Nochebuena en casa de Sus y Diamante. Este año reciben muchos invitados, entre familiares y amigos. En la habitación de Suselle, los niños juegan a la guerra de los muñecos. Por un lado están Pradito, Suselle, Walter y Vaiana. Representan al bando revolucionario de las muñecas. Por otro lado están Dante, Karim y Anita. Ellos representaban al bando de los osos poderosos.
Suselle: ¡Habéis matado a Barbie astronauta!
Karim: ¡Nadie se mete con los osos poderosos!
Pradito: ¡Venganzaaaa!
Walter: ¡Pagaréis por esto!
Vaiana: ¡Rendiros!
Dante: Jamás nos rendiremos. También habéis matado al oso amoroso de la nube, ¡esto ya no tiene arreglo!
Anita: ¿Y si hacemos un pacto con el bando de los balones de fútbol? ¡Seguro que nos ayudarían!
Karim: ¡Buena idea!
Willy le había dado 10 cleuros a Dante si dejaba que él y sus amigos se quedasen a solas en su cuarto. Dante aceptó de buena gana. Había conseguido que Emma se quedase a cenar esa noche y Renzo había hecho lo mismo con Kim. Los cuatros estaban sentados en una alfombra en el suelo. Kim estaba sentada sobre Renzo. Lo abrazaba y besaba. Renzo correspondía sus muestras de amor totalmente entregado.
Renzo: Me alegro tanto de que estés aquí.
Kim: Y yo. Me tocaba cenar con mi madre y sus aburridas amigas. Esto es mucho mejor. Dame otro beso.
Emma y Willy observaban sorprendidos y algo envidiosos la escena.
Emma: Ya os podríais cortar un poquito.
Renzo: El amor no se puede controlar, Emma.
Willy: Bah, pasa de ellos. ¿Que te gustaría hacer?
Emma: Pues...no sé.
Willy: Creo que sé lo que te gustaría.
Emma: ¿Sí? Tanto se nota...
Willy: Sí, se te nota en la mirada. ¡Una partida de parchís!
Emma: Ah sí...es eso...
Mientras, los piratas veían una carrera de coches en la televisión. Estaban en la sala del piano, que es dónde Suselle practicaba sus clases de piano y Diamante veía la tele y jugaba a la videoconsola. Todos bebían mientras veían la carrera.
Diamante: ¡Aceleraaaa! ¡Venga, Fernando clicklonso!
Hércules: Le toca repostar, no le queda otra.
Tina: ¿No puede golpear al coche que le persigue? Estoy segura que con un buen golpe lo manda a pastar.
Duque: Eso sería jugar sucio. Hay reglas y si no las sigues, te descalifican.
Tina: Pues molaría más así.
Diamante: ¡¡Bieeen, ha conseguido adelantar al primero!!
Wen: ¡Fastídiate,Click Hamilton!
Vicrogo tocaba el piano para Sinéad, que adoraba ver a su querido amigo tocar. Vicrogo llevaba mucho tiempo practicando y ya lo tocaba muy bien. Sinéad no podía evitar emocionarse con la canción que estaba tocando.
Sinéad: Vicrogo...esta es la canción que me inspiró a escribir La Dama de la Noche. Es preciosa...
Vicrogo: Me alegra que te guste.
En uno de los descansillos se encontraban Pandy, Pinky, Tinger, Chiluca y Caye. Los animales se habían reunido ahí para estar a su aire.
Tinger: Grrrrrrrrrrrrr (Qué pesados están Pandy y Pinky con tanto besito...)
Chiluca: Guau guau guau (No conocía ese lado tierno de Pandy...y ahora que va a ser papá...)
Caye: ¡Guau guau! (¡Yo también quiero enamorarme!)
Pandy: ####### (Eres la osa más bonita del mundo)
Pinky: ##### (No conoces otra osa...)
Pandy:#### (Ni falta que me hace. ¿Necesitas algo? ¿Agua, un poco de bambú?)
Pinky: #### (Estoy bien, Pandy. Eres tan atento conmigo)
Sus estaba en su habitación junto a Duclack, Estrella y Fatumata. Duclack estaba sentada en la cama junto a Fatumata. Estaba agotada y le molestaban los riñones. El embarazo estaba siendo más duro de lo que pensaba. Sus le enseñaba a Estrella la cuna que había comprado para el bebé que estaba esperando.
Estrella: Es preciosa. Es ideal, pega con los colores del cuarto.
Sus: Sí, yo creo que es una cunita perfecta.
Estrella: Nosotros también hemos comprado una cunita para nuestro bebé. Ay, estoy deseando que nazca ya...aunque por otra parte me da miedo.
Duclack: A mi también. El momento de dar a luz me inquieta mucho.
Fatumata: Por eso es importante prepararse para ello.
Las tres embarazadas se sentaron en la cama.
Sus: Yo...no quiero tener más hijos.
Duclack: Tres está bien.
Estrella: Tres son demasiados.
Sus: Mis hijos me dan la vida, la verdad. Los quiero con locura, pero ya no podría soportar más responsabilidades. ¡Y que estar embarazada es un calvario! No puedo más con el dolor de pies y de riñones.
Duclack: Por no hablar de las ganas de vomitar...
Estrella: Es injusto que los hombres no se queden embarazados.
Sus: No creo que fuesen capaces de soportarlo. Diamante parece que se está muriendo por un simple resfriado...imagínate embarazado.
Duclack: ¡Me lo estoy imaginando! ¡Jajajajaja!
Sus, Estrella: ¡Jajajaja!
Fatumata: Os haré un masaje relajante que os irá bien para la circulación y os aliviará los dolores. Venga, empiezo contigo, Duclack.
Duclack: ¡Genial!
Fatumata: Túmbate boca arriba. Muy bien,relájate.
Duclack: Oh, Fatu...esto es maravilloso.
Mary Sarrat, Lilu y Lulú estaban en el cuarto de baño. Allí montaron su cuartel general para cotillear sobre todos y ponerse al día.
Mary: Lilu, estás fantástica con ese nuevo look.
Lilu: Gracias amore. Sigo siendo yo, pero mucho más mega sexy.
Lulú: ¿Habéis visto el nuevo novio de Hilary?
Mary Sarrat: Sí, lo he visto en Instagram. Es muy guapo.
Lulú: ¡Yo quiero uno así!
Lilu: Pues...yo conozco a un chico que es mucho más guapo y que creo que le gusto.
Lulú: ¿En serio?
Lilu: Te lo juro por la cobertura de mi móvil.
Mary Sarrat: ¡Cuenta cuenta!
Lulú: ¡Desembucha ahora mismito!
En la cocina, Carmelo, Félix, Sebastián y Agatha preparaban la cena. Todos utilizaban sus artes culinarias para preparar platos exquisitos.
Carmelo: Este pescado es el más sabroso que habréis probado jamás.
Agatha: Huele que alimenta,Carmelo.
Félix: Pues ya veréis cuando probéis mi famoso pollo a la mansana, ¡os chuparéis los dedos!
Sebastián: Pues mi guisado de navidad es muy famoso en mi pueblo. Es una receta que lleva toda la vida en la familia.
Félix: ¡Lo pienso probar!
Carmelo: Mi pescado está listo. Ahora me falta la guarnición.
Agatha: Recordad que Sus no come carne.
Félix: Le estoy preparando crema de calabasa, setas y ensalada espesial.
Sebastián: Yo un plato vegetariano muy rico, con berenjena y naranja.
Carmelo: ¿Y esas galletas? ¡Huele de maravilla!
Agatha: Gracias. Son típicas de mi pueblo y mi madre las prepara cada año. Ya que no puedo pasar las vacaciones con mi familia, al menos con estas galletas me sentiré más cerca de ellos. Espero que os gusten.
En el comedor, Sharon, Ricardo, Leandra y Chino Juan, bebían champán junto a la estufa de leña.
Sharon: Estoy muy contenta con Willy. Ha aprobado todas las asignaturas en este trimestre.
Leandra: Ese chico es un encanto,Sharon. ¿Esa rubita es su novia?
Sharon: No lo sé, no me habla mucho sobre estas cosas. Le pregunto pero se nota que no le gusta hablar de ello. Yo pienso que algo hay, pero no sé...
Leandro: Son edades complicadas y ni ellos saben lo que quieren.
Chino Juan: El colazón jamás habla, pelo hay que escuchalo con atención.
Atalana, Nahel, Ernesto y Susanne esperaban junto a la mesa. Ernesto estaba visiblemente enfadado. Algo le disgustaba enormemente.
Nahuel: Ernesto, ¿se encuentra bien? Lo veo muy serio.
Ernesto: Mi hija Wenda. Ahora tiene novio nuevo.
Susanne: ¿Y eso te disgusta?
Ernesto: Sí, es un chico de 25 años...¡podría ser su hijo!
Nahuel: El amor no entiende de edad.
Ernesto: Pues yo sí, y esto no me parece normal. Ha perdido la cordura...
Susanne: Deja que viva su vida. Merece ser feliz y si es junto a un chico más joven que ella, que así sea. No hacen mal a nadie.
Ernesto: Poco puedes decir al respecto, Susanne. Has estado ausente durante todos estos años y ahora te parece todo bien y crees que tienes derecho a opinar.
Susanne: Pues claro que tengo derecho, es mi hija. Ya me he disculpado mil veces. Mis hijas me han perdonado y mis nietos igual. Tienes derecho a odiarme y no perdonarme, pero te pido por favor que dejes de reprocharmelo cada dos por tres.
Nahuel: Hoy es una noche especial, intentemos llevarnos bien, por nuestros hijos.
Susanne: Tienes toda la razón, Nahuel.
Ernesto: Lo siento...Perdona, Susanne.
Susanne: No hay nada que perdonar.
Salma y Wenda estaban preparando las mesas. Eran muchos comensales y deberían apretarse para que todos tuviesen un lugar a la mesa.
Salma: ¿Estás bien?
Wenda: Sí, es que estoy nerviosa. Mi novio está a punto de llegar.
Salma: ¿Novio? ¿Tienes nuevo novio?
Wenda: Sí...No es algo que buscase, simplemente surgió. Lo conocí en el club de lectura al que suelo ir los martes por la tarde.
Salma: ¡Eso es fantástico!
Wenda: En un principio lo rechacé. Seguía pensando en Duclón y me parecía...demasiado joven. Lo seguía viendo en cada reunión y al final, acepté salir a tomarnos un café. Sin darme cuenta, ya lo amaba con locura.
Salma: ¿Es muy joven?
Wenda: Tiene 25 años.
Salma: Eso es maravilloso, Wenda.
Wenda: Es ingeniero aeronáutico.
Salma: Ah...¿Eso que es?
Wenda: Diseña aviones, naves y cosas que vuelan. Se gana muy bien la vida.
Ding dong
Wenda: Debe ser él.
Wenda abrió la puerta y se encontró con él. Era un hombre alto y fuerte. Vestía ropa elegante y los músculos se le marcaban. Africano de nacimiento, pero desde muy pequeño se crió en Wensuland. De tez negra y pelo ondulado y negro como el carbón. Usaba gafas y su sonrisa era sincera aunque tímida.
Chidi: Hola, amor.
Wenda: ¡Chidi! Pasa, cariño.
Los dos se fundieron en un apasionado beso. Salma miraba sorprendida. "Tiene buen gusto la jodida", pensaba sin dejar de mirar la escena.
Chidi: Estoy algo nervioso. ¿Le caeré bien a tu familia?
Wenda: Es imposible que les caigas mal, cariño.
Chidi: Quizás sea demasiado pronto para presentarme. No quiero causarte problemas.
Wenda: Te amo y eso es lo único que importa. Te aceptarán, no te preocupes.
Sus: Mamá, ¿quién era?
Sus vio a Chidi junto a su madre. Le pareció un hombre muy atractivo.
Wenda: Sus, quiero presentarte a alguien.
Sus: Oh, vale.
Wenda: Hija, te presento a Chidi. Es mi novio.
Sus: ¡Jajajaja! ¿Quién es en realidad?
Wenda: Ya te lo he dicho, mi novio. Ella es Sus, mi hija.
Chidi: Es un placer conocerte al fin. Toma, es una botella de champán. No sabía que traer.
Sus: Eh...gracias. Todavía no sé si esto es una broma.
Wenda: ¿Es que nos estamos riendo? Es mi novio, cariño. Llevamos dos meses juntos.
Chidi: Tu madre es una mujer espectacular.
Sus: Vaya...siento mi reacción, no me lo esperaba en absoluto. Pues es un placer, Chidi. Por favor, pasa.
Chidi: Gracias.
Cuando Chidi comenzó a caminar. Sus agarró a su madre del brazo.
Sus: Mamá, ¿esto va en serio?
Wenda: Sé que es mucho más joven que yo, pero nos amamos. Chidi me ha devuelto la ilusión por la vida.
Sus: Es más joven que yo...
Wenda: No esperaba encontrar prejuicios por tu parte, hija. Me lo espero de tu abuelo, incluso de tu hermano, pero de ti...
Sus: No, mamá...perdona, no me parece mal. Entiende que ha sido una sorpresa para mi. Chidi me parece un gran chico y muy guapo.
Wenda: Gracias, hija mía.
Wenda: ¡Atención! Os presento a mi novio, Chidi.
Chidi: Hola...
Leandra: ¡Por todos los clicks! ¡Bienvenido a la familia, Chidi! Hermana, debo reconocer que por una vez en tu vida, me has sorprendido.
Sharon: Un placer, Chidi. Yo soy Sharon.
Leandra: Chidi, ¿no tienes un hermano por ahí para mi?
Ricardo: ¡Leandra!
Leandra: ¡Es broma! Bueno, a medias. Que noo, que estoy bromeando. Dime, ¿eres wensulano?
Chidi: Como si lo fuera. Nací en África, pero he vivido aquí toda la vida.
Chino Juan: Tus ojos leflejan amol sincelo pol Wenda.
Leandra: ¿Vas al gimnasio? Estás muy cachas.
Ricardo: Vamos, Chidi. Te sacaré de aquí. Esta es capaz de hacerte un interrogatorio en profundidad.
Chidi: Vale...
Ricardo: Iremos a por algo para beber a la cocina.
Leandra: ¡Hermana! Te mato, ¿de dónde has sacado semejante espécimen?
Wenda: Del club de lectura. Es guapo, ¿verdad?
Chino Juan: Homble guapo.
Leandra: Ay, si es que has encontrado mi fantasía sexual más deseada...Dime...¿cómo va de...?
Wenda: ¿Sabes el negro del Whatsaclick?
Leandra: ¿¡QUÉEEE!?
Chidi pasó frente la mesa en la que estaban los abuelos. Saludó con una mano y una sonrisa. A excepción de Ernesto, todos le devolvieron el saludo.
Ricardo: El abuelo es un hueso duro de roer, amigo.
Chidi: No le caigo demasiado bien...
Volvieron a llamar al timbre. Sus fue a abrir. Era su padre, Ben.
Sus: ¡Papá!
Ben: Hola, mi pequeña.
Sus: Ay papá, tengo que ponerte en sobreaviso. Es sobre mamá y su novio...
Ben: Vale, pero antes deja que te presente a mi novia.
Sus: ¿Tienes novia?
Ben: Espera, que está aparcando la moto. Ahí viene. Pam, ven aquí.
Pam era un chica de 28 años y muy bella. Tenía el pelo largo y castaño y unos preciosos ojos marrones. Era alta y lucía en sus brazos muchos tatuajes. Llevaba un corsé negro y rojo, una chaqueta negra de cuero, pantalones negros con cremalleras y botas plateadas. Sus se quedó con la boca abierta.
Ben: Pam, esta es mi hija Sus. Sus, esta es Pam, ni novia.
Sus: Hola...
Pam: Es mucho más guapa de lo que me decías, Ben. Estás preñada, de eso no hay duda.
Sus: Sí...
Pam: He traído esto. Son galletas del Clackdona. Son especial navidad. Están muy baratas, a un cleuro la cajita. La de chocolate está que lo flipas y la de naranja también. La de pasas es mejor que ni te acerques, sabe igual que apesta.
Sus: Es todo un detalle...
Pam: ¡Ven aquí, preciosa!
Pam abrazó a Sus con intensidad. Por un momento le faltó el aire para respirar.
Pam: Ahora somos familia. Si alguien te molesta o te hace daño, me lo dices y se las verá conmigo. A mi familia nadie la toca y tú ahora formas parte de ella. Soy capaz de romper piernas por la gente que quiero y a ti, preciosa Sus, ya te quiero.
Sus: Lo tendré en cuenta...
Pam fue hasta el sofá y se sentó entre Wenda y Leandra. Puso los pies sobre la mesa y bebió directamente de la botella de champán.
Pam: ¡Puaj! ¿Qué demonios es esto? ¡Sabe a rayos!
Wenda: Es champán Click Perignon, ¡y es muy caro! ¿Quién eres tú y que haces aquí?
Ben: ¡Es mi novia! Se llama Pam. Pam, ella es mi ex mujer, Wenda.
Pam: Tenías razón, es muy estirada.
Ben: Mis cuñadas, Leandra y Sharon. Ese señor que hay ahí es Chino Juan.
Pam: ¿Tienes familia china?
Ben: Es un amigo de la familia.
Pam: ¡Ah, vale! Respeto mucho tu cultura, amigo.
Chino Juan: Glacias.
Wenda: ¿Esto es una fiesta o un velatorio? Todos sentados como abuelos al lado del fuego y bebiendo esa cosa rara francesa que sabe a rayos. ¿No hay cerveza? ¿Dónde está el heavy metal?
Wenda: Aquí no hay de eso, señorita.
Leandra: Ven conmigo, Pam. Yo te llevaré a la cocina a por una lata de cerveza.
Pam: Me caes bien, Leandra.
Leandra: Tú también me caes bien.
Wenda: Ben, ¿de dónde has sacado esa pelandusca? ¡Es un horror!
Ben: No le faltes al respeto a mi novia. Es bruta, pero tiene un corazón enorme. No sabes lo mucho que la amo.
Wenda: Disculpa...
Chino Juan: Estas cenas de navidad me divielten mucho. El año que viene, quielo volvel.
Volvieron a llamar a la puerta. Sus se esperaba ya cualquier cosa, pero apareció Pirateclick. Llegaba desde Alemaclick. Sus lo abrazó al instante.
Sus: ¡Pirateclick!
Pirateclick: ¡Hola, Sus! Perdón por el retraso. Mi vuelo ha sufrido retrasos.
Sus: Pasa, por favor. Me alegra tanto verte. Te veo genial. ¿Ya no vistes de blanco?
Pirateclick: Según mi estado de ánimo.
Sus: Me alegra muchísimo que hayas podido venir.
Pirateclick: Toma, una botella de ron. Seguro que a Diamante le gustará mucho.
Sus: Muchas gracias. Ven, vamos a buscar a Duclack. Le vas a dar una alegría muy grande.
Pirateclick: Estoy deseando verla.
Pasado un rato...
Leandra ayudaba a Agatha a colocar los cubiertos sobre las mesas.
Agatha: ¿Dónde se sentarán los niños?
Leandra: Los sentaremos a la mesa pequeña, junto a la chimenea.
Agatha: Mejor, así tenemos más espacio en las mesas.
Ding Dong
Leandra: Abro yo, tranquila.
Leandra abrió la puerta.
Sabrina: Hola, vengo a por mis hijos.
Leandra: Ah, pasa. Debes ser la madre de Anita y Walter.
Sabrina: Sí...
Leandra: Pasa.
Sabrina: No, será mejor que los espere aquí.
Leandra: Hace mucho frío para que esperes ahí fuera. Pasa, por favor.
Sabrina: ¿Seguro?
Leandra: Pues claro, mujer.
Sabrina entró. Leandra no conocía los antecedentes de Sabrina, por eso la había dejado entrar. La idea de ver como era la casa de Sus y Diamante le entusiasmaba.
Sabrina: Vaya, veo que estáis con los preparativos.
Leandra: Sí...somos muchos. Puedes subir tu misma a por los niños. Están en el ático, en la habitación de Suselle.
Sabrina: Gracias.
En lo primero que se fijó fue en una fotografía colgada en la pared. Era una fotografía de Sus, Diamante con Suselle y Dante recién nacidos y Pandy todavía pequeño.
"La familia feliz, patéticos".
Entró al comedor y vio a Atalana danzando sobre la mesa alargada. Estrella le gritaba que bajase, asustada ante la idea de que se pudiese caer.
Estrella: ¡Se puede caer!
Salma: No temas, es mucho más fuerte de lo que crees.
Nahuel: Está danzando a los dioses.
Sabrina: Y luego la loca soy yo...
Atalana: ¡Nube blanca y cielo azul! ¡Tierra santa y mar infinito! ¡Dioses, pedimos vuestra protección y bendición!
Chino Juan: ¡Encima tienen espectáculo! Una noche completa.
Pasó junto al abuelo, Susanne y Chidi.
Susanne: No seas tan antipático con el chico, Ernesto. Es el novio de Wenda, deberías ser un poco más amable.
Sabrina: ¡El novio de Wenda! La vieja se ha buscado un negro guapo como novio. Anda que no se nota que está con ella por dinero. Hace bien, que se aproveche de ella, que le sobra el dinero.
Chidi: Este vino está muy rico...
Ernesto: ......
Ernesto no pronunciaba ni una sola palabra. Lo miraba fijamente.
Chidi: Hace un poco de calor aquí...
Ernesto: .....
"¡Wenda! ¿Dónde estará? Creo que me quiero ir a mi casa...¡No,Chidi! Sé fuerte. Ten paciencia, si solamente es un abuelito indefenso. Seguro que cuando te conozca, cambiará de actitud...creo. Lo que tengo que hacer por amor..." Chidi sonreía entre sudores y bebía nerviosamente de la copa.
Susanne: No le hagas caso, es un cascarrabias.
Ernesto: ....
Ernesto: El lunes, quiero verte en mi mansión.Iremos a mi despacho y hablaremos de hombre a hombre. Quiero saber cuales son tus intenciones con mi niña.
Susanne: ¿Niña? Nuestra Wenda ya no es ninguna niña.
Ernesto: Nos tomaremos una copa y hablaremos con tranquilidad.
Chidi: Mis intenciones son honestas, señor Pérez.
Ernesto: Ya veremos...
Susanne: Al menos no debemos temer por si la deja embarazada.
Chidi: Ejem...
Sabrina subió las escaleras al primer piso. Allí descubrió a Ben dándose el lote con Pam, en el rellano.
Sabrina: El clickero del padre de Sus...menuda pieza es. Ahora tiene nueva novia...este hombre va de flor en flor, cada semana tiene una nueva. Viejo verde...
Abrió la puerta del baño con sigilo y vio a Lilu, Mary y Lulú en el baño.
Sabrina: Las pijas...
Mary: Mañana os venís a mi nueva casa y os la enseño.
Lilu: ¡Podemos llamar a Alexia y Ambrosio!
Lulú: ¡Seeeh!
Mary: Me apetece mucho.
Sabrina: Petardas...Este cuarto de baño es horrible. El mío es mil veces más bonito.
Abrió la puerta de la cocina y vio a Sebastián.
Sabrina: ¡Qué bien huele y qué bueno está! Es el noviete de Duclack. Está buenorro el tío. Tiene buenos brazos...y es guapísimo. Encima cocina maravillosamente bien.
A Sebastián se le cayó al suelo el bote de pimienta y se agachó para cogerlo. Sabrina le miró el culo con los ojos abiertos como platos.
Sabrina: ¡Eso si que es un culo! Y todo para la petarda de Duclack...¡Grrrr!
En el segundo piso encontró a los animales en el descansillo. Todos la miraban con curiosidad.
Sabrina: ¡Chus chus! ¡Largo, bichos!
Tinger: Grrrrr (¿Y esta de dónde sale?)
Pandy: ##### (¡Es Sabrina! ¿Qué hará aquí?)
Pinky: ### (¿Quién es?)
Pandy: #### (Una loca envidiosa, celosa y muy peligrosa).
Sabrina: Tienen un zoo montado en la casa...esto es espantoso.
Abrió una de las puertas y vio a Sus y Duclack sentadas en la cama.
Sabrina: El dormitorio de Sus y Diamante. El mío es mucho más bonito, más elegante y espacioso. ¡Pero que gordas están! Parecen dos focas grasientas. ¡Jajajaja! Están ideales.
Sus: Estoy en shock con mis padres...
Duclack: Deja que vivan sus vidas. A mi el chico ese me parece muy guapo y educado para tu madre, y oye, ya está bien de que se tenga que buscar uno de su edad. La que está con tu padre es guapísima y a mi particularmente me gusta su estilo.
Sus: Sí...tengo que hacerme a la idea, es eso...
Sabrina: ¡Sus padres están locos! Jajajaja, me encanta.
Entró en la sala del piano y ahí descubrió a todos los piratas bebiendo y viendo la tele.
Sabrina: ¡Huele a macho! Este es el mejor lugar de la casa. Qué pena estar casada, aquí hay mucho tío interesante.
Sabrina: ¡Pirateclick! Este pirata tiene algo muy especial. A pesar de tener pata de palo y estar tuerto, me vuelve loca. Será mejor que me marche, no quiero cometer ninguna locura.
Por fin llegó al ático. Allí estaban sus hijos, jugando entre risas con sus amigos.
Sabrina: ¡Anita, Walter!
Walter: ¡Mamá!
Anita: Sabrina...
Sabrina: Os dije que no podíais venir a esta casa, están todos locos. Nos vamos inmediatamente de aquí.
Walter: Pero mamá...
Sabrina: Nada de peros. Os dije que no me gusta que os relacionéis con estos niños.
Anita: Yo me relaciono con quién me da la gana. No eres mi madre. Mi madre es Minerva.
Sabrina: Ahora no es momento de discutir, Anita. Venga, que papá nos está esperando en casa. Vienen a cenar la tita y si novio y el abuelo también estará.
Anita: Nos tenemos que ir, chicos.
Walter: ¡Feliz Navidad!
Suselle: ¡Feliz Navidad!
Todos: ¡Feliz Navidad!
Después de cenar y cantar, todos se marcharon a sus casa. Diamante y Sus se acostaron. Antes, habían dejado todos los regalos bajo el árbol. Diamate leía el periódico y Sus un libro.
Sus: Diamante, ¿crees que hemos alcanzado la máxima felicidad?
Diamante: Llega Heidi Playmobil, qué fuerte...
Sus: Diamante, no me escuchas...
Diamante: Sí, perdona. No sé exactamente cual es la cumbre de la felicidad, pero yo creo que nosotros estamos en ella.
Sus: ¿Verdad? Hemos cumplido todos nuestros sueños. Tenemos una familia maravillosa y unos amigos que son como hermanos. Me siento muy feliz. ¿Recuerdas todas las aventuras que hemos vivido? Las del pantano no tienen desperdicio.
Diamante: ¡Y la de aquel castillo encantado repleto de vampiros!
Sus: En el oeste y en aquel bosque cuando se perdió Pandy...¡Y Gran Hermano!
Diamante: Cuantos recuerdos...
Sus: Hemos vivido aventuras inolvidables. Miro atrás y me siento muy afortunada.
Diamante: Yo también. Jamás creí que podría ser tan feliz.
Sus: Prométeme que estarás siempre a mi lado, Diamante. Pase lo que pase.
Diamante: Pues claro.
Sus: No, prométemelo.
Diamante: Te lo prometo. Ehh, pero no llores.
Sus: No quiero que esto termine...y tengo miedo de que todo desaparezca para siempre.
Diamante: Esto no terminará, te lo prometo.
Sus: Temo perderlo todo...perderte a ti, a los niños, a mis padres, a Duclack, Wen...que todo desaparezca para siempre.
Diamante: Cariño, no pienses eso. Nosotros somos inmortales, ¿no lo sabías?
Sus: Me gustaría creer que es así.
Diamante: Te quiero.
Sus: Y yo a ti. Será mejor que apaguemos la luz, mañana toca madrugar...
Diamante: Sí, pero antes se me ocurre una cosa que podríamos hacer...
Sus: ¡Diamante! ¡Jajajajaja!
FIN