lunes, 15 de junio de 2015

Piratas en el tiempo: Capítulo 04 - Un nuevo capitán


Tras pasar unos días en isla Orca regresamos a nuestro barco. Había quedado con Brandy para preparar la búsqueda del mapa de la fuente de la juventud. Antes debía regresar a puerto para vender algunas cosas y buscar provisiones. Le di a mis hombres el día libre. Le pedí a Visto y Garfio que me acompañaran en busca de uno de nuestros compradores de joyas y objetos de valor.  A medio camino, Garfio se detuvo.

- Capitana, desearía ir a visitar a un viejo amigo. Hace mucho tiempo que no veo a Patapalopuñohierro. Me han dicho que está enfermo y me gustaría despedirme de él - Garfio nunca me pedía nada así que no puse ninguna objeción y lo dejé ir.
- Está bien. Nos vemos esta noche en el puerto.
- Gracias, Capitana.


Las intenciones de Garfio no eran visitar a un viejo amigo. Cuando nos alejamos, se acercó hasta un mozo que parecía estar esperando a alguien. El mozo se le acercó con sigilo. "Sígueme y no hables " le dijo en voz baja.


Garfio obedeció sin rechistar. El joven caminaba sin prisa pero sin pausa. Llegaron a un almacén y le ordenó que esperase en silencio. Garfio deseaba rebanarle el cuello. Odiaba que le diesen tantas órdenes. Se controló y esperó.



Pasados unos minutos apareció una tropa de soldados. Eran soldados franceses. Les acompañaba una chica muy bella. También vestía de uniforme pero a todas luces estaba claro que se trataba de una clack. Su pelo moreno le llegaba hasta el hombro y sus hermosos labios y sus delicadas facciones también la delataban.

- Pensaba que ya no volvería a saber de vos - Dijo el comandante. Era un hombre elegante, muy bien peinado y joven, no llegaba a los treinta. 
- Jamás me olvido de mis promesas - Respondió Garfio asustado - Tengo las coordenadas de la isla de Brandy.
- ¿Eso es cierto?


- Así es.He dejado las coordenadas en una de las habitaciones del hotel Mary Sarrat. - Garfio se explicaba orgulloso. Había cumplido su parte del trato. - También he dejado un mapa para que puedan encontrar el refugio. Encontrarlo sería prácticamente imposible. Allí los pillarán con la guardia bajada. Se creen invencibles. 
- ¿No me engañas?
- ¡Claro que no! Ahora quiero mi dinero - A pesar del miedo fue capaz de exigir el dinero acordado. Su avaricia era mayor que su temor.


El soldado desenvainó su espada y se la puso en el cuello a Garfio. Este se asustó y puso los brazos en alto.

- Nada me impediría rajarte el cuello aquí mismo. No eres más que una rata inmunda - le dijo con desprecio.
- ¡No es necesario que me mate! Se lo ruego, Coronel...
- Si descubro que me mientes, te mataré - Le amenazó.
- No le engaño. Además, están buscando un mapa...
- ¿Un mapa? - Intervino la clack.
- Dicen que es el mapa que lleva a la fuente de la juventud - dijo rápidamente. Temía por su vida y sabía que valía bien poco.


- Nos ha servido de gran ayuda, caballero. Tome, parte de las monedas que le prometimos - Le entregó un bolsa con varias monedas. - El resto cuando descubramos que las coordenadas son ciertas.
- Pero eso es injusto, el trato era...
- ¡Silencio! - Gritó el Coronel.
- No se preocupe, le entregaremos el resto, tiene mi palabra. Además, si nos facilita más información sobre ese mapa de la fuente de la juventud, recibirá muchas monedas más.
- Les mantendré informados, señorita.


Garfio se marchó sudando pero satisfecho. Aunque todavía tenía que cobrar la otra mitad, ya tenía en su poder una pequeña fortuna. Estaba dispuesto a beber y disfrutar de las clacks más bellas de la ciudad.


- Elizabeth, ¿te has vuelto loca? No tendrías que haber intervenido.
- James, tú no me das órdenes - Respondió ella desafiante.
- Si tu padre se entera me condenará a la horca. No entiendo esta afición tuya de jugar a ser soldado. Es peligroso y este no es lugar para una mujer. Yo te daría una vida maravillosa, lo sabes.


- Quiero luchar y acabar con la piratería. No quiero estar en casa con las aburridas de mis hermanas. Esta es la vida que quiero vivir. James, con tu ayuda convenceremos a mi padre para que me deje acompañaros al ataque a isla Orca. Esa asesina de Brandy y sus hombres son peligrosos y yo puedo ser de gran ayuda.
- Quizás...pero concédeme una cita. Vamos, sé que te gusto y tu padre estaría muy contento con nuestra unión.


- Hallaré otra forma de convencer a mi padre. ¡Puedes irte al cuerno! - Elizabeth se marchó junto a los soldados y James vio cómo se alejaba mirándole el trasero.
- Algún día caerás, estoy seguro. 


El fuego estaba devorando el refugio de Brandy y su tripulación.El Capitán Gautier Arcens y sus hombres habían invadido isla Orca. Varios piratas yacían muertos en el suelo. Los que habían conseguido sobrevivir a las terribles heridas pero necesitaban ayuda médica, eran rematados por los franceses. A pesar de todo la misión estaba lejos de haber sido un éxito. Muchos hombres de Gautier habían perecido en la batalla y sólo disponía de unos pocos. Brandy y algunos de sus hombres habían desaparecido sin dejar rastro. 

- ¡¿Dónde está Bgandy?! - Gritaba enfurecido. La había herido de gravedad pero consiguió escapar en el último momento.
-Padre, no debe andar muy lejos. - Elizabeth había conseguido convencer a su padre para que la dejase participar en la batalla. Aunque al principio la sobreprotegía, al final descubrió que se sabía defender muy bien sola. - La encontraremos.


- Somos muy pocos hombges. Debemos andag con mucho cuidado hija. Ellos conocen esta isla y nosotgos no - Advirtió a Elizabeth.
- No permitiremos que escape de la justicia, padre. Acabaremos con esa miserable asesina - Dijo convencida. 


James apareció corriendo muy nervioso. Les anunció la llegada de un barco pirata. Si permanecían en la isla serían una presa fácil.

- ¿Que hacemos, señor? - Preguntó nervioso.
- Me gustagía permaneceg aquí y luchag hasta el final...pego temo pog la vida de mi quegida hija.
- ¡Padre! No debe temer por...
- Elizabeth, no pegdonagía jamás que te ocuggiese nada malo. Además, debemos pedig gefuegzos. James, ocúpese de mi hija. Volvamos al bagco cuanto antes. - Ordenó decidido.


Mientras el Capitán Gautier Arcens corría para poner en preaviso a sus hombres y ordenar la retirada, James se acercó a Elizabeth. Sentía una gran atracción por ella y sentía algo muy especial que no sabía bien si se trataba de amor.


- Has estado estupenda, ¿lo sabes? 
- Gracias. Te lo dije, sé luchar.
- Ahora lo sé, pero es el momento que dejes esto en manos de los hombres. Yo te protegeré, ¿de acuerdo? No permitiré que nada malo te ocurra - La sola idea de perder a Elizabeth le hacía desfallecer. 
- No, todavía no lo has comprendido. No necesito que  tú ni ningún hombre me defienda - Respondió enfadada.


- Pero...
- No seas testarudo. Vamos, debemos marcharnos de aquí - Salió corriendo y dejó a James con la palabra en la boca. 


Llegamos al escondite de Brandy empuñando nuestras armas. Dispuestos a defender a nuestros camaradas. Al descubrir la destrucción del lugar una gran desolación me invadió. Aquel rincón del que me había enamorado estaba completamente destruido. 


Pensé en Brandy, pensé en Hércules. No quería que mi amiga muriese pero tampoco él. Recordaba su mirada, su sonrisa, su voz.. El destino me lo quería arrebatar incluso antes de que lo hubiese conocido de verdad. 

- ¡Maldición! - En el suelo encontré el sombrero de Brandy manchado de sangre. - Es de Brandy...
- Sí, mi Capitana. ¿Cree que estarán muertos? Mis hermanos, no puede ser...¡No puedo perder a dos hermanos de esta forma! - Se lamentó Tigre - Tampoco a ella...la amo, la amo con todo mi corazón.- Sabía que estaba hablando de Xira.
- No perdamos la esperanza, Tigre.


De pronto apareció Xira ante nosotros. Parecía estar en perfecto estado, Llevaba una escopeta y nos apuntó. Cuando se dio cuenta de que éramos nosotros, bajo el arma.

- ¡Tigre! - Exclamó aliviada.
- ¡Amor! ¿Estás bien?
- Sí, estoy bien. Vamos, os llevaré con los demás. Debemos abandonar la isla cuanto antes.


Seguimos a Xira hasta llegar a un lugar oculto muy cercano a la playa. Encontramos a Tocador, Jin,  Tamara y Pez. No vi a Hércules por ningún lado y tampoco a Brandy. Me temblaban las piernas. Aunque no lo conocía sentía una unión muy especial a él. Cuando nos acercamos más descubrí a mi amiga tumbada. Estaba apoyada en el tronco de un árbol. Pez le estaba dando un especie de brebaje. Ella tomaba una cucharada y luego bebía un buen trago de ron.

- ¡Brandy!  - Exclamé llamando su atención. - ¿Te encuentras bien?
- Diana, has venido...Imagino que esos desgraciados habrán huido como ratas.
- Sí. Ya no había nadie cuando hemos llegado. ¿Quién fue el que os atacó?
- Ese miserable, Gautier Arcens...¡Ah, duele! - Se quejó.

Sentí que la ira más descontrolada me invadía. El mismo hombre que había arrebatado la vida a mi padre también había herido a mi mejor amiga y posiblemente asesinado a Hércules.

- ¡¡Gautier otra vez!! - Grité enfurecida.


- Beba, esto le calmará el dolor - Le dijo Pez. Rechazó el brebaje y lo sustituyó por otro trago de ron. - Capitana, esto le reducirá el dolor.
- Quiero sentir este dolor, Pez. Son mis heridas, es mi final. Yo decido cómo quiero morir...


- No digas tonterías, ¡te recuperarás! Eres una clack fuerte, lo sabes - No concebía la idea de que ella se rindiese.
- Mi querida amiga. He sido fuerte pero este es mi final - me dijo sonriendo.
- Pez, la curará, ¿no es cierto? - Le pregunté esperanzada.
- Lo cierto es que nada puedo hacer por ella...sólo mitigar su dolor.
- Algo se tiene que poder hacer...no es posible.
- Diana, nada se puede hacer. No entristezcas por mi, amiga mía. La muerte no es el final, estoy completamente segura de ello. Además, esta es la muerte que deseo.
- Brandy...


Esa profunda tristeza, esa terrible desesperación de ver que alguien al que quieres se muere y nada puedes hacer para remediarlo invadía mi alma. Su palabras no fueron ningún consuelo para mi. Iba a morir y jamás volvería a verla...Estaba a punto de ponerme a gritar cuando lo vi aparecer. Era él y se encontraba bien. Estaba vivo, mi Hércules. 

- ¡Hércules! - Grité sin poder evitarlo.
- Diana... - Por su mirada supe que se alegraba de volver a verme.
- Él es duro, muy duro - me dijo Brandy. 


- ¿Se encuentra bien? - Le pregunté disimulando mi preocupación.
- Perfectamente. Gracias a vuestra ayuda esos cobardes han huido - Me dijo agradecido.
- Pero no llegamos a tiempo para...
- Diana, has hecho lo que has podido - Dijo Brandy bebiendo otro trago de ron.


- No lo suficiente, Brandy...Vamos, debes luchar, te lo ruego. - Le supliqué agarrándole una mano.
- Llevo toda mi vida luchando. Por ser mujer, por ser pirata, por mi libertad, por mis hombres...He ganado muchas batallas pero esta guerra la he perdido. No...no puedo más...Ahora Hércules será el nuevo capitán de Orca. Te llevarás bien con él...estoy segura...
- Brandy...te echaré de menos. Jamás te olvidaré, jamás - Hacía un gran esfuerzo para no llorar.
- Muero feliz, rodeada de mis hombres y con la mejor amiga que se pueda tener...Amiga mía, nunca te rindas...
- Brandy...¡Brandy! - Murió entre mis brazos. Sentí que se alejaba para siempre, que viajaba hacia un lugar misterioso del que no regresaría jamás.


- La capitana a muerto - Anunció Hércules.

Sus hombres y los míos guardaron silencio. Todos sentimos que ella merecía ese tiempo en su honor. No lo pude evitar y salí de allí a toda prisa. Me alejé todo lo que pude, apartando la maleza que entorpecía mi camino.


Llegué a un lugar rocoso y me quedé mirando al océano.Allí en soledad pude llorar. No deseaba que nadie me viese llorando y me considerasen débil. Juré por mi vida que vengaría su muerte y la de mi padre. Escuché unos pasos acercándose a mi.

- ¿Se encuentra bien? - No me giré, no deseaba que nadie me viese llorar. Era Hércules, reconocería su voz entre un millón.
- Sí, sólo deseaba estar sola  - Contesté sin girarme.
- Yo también siento la muerte de Brandy, no debe avergonzarse por derramar lágrimas por ella - Me consoló.


- ¡Yo no estoy llorando! - Le grité llorando dándome la vuelta. 
- Algún día vengaremos su muerte, se lo prometo. - Su sonrisa y su tono de voz me calmaron - Debe reponerse, tenemos que marcharnos de esta isla cuanto antes.
- Tiene razón...Gracias...- Él me contestó con una sonrisa y supe que estaba irremediablemente enamorada de él.

Tocador nos estaba espiando. Sabía que entre nosotros había saltado una chispa muy especial y que si no hacía algo, pronto estaríamos unidos para siempre.


Continuará...

2 comentarios:

  1. ¡Perdóname por no haberte comentado este capítulo! ¡Me dijiste en algún momento que habías publicado otro capítulo, pero no me he acordado hasta hoy! ¡Tengo delito! Bueno, ¿qué puedo decir? Es un capítulo muy emocionante que merece un gran aplauso. Primero me ha impactado mucho la traición de Garfio; pero ¿qué se piensa? Después me ha dado mucha pena la muerte de Brandy. ¡No es justo! Y me conmueve mucho que Diana no quiera que la vean llorar. No es nada malo que llore, al contrario. Se nota mucho que entre Hércules y ella saltan un millón de chispas, pero ¿quién será el primero en confesarlo? ¡A ver cómo planean juntos la venganza de la muerte de su padre y de su amiga!
    ¡Me encanta esta historia! Y está tan bien escrita que se nota que cada palabra contiene un millón de recuerdos. Me alegra muchísimo que estés compartiéndola y que podamos disfrutar de lo emocionante y a la vez profunda que es. Me ha conmovido mucho la muerte de Brandy porque está magistralmente escrita. Enhorabuena. Por cierto, las fotos son perfectas. ¡Este capítulo es de diez!

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  2. Hace ya mucho que leí este capítulo y el anterior. Pude comentarlo contigo en persona pero no te había dejado aquí unas palabras. Quiero decirte que esta historia es de una calidad increíble y que se nota de sobra que está hecha con mucho corazón, pues sé de sobra lo especial y significativa que es para ti. Me ha dado mucha pena la muerte de Brandy. Ese Garfio me ha enfurecido, ¿cómo ha sido capaz de vender a su gente? Pero lo que más me gusta es la química que hay entre Hércules y Diana. ¡Ay! Esas fotos en las que lo conoce y él sin ropa, me han hecho mucha gracia. Y cuando se acerca para consolarla por la muerte de Brandy. Me encanta también esa escena... Las fotos son preciosas y sobre todo me gustan muchísimo también los customs. Brandy me parecía una pirata a la antigua diferente y preciosa. El mozo que lleva a Garfio hacia los franceses. Pero sobre todo me encanta Elizabeth, ¡ay, es tan bonita!. Espero que a final se enamoré de un pirata y deje a James y dé una lección de humildad a su padre.
    En fin, que espero que pronto continúes esta historia, porque quiero saber todooooo lo que queda por pasar.
    Un abrazote

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