Un grupo de neohippies (así se hacían llamar), habían decidido darse unas vacaciones. Gracias a los beneficios de su tienda naturalista y web dedicada a la meditación, se pudieron dar el capricho de viajar en crucero. Entraba en conflicto con sus ideales, pues rechazaban el consumismo y son casi anti-sistemas, pero no estaban exentas de las tentaciones que la vida moderna les podía ofrecer. En su camarote casi no se podía respirar. Un humo muy intenso procedente de lo que estaban fumando había tomado cada rincón.
Afra: Esto está todo wuapo, hermanas.
Paloma: Ha sido todo un acierto, chicas.
Eran cuatro amigas y se llevaban muy bien. Entre ellas existía una conexión muy intensa, aunque todo ello intensificado por la influencia de todo lo que se llegaban a fumar.
Silvana: ¿No deberíamos salir a ver las instalaciones del barco?
June: Dentro de un ratito, Silvana. Estoy entrando en trance...
Paloma: Seeeh, ya lo estoy flipando.
Silvana: Bueno...
Blas, Felipe y Jano son amigos. Blas es rubio, con un cuerpo escultural. Hace mucho deporte y trabaja como inversor. Triunfa entre las clacks, aunque es superficial y muy materialista. Jano es castaño y aunque no es un click feo, le cuesta más relacionarse con la gente. Tiene poca personalidad, por lo que se deja arrastrar siempre por lo que diga Blas. Trabaja en una tienda de cómics. Felipe es moreno y aunque no es tan tímido como Jano, tampoco es tan atrevido como Blas. Tenía novia, pero la dejó meses atrás. Le estaba empezando a agobiar con exigencias de compromiso. Trabaja en la empresa de su padre, pero no es que haga demasiado.
Blas: ¿Véis? Las titis quieres un click como yo.
Jano: Triunfas entre las clacks, Blas.
Blas: Lo sé, amigo mío.
Felipe: No tienes abuela, ¿verdad?
Blas: Soy realista, no engaño a nadie. Las clacks me adoran. Pienso triunfar por todo lo alto en este viaje.
Jano: Seguro que triunfas, Blas. Yo también quiero triunfar...
Blas: Sigue mis consejos y lo harás, ya lo verás.
Blas: Contemplad el cuerpo de un tío bueno. Lo sé, estoy de pan y moja.
Felipe: Alucino contigo.
Blas: Estoy bueno, ¿verdad Jano?
Juno: Estás de pan y moja. Yo también lo estoy. El año que viene pienso apuntarme al gimnasio.
Blas: Chicos, ¡vamos a arrasaaar! Que se preparen las clacks de este barco.
Juno: ¡Que se preparen las clacks del barco este!
Blas: Felipe, la apuesta sigue en pie. Recuerda que son 600 cleuros.
Felipe: Puedo ligar con la clack que quiera. Te lo dije. No eres mejor que yo.
Blas: Eso está por ver. Recuerda, tendrás que ligar con la clack que nosotros decidamos. Por mi parte, tendrás que decidir con la clack que tengo que ligar. Quién llegue más lejos, gana.
Felipe: Voy a ganar, de eso no te quepa la menor duda.
Blas: Pobre inconsciente. ¡Yo soy el rey de las nenas!
Sinéad y Eros decidieron que era mejor correr las cortinas de su camarote. El sol se colaba de tal forma que estaban empezando a agobiarse. Ahora, con las cortinas corridas, estaban mucho más relajados.
Eros: Shiny, ¿estás ya?
Sinéad:¡Un momento!
Sinéad se había comprado un vestido largo muy elegante.Mezclaba varias tonalidades de colores, azul marino, negro, blanco y rosa. Cuando salió, Eros la miró sorprendido. Hacía tiempo que no la veía vestir así.
Eros:¡Estás radiante, Shiny!
Sinéad: ¿De verdad?
Eros: Si el corazón me palpitase, estaría desbocado. Eres la vampiresa más bella del universo.No hay nada que te pueda hacer sombra.
Sinéad: Eros...
Sinéad se puso colorada. Eros siempre conseguía sacarle los colores.
Eros: Estoy valorando seriamente la posibilidad de pasarme las dos próximas semanas sin salir de esta camarote. Solamente deseo disfrutar de ti, de tu cuerpo, de tu compañía.
Sinéad: No suena nada mal...
Eros: Ven aquí.
La agarró con fuerza y la lanzó sobre la cama. Se puso encima de ella y la besó. Sinéad se dejo llevar. Estaba empezando a pensar que aquel viaje había sido todo un acierto.
Kimberly tenía su propio camarote. No deseaba dormir con sus padres y tras negociarlo de forma insistente, consiguió convencerlos. Kimberly había crecido entre algodones. Estaba acostumbrada a que sus padres le concediesen todos sus deseos. Era una familia adinerada, por lo que podía conseguir prácticamente todo aquello que deseaba. En los últimos meses, su madre se había puesto más severa con ella. Había aflojado un poco en los estudios y le metía mucha presión. Su padre estaba siempre trabajando y pocas veces estaba en casa. Se dirigía a ella cuando tenía que regañarle y para poca cosa más. Eso sí, siempre accedía a sus caprichos con tal de no escuchar sus exigencias.
Ignacio: ¿Seguro que quieres dormir sola?
Kimberly: Que sí, papá...tengo 14 años.
Ignacio: Sigues siendo una niña.
Kimberly: Pues no.
Beatriz: Atiende lo que te digo, hija. Si tienes miedo o tienes una urgencia, nos llamas y estaremos aquí en un momento.
Kimberly: Vale, mamá.
Beatriz: No salgas sola sin que te acompañemos, ¿comprendido?
Kimberly: Jolines, mamá.
Beatriz: Esa boca, señorita. No rechistes o te vienes a dormir con nosotros.
Kimberly: Vale...
Beatriz: Así me gusta, que obedezcas.
Ignacio: Te puedes perder si sales sola. Y si subes a cubierta, te puedes caer al agua. Es extremadamente peligroso.
Kimberly: Ay papá, que ya lo sé.
Ignacio: Eso espero, que lo tengas clarito.
Beatriz: Ahora deshaz las maletas, ponte cómoda y descansa. Luego vendremos a buscarte y daremos un paseo.
Cuando se fueron, Kimberly se relajó.
Kimberly: Por fin, que plastas que son.
El camarote estaba bien, pero le aburría. No pensaba quedarse allí encerrada hasta nueva orden.
Abrió la puerta y se asomó al pasillo. Escuchó pasos y se asustó. Se tranquilizó al descubrir que se trataba de un niño pelirrojo vestido de capitán de barco. Llevaba una llave en la mano y corría muy nervioso sin percatarse de su presencia. Cuando pasó, agarró la llave de su habitación y salió a dar un paseo.
Rafa Naclick se hospedaba en un camarote muy sencillo. Su representante era el que se ocupaba siempre de estas cosas, por lo que al hacerlo por su propia cuenta, se lió. Le dio igual, aquel estaba bien para lo que necesitaba. Se tumbó sobre una de las camas, mirando por la ventana. Estaba tan cansado de la gente, de esas personas que se acercaban a él por las conveniencias y la fama.
Escuchó voces en el pasillo y se sentó en la cama. Parecía que alguien discutía.
"Nunca tienes suficiente, siempre quieres más. Eres insufrible"."Solamente quiero que me trates bien. No merezco este trato". "Vete al cuerno". Después de una serie de improperios, uno de ellos se marchó.
Rafa tenía mucha curiosidad, así que se asomó al pasillo. Descubrió que los que estaban discutiendo era la misma pareja con la que había coincidido en la cola antes de embarcar. Ella le parecía la clack más bella que había visto nunca. Ese pelo rubio y moreno, su tatuaje en el hombro de unas cerezas, ese vestido tan elegante y un rostro angelical. Estaba llorando tanto que no pudo evitar preocuparse por ella.
Rafa: ¿Se encuentra bien?
Ella se giró y al verlo, intentó disimular. Se limpió las lágrimas con la mano y sonrió vagamente.
Amy: Sí, gracias...
Rafa: No lo parece.
Amy no pudo evitar ponerse de nuevo a llorar. Intentaba contener las lágrimas y se tapaba la cara con las manos. Rafa fue hasta ella.
Amy: Lo siento, soy una tonta.
Rafa: No diga eso.
Amy: Me estoy mareando...
Rafa: Pase a mi camarote y refrésquese la cara.
Amy: Gracias...
Le pasó un brazo por la espalda y la agarró por si se desmayaba.
Rafa: Con cuidado.
Una vez dentro, Amy se refrescó la cara en el cuarto de baño. Tras un par de minutos, se tranquilizó. Rafa la observaba fascinado. Le daban ganas de abrazarla, protegerla del resto del Playmundo. Deseaba ir a plantar cara a ese click que la hacía infeliz.
Amy: Gracias, has sido todo un caballero.
Rafa: No ha sido nada. ¿Se encuentra mejor?
Amy: Puedes tutearme. Sí, estoy mucho mejor. Perdona el espectáculo...soy una tonta. He discutido con mi novio. Me llamo Amy, ¿y tú?
Rafa: Me llama Rafa.
Le gustó que no supiese quién era. Se sentía muy incómodo cuando alguien lo ensalzaba a los cielos y lo hacía sentir diferente.
Amy: Un placer, Rafa.
Rafa:¿Quieres tomar algo? Te invito a un refresco, o quizás un helado.
Amy: Rafa...yo...debo irme. Gracias por todo.
Rafa: No tienes que irte...
Amy: Lo siento, pero Jean me puede estar buscando y no quiero que tengas problemas por mi culpa.
Amy salió corriendo sin ser consciente que se llevaba consigo un trozo de corazón de Rafa.
Willy lloraba sin parar. Renzo intentaba animar a su amigo por todos los medios, pero no lo conseguía. Estaba muy preocupado. Aquella situación le sobrepasaba. Renzo estaba igual de asustado pero intentaba disimular para no poner más nervioso a su amigo.
Renzo: Willy, todo se solucionará...
Willy: ¡Buaaaaaa! ¡Quiero irme a casa!
Renzo: Y yo...
Renzo no podía dejar de pensar en su padre. "Estará tan decepcionado que le habré roto el corazón. Está solo en el restaurante, sin saber dónde estoy". Recordó cuando Duclack lo detuvo antes de marcharse. "Le mentí...no debería haberlo hecho. Lo siento, Duclack...". No era posible tener más remordimientos. Sus ojos estaban a punto en estallar en lágrimas.
De pronto, la puerta del camarote se abrió y apareció Elliot. Los dos saltaron de felicidad y de enfado al mismo tiempo.
Willy: ¡Traidor!
Renzo: ¡¿Dónde estabas?!
Elliot: Lo siento...me he distraído.
Willy: ¡Menuda excusa! ¡Quiero volver a mi casa!
Elliot: Lo siento, de verdad.
Renzo: Necesitamos volver a casa.
Elliot: Ya no es posible. Hace ya mucho rato que salimos del puerto.
Willy: ¿Y no para en ningún sitio?
Elliot: Hace escala en Click Marino.
Renzo: ¡Eso está muy lejos!
Elliot: Una semana en barco...
Willy: ¡Yo no debería estar aquí! Mi madre me matará...
Elliot: Dejad que hable con mi padre, a ver si encuentra una solución. Es el Capitán del barco. Se enfadará mucho, ya os aviso, pero seguro que os ayuda. Por cierto, tu novia está en el barco.
Renzo: ¡Kimberly! Ya no me acordaba de ella. ¿Sabes dónde está?
Elliot: Sí, he mirado la lista de pasajeros en el ordenador. Con la excusa de jugar a un juego de PC, me he podido meter.
Willy: ¿En serio, Renzo? ¿Todavía quieres despedirte de ella? Tenemos problemas muy gordos que solucionar.
Renzo: No tengo nada que perder. Ya que estamos aquí a la fuerza...
Lucía: ¡Elliot!
Los tres se giraron al escuchar la potente voz de la oficial jefe del barco. Los miraba muy enfadada. Si sus ojos fuesen capaces de lanzar fuego, ya estarían carbonizados.
Elliot: Luci...
Lucía: ¿Me puedes explicar que haces en este camarote con estos dos chicos?
Elliot: Nada...son dos amigos que he conocido hoy.
Lucía: ¿De verdad? ¿Dónde están sus padres?
Elliot: Eh...no están en el barco. Es que...
Lucía: ¡Silencio! Ya sé quienes son. Sois Renzo y Willy, ¿no es cierto?
Willy: ¿Cómo lo sabes?
Lucía: ¿Conocéis a una tal Duclack?
Renzo: ¡Duclack!
Lucía: Ella nos facilitó vuestros nombres.
Renzo: No entiendo nada...
Lucía: Recibimos una llamada de Duclack, preguntando si teníamos constancia de dos adolescentes que hubiesen subido al barco como polizones. Creía que podíais haber subido al barco para despediros de una de nuestras pasajeras. Revisamos las cámaras de seguridad y os encontramos. Menudo susto habéis dado a vuestras familias. ¡Eso está muy mal!
Elliot: Es culpa mía, Luci. Me distraí y...
Renzo: No, es culpa de todos. Yo te lié para que nos ayudases.
Willy: Sí, todos tenemos parte de responsabilidad.
Lucía: Eso me gusta. Aceptáis vuestros errores y os arrepentís.
Renzo: ¿Mi padre sabe que estoy aquí?
Willy: ¿Y mi madre?
Lucía: Sí, están debidamente informados. Por desgracia, tendréis que viajar con nosotros hasta San Click Marino. Allí os recogerán.
Renzo: ¿Está enfadado mi padre?
Lucía: No lo sé, no he sido yo la que he hablado con él. Están tranquilos sabiendo que estáis bien. Aunque chicos, lo que habéis hecho tiene graves consecuencias.
Renzo: ¿Qué pasará con nosotros?
Lucía: Caminad, en seguida lo descubriréis.
Continuará...
Otro emocionante capítulo. No esperaba que los encontrasen tan pronto a Renzo y Willy. A ver ahora qué hacen con ellos. Cuando abrió la puerta el niño, pensé que le iban a pegar por tenerlos ahí encerrados.
ResponderEliminarLas neohippies y los chulitos no me terminan de gustar. Tampoco conecto con Rafa y Amy. Pero veremos cómo siguen evolucionando todos estos personajes. Hay personajes con los que tienes un flechazo y otros que cuesta más conectar con ellos. Pero estoy segura de que nos van a traer situaciones muy divertidas.
Me ha gustado mucho la escena de Sinéad con ese vestido. Está bellísima y me gusta que viva su amor por Eros con tanta pasión. Hacen una pareja muy especial.
Este capítulo ha sido muy corto. Me he quedado con ganas de más. Pon pronto la continuación.
Me parece un capítulo muy divertido y también importante, pues se solucionan algunas cosas, como el hallazgo de Willy y Renzo por parte de Lucía. Me alegra mucho que ya sus padres sepan dónde están, pero me quedé muy intrigada con el final. ¿Qué pasará con ellos? Y también pensaba, cuando Lucía habla de Duclack, que por alguna razón se conocían, pero ya veo que no.
ResponderEliminarHay muchas cosas de este capítulo que me llaman la atención, pero otras me han decepcionado un poco, como cuando sale el grupo de neohippies, que al principio pensaba que serían gente guai e incluso personas que podrían llevarse bien con Agnes y Artemisa, pero cuando dices que se pasan la vida fumando ya me he decepcionado mucho con ellas. Es que no soporto la gente que se droga, ya lo sabes. Además, me llama la atención el orden que escoges para presentar las distintas escenas del capítulo. Seguro que no es casual ni arbitrario que justo después de las chicas neohippies salgan esos tíos superficiales que tan mal me han caído, de esos típicos tíos que sobran por completo, a quien su vida no beneficia en nada. Ojalá no liguen nada o, si lo hacen, que sea con alguna mujer que se vengue de ellos de alguna manera o se lo haga pasar mal.
Me ha hecho mucha gracia la escena de Eros y Sinéad. ¡Qué guai que Sinéad pueda llevar otro vestido! Está preciosa y Eros tan sensual, como siempre... Me encanta esta escena. También me llama mucho la atención lo que pueda pasar entre ellos y los demás personajes, ¡por eso espero que no se tiren las dos semanas encerrados en el camarote!
También me ha dado pena Amy. Esa pareja no va a durar nada y seguro que al final acaba con Rafa, que seguro que a ella no le resulta indiferente.
También me ha encantado Kimberly. Qué padres tan pesados y protectores. Es desesperante: no salgas que te puedes perder, no subas a la cubierta, que te puedes caer. No soporto ese tipo de advertencias tan catastrofistas.
¡Me ha encantado el capítulo! ¡Espero que no tardes nada en publicar la continuación!