Halloween 2024
Capítulo 01
Una noche maravillosa
Este pobre desgraciado corre por su vida. Se llama Harry y aunque vive en una preciosa casa heredada de sus padres, se pasa la mayor parte del tiempo bebiendo en el bar de su pueblo. Está soltero y la única clack que pasó por su vida como aspirante a novia, salió corriendo sin mirar atrás en cuanto descubrió su verdadera personalidad. Harry es terco, maleducado, simple y muy desagradable. Tiene amigos, pero de esos de bar y borrachera. No es que sea mala persona, pero a nadie le apetece aguantar semejante personalidad.
Sí, ahí lo tenemos. Está corriendo como alma que lleva el diablo, totalmente aterrado. Sus amigotes de bar le retaron a pasearse por el bosque a medianoche y él aceptó el reto sin dudarlo. Se jugaba una noche de cervezas gratis. Norman, uno de sus amigos de borrachera, fue el que le propuso el reto. Le daba rabia que Harry siempre se las diese de no tenerle miedo a nada. Además, le envidiaba. Norman estaba casado con una mujer que lo odiaba y le hacía la vida imposible, aunque si conociésemos bien a Norman, nos posicionaríamos al lado de su mujer. Sin embargo, Harry no tenía que darle cuentas a nadie.
No sabía cómo había ocurrido todo. Cuando llevaba un rato caminando por el bosque, dejó de escuchar las risas y gritos de sus amigos. Aquel bosque lo había engullido en la noche más oscura que había visto jamás. Tras caminar un rato apartando ramas y pasando frío, llegó a un lugar extraño. Empezaron a surgir brazos de la tierra y pronto salieron cadáveres putrefactos. Harry, que hasta ese momento había mantenido la compostura, salió corriendo hacia una mansión en lo alto de una colina. Era el único lugar seguro en el que podría refugiarse.
Harry tropezó y cayó al suelo. Miró atrás y vio a los muertos acercándose. Caminaban torpemente, pero sin detenerse ni un instante.
Muerto con ojo colgando: ¡Tengo hambreeee!
Muerto putrefacto: ¡No corras, comida!
Muerto sin lengua: ¡Chfhfchhh!
Muerto de hambre: ¡Me pido las posaderas!
Se levantó a toda prisa y corrió hasta llegar a la puerta de entrada de la mansión. No encontró el timbre por lo que empezó a golpear la puerta.
Harry: ¡¡Socorro!! ¡¡Abran la puerta!!
En el interior de esa inquietante mansión, vive Calabazo. Nuestro querido y admirado Calabazo. Estaba profundamente dormido. Había pasado la noche anterior de fiesta junto algunos amigos de ultratumba, por lo que estaba agotado.
Las ventanas rotas de su alcoba permitían que se colase el viento. Las cortinas blancas y desquebrajadas, se movían formando siluetas extrañas y espantosas. Allí olía a humedad, polvo y abandono. Los golpes en la puerta de Harry se escuchaban por toda la casa.
Calabazo empezó a moverse inquieto. Estaba teniendo una pesadilla maravillosa. En ella, se comía a Papa Noel por Navidad, mientras miraba la tele. Se reía a carcajadas cuando los niños salían llorando, enfadados por no recibir ni un solo regalo.
Los golpes no cesaban y finalmente despertaron a Calabazo. Tiene muy mal despertar, por lo que se sentó en la cama escupiendo improperios al aire.
Calabazo:¡¿Quién osa despertarme?! ¡Estaba teniendo una deliciosa pesadilla! ¿Eh? ¡Amigos! Estabais ahí mientras yo dormía. Anoche estuve de fiesta infernal y me pasé con la sangre. Siento haber estado ausente, pero asuntos de ultratumba ocupaban mi tiempo. ¿Vosotros también estáis escuchando eso? ¡Alguien está llamando a la puerta de mi casa!
Se levantó de la cama malhumorado y se asomó a la ventana. La noche era perfecta. Nubes de tormenta acercándose lentamente, truenos, relámpagos, viento, frío, aullidos de lobo y susurros de espíritus atormentados.
Calabazo: Hace una noche maravillosa, ¿no os parece?
Miró al cementerio y deseó estar allí, paseando entre las tumbas.
Calabazo: Hoy los espíritus y demonios están muy inquietos...
Los golpes en la puerta no cesaban. Calabazo bajaba las escaleras a la planta baja muy intrigado. Normalmente, nadie osaba llamar a la puerta ni molestarlo.
Calabazo: Espero que no sean los duendes malignos haciendo de las suyas.
¡¡Socorro!!
Calabazo: ¿Socorro? No creo que se trate de un duende. Es extraño y muy arriesgado pedirme ayuda.
Llegó a la puerta principal. Allí los golpes se escuchaban con mucha más intensidad. Harry intentaba desesperadamente que alguien le abriese la puerta. Esas criaturas infernales se estaban aproximando y no tenía escapatoria.
Harry: ¡Qué alguien me ayude! ¡Abrid la puerta!
Calabazo: Voy, voy. Qué exigentes pueden llegar a ser algunos. Como sea un vendedor del libro de los muertos o predicadores de la iglesia oscura, me voy a cabrear y mucho.
Calabazo abrió la puerta y se encontró a Harry suplicando que le dejase entrar. Se sorprendió al ver a un simple mortal tan alejado de su mundo, por lo que no dudó ni un instante en dejarle entrar.
Harry: ¡Me persiguen muertos vivientes! ¡Por favor, déjeme entrar!
Calabazo: Desde luego, pase pase.
Harry: ¡Gracias, amigo!
Calabazo dejó entrar a Harry y este pasó a toda prisa. Cerró y seguidamente llegaron los muertos a la puerta.
Calabazo: Pobres...
Harry: ¿Cómo?
Calabazo: No, nada. Le ha ido por muy poco, caballero.
Harry: ¿Qué son esas cosas? ¿Dónde estoy?
Calabazo: Son lo que está viendo. Muertos vivientes. Salen de sus tumbas cuando huelen carne humana.
Harry: ¿Esto es una pesadilla?
Calabazo: Ha respondido usted mismo a su pregunta anterior. Está en una pesadilla y no creo que pueda salir.
Harry: Estaba en el bar y mi amigo Norman me retó a pasear por el bosque en la oscuridad. Yo acepté pero me perdí.
Calabazo: Ohhh, pobre. Lo ha debido pasar muy mal. Por favor, tome asiento e intente tranquilizarse.
Harry: Eres muy amable. Gracias por dejarme entrar...
Tomó asiento frente a la mesa y entonces, se percató del extraño rostro de nuestro querido y admirado Calabazo.
Harry: ¿Quién eres tú? Tienes una cara rara...
Calabazo: ¡Oh, gracias! Perdone, no me he presentado. Me llamo Calabazo.
Harry: Yo soy Harry...
Calabazo: Le traeré algo para beber.
Harry: ¿Tienes cerveza?
Calabazo: No, pero le traeré otra cosa que seguro le gustará.
Calabazo trajo dos copas de cristal y una botella. Llenó las copas hasta arriba de un líquido rojo muy extraño.
Harry: ¿Vino?
Calabazo: Algo así. Le sigo viendo muy nervioso.
Harry: Quiero volver al bar y contarle a los chicos lo que me ha pasado. No se lo van a creer pero me tendrán que pagar las cervezas gratis que me prometieron.
Calabazo: Veo que arriesgó su seguridad por una estúpida apuesta y unos litros de ese repugnante líquido.
Harry: Dicho así...¡Es cerveza! Chino Juan tiene la mejor cerveza y siempre pone olivas o cascarujas gratis.
Calabazo: Eso es muy emocionante. Sigue nervioso, le veo temblar.
Harry: Sí...es que no sé dónde estoy ni lo que está pasando.
Calabazo: ¿Le doy miedo?
Harry: No...
Calabazo: El miedo nos alerta de posibles peligros, no debe ignorarlo. Para que se tranquilice, le voy a contar una historia.
Harry: ¿Una historia? ¿Ahora?
Calabazo: ¿Tiene algo mejor que hacer? No puede salir, es peligroso...
Harry: Bueno. Cuénteme una de chicas guapas y fiestas, por favor.
Calabazo: Está bien, le contaré una así. Se titula, las apariencias engañan.
Continuará...