafida, su ex. Verla le recordó todo lo que vivió con ella y se deprimió un poco.
Kim: ¿Estás bien?
Ben: Sí, no te preocupes.
Kim: Te has puesto triste al ver a esa mujer y su mono.
Ben: Viejos recuerdos.
Kim: Ahhh... (parece que siente todavía algo por ella. En cuanto bajemos de la noria le pongo una excusa y me voy. Paso de estas movidas raras).
Leandra: Desde la muerte de papá no había vuelto a sonreír. Gracias amor.
Ricardo: Debes empezar a hacerlo, cariño. Mira las niñas, lo felices que se ven. Nos necesitan y debemos estar fuertes para ellas.
Leandra: Lo sé. Prometo que lo intentaré.
La caseta dónde vendían las fichas para la noria estaba a tope. La gente hacía cola pacientemente esperando su turno. Fatumata, Othello, sus hermanos y sus hijos llegaron al fin a la ventanilla de venta.
Othello: Deme seis fichas.
Karim: ¡Quiero subir ya!
Othello: Paciencia.
Fatumata: Compra cinco, yo no pienso subir en esa cosa. Tened cuidado, por favor. Estas máquinas me dan miedo.
Vendedor: Es totalmente seguro, señora.
Fatumata: Es seguro hasta que no lo es.
Paula se había montado en el tío vivo. Donna, la hermana de Sabrina, también disfrutaba de esta atracción.
Paula: ¡Molaaaaaaa!
Donna: ¡Boby, mírame!
Boby: ¡Te veo mi amor!
La feria disponía de dos trenecitos que te podían transportar de un lado al otro por muy poco precio. Rojillo y su mujer Carmen habían montado en el trenecito rojo mientras disfrutaban de un batido de frutos rojos.
Carmen: ¡Mira, por ahí va tu madre y Onofre!
Rojillo: ¡Madre!
Herminia: ¡Hola! Mira Onofre, ¿no montamos en uno de esos?
Onofre: Vale, pero en el tren rojo no, prefiero el otro.
Vicenta: Yo no que me mareo.
En el tren multicolor, Mercedes Clická y su cámara/ayudante/novio, estaban disfrutando del paseo. Mercedes estaba enfadada. Paco se había dejado a propósito la cámara de vídeo en casa. A Mercedes le gustaba llevarla siempre encima por si ocurría algo y podía conseguir una suculenta exclusiva.
Paco: ¡Pero nos merecemos descansar!
Mercedes: Un periodista nunca descansa. Estamos en una feria, ¿y si se cae una atracción? ¡Podríamos cubrir la noticia en primicia!
Paco: Pues usaremos el móvil.
Mercedes: Los móviles son para periodistas de segunda. Me has decepcionado.
Paco: Solamente quiero que te relajes. Venga, inténtalo.
Mercedes: Está bien, pero que sea la última vez que te dejas la cámara en casa.
Chino Juan: Peldona, ¿con quién debo hablal pala complal la felia?
Feriante: ¿Comprar la feria completa?
Chino Juan: Sí, la quielo toda. Soy emplesalio y me gusta tenel mucho negocios que den beneficios.
Adolfina: Nos merecemos este descanso, Rita. Los niños dan mucho trabajo y las mansiones en las que servimos hay mucho por hacer.
Rita: Así es. Aunque nos tratan de maravilla, necesitamos desconectar.
Adolfina: ¿Te apetecen unas patatas con mucho ketchup?
Rita: Sí, hoy me atrevo a hacer locuras.
Adolfina: Y quizás una coca click, o una fantaclick.
Rita: ¡Seeeh!
Era un día agradable para todos, o al menos para casi todos. Fune y Pinhead estaban muy nerviosos. Llevaban consigo a las niñas secuestradas y el maletín con los diamantes. Habían conseguido salir del bosque gracias al alboroto y sonido producido por la feria.
Temían que Katy y los demás los encontrasen. La vida de esas dos niñas era lo más importante para ellos.
Pinhead: ¡Mira! ¡Dos maderos!
Fune: Son John y Rose. No me hace mucha gracia tratar con la pasma, pero no nos queda otra. Tenemos que dejar a estas dos niñas en buen recaudo.
Pinhead: ¡Agentes!
John: Vaya vaya, Fune y Pinhead. ¿Estáis tramando alguna nueva fechoría?
Fune: Todo lo contrario.
Rose: Me extraña que hayáis venido a una feria a montaros en la noria.
Pinhead: Hemos encontrado a estas dos niñas. Unos tipos las habían secuestrado en el bosque.
John: ¿Qué?
Rose: ¡Es la niña influencer desaparecida!
Tamara: ¡Quiero volver a casa! ¡Prometo que seré buena!
Rose: Tranquila, ya estáis a salvo.
John: ¿Eres Gabriela?
Gabriela: Sí...yo también quiero volver a casa.
John: Estáis a salvo, tranquila.
Fune le susurró a Pinhead en el oído...
Fune: Ya hemos cumplido. Las niñas están a salvo. Nada nos impide salir de aquí a toda pastilla con los diamantes.
Pinhead: Con la pasta que sacaremos seremos ricos.
Mientras Rose y John tranquilizaban a las niñas, aprovecharon para escabullirse. Se alejaron entre la gente sin que se percataran.
Tamara: Ellos nos salvaron.
Rose: Me resulta sorprendente, pero me alegra. ¿Estáis bien?
Tamara: Sí...aunque lo que más deseo ahora es...
Rose: ¿Volver a casa? ¿Comer?
Tamara: No, recupera mi móvil. Hace muchas horas que no subo contenido y mis followers estarán muy preocupados. ¡Estoy totalmente desconectada de las redes!
Rose: Oh...
John: Chicos, gracias por...
Rose: ¿Dónde están?
John: Se han ido.
Rose: Bueno, lo importante es que las niñas están a salvo.
Tamara: ¡Esos son los hombres malos!
John. ¿Quienes? Tranquila, no os ocurrirá nada malo.
Tamara: Los que van en esa furgoneta negra. La mujer y ese hombre con barba.
Rose: Tranquilas, nosotros nos ocupamos.
Katy Whisky conducían lentamente, buscando a las niñas entre la gente. Fueron sorprendidos por John y Rose, que les apuntaban con sus armas.
John: ¡Abajo!
Katy: ¡Maldición!
Al bajar, les ordenaron que mantuviesen los brazos en alto y sin hacer ningún movimiento brusco.
Katy: Agentes, ¿a qué viene todo esto? No hemos hecho nada malo.
Whisky: Venimos a montarnos en las atracciones de la feria.
Cuando vieron a Tamara y Gabriela, supieron que su carrera delictiva había terminado.
John: Ni un solo movimiento en falso o disparamos.
Rose los registró y seguido los esposaron. Resignados, sabían que pasarían los próximos años de su vida entre rejas.
Continuará...
Siento que hay una calma tensa. ¡El castillo del terror parece la casa del ser extraño! ¡Qué miedo! ¿Qué sucederá ahora?
ResponderEliminarLa feria te ha quedado preciosa y sobre todo, me gusta ver a tantísimos personajes. Muchos de ellos no salían desde hace bastante tiempo.