La familia Porter vivía en un barrio humilde de la ciudad. Su casa estaba cercana al bosque y separada por vallas de las demás. Se notaba que la casa había vivido tiempos mejores, pues estaba algo desmejorada. En la zona que rodeaba la casa, dentro del vallado, se veía algo de dejadez. A la intemperie tenían ordenadores viejos, motos destartaladas y aspiradoras inservibles. Las malas hiervas invadían las pantallas, las ruedas de las motos y los cables de las aspiradoras. Una barbacoa, la caseta del perro, bidones y una bicicleta muy antigua eran algunas de las cosas que decoraban el terreno de los Porter.
Olivia Porter era la madre de Chidi. Una mujer con mucho temperamento y a la que todo el mundo respetaba. Era una mujer muy religiosa y todas las semanas acudía feliz a la iglesia. La razón principal por la que compró la casa en su juventud fue por lo cerca que estaba de la iglesia. Cuando dio a luz a su segundo hijo, Martin, engordó. Nunca consiguió quitarse esos kilos de más, pero tampoco le quitaba el sueño. Orlando, el hombre de su vida y su único amor, nunca le dio importancia y le seguía pareciendo la mujer más bella del Playmundo.
Olivia adoraba las flores. Tenía muchas macetas con flores preciosas que contrastaban con el descuidado terreno. Además, era una fanática de los gatos. Todos los días preparaba comida para los gatos callejeros de la zona. Gracias a ella, vivían sin complicaciones y no pasaban hambre. Habían tantos merodeando alrededor de la casa que todos la conocían como "la casa de los gatos".
Wenda se había soltado el pelo. Quería parecer más joven, al menos dar esa impresión a la familia de Chidi. Estaba muy nerviosa. Cuando vio la casa, se sorprendió. Al principio le pareció un lugar precioso, una casa imponente, pero cuanto más se acercaba, más se percataba de las miseras del lugar.
Chidi: Esa es mi casa.
Wenda: Es una casa espectacular, cariño.
Chidi: Es vieja, pero tiene su encanto. Espero que hayan decentado un poco el terreno. Mi hermano es mecánico y un manitas para la electrónica. Se trae a casa todo aparato que encuentra por ahí y luego lo abandona en cualquier parte. Dice que le puede valer para piezas de repuesto, pero yo solamente veo chatarra inservible.
Wenda: ¡Cuantos gatos!
Chidi: Mi madre los adora. Los cuida y los protege.
Wenda: Nunca había visto tantos juntos. ¿Y ese coche destrozado?
Chidi: Era de mi hermano. Tuvo un accidente y quedó siniestro total. Lo dejó ahí, con intención de repararlo, pero de eso hace ya muchos años y ahí sigue.
Wenda: Los gatos viven dentro y está invadido por la maleza...Ay, ese gato me mira raro...
Chidi: Mi madre está regando las plantas. Mi padre está en el porche, durmiendo en su mecedora. Le gusta estar ahí.
Wenda: Estoy nerviosa...¿Les dijiste que soy más mayor?
Chidi: No, eso no se lo dije. Tranquila, todo saldrá bien.
Wenda: ¡Chidi! Deberías haberles advertido...
Chidi: ¡Mamá!
Olivia: ¿Eh? ¡¡Orlando, el niño ya está en casa!! ¡¡Chidi!!
Chidi: ¡¡Mamá!!
Olivia: ¡Mi niño, por fin has llegado! ¡Ven con tu madre! ¡¡Martin, tu hermano ya está aquí!!
Martin: Ya lo veo, mamá. No hace falta que grites.
Olivia abrazó a Chidi con lágrimas en los ojos. Llevaba muchos meses deseando abrazar a su hijo.
Olivia: Deja que te vea. Mi niño, ¡estás hecho todo un hombre! Estás guapo, aunque algo delgado, ¿comes bien?
Chidi: Sí, pero cuido la línea. Voy al gimnasio y me alimento de forma sana.
Olivia: Ya hablaremos seriamente de esto.
Chidi: Mamá, tengo el placer de presentarte a mi...
Olivia: ¡Suegra! ¡Oh, esto es increíble! Se nota que la cosa va en serio cuando te traes a la suegra. ¡Eres muy guapa!
Wenda: Esto...
Chidi: Mamá...
Olivia: ¡Dame un abrazo, consuegra!¡Un placer conocerte!
Wenda: Igualmente...
Olivia: ¿Dónde está tu hija?
Chidi: Mamá, te estás confundiendo.
Olivia: No entiendo.
Chidi: Ella es Wenda, mi novia.
Olivia: Venga ya, hijo. Estás bromeando, ¿verdad?
Chidi: No es ninguna broma. Wenda es mi novia.
Olivia: ¿Ella es tu novia?
Wenda: Así es. Comprendo su sorpresa. Yo también tengo hijos y sé que esto no es lo que uno espera...pero le aseguro que nos amamos y que lo nuestro es verdadero.
Olivia: Ya veo...
Chidi: Mamá...
Olivia: No seré yo la que se interponga en la unión de dos corazones. Bienvenida a la familia, Wenda. Disculpa, no pretendía ser maleducada. Por favor, pasa.
Chidi: ¡Papá!
Orlando: ¡Hijo mío! ¡Tenía muchas ganas de verte!
Chidi: Os echaba de menos.
Orlando: ¡Estás fuerte!
Chidi: Bueno, lo intento.
Orlando: Estoy tan orgulloso de ti, hijo mío. Dime, ¿dónde está tu novia?
Chidi: Aquí está. Wenda, te presento a mi padre.
Orlando: ¡Ven aquí, hija mía! Eres muy bella.
Wenda: Muchas gracias. Es un placer conocerle. Chidi me habla mucho de ustedes.
Orlando: Bienvenida a la familia.
Martin: ¡Ey, brother!
Chidi:¡Hermanito!
Martin: Me alegra verte. Se te echa de menos por aquí.
Chidi: Yo también os añoro. Es duro vivir solo en la gran ciudad. Aunque ahora ya no lo estoy.
Chidi: Te presento a mi novia,Wenda. Amor, él es mi hermano Martin.
Martin: Vaya, una madurita cañón.
Olivia: ¡Martin! ¡Esa boca!
Martin: ¿Qué pasa?
Olivia: No seas maleducado.
Wenda: Un placer, Martin.
Martin besó la mano de Wenda.
Martin: El placer es mío, preciosa.
Olivia: Venga, entremos en casa. Dejáis las maletas y os instaláis. Estaréis cansados del viaje.
Wenda: La verdad es que sí.
Olivia: Wenda, tú dormirás conmigo.
Wenda: Oh, no deseo molestar tanto...
Olivia: No es molestia. Chidi dormirá en su habitación y mi marido con Martin. Hasta que no os caséis no podéis dormir juntos, al menos en esta casa.
Wenda: Sin problema...
Chidi: Mamá, podríamos dormir juntos. Estamos en el siglo...
Olivia: En esta casa tenemos unas normas, Chidi. ¿Que pensaría el padre Gabriel si se enterase?
Wenda: No hay ningún problema.
Olivia: Martin, acompaña a Wenda a mi cuarto.
Martin: Voy.
Wenda siguió a su cuñado. Subieron unas escaleras y entraron en un amplio cuarto de matrimonio.
Martin: Aquí dormirás con mi madre.
Wenda: Vale.
Martin: Imagino que preferirías compartir cama con mi hermano.
Wenda: La verdad es que sí...pero entiendo a tu madre.
Martin: Eres muy guapa.
Wenda: Gracias.
Martin: Mi hermano siempre ha tenido buen gusto con las mujeres.
Wenda: Eres muy amable.
Martin: Luego te enseñaré mi moto. Alucinarás. Si quieres, te doy una vuelta con ella. Hay sitios muy guapos por ver en esta zona.
Wenda: A veces solía ir en moto con Duclón.
Martin: ¿Quién?
Wenda: Alguien al que quise mucho.
Wenda se quedó deshaciendo la maleta. Martin se fue para dejarla sola. Se giró y le miró el culo.
Martin: Mamita, qué rica está...
Mientras, Chidi hablaba con sus padres.
Olivia: ¿Qué ocurre con Ingrid? ¿Es que ya no te gusta?
Chidi: ¿Que tiene que ver Ingrid en todo esto? Nunca me gustó, por mucho que te gustase a ti.
Olivia: ¡Pero si es un encanto! No se pierde una misa y participa mucho en la iglesia. Cocina de maravilla, es preciosa y lo mejor, tiene tu edad.
Orlando: Deja al chico tranquilo.
Olivia: Ah claro, como a ti te da igual todo. Estamos hablando de nuestro hijo.Esta mujer es muy mayor y no te podrá dar hijos.
Chidi: Se pueden tener hijos de muchas formas, mamá. ¿Crees que para mi la edad es importante? Wenda es maravillosa. La amo con locura y no me importa la diferencia de edad. Ingrid es buena mujer, pero no me atrae y no me gusta.
Olivia: ¿Y te gusta una mujer que podría ser tu madre?
Chidi: ¡Mamá, por favor!
Orlando: Pues es una mujer espectacular. A mi me gusta, hijo. Tienes mi bendición.
Olivia: Tú con tal de llevarme la contraria...
Chidi: Mamá, ¿es que no deseas que sea feliz? Recuerdo tu historia con papá. Los abuelos le tenían manía y no fue fácil que lo aceptasen. Ahora te estás comportando de la misma forma...
Olivia: Lo siento, mi niño. Tienes razón. A veces idealizo algo y si no se ajusta a lo que mi mente crea, lo rechazo. Lo cierto es que se ve una mujer con cabeza y mucha clase. Es educada y muy bella, la verdad. Lo importante es que os amáis, lo demás es secundario.
Chidi: Gracias, mamá. Eres la mejor.
Olivia: ¿Que dicen sus hijos?
Chidi: Para ellos también fue un shock, pero creo que les caigo bien.
Olivia: Los quiero conocer. Mira tú por dónde, ahora tengo nietos.
Chidi subió a ver a Wenda. Ya había terminado de guardar la ropa.
Chidi: ¿Y bien?
Wenda: No pensaba que tendría que compartir habitación con tu madre...
Chidi: Lo siento, amor. Será solamente una noche.
Wenda: ¿Le caigo bien?
Chidi: Sí, pero tenemos que darle tiempo.
Wenda: La entiendo. Yo en su situación seguramente actuaría igual. Me siento un poco fuera de lugar, Chidi.
Chidi: Entiendo que no es fácil para ti. Cuando me presentaste a tus hijos...Sus no parecía muy contenta conmigo. Tu padre no hacía más que examinarme con la mirada...
Wenda: También fue un shock para ellos. Da igual, cariño. No pienso dejar que nada ni nadie nos separe. Te amo y si eso no lo entienden los demás, es su problema.
Chidi: Debemos luchar por nosotros, por nuestro amor.
Continuará