sábado, 20 de enero de 2018

Fuego en mi alma: Capítulo 01 - Agobio en el bus

Capítulo 01

Agobio en el bus 

El autobús escolar llevaba los niños de vuelta a casa. Suselle y Dante charlaban con sus amigos esperando que llegase su parada. Suselle estaba nerviosa, por fin podría enseñar a Agnes su cuarto. Llevaba días esperando este momento. Hablaba con su mejor amiga, Kiara.

Kiara: Puez zí que te cae bien eza mujer.
Suselle: Agnes es muy buena y guapa. Un día te la presentaré.
Kiara: Vale. Zuzelle, ¿creez que le guzto a tu hermano?
Suselle: No sé que ves en mi hermano, ¡si es tonto de remate!
Kiara: Ez taan guapo...Por cierto, ¿te vienez a dormir mañana a mi caza?
Suselle: Se lo preguntaré a mi madre, pero yo creo que sí. 


Dante: ¿Has jugado ya al Click Royale?
Karim: Sí, me he pasado el nivel catorce. Mi madre no me deja jugar si no me termino los deberes primero...
Dante: Yo les digo que uso la tablet para estudiar y se lo creen. Tienes que jugar al Star Clicks Galaxy IV, es la repera.
Karim: A ese juega mi hermana, dice que es la caña.


Suselle: Mi madre ha preparado tarta de frutas del bosque y bolitas de chocolate rellenas de nata. Espero que les guste...
Kiara: Jo, yo quiero probar todo ezo...
Suselle: Te guardaré y te traigo mañana para que lo pruebes en el recreo.
Kiara: ¡Graciaz! No tengo ganaz de ir mañana al cole...¡No eztoy preparada para el examen!
Suselle: Si quieres te mando mis apuntes por whatsaclick. A lo mejor te vienen bien.
Kiara: Zí, que con lo lizta que erez zeguro que me vienen bien. Ez una pena no haber ganado el concurzo de francez. Al menoz hemoz ido a Clizandia. 
Suselle: Y hemos sido finalistas. Que pena que no haya podido ir Clickstiano Ronaldo. Le he llevado a la profe unos dulces con chocolate. Es la mejor profe del mundo, la más buena que he tenido nunca.
Kiara: Ez muy buena. Yo le he traído unaz tortaz muy ricaz que he hecho con mi madre. Dice que le han guztado mucho. Jo tía, no hago máz que penzar en tu hermano. Ez muy guapo...
Suselle: ¿Mi hermano? Yo lo veo muy feo.


Dante: ¿Cómo está Vaiana? Lleva toda la semana sin venir a clase.
Karim: Mucho mejor. Estaba muy resfriada. Mañana creo que vendrá al cole.
Dante: Tu hermana me mola.
Karim: Es mi hermana, Dante...
Dante: Lo sé, pero mola mucho. Ojalá quisiese ser mi novia.
Karim: Ahí tienes a Kiara, se muere por tus huesos.
Dante: A mi la que me gusta es tu hermana.
Karim: ¿A que me hago novio de Suselle?
Dante: Vale vale, dejemos a las hermanas en paz.


El autobús escolar llegó al fin a la parada en la que se tenían que bajar. Suselle y Dante se despidieron de sus amigos y bajaron a toda prisa del autobús. 



Diamante los estaba esperando en un banco junto a la parada. Se estaba empezando a dormir cuando los escuchó gritar. Dante no le solía dar muchas muestras de cariño, le daba vergüenza y más si había gente delante. "No soy un bebé" les había dicho en muchas ocasiones. Suselle sin embargo no se cortaba un pelo y abrazaba a su padre con todas sus fuerzas. 

Suselle: ¡Papiiiii!
Diamante: ¡Hola! ¿Que tal el cole?


Suselle: ¡Muy bien!
Dante: Un aburrimiento, como siempre.
Diamante: ¿Te has aburrido?
Suselle: Siempre se aburre. Yo me lo he pasado muy bien.
Diamante: Vamos para casa.


Una clack de pelo largo y negro con una figura despampanante pasó junto a ellos. Diamante no podía dejar de mirar su posaderas mientras sus hijos le hablaban sin parar.

Suselle: ¿Ya están en casa?
Dante: Pero que pesada con esa Agnes. En cuanto vea lo pava que eres seguro que se larga.
Suselle: ¡Calla! Papá, ¿ya han llegado?
Dante: Me tiraré pedos cuando estéis merendando.
Suselle: ¡Que me dejes, burro! 


Dante: ¡Te voy a trolear la merienda!
Suselle: ¡Papaaaaá!
Diamante: Eh, ¿sí?
Suselle: Que si ya han llegado Agnes y Artemisa...
Diamante: Ah, no. Aunque tenemos invitados en casa.


En el interior de la casa, Sus estaba reunida con Estrella, Wen, el abuelo e Ismelda en la sala de estar. Sus les había ofrecido un café con pastas y las disfrutaban junto a la estufa.  

Sus: Se te nota mucho el embarazo, Estrella. Te sienta muy bien, estás preciosa.
Estrella: Gracias, Sus. Yo me veo fea y sobretodo gorda, muy gorda.
Wen: No digas eso, eres la clack más bella del mundo.
Estrella: Mentiroso.
Ismelda: Sentirse gorda solamente dura nueve meses, pero la alegría de convertirse en madre dura toda la vida.
Ernesto: Eso es precioso, Ismelda. ¿Cuando sabréis el sexo del niño?
Wen: En unas semanas. A mi me gustaría mucho que fuese una niña. Sería una pequeña Estrella.
Estrella: A mi me da igual, solamente quiero que esté sano.
Wen: Sí, eso es lo importante. Todavía no me puedo creer que esto sea real...
Ismelda: El embarazo es un especie de milagro. Sobre todo uno que demuestra que un click y una clack pueden conspirar para obligar a la naturaleza a crear una nueva alma.


Estrella: Jamás pensé que podría ser madre.
Wen: Yo soy tan feliz. Vivo en un sueño del que no quiero despertar.
Sus: ¿No os vais  a mudar a la ciudad? Mamá dijo que estabais mirando vivienda.
Estrella: Sí...Wenda insistió tanto que al final aceptamos. Pero será por un tiempo, nosotros estamos muy felices en el bosque.
Wen: Sí, allí nos sentimos libres.


Ernesto: El bosque revitaliza, pero tiene sus inconvenientes. 
Ismelda: Hay quien cruza un bosque y sólo ve leña para el fuego. Yo respeto profundamente la naturaleza, pues destruyéndola abrazamos la muerte y la desolación. Vivir en un bosque es una experiencia maravillosa y entiendo que deseáis vivir allí.
Ernesto: Podéis vivir unos días en el bosque y otros en la ciudad, según sean vuestras necesidades. 


Sus: Mi padre vive en el bosque, dice que solamente allí es feliz. Luego iremos a verle, con unas amigas. He llamado a Duclack para que nos acompañe. Hay cazadores ilegales y unos tiparracos que quieren quemar el bosque...no sé si por placer o para construir.
Ernesto: Estamos perdiendo los papeles...la gente está completamente loca. 
Ismelda: No cortes el árbol que te da sombra...Los humanos somos definitivamente necios. 


Sus: ¡Huy! Creo que ya está Diamante aquí con los niños.


Dante: ¡Se aburrirán contigo y se irán pronto!
Suselle: ¡Papá!
Diamante: Dante, deja en paz a tu hermana. No te metas con ella.
Dante: Solamente constato una realidad.
Diamante: ¡Dante!
Dante: Jolines, era broma. Ya no se puede ni bromear...


Sus: ¡Hola, niños!
Dante: Hola mamá. ¿Que hay de merienda?
Sus: Tienes sándiwches de crema de cacahuete en la cocina.
Suselle: ¡Mamiiii!
Suselle: Hola cariño. ¿Todo bien en el cole?
Suselle: Sí, le he dado a la profe los dulces. Dice que están muy ricos.
Sus: ¡Me alegro! Tu profesora es un cielo. 


Suselle: Mamá, ¿que haces todavía así? Agnes y Artemisa están a punto de venir y no te has arreglado. ¿Está todo listo?
Sus: No te preocupes, que tenemos tiempo todavía.


Dante: ¡Hola! Estrella, estás cada vez más gorda.
Estrella: Lo sé...
Dante: Pero sigues siendo guapa.
Estrella: Gracias, Dante.
Dante: Hola, bisa.
Ernesto: ¿Que tal en la escuela?
Dante: Un aburrimiento total.
Ismelda: Con lo que yo daría por volver a estudiar...
Ernesto: Aplícate y estudia, que luego todo son problemas.


Sus: ¿Ya os vais?
Ernesto: He organizado una partida de póker en casa y quiero estar allí antes de que lleguen los invitados.
Sus:  Vale, ya hablaremos abuelo. Hasta pronto, Ismelda.
Ismelda: Gracias por la invitación, Sus.


Suselle: Tita, ¿os quedáis a la merienda que he organizado? Vienen dos amigas mías muy simpáticas y te las puedo presentar.
Estrella: Me encantaría, pero no puedo. Tenemos que hacer unas compras y no quiero llegar muy tarde a casa. Otro día me las presentas, ¿vale?


Minutos más tarde...

Sus y Diamante estaban en su dormitorio. Sus le subía la cremallera al disfraz de oso que Diamante se había puesto. Había aceptado un trabajo como mascota de un equipo de baloncesto. Debía disfrazarse de la mascota del equipo y animar y bailar antes y después del partido.

Sus: Espera, que te subo la cremallera.
Diamante: Odio este disfraz.
Sus: No te quejes, que al menos no pasas frío.
Diamante: Ya, pero pesa mucho y casi no puedo caminar.


Sus: Solamente serán unos días, después te podrás olvidar de este trabajo.
Diamante: No sabes lo que cuesta saltar con este disfraz puesto.


Sus: Toma, la cabeza del oso.
Diamante: Hay niños psicópatas que me dan patadas y me pegan.
Sus: No lo entiendo, a mi me dan ganas de estrujarte y darte besitos.


Diamante: Me siento tan ridículo...
Sus: No...estás...estás...


Sus no pudo evitar echarse a reír cuando lo vio disfrazado. 

Sus: Estás muy gracioso. ¡Jajajajaja!
Diamante: ¿Te estás riendo de mi?
Sus: ¡No! ¡Jajajajajaja!


La tiró sobre la cama y se puso sobre ella. Sus seguía riendo sin parar.

Diamante: Vas a sufrir la ira del oso del amor, ¡prepárate, muñeca! ¡Grrrrr!
Sus: ¡Diamante, para! ¡Jajajajajaja!
Diamante: ¿Quieres que pare?
Sus: Es que están a punto de venir las invitadas...
Diamante: Te quedarás sin saber lo que es capaz de hacer el oso del amor...
Sus: Creo que todavía tenemos tiempo...


Mientras tanto, Agnes y Artemisa viajaban en bus a casa de Diamante y Sus. Habían pensado en ir caminando, pero hacía frío y no disponían de tanto tiempo. Artemsia propuso ir en bus y aunque a Agnes no le hacía ninguna gracia, finalmente aceptó a regañadientes. Cuando el bus apareció, subieron sin problemas y pudieron elegir asiento. Agnes sintió un gran alivio al ver que viajarían prácticamente solas, sin agobios. Esa tranquilidad desapareció cuando empezó a subir gente hasta abarrotar el bus. Una señora se quedó de pie, a su lado y le cedió el asiento. Artemisa todavía conservaba su asiento y Agnes se agarró como pudo para permanecer a su lado.

Artemisa: ¿Quieres sentarte?
Agnes: No, estoy bien, Artemisiña. Esa muller me mira raro.
Artemisa: Ignórala. 
Agnes: Su aliento huele a pés.
Artemisa: ¡Jajajaja! A mi también me llega el aroma...
Agnes: Artemisiña, me estoy agobiando mucho.
Artemisa: Pronto llegaremos a nuestra parada, intenta aguantar.
Facunda: Joder, que lenta va esta mierda. ¡Autobusero, aprieta el acelerador, lechees!
Agnes: Es una besta, Artemisiña. Me da terror...
Facunda: ¿Pasa algo?


Agnes: No, yo...
Facunda: Ya, que va muy lenta esta tartana, ¿verdad?
Agnes: Verdadeiro, esto va muy lento...
Artemisa: Es que no estamos en un coche de carreras...
Agnes: Artemisa, quiero bajarme ya...
Facunda: ¡Aaaaachis! Tengo un resfriado de tres pares de huevos. ¿Tienes un pañuelo?
Agnes: Artemisiña, Esto es insoportable...
Artemisa: Toma, un pañuelo.
Facunda: Gracias.

Facunda les sonrió. Su estropeado rostro y su pelo verde acompañaban a su espantosa dentadura.


Facunda: Estoy que me muero por fumar.
Agnes: No entiendo que me hable tanto, ¡no la conozco de nada! Huy, ¿y esa peste?

Un hombre fuerte, con brazos musculosos, joven y guapo estaba sentado tras Artemisa. Llevaba una camiseta sin mangas y cuando movía los brazos, un repugnante olor a sudor invadía la zona.

Artemisa: ¡Puajj!
Agnes: Olora morto...creo que voy a desmayar. 
Artemisa: Ya casi estamos, intenta aguantar, Agnes. Es repugnante, la verdad...


Agnes: Prefiero usar mis piernas para desplazarme.Odio los autobuses...
Facunda: ¡Aaaaachiiiis!

Una chica puso el altavoz de su móvil y sonó una pegadiza melodía.

Y si con otro pasas el rato,
vamos a ser feliz, vamos a ser feliz,
Felices los cuatro,
te agrandamos el cuartooo

Agnes: ¿De dónde sale esa espantosa melodía?
Artemisa: Esa de ahí, con su móvil.
Facunda: Wuala tía, me mola esa canción.
Chica: Es la caña.

Y lo hacemos otro rato,
y lo hacemos otro rato,
y lo hacemos otro rato,
y lo hacemos otro rato...

Agnes: Non me gusta nada. ¿Eso es música?
Artemisa: No, para mi es como el sonido de una sierra mecánica.
Vicenta: Hay que ver la gente, que pone la musiquita para todo el mundo. ¿A que me traigo mi radio y les pongo Manolo Esclickbar?
Herminia: La juventud de hoy en día no tienen educación. En mis tiempos esto no ocurría.
Vicenta:  ¡¿Puedes quitar eso?!
Chica: Señora, no me da la gana.
Facunda: Qué pesada la vieja. ¡Ahciiis!
Hombre: ¿Sí? Ah, hola entrenador. Sí,llevo todo el día entrenando.He sudado la gota gorda.
Artemisa: No hace falta que lo jure...
Agnes: Artemisiña, no creo que pueda aguantar mucho más...esto es insoportable...

Feliceees los cuatroo,
te agrandamos el cuarto,
te agrandamos el cuartoooo

Facunda: ¡Aaaaachiiis!
Vicenta: ¡Apaga el aparato, niña!
Chica: ¡Que me olvide, vieja!
Herminia: Será maleducada.
Chico: Sí, entrenador. Soy capaz de mover los brazos con mucha agilidad, no se preocupe. Ahora mismo lo estoy haciendo y no siento dolor ninguno.
Agnes: Por la Diosa, que no se siga moviendo...
Artemisa: ¡Qué asco!


Facunda: ¿Te pasa algo, tía? Te veo mala cara. ¡Achiiis!
Agnes: No es nada, un poco mareada.
Facunda: ¿Quieres un caramelo? Tengo uno que pillé en la cabalgata de los Reyes Magos. De menta, me parece que es.
Agnes: Yo...
Facunda: Que sí, tonta. ¿Te lo pelo?
Agnes: No es necesario...
Chico: Puedo tocar con las manos el techo del autobús, entrenador. ¡Y eso que estoy sentado! 
Artemisa: Huele a perros muertos...
Agnes: Grazas por el caramelo. Luego me lo comeré...

Hey, Perruno García,
 hey Orlando Cortéees,
Mi perra, mi linda...
Tú eres mi peeerraaaaa,
Mi perra en celooo,
te doy un cacheteee
en todo tu culoooo

Vicenta: ¡Ehhhhh, quita eso!
Chica: Que me olvide.
Facunda: Esa me encanta. Siempre me la canta mi novio cuando nos vemos.
Agnes: Esto es horrible...


Chico: ¡Eh, ho, eh, ho! Levanto los brazos a velocidad relámpago, entrenador. Que sí, que lo van a flipar los colegas.

Agnes se agarró al hombro de Artemisa. Todos sus sentidos estaban colapsados, necesitaba escapar. Por suerte, llegaron a su parada. Artemisa agarró de la mano a Agnes con fuerza.

Artemisa: Ya hemos llegado.
Agnes: ¡Por fin! Rápido, debemos bajar cuanto antes, Artemisiña.


El chico sudado se bajaba también en la misma parada. Había tanta gente que era muy difícil bajar del autobús. Agnes empujaba a la gente aterrada. Temía quedarse atrapada y tener que aguantar una parada más en el autobús.

Agnes: Permítame, por favor. Paso, paso...
Artemisa: Tranquila, Agnes.
Chico: Tranqui, colega. Yo también me bajo.


Agnes bajó a toda prisa del bus y se alejó todo lo que pudo. Artemisa la seguía sorprendida. Sabía que se había agobiado mucho, pero nunca la había visto correr con tanta rapidez. 

Artemisa: ¡Un momento, Agnes!


Agnes se detuvo y controló su respiración. Poco a poco se fue calmando. Artemisa la abrazó con cariño.

Artemisa: ¿Estás bien?
Agnes: Foi horrible, Artemisiña. Esa música espantosa, la peste, los gritos, esa loca...me estaba afogando. Pensaba que iba a fenecer en ese lugar y yo quiero fenecer en Galicia...
Artemisa: Sí, hasta para mi ha sido horrible. Bueno, lo hemos superado. La próxima vez iremos andando.


Continuará...

4 comentarios:

  1. Me lo he pasado genial leyendo este capítulo. Son muchas cosas las que me han gustado: una de ellas es que en un mismo capítulo hay muchísimas escenas con distintos personajes. Me encanta la forma como vas introduciendo una situación, luego otra... Primero los niños en el autocar, después la merienda en casa de Sus y, por último, el momento del bus. Antes de todo, debo decirte que me he fijado mucho en las fotografías y he de decir que son preciosas, que me encanta cómo reflejas cada momento, que cada fotografía habla por sí sola, parece que pueda escuchar la voz de cada personaje cuando habla y es que, como me pasa siempre con tus fotos, también puedo sentir el ambiente, como si estuviese ahí.
    Primero nos encontramos con un título que a mí me parece muy bonito para una historia que va a contener tantos sentimientos encontrados. Empieza de una forma muy linda, con los niños en el autocar, y sé que esta historia que tiene un principio tan bonito, divertido e inocente va a contener muchos momentos duros.
    Primero nos encontramos con los niños. Debo decirte también que reflejas muy bien en el habla la forma de ser de cada personaje. Me hacen mucha gracia las conversaciones que mantienen los niños. Por un lado, Suselle y Kiara planean dormir juntas en la casa de Kiara, como todos hemos hecho con nuestros amigos íntimos, y, por el otro lado, Dante y Karim hablando de videojuegos, que, por cierto, me he reído mucho con los nombres de los videojuegos que Dante cita. Me he acordado de la conversación que mantuvimos el otro día en la que nos inventábamos nombres ridículos para videojuegos. También me hace mucha ilusión y me conmueve mucho que Suselle tenga una opinión tan bonita de Agnes. Me enternece que haya surgido entre ellas esa amistad tan bonita. Además, me hace mucha gracia la forma de hablar de Kiara. Es que me ha sorprendido cómo pueden confluir en un mismo capítulo tantas formas de hablar.
    Luego, aunque haya terminado de comer, se me ha hecho la boca agua cuando he leído los postres que ha preparado Sus: ¡tarta de frutas del bosque y bolitas de chocolate rellenas de crema! ¡Yo quiero probar esos dulces! Me los imagino riquísimos: la tarta de frutas del bosque me la imagino blandita, sabrosa y esponjosa y las bolitas serán una explosión de nata que se mezcla con el chocolate. ¡Menuda cosa buena de postres!
    Y me parece muy tierno el guiño que le has hecho a Duclack con lo del concurso de francés, con el viaje a Clisandia, con eso de que es la mejor profesora del mundo y la profesora más buena y que le regala dulces de chocolate. Yo también sé que, si la tuviese como profesora, nunca podría olvidarla y la querría mucho, como quería tanto a Begoña, a mi profesora de francés, una mujer tan buena, paciente y dulce como Duclack.
    También me hace mucha gracia que a Kiara le guste Dante y que a Dante le guste Vaiana, la hermana de Karim. Y he de decir que es en este capítulo cuando comienzo a comprender y a conocer mejor la personalidad de cada uno de ellos. Hasta entonces, Suselle y Dante fueron niños que apenas tenían carácter para mí, pero ahora van creciendo y creo que has caracterizado muy bien la forma de ser de cada uno. Además puedo imaginarme perfectamente la voz de cada uno de ellos y el tono con el que hablan. ¡Me encanta y me hace mucha gracia cómo los dos se fastidian el uno al otro!
    Me he reído mucho con los comentarios de Dante: “me tiraré pedos cuando estéis merendando”. Cómo me he reído, jajajajaja, y es que vaya mala leche tiene. Y luego dice que no está siendo malo con su hermana, que solamente está “constatando una realidad”, vaya pillín está hecho, jajajaja.

    ResponderEliminar
  2. Luego viene la escena en la que Diamante va a recoger a sus hijos y no pierde ocasión para fijarse en cualquier mujer bonita que pase por su lado, mientras los niños discuten delante de él sin que él ni se dé cuenta. Si se entera la señora Hermenegilda de que va mirando por ahí a las mujeres, encontrará más motivos para criticarlo, al pobre, que siempre va diciendo que tiene amantes.
    Después viene la escena en la que meriendan Sus, Ernesto, Estrella, Wen e Ismelda. No conozco a Ismelda, pero me cae muy bien y me encanta su modo de reflexionar y de hablar. Creo que podría llevarse muy bien con Agnes y Artemisa. Estoy muy de acuerdo con todas las cosas que dice y cada vez que interviene todo se llena de sentimiento y verdad.
    Y luego, el pobre Diamante, él que es un pirata todo valiente, encuentra un trabajo en el que su figura masculina se ridiculiza hasta puntos insospechados. Cómo me he reído cuando cuentas que tiene que vestirse de la mascota de ese equipo de baloncesto para animar a los jugadores, cuando luego dice que hay niños psicópatas que le pegan patadas y cuando Sus se echa a reír al verlo vestido así. Qué escena tan graciosa y bonita. Me gusta mucho la pareja que hacen y saben aprovechar bien el tiempo, jajajaja.

    ResponderEliminar
  3. Y luego viene una escena en la que no he podido dejar de reírme. Me he sentido muy identificada con Agnes, pero muchísimo. Yo también me pongo de los nervios cuando tengo que permanecer durante largos minutos subida en un bus lleno de gente, con tanto ruido, con gente que huele mal, en el que alguien, totalmente irrespetuoso con todos y todo lo que lo rodea, pone música con el móvil, que casi siempre son canciones insulsas y asquerosas que para nada acarician el alma. Yo cojo un bus todas las mañanas, pero por suerte no va muy lleno, y a la vuelta sí está más lleno, pero para nada tengo que vivir situaciones tan agobiantes como la que ha vivido Agnes en este capítulo. Ella todos los días se supone que también coge un autobús, pero seguramente no tendrá nada que ver con el que ha tomado esta vez.
    Me he reído también mucho con la forma de hablar que le has puesto a Agnes. Es verdad que ella mezcla a veces palabras gallegas con el castellano, pero es que aquí incluso parece que la hayan sacado de su aldea hace nada, ni un día, ¡qué graciosa! Además te imagino buscando palabras en gallego para ponerlas, jajajajaja. De verdad que te ha quedado muy bien, sí. Has reflejado muy bien su forma de ser, de actuar y de hablar. Ella no soporta esas situaciones, se agobia con tanta facilidad que sería imposible que hubiese tenido que aguantar un minuto más en esa jaula de grillos. También me imagino perfectamente todos los estímulos que la agobian: los olores horribles, la música, la desagradable presencia de Facunda (si es que hasta el nombre es desagradable, jajajaja).
    De verdad, ¿esa canción que escucha la chica existe o te la has inventado? ¡Mira que la letra es ridícula! “Te agrandamos el cuarto”, luego dice “tú eres mi perra” y luego ahí con los nombres, qué cosa tan típica en esa música horrible. ¡Qué bien te ha quedado! Y después me he reído muchísimo con el tío del gimnasio, hablando con su entrenador diciendo todo el rato: “sí, entrenador, puedo mover los brazos”, y cosas así y mientras tanto moviéndolos como si nada, qué bueno, de verdad, qué risa, cómo me he reído. Y la pobre Agnes soportando a Facunda. Qué risa cuando se pregunta por qué le habla tanto si no la conoce de nada, jajajajajaja. Es que encima, con lo tímida que es... y que tenga que aguantar que alguien así le hable, y encima con ese resfriado que tiene, que seguro que ha contagiado a todo el autobús, y qué risa también cuando dice que se muere por fumar, jajajaja, cuando dice también: “qué lenta va esta mierda”. ¡Es que no puede ser peor ese momento!
    También las frases que dice Agnes son buenísimas. ¡Qué risa cuando dice “olor a morto”! Jajajaja, y cuando dice que el aliento de Facunda huele a pies.
    Y cuando Artemisa dice que eso no es música, sino el sonido de una sierra mecánica, y es que yo también me he preguntado muchas veces al oír una música horrible si eso que oigo es música, jajajajaja, qué bueno.
    Es muy bueno cómo alternas entre las conversaciones y la música que suena. La forma como se mezclan las conversaciones y la letra de la canción permite imaginar perfectamente ese momento con todos sus detalles agobiantes.
    Y luego también la pobre Agnes, que sale corriendo al bajar del autobús. Sí, sabes perfectamente cómo reaccionaría en esas situaciones. Y puedo imaginarme también su agobio. A mí también me ha pasado que, cuando me agobio mucho, lo único que quiero es salir corriendo. Pobrecita. Creo que la próxima vez, aunque llueva, truene, nieva o caigan chozos de punta, van a ir andando, aunque tengan que andar durante horas.
    Y no me alargo más porque entonces no acabaría nunca. Me ha encantado este capítulo, me encanta todavía más que de nuevo hayamos retomado las historias conjuntas, mezclando nuestros personajes. ¡Estoy deseando leer la continuación! ¡Por favor, no tardes en publicarla, por favor!

    ResponderEliminar
  4. ¡Cómo me ha gustado esta entrada! Es de esas entradas con un encanto especial de vida cotidiana y familiar de nuestros clicks.
    Para empezar el autobús. Me gusta tanto ver a Dante y Suselle en su día a día. Ir en ese autobús al colegio y hablar de sus cosas con sus amigos e ir dibujando su personalidad me parece precioso. Suselle ya tiene una amiga en la escuela, una niña que parece muy simpática y con la particularidad del ceceo. Me imagino muchas historias y palabras de nuestros personajes a partir de esta amistad. También me ha gustado ver a Dante hablando con Karim. ¡Le gusta Vaiana! No tiene mal gusto. Es una niña muy bonita. Me ha hecho gracia cuando Karim dice que entonces se hará novio de su hermana y al final deciden dejar mejor a las hermanas. También me encanta el detalle de Suselle corriendo para salir del autobús y cómo abraza a su padre cuando lo ve. En cambio, Dante es más suyo y no le gusta tanto mostrar en público su cariño. Lo de Diamante mirando las posaderas de la clack no me ha gustado. ¡Cómo se le ocurre teniendo en casa una clack como Sus! Pero bueno, siempre ha sido un poco clackiero y los ojos los sigue teniendo.
    Me ha gustado mucho la escena de la merienda con Estrella y Wen. ¡Cómo le ha crecido la tripa a Estrella! Está muy guapa con esa blusa rosita. Me ha dejado intrigada lo de que están mirando para venirse a vivir a la ciudad. ¿Dónde irán? Se les ha quedado pequeña la casa de soltero de Wen en el campo. Me imagino que debe ser incómoda para Estrella en su estado, por esas escaleras que tenía para subir a la parte del dormitorio. Aunque siempre les ha encantando vivir en el campo y da pena que ya no vivan ahí. Ismelda parece hablar con cierta sabiduría de tipo oriental o algo así. Ella es de origen filipino y creo que es una mujer leída y con un pensamiento filosófico bastante fuerte. Me hace gracia cada comentario suyo, como los suelta. Creo que le pega esa forma de hablar aunque me pareció que quizás pecaba de hablar demasiado y empezaba a ser cargante. Pero eso quiere decir que ya no se considera solamente una asistenta personal. Es parte de la familia también e interviene en sus conversaciones libremente. La verdad es que no deja de ser un personaje curioso.
    La escena de Diamante con el traje de oso me ha encantado también. Está tan gracioso. ¡Ay, me encanta así vestido! ¡El pobre ha tenido que coger ese trabajo! Me ha gustado además el ataque de risa que le da a Sus y cómo acaban dándose mimitos. Aún hay mucha complicidad y magia entre ellos y eso me encanta.
    En cuanto a la escena del autobús, me ha parecido realmente buenísima. He llegado por un momento a sentir el olor a sudor, el asco por los estornudos y el caramelo que le pelaba Facunda, escuchar la música esa horrible en mi cabeza y su ritmo de reggaeton,las voces de Vicenta riñendo a la chica... Ha conseguido recrear tan genialmente se clima de agobio, que lo podía sentir yo misma y estar agobiada como Agnes. No me extraña que la pobre haya salido corriendo en cuanto ha podido.
    Estoy deseando ver la continuación. Me gusta verte tan animado escribiendo y haciendo fotos. A ver qué pasa en la merienda con Suselle y qué más sopresas nos tienes preparadas.
    Un besote

    ResponderEliminar