Harrison International es una de las empresas con más éxito del momento. Gracias a la gestión de su dueño y presidente la empresa recaudó más capital del que habría imaginado nunca. La compra y venta de terrenos era un negocio en auge pero en el que no todos triunfaban. Harrison International compraba todo tipo de terrenos y edificios, algunas veces con métodos poco ortodoxos.
Poco a poco sus gestiones claras y transparentes se convirtieron en oscuras y al margen de la ley. A los ojos de los jueces y fuerzas del orden aquellas transacciones eran extrañas pero les era imposible demostrar su ilegalidad. Bosques arrasados por las llamas, edificios de viviendas con personas mayores, terrenos privados…eran capaces de cualquier cosa con tal de lograr su objetivo.
Su dueño, el señor Harrison Morrison enfermó gravemente por lo que tuvo que tomar decisiones precipitadas con tal de asegurar su legado y el bienestar de su familia. Su mujer había muerto hacía ya muchos años por lo que solamente le quedaba sus dos preciosas hijas, Alicia y Patricia. Aunque las dos tenían la vida resuelta, Harrison quiso que una de ellas se encargase de la empresa antes de su muerte. Alicia era la más inteligente y se mostraba muy interesada en los asuntos de la empresa. Pronto cogió las riendas del negocio y demostró estar más que capacitada para ello. Patricia sin embargo, no mostró interés alguno por el negocio y prefirió mantenerse al margen.
Un día antes de la muerte de su padre Alicia descubrió los asuntos más ilegales de la empresa. Había sido educada de una forma fría y distante, priorizando su educación. No se planteó si aquello era inmoral y lo aceptó como una forma de vida a la que debía acostumbrarse. Harrison murió y sus hijas se despidieron de su padre en un multitudinario entierro.
Harrison International debía seguir adelante y pronto prosiguió con naturalidad. Alicia trabajaba a todas horas y nunca tenía tiempo para nada más. A pesar de ello, tenía una estrecha relación con su hermana. Patricia era totalmente distinta. Era mucho más cercana y cariñosa. Gracias a unos chanchullos en el juzgado y algunos contactos, consiguió hacerse con el Pantano. Era una zona con grandes extensiones de terreno y algunos sin explorar. A pesar de las cosas terribles que habían ocurrido en esa zona, el terreno tenía gran valor. Muchas empresas deseaban edificar hoteles, centros comerciales, campos de golf y viviendas de lujo en esa zona. Alicia había conseguido un comprador muy interesado en el pantano. La cantidad que estaba dispuesto a pagar era desorbitada y no pensaba dejar escapar la ocasión.
Su dueño, el señor Harrison Morrison enfermó gravemente por lo que tuvo que tomar decisiones precipitadas con tal de asegurar su legado y el bienestar de su familia. Su mujer había muerto hacía ya muchos años por lo que solamente le quedaba sus dos preciosas hijas, Alicia y Patricia. Aunque las dos tenían la vida resuelta, Harrison quiso que una de ellas se encargase de la empresa antes de su muerte. Alicia era la más inteligente y se mostraba muy interesada en los asuntos de la empresa. Pronto cogió las riendas del negocio y demostró estar más que capacitada para ello. Patricia sin embargo, no mostró interés alguno por el negocio y prefirió mantenerse al margen.
Un día antes de la muerte de su padre Alicia descubrió los asuntos más ilegales de la empresa. Había sido educada de una forma fría y distante, priorizando su educación. No se planteó si aquello era inmoral y lo aceptó como una forma de vida a la que debía acostumbrarse. Harrison murió y sus hijas se despidieron de su padre en un multitudinario entierro.
Harrison International debía seguir adelante y pronto prosiguió con naturalidad. Alicia trabajaba a todas horas y nunca tenía tiempo para nada más. A pesar de ello, tenía una estrecha relación con su hermana. Patricia era totalmente distinta. Era mucho más cercana y cariñosa. Gracias a unos chanchullos en el juzgado y algunos contactos, consiguió hacerse con el Pantano. Era una zona con grandes extensiones de terreno y algunos sin explorar. A pesar de las cosas terribles que habían ocurrido en esa zona, el terreno tenía gran valor. Muchas empresas deseaban edificar hoteles, centros comerciales, campos de golf y viviendas de lujo en esa zona. Alicia había conseguido un comprador muy interesado en el pantano. La cantidad que estaba dispuesto a pagar era desorbitada y no pensaba dejar escapar la ocasión.
Su jet privado había sufrido una avería y no deseaba llegar tarde a la cita con el comprador. Habían quedado en una zona del pantano para firmar los papeles de la compra y venta. Buscando información encontró a un hombre que paseaba en avioneta a turistas y visitantes deseosos de aventuras. Encontró la localización con el gps y se dirigió hacia allí.
Conducía su flamante porsche 911 Targa en color azul y le acompañaba su hermana y su querida perrita, Kuka. Le resultaba extraño pensar que todas aquellas tierras le pertenecían, pero desde el primer momento le pareció un lugar inhóspito que merecía convertirse en algo mejor.
Patricia: El GPS dice que es por aquí…¡Oh no! No hay señal…
Alicia: Maldito lugar…estoy deseando deshacerme de estos terrenos. Espera, reiniciaría el GPS del coche.
Patricia: Está colgado…¿Pruebo con el móvil?
Alicia: Sí, por favor. Es importante llegar a tiempo a esta cita. Hay mucho dinero en juego.
Patricia: ¿Y no tienes suficiente dinero? No sé para que trabajas tanto…
Alicia: No empecemos. Son negocios, hermanita. Debo tirar para adelante la empresa familiar.
Patricia: Hasta hace muy poco pensaba igual que tú, pero...Papá hizo cosas horribles y no deberías seguir su ejemplo. ¿Es que por dinero todo vale?
Alicia: Deja de darme sermones. ¿Quieres seguir disfrutando de todos los lujos y ventajas que tienes? Pues acepta la realidad.
Patricia: Hace tiempo que los lujos no lo son todo para mi...he descubierto que la vida es mucho más.
Alicia: Pues devuelve tu teléfono móvil a la tienda y tira a la basura ese vestido de Clickero & Clackana. Podrías moverte en autobús por la ciudad y por supuesto, la tarjeta la anulamos.
Patricia: No entiendo que te pongas tan a la defensiva. Vale, no puedo desengancharme por completo de según que cosas pero creo que con lo que tenemos es suficiente. Además, no me gusta todo lo que papá hizo y deberías cambiar el rumbo de la empresa...lo que haces no está bien.
Alicia: Todo eso se lo cuentas a tu psicólogo, a mi no me martirices con tus ridículos problemas de conciencia.
Patricia: Te lo digo porque me importas. Además, tengo acciones en esta empresa y mi opinión debe tener alguna importancia...
Alicia: Me estoy cabreando, y mucho. Tú no eres capaz de llevar las riendas de la empresa, siempre he sido yo la que ha mirado por las dos. Deja que me encargue yo de todo y limítate a gastar el dinero y vivir la vida.
Patricia: No tienes remedio...eres igual que papá. ¿Vendrás a mi cumpleaños?
Alicia: Imposible, sabes que tengo que trabajar.
Patricia Pero...
Alicia: ¡Maldición! No hay manera de que el GPS funcione. ¡Este lugar es el infierno! Lo intentaré con el móvil. Espera aquí dentro.
Alicia detuvo el coche y salió al exterior. El sol abrasador le abofeteó la cara y la sensación de frescor y comodidad pronto desapareció.
Alicia: ¡Esto es horrible!
Sacó su móvil de últimísima generación e intentó encontrar algo de cobertura.
Alicia: No puedo creer que un móvil tan caro no sea capaz de funcionar como es debido. ¡Venga, leches!
Alicia: ¡Parece que capto algo de señal!
Patricia salió del vehículo junto a Kuka. La perrita se puso a olfatear fascinada por los diversos y extraños olores que percibía.
Patricia: ¡Qué calor! Esto es pero que el Sahara...¿De veras alguien desea comprar esto?
Alicia: Así es, hermanita. Y además, por mucho dinero. ¡He captado señal!
Kuka: ¡Guauguauguauguau!¡Garraff!
Alicia: Lo sé, Kukita. Este lugar es espantoso...
Patricia: No entiendo que alguien pueda estar interesado en unos terrenos así...
Alicia: Pronto todo esto será un lujoso complejo turístico.
Patricia: Hasta que eso se haga realidad, no creo que vuelva pisar estas tierras.
Un ser extraño, muy bajito, regordete, completamente rojo, con cuatro ojos (uno de ellos en la frente), y una boca enorme salía de su guarida para comprobar quién estaba perturbando su sueño. Ellas estaban lejos, pero al verlo aparecer corrieron a la seguridad del coche.
Alicia arrancó rápidamente y se alejaron de aquel lugar.
Alicia: ¡Qué narices era eso!
Patricia: No lo sé...jamás había visto algo similar.
Alicia: Sera mejor que terminemos con todo esto cuanto antes.
Patricia: El hombre que te llevará en avioneta...¿Le dirás que todo esto pronto desaparecerá? Su negocio terminará en cuanto vendamos el terreno.
Alicia: No pienso decirle absolutamente nada. Quizás si se entera, no quiera llevarme y necesito estar urgentemente a la hora acordada para cerrar el trato.
Patricia: Mira, es allí.
Alicia: Vaya, es una avioneta de mala muerte.
Patricia: No me hace mucha gracia que subas ahí...
Se trataba de una pequeña avioneta en la que podían viajar dos personas. En la parte trasera disponía de una meletero. Era blanca con rayas negras simulando la piel de una cebra.
Alicia detuvo el coche y bajó a toda prisa. Cogió su maletín con todos los documentos y una pequeña maleta. También se quería llevar a Kuka, pues no deseaba separarse de ella.
Patricia: ¡Un momento! Por favor, haz una excepción y ven a mi cumpleaños. Me haría tanta ilusión..solamente por esta vez.
Alicia: ¿Es más importante tu cumpleaños que el trabajo? Te llamaré por teléfono y te felicitaré.
Patricia: Eso es mentira...nunca lo haces.
El piloto estaba revisando la avioneta tirado en el suelo. Parecía estar muy concentrado pues ni se percató de la presencia de las dos clacks.
Alicia: Disculpe.
Del sobresalto se golpeó la cabeza y profirió un insulto al aire.
Se sentó para ver quién reclamaba su atención. Al ver a las dos clacks su corazón se aceleró. Las dos eran rubias, con ojos azules y muy elegantes. Ambas eran bellas. Una lucía una trenza larga que caía sobre su hombro. Llevaba un vestido rojo intenso y unos zapatos blancos a juego con su bolso. Aunque la que más le impactó fue la otra. Su vestido ceñido de color azul marino y su majestuoso escote lo hipnotizaron. Tenía el pelo recogido en un enorme moño que le otorgaba un aspecto de mujer dura.
Izan: Buenos días, señoritas. Mi nombre es Izan y soy el piloto y propietario de esta maravillosa avioneta. ¿En que puedo ayudarles?
La mujer del moño habló y no pudo evitar ponerse nervioso. Era fascinante y no comprendía que podía hacer una mujer como ella en un lugar así.
Alicia: Me llamo Alicia y ella es mi hermana Patricia. Necesito que me lleve en su avioneta. Es un urgente.
Alicia también se sorprendió por el atractivo del piloto. Su pelo revoltoso y negro como el carbón, sus ojos marrones intensos, su rostro varonil con la barbita de dos días, su fuertes músculos marcados en la ropa...
Izan: Para eso estoy aquí, señorita Alicia. Será un placer llevarla a dónde me pida. Aunque solamente puedo llevar a una...
Patricia: Yo me volveré con el coche, no se preocupe.
Izan: ¿Coche?
Al ver el coche, Izan pegó un brinco de emoción. No todos los días podía ver un vehículo tan caro y exclusivo.
Izan: ¡Es un Porsche 911 Targa 4s! ¡No me lo puedo creer! Es el coche de mis sueños...¿Puedo tocarlo?
Alicia: Pues...sí...pero no me lo raye.
Izan lo acarició suavemente totalmente fascinado. Pasaban los segundos y el piloto seguía acariciando el coche como si de un perro se tratase.
Alicia: Disculpe...
Izan: No me interrumpa, estamos teniendo un momento íntimo.
Alicia: No he venido hasta aquí para verle acariciar mi coche.
Izan: Está bien, usted dirá.
Alicia: Deseo llegar al Hotel Pantano y cuanto antes sea, mejor. Le pagaré bien.
Izan: Eso me gusta. El problema es que ese hotel queda demasiado lejos y para llegar hasta allí debo sobrevolar una zona un tanto peligrosa. Suelo evitar pasar por ahí...
Alicia: Le he dicho que le pagaré bien. Es importante que me lleve hasta allí.
Izan: ¿Tan importante es?
Alicia: Así es.
Izan: Está bien, pero me tendrá que pagar muy bien...
Alicia: Siempre cumplo con mi palabra.
Patricia: ¿Y si retrasas la cita? Así podrías ir a mi cumpleaños y además volveríamos las dos juntas en el coche...
Alicia: Sabes muy bien que eso no es posible. El GPS funciona perfectamente, llegarás sin problemas a la civilización.
Alicia: Suba mi equipaje, por favor.
Izan: No soy su mayordomo...
Alicia: Y tenga cuidado y no golpee la maleta.
Izan: A sus órdenes señora...
Patricia: No me hace gracia que te subas a esa avioneta...
Alicia: Estaré bien, deja de preocuparte. Cuida de mi coche. Cuando llegues a casa lo dejas en el garaje y por favor, no lo utilices. Tú tienes el tuyo.
Patricia: ¿Ni para ir a la playa?
Alicia: Por supuesto que no, me lo llenarías de arena...
Izan: Un momento. ¿Y esa cosa?
Alicia: ¿A que se refiere?
Izan: Eso de ahí. Ese bicho.
Alicia:¿Se refiere a Kuka? ¡No es una cosa y ni mucho menos un bicho! Se llama Kuka y es mi perrita.
Izan: ¿Pretende que suba al bicho en la avioneta?
Alicia: Le repito que no es ningún bicho. Por supuesto, ella se viene conmigo.
Izan: Pues hemos terminado. No pienso subir perros a mi avioneta.
Alicia:¿Perdone? ¡Tan solo es una perrita!
Izan: Créame, es más que eso. Son peligrosos y muerden.
Alicia: ¡Hemos hecho un trato!
Izan: Está bien...pero el precio sube considerablemente.
Alicia: Es usted un miserable.
Izan: ¿Sigue interesada o prefiere buscar otro medio de transporte? Le advierto que es complicado encontrar algo más por aquí...
Alicia: ¡Está bien! Le pagaré más. Vamos, Kukita.
Subieron al avión y Alicia acomodó a Kuka entre sus brazos. Amaba con locura a su perrita y no estaba dispuesta a separarse de ella. El ruido al arrancar la avioneta fue ensordecedor y Kuka se acurrucó asustada. Patricia se despedía de su hermana con la mano. Alicia la veía ahí sola y una sensación extraña la invadió. ¿Se estaba portando mal con ella? Siempre se comportaba de una forma fría y nunca tomaba en serio su opinión.
Patricia: ¡Llama cuando llegues, por favor!
Alicia: ¿¡Qué!?
Patricia: ¡Que me llames cuando llegues!
Alicia: ¡Lo haré!
Izan: ¿Preparada para el despegue?
Alicia: Creo que sí. Todo lo preparada que se pueda estar en una situación así...
Kuka se asomó por la ventanilla y ladrando se despidió de Patricia, que seguía allí de pie.
La avioneta despegó y se alejó del suelo a toda velocidad. Patricia siguió despidiéndose de ellos con la mano hasta hacerse muy pequeña y desaparecer de su visión.
Una vez estabilizada en el aire, Alicia se sintió algo más segura. No podía dejar de mirar por la ventanilla. El paisaje era espectacular y de una gran belleza.
Alicia: ¡No pensaba que este lugar pudiese ser tan hermoso!
Izan: ¿Lo dudaba? ¡Es muy hermoso! Amo estas tierras desde que tengo uso de razón. La gente puede caer en el error de que aquí no hay vida por verse tan secano, pero nada más lejos de la realidad.
Alicia: ¿Que es aquello de allí?
Izan: Las ruinas del pantano. Según cuentan se trata de la ciudad sagrada. Allí vivían seres mitológicos y sobrenaturales en orden y armonía hasta la llegada del hombre.
Alicia: Fascinante. ¡Oh, aquello son patos!
Izan: Así es. Suelen pasar un par de semanas en estos lares antes de seguir con su ruta.
Alicia: ¿Lleva mucho tiempo dedicándose a esto?
Izan: Toda la vida. No gano mucho dinero, pero el suficiente para cubrir mis necesidades. Además, adoro volar. Siempre he creído que en otra vida fui un ave.
Alicia: Ah, claro...
Izan: A su derecha puede ver el oasis del pantano.
Alicia: ¡Cuanto verde! ¿Eso es una cascada?
Izan: Sí, y sus aguas son cristalinas y muy frescas. Suelo escaparme un par de veces a la semana para bañarme. A su izquierda la peligrosa zona de las hienas.
Alicia:¿Eso es una gasolinera?
Izan: Sí, está abandonada. Su dueño se marchó hace años.
Izan: Dígame, ¿que asuntos le traen por aquí?
Alicia: Pues...la venta de unos terrenos. El cliente es muy importante y por eso tengo que llegar a tiempo al encuentro.
Izan: Entiendo.
Alicia: ¿Es cierto que en este lugar ocurren cosas espantosas? Me he documentado y la verdad es que es terrorífico.
Izan: ¿Ocurren cosas espantosas en la ciudad? No me gusta estar informado pero las veces que pongo la radio no hago más que escuchar terribles acontecimientos. Asesinatos, ataques terroristas, atracos, contaminación, masificación, explotación laboral, contaminación...Es cierto que aquí ocurren cosas terribles, pero yo prefiero convivir con estos peligros que con aquellos. Es un lugar mágico, todo puede ocurrir. Tienes que estar atento a las advertencias que este lugar te puede dar.
Alicia: Visto así tiene razón. Aunque aquí está a merced de cualquier peligro sin ningún tipo de ayuda.
Izan: Me las arreglo muy bien solo. Además, conozco a unos cuantos amigos que viven por aquí. Es verdad que vernos es muy difícil, pero cuando he necesitado algo, siempre han estado ahí para ayudarme.
Alicia: ¿Eso es una gaviota?
Izan: Sí, aquí hay muchas y...
Kuka se volvió loca cuando la vio tan cerca de la ventanilla. Se puso a saltar y ladrar histérica por todo el compartimento. De un saltó se tiró sobre Izan y se colocó sobre su cabeza. No podía ver y al intentar quitarse al animal de encima perdió el control de la avioneta.
Kuka: ¡Guau guau guau guau!
Iza:¡Quítemelo de encima! ¡No veo nada!
Alicia: ¡Kuka, ven aquí!
Kuka: ¡Guau guau!! ¡Grrrrrrr!
Izan: ¡Nos vamos a estrellar!
Alicia: ¡Kuka, por favor!
Alicia pudo agarrar a la perrita después de varios intentos. Izan intentó hacerse con el control en cuanto se encontró libre de ella, pero finalmente la avioneta se estrelló contra unas rocas.
Continuará...
¡Por fin tenemos una historia tuya! Las echaba mucho de menos y esta cumple perfectamente con lo que se espera de ti; esa confluencia tan perfecta y armoniosa entre imagen y texto. Antes de nada, quería darte las gracias por describir tan bien los detalles de la historia: la forma de vestir y la apariencia de los personajes, la de la avioneta incluso...
ResponderEliminarHay varias cosas que me han gustado mucho, pero creo que la que más me ha impresionado es cuando Izan, en respuesta a las palabras de Alicia, le pregunta si en la ciudad ocurren muchos peligros. Me ha encantado eso. Siempre pensando que en el ámbito rural suceden más peligros ineludibles cuando en la ciudad continuamente nos acechan un sinfín de amenazas. Además, Izan confunde mucho. Al principio parece un chico simple y materialista, pues se impresiona al instante al ver a las dos chicas y después acaricia un coche como si de un ser vivo se tratase; pero, conforme vas conociéndolo, te das cuenta de que en realidad es una persona con mucho sentimiento y bastante espiritualidad. Me gusta mucho la forma como vive, aunque me da mucha pena que se haya estrellado su avioneta. No obstante, al principio me ha parecido injusto con la pobre Cuca, pero después tiene toda la razón. Además, me imagino que Cuca será uno de esos perros insoportables y mimados que ladran hasta al aire y cuyos ladridos te perforan los tímpanos.
Alicia no sé realmente si me cae bien. Es curioso, le has puesto un nombre que para mí es muy bonito y al que le tengo especial cariño (pues casi me llamo así en vez de Marina) a un personaje que está creado para que te dé rabia. Yo le habría puesto Patricia a Alicia y Alicia a Patricia, pero también intuyo que Alicia será uno de esos personajes que después, con las experiencias que vivirá, cambiará totalmente. Yo creo que, viendo cómo es el pantano en realidad y oyendo las palabras de Izan, ha empezado a cambiar su forma de pensar.
Después me ha dado mucha pena que Patricia tenga que insistirle tanto a su hermana en que vaya a su fiesta de cumpleaños. Me da pena que mendigue un amor que a la otra debería salirle espontáneamente, sobre todo porque es su hermana y creo que debería protegerla, pero también sé que se arrepentirá de su comportamiento.
Las fotos son preciosas. Puedo sentir el calor (además es muy evocador cuando dices que el calor la abofeteó en la cara) y además los escenarios son muy bonitos. No parece ese lugar árido en el que tanto calor se pasa...
¡Estoy deseando saber qué pasa! ¡Muchas gracias por regalarnos otra historia de las tuyas!
Por cierto, la empresa de Harrison Internacional es odiosa.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarVivaaaaaa! Estaba esperando esta historia del pantano, y parece de lo más emocionante. Las fotos son preciosas, me parece que algún día tendré que ir a verlo en persona... en fin... El argumento por ahora está muy bien, Izan se mueve como pez en el agua en el pantano, y aparecen esas dos niñas de papá, (aunque claro, Patricia tiene un pase, pero Alicia es taaaan insensible e inmoral...), seguro que tiene razón Alicia en pensar que si Izan supiera que quiere vender el pantano para que lo urbanicen no la iba a llevar. Hay que ver la que ha montado Kuka con la gaviota, ¡si se han estrellado por su culpa! Ahora toca esperar acontecimientos. Ah, muy salado el bichejo rojo, así nos recuerda que el pantano no es cualquier cosa y sus habitantes merecen un respeto... Espero con ganas la continuación, te está saliendo de miedo, jajajajajaja.
ResponderEliminarPor fin he podido ponerme a leer tranquilamente el primer capítulo de esta historia. Estos dos hermanas son nuevos personajes que han logrado engancharme. Mi preferida es Alicia aunque sea más mala, le veo decisión y es un custom muy bonito. Creo que la vida le va a dar una lección y después de esta experiencia en el pantano nunca volverá a ser la misma. También me ha encantado el personaje masculino. Es un wensulano guapo por excelencia y creo que podría vivir un tórrido romance con Alicia. Me han gustado mucho las fotos de la avioneta. Son de concurso.Tengo muchas ganas de leer la continuación. Veremos qué sucede a partir de ahora a esta pareja con el avión accidentado. Si de algo estoy segura es de que en el pantano todo es posible.
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