lunes, 15 de agosto de 2022

Historias del barrio - Capítulo 08: Mi lugar secreto

Suselle: Es que mi abuelo está malito.

Suselle explicaba a Agnes y Lúa lo mal que lo estaban pasando por la enfermedad de su abuelo. Agnes abrazó a Suselle con cariño.

Agnes: Seguro que con vuestro cariño, se sentirá mucho mejor.

Lúa: Tiene suerte de tener unos bisnietos tan buenos como vosotros.

Diamante: Se preocupan mucho por su abuelo.



Dante: Papá, ¿puedo ir a jugar con Eva y Pradito?
Diamante: ¿Ahora? Es un poco tarde, hijo.
Dante: Estaré pronto en casa...
Diamante: ¿Te gusta tu amiga?
Dante: ¡Papá! No es eso...
Diamante: Muy bien, pero tienes que estar en casa para la cena o tu madre me mata.
Dante: Lo prometo.


Eva: ¿Te han dejado?
Dante: Sí, ya nos podemos ir.
Eva: ¿Y Pradito?
Dante: Nos la encontraremos por el camino.


Empezaron a caminar juntos. Dante se sentía muy bien junto a Eva y se planteó si en realidad le gustaba. Las palabras de su padre le habían hecho reflexionar.

Eva: ¿Porqué me miras así?
Dante: ¿Eh? No, nada. Es que estaba pensando en ese lugar secreto que me quieres enseñar.
Eva: ¡Es una pasada! Es algo peligroso, pero no creo que seas un cagado.
Dante: ¡Pues claro que no lo soy!
Eva: ¡Guay!


Dante: ¡Mira, por allí viene Pradito con sus padres y su hermana! ¡Pradito!
Pradito: ¡Hola, Dante! ¡Hola, Eva!
Eva: ¡Holaaa! ¿Te vienes con nosotros?


Pradito: Sí, puedo estar un rato.
Duclack: ¿Dónde váis?
Eva: A un sitio muy guapo que conozco.
Duclack: ¿Está lejos?
Eva: No, está en el barrio. Es mi lugar secreto, no te lo puedo decir.
Duclack: Bueno, pero no os alejéis demasiado. Pradito, te quiero de vuelta para la cena. Dante, tú también tienes que estar en tu casa para esa hora.
Dante: Descuida, Duclack.


Sebastián: Antes de nada, despídete de Mar.
Mar: ¡Tata!
Pradito: ¡Hermanita! Luego nos vemos, dame un beso.
Eva: Qué suerte tener hermanos.
Sebastián: Andad con cuidado, niños.


Eva, Pradito y Dante se marcharon. Eva los guiaba hacia ese lugar que tanto le gustaba.

Eva: Tu hermana es muy mona.
Pradito: Sí, es el bebé más guapo del mundo.
Dante: Además es muy lista.
Eva: Chicos, os encantará al lugar al que os llevo.
Pradito: ¿Tan chulo es?
Eva: Ya lo verás.


Ximena: ¡Perdonad!

Ximena interrumpió la conversación entre Agnes y Suselle. Estaba visiblemente alterada.

Agnes: ¿Te encuentras bien?
Ximena: ¡Estoy buscando a Agripino! Es un oso.
Suselle: ¿Un oso de verdad?
Ximena: No, es de peluche.


Agnes: ¡Allí! Hace un rato he visto uno caminando en esa dirección.
Ximena: ¡Señor Agripino! ¡Muchas gracias!


Ximena arrancó a correr en la dirección que Agnes le había indicado. Estaba deseosa de encontrarse con el señor Agripino. Un enorme oso estaba de espaldas a ella. 

Ximena:¡Señor Agripino!
Oso: ¿Eh? ¿Qué ocurre ahí?


El oso se dio media vuelta. Se trataba de un hombre disfrazado de oso. Estaba promocionando una tienda de miel y productos naturales de la zona.

Ximena: ¡Usted no es el señor Agripino!
Oso: ¿Quién?


Jorgito se quitó la cabeza de oso del que estaba disfrazado. Era su primer día de trabajo. Necesitaba ganar dinero para comprarse un nuevo monopatín. Ximena se puso a llorar decepcionada.

Ximena: ¡No eres el señor Agripino! ¡Buaaaaa!
Jorgito: No, yo me llamo Jorgito.
Valeria: ¡Ximena!


Valeria abrazó a Ximena y esta se puso a llorar en su hombro.

Valeria: Tranquila, lo encontraremos.


Ben paseaba con su nueva novia. Anabel le agarraba de la mano muy contenta. Le gustaba Ben y le hacía sentir la clack más bella del playmundo.

Ben: Por allí van Duclack, Sebastián y Mar.
Anabel: ¿Quiénes son?
Ben: Para mi son prácticamente familia. Duclack es la mejor amiga de mi hija.


Duclack: ¡Hola, Ben!
Ben: ¿Un paseo en familia?
Duclack: Así es.
Ben: Mar está preciosa. ¿Dónde está Pradito?
Duclack: Con Dante y una amiguita. 
Anabel: Ejem...
Ben: Oh sí, perdona. Os presento a mi novia, Anabel.
Duclack: Un placer.
Anabel: El placer es mío. Sois una familia muy entrañable.


Suselle: ¡Abuelo!
Dante: Mi pequeña nieta. ¿Dónde vas?
Suselle: Me voy con Agnes y Lúa de paseo. Agnes se quiere mirar un cinturón y yo me voy a comprar unas cajitas sorpresa de esos muñecos que me gustan. Ay, y me van a invitar a comer una napolitana de chocolate muy rica.
Agnes: Lo vamos a pasar bien.
Ben: Se os ve estupendas, chicas. Siempre tan guapetonas.


Ben: Yo estoy con Anabel, mi novia.
Suselle: Tengo que irme. Hasta luego, abuelito.
Agnes y Lúa: ¡Hasta luego!
Anabel: Vaya, a tu nieta no le caigo bien...
Ben: Todavía no me perdona lo de Pam, mi ex.


Mientras tanto...

Eva: Es por aquí.
Pradito: ¿Hay que entrar en este sitio?
Eva: No, hay que escalar.
Dante: ¿Escalar? 
Eva: Seguidme. 


IMPORTANTE: ESTO NO LO DEBE HACER NINGÚN NIÑO, ES PELIGROSO.

Subieron a unos contenedores que estaban junto a la pared. Luego sobre unos cajeros automáticos para finalmente, subir a una cornisa del edificio el flamenco rosa. 

Dante: ¡Esto está muy alto! Si nos caemos...
Eva: No seas cagado. Yo lo hago casi todos los días y nunca me he caído.
Pradito: Mi madre es pirata, así que a mi esto no me da miedo.
Dante: Ni a mi...


Eva: Tenemos que ir rodeando el edificio. Por ahí atrás nos podremos agarrar a una ventana y subir a la cornisa de arriba.

Dante: ¿Hay que subir más?
Eva: ¡Mucho más!


Seguían subiendo por las cornisas y aumentado el peligro al caer. 

Pradito: Impresiona mirar abajo. 
Eva: Ya casi estamos. Nos falta la última cornisa.


Pegó un brinco y se agarró a la cornisa con dificultad.

Eva: Vamos, ya hemos llegado.


Subieron a lo más alto del edificio. Desde allí, las vistas eran espectaculares. Era ya de noche, por lo que las luces de la ciudad brillaban por todas partes como estrellas caídas a la tierra.

Eva: ¡Este es mi lugar secreto!
Pradito: Es precioso.
Dante: ¡Mola mucho! Mirad, allí se ve el colegio.
Pradito: ¡Mi casa está allá!


Se sentaron con los pies colgando al vacío. 

Eva: Yo siempre pido un deseo y lo lanzo al cielo.
Pradito: ¿Cómo?
Eva: Imagino que lo agarro con la mano y lo tiro para arriba. El deseo se cumple, pues estamos en lo más alto.
Dante: ¿A ti se te cumplen?
Eva: Algunas veces. Depende si el deseo vuela bien alto.


Tras un rato pidiendo deseos y jugándose la vida al borde de la cornisa, decidieron que era hora de marcharse. Ya era muy tarde y sus padres los estarían buscando. Cuando se marchaban. Dante escuchó piar. Miró hacia atrás y vio un mochuelo a punto de caer del edificio. Estaba agarrado en una pequeña cornisa. Se había caído de su nido.


Intentó llamar a Pradito y Eva, pero ellas se habían alejado demasiado. Decidió que tenía que salvarle la vida.
Dante: Ya voy, pajarito. 


Poniendo en serio riesgo su vida, estiró su brazo para intentar alcanzarlo.

Dante: Aguanta pequeño, ya casi te tengo.


Por fin lo pudo agarrar. Se sentó y lo puso sobre sus rodillas. El pajarito no dejaba de piar. Parecía estar contento.

Dante: Ha ido por poco. Tienes que tener más cuidado.


Lo volvió a dejar en el nido y el pájaro se acurrucó a la espera de que regresase su mamá.

Dante: Tu mamá estará a punto de llegar, no te preocupes.


Dante miró abajo. No veía a Pradito ni a Eva bajando. 

Dante: Estarán por el otro lado del edificio. No hay nadie por la calle. Ay sí, por ahí va una mujer con barba.


Paca Laca: Estos tacones me tienen muertita.  Tengo los pies destrozados. Menudo día. He repartido muchos flyers, seguro que vendrá mucha gente. Ay, espero que venga el chulazo es calvito. 


Alguien perseguía a Paca entre la sombras. Escuchó unos pasos y se dio la vuelta.

Paca Laca: ¿Hola? ¿Hay alguien ahí?


Paca Laca: ¿Qué haces con eso? ¡Un momento, por favor!


Paca Laca cayó al suelo debido al golpe. Murió en el acto. El atacante se alejó a toda prisa sin ser visto, o al menos eso creía. Dante lo vio todo desde lo alto del edificio. Había sido testigo de un asesinato. 


Continuará...

1 comentario:

  1. ¡Ay, madre mía, no puedo creérmelo! ¡Han matado a Paca Laca! Pero ¿por qué? ¡Era inofensiva y muy divertida! No quiero sospechar de nadie, pero creo que es imposible no pensar en Isidora, aunque, si tan religiosa es, no creo que se dedique a ir matando a la gente. También me da mucha pena que no encuentren al señor Agripino. Puedo entender perfectamente cómo se siente la pobre Ximena. De verdad espero que lo encuentren pronto. Qué risa me ha dado cuando Agnes le dice a Ximena que había visto a un oso andando, por un momento creía que se estaba burlando de ella (aunque Agnes no es así), y de repente es Jorgito disfrazado de oso, jajajajajaja. Me ha gustado mucho que justo Lúa y Agnes vayan con suselle a tomarse una napolitana de chocolate, que Suselle quiera comprarse las cajitas sorpresa y que Agnes quiera mirarse un cinturón, jajajajajajaja, me ha resultado muy sencillo darme cuenta de que es un guiño a la mañana que pasamos por Ourense y me ha hecho mucha ilusión. Por cierto, al final no me he comprado ningún cinturón, jajajajajaja. También lo he pasado muy mal cuando Dante, Eva y Pradito se suben al edificio. Me ha gustado que pongas esa advertencia sobre que ningún niño debe hacer eso. Vaya valentía tienen todos y qué peligroso... Encima Dante rescata a un pobre pajarito... ayyyy! Está encantándome la historia porque pasan muchas cosas a la vez y me encanta eso!

    ResponderEliminar