Nochevieja 2017
Wenda estaba muy nerviosa. Nochebuena la celebró junto a su padre y Duclón, los demás tenían compromisos y no pudieron reunirse con ellos. Nochevieja era el momento perfecto para reunirse con todos sus seres queridos y quitarse esa espinilla.
Ann: ¿Dónde coloco esta bandeja?
Wenda: En la mesa central, por favor.
Ann llevaba años trabajando para la familia. Desde que se tuvo que marchar de casa de Leandra y Ricardo, servía en casa de Wenda. Se sentía feliz, pues la trataban muy bien.
Ann: Huele que alimenta.
Wenda: ¿Verdad? Guardaré una porción parar ti.
Ann: Muchas gracias, señora.
Entre las dos habían organizado un montón de mesas en forma de u. Pusieron manteles blancos, la cubertería más elegante de la que disponían y prepararon una mesa central con más bebidas y manjares.
Wenda: Yo creo que está todo listo.
Ann: Ha quedado preciosa.
Wenda: Gracias a ti, querida. Yo sola me habría vuelto loca.
Wenda: ¿Hemos puesto agua con gas?
Ann: Sí, señora. Para su nieto Dante.
Wenda: A ese diablillo es lo único que le gusta. Para Suselle naranjada, que la adora.
Ann: También está lista, a temperatura ambiente.
Wenda: Quiero que todo sea perfecto, Ann. Despedimos 2017 todos juntos y eso hay que celebrarlo por todo lo alto.
Ann: A mi me gustaría tanto poder celebrarlo junto a los míos...
Wenda: Lo sé, querida. Es duro estar lejos de tus seres queridos y más en unas fechas tan señaladas. En cuanto la mesa esté servida, puedes unirte a la fiesta o si lo deseas, marcharte a casa. Pero sabes que no tienes que estar sola, nos tienes a nosotros.
Ann: Gracias, señora.
Wenda: No tienes que llamarte señora, por favor. Te lo he dicho muchas veces.
Ann: Lo siento, señora...digo, Wenda.
Wenda: Voy a despertar a Duclón, que lo he dejado durmiendo la siesta. ¿Sabes dónde está mi padre?
Ann: Está leyendo en su alcoba.
Wenda: Por favor, dile que baje ya que los invitados están a punto de llegar.
Ann: Sí, señora.
Y así fue, poco a poco fueron llegando todos los invitados. La casa se vio invadida por voces y risas. Todos comían y charlaban animadamente. Bebían vino, agua, ron, champagne y comían todo tipo de deliciosos manjares.
Suselle: Mami, ¿has hablado con Agnes?
Sus: Sí, hemos quedado un día de la semana que viene. Vendrán a casa a merendar.
Suselle: ¡Yupi! Quiero que le hagas cosas ricas para merendar, mami. Le enseñaré a Agnes mi cuarto. Aunque no quiero que esté Dante...¿No se podría ir ese día por ahí?
Sus: Es tu hermano, hija. No le podemos pedir que se marche de su propio cuarto...
Suselle: Jo...
Sus: Le diré que se comporte bien y que os deje tranquilas, no te preocupes.
Diamante: Este pavo está para chuparse los dedos.
Sus: Es justo lo que estás haciendo.
Sus se reía al ver a su marido chuparse los dedos con total naturalidad.
Diamante: ¿Qué pasa?
Sus: Mi madre te mira con cara de terror.
Diamante: Debería sentirse orgullosa. Si yo me chupo los dedos, es que está bueno. ¿De dónde sale este ron?
Sus: Lo compra mi abuelo en una tienda del centro.
Diamante: Está delicioso. Por cierto, el jueves hemos quedado con Duclack para inaugurar su nuevo hogar.
Sus: Sí, he hablado con ella. Prepararé algunos dulces. ¿Verdad que su casa es preciosa? Me gusta muchísimo. La decoración es tan bonita y lo mejor de todo, la tenemos cerca para ir a visitarla. Antes tenía que ir hasta la casa de su padre o al puerto, cuando se quedaba a dormir en el barco.
Diamante: Es genial tener a mi capitana tan cerca.
Sus: ¡Oh, me encanta este pastel de patata! Está relleno de verdura, ¿no quieres probarlo?
Diamante: Paso paso, yo prefiero chicha. Ahora iré a por el cordero, que tiene una pinta alucinante.
Dante: ¡Me encantan las salchichas!
Duclack: Come con más tranquilidad o te atragantarás, Dante.
Dante: ¡Es que están deliciosas! Duclack, ¿podré quedarme a dormir algún día en tu casa?
Duclack: Claro, cuando quieras.
Dante: ¡Genial! ¿Me contarás historias que has vivido? Quiero que me vuelvas a contar la historia del oeste o cuando estuviste en ese castillo encantado.
Duclack: Si quieres el martes, te vienes para casa y te quedas a dormir. Se lo podemos decir a tu hermana, quizás quiera apuntarse.
Dante: Bah, mi hermana no. Ella es una plasta y seguro que nos arruina la diversión.
Duclack: ¡Dante! Tu hermana no es una plasta, no seas así. ¡Mmmh! Estas gambas están de rechupete.
Dante: ¡Yo las quiero probar!
Duclón: Definitivamente, esta es la pata de cordero más buena que he comido nunca.
Duclack: Es la salsa, que tiene un sabor espectacular. Papá, mañana te vienes a comer a mi casa y te traes a Wenda, si quieres.
Duclón: Será un placer, hija.
Duclack: Trae a Tánger, que hace días que no lo veo.
Wenda: ¿Has dicho algo de mañana?
Duclón: Mi hija, que dice de ir mañana a comer a su casa.
Wenda: ¡Será un placer! Quiero ver su casa, que ya me han dicho que le ha quedado preciosa. Ya era hora de que tu hija tuviese una casa como Dios manda. Vivir en un barco pirata no es vida. Yo terminaría con los huesos molidos.
Duclón: En ese barco se duerme muy bien, aunque es verdad que no es tan cómodo como una casa.
Wenda: Que no me gustaba verla vivir allí. Tu hija se merece algo mejor. Sabes que la quiero como a una hija y quiero lo mejor para ella. En esa casa estará mucho mejor.
Ernesto: Recuerda que llevemos a Duclack un detalle para su nueva casa.
Wenda: Sí, ya lo había pensado. Por cierto, ¿no sabes nada de mamá?
Ernesto: Llevo meses sin saber de ella. Ya sabes que cuando tu madre decide marcharse, lo hace de verdad. Estoy tan decepcionado con ella...
Wenda: Deberías hablar con ella, papá. Sé que las cosas no han sido fáciles para vosotros, pero hablando todo se puede arreglar.
Ernesto: Prefiero no hablar de ella. No te molestes, hija, pero hoy quiero pensar en otras cosas.
Wenda: Lo entiendo, papá.
Estrella: ¿Luego lo anunciaremos?
Wen: Sí, cuando terminemos de cenar.
Estrella: Me da un poco de vergüenza.
Wen: No te preocupes, ya verás como será algo especial.
Estrella: ¿Dónde está Pandy?
Wen: Durmiendo bajo la mesa. Se ha comido dos bandejas enormes de bambú y está durmiendo.
Estrella: ¿Y tu padre?
Wen: Dice que ha quedado con una morenaza para cenar y que vendrá luego para las campanadas.
Estrella: Va de flor en flor...Me gustaba Hafida, se veía buena chica.
Wen: Yo pensaba que al final se quedaría con Selena.
Estrella: ¿Que fue de ella?
Wen: Se enfrentaron a un tal SAM y le quitaron todos sus poderes o algo así. Después decidió marcharse para encontrarse a si misma y desde entonces no sabe nada de ella.
Estrella: Qué misterioso es todo.
Lilu: Duque, ¿anunciamos lo de la boda? ¡Estoy tope emocionada!
Duque: ¿Ahora? No me apetece, Lilu. Ya lo haremos más adelante.
Lilu: Es que estoy mega ansiosa por anunciar que nos vamos a casar.
Duque: Lo entiendo, pero prefiero hacerlo más adelante. No me apetece ser ahora el centro de atención.
Lilu: Está bien, cari. Estoy más nerviosa que Doraimon en un cacheo. Tenemos que planear muchos detalles sobre la boda.
Duque: Lo sé...casi que eso te lo dejo a ti.
Willy: Mamá, ¿puedo ir luego con mis amigos? He quedado con los chicos para celebrar el fin de año.
Sharon: Claro que sí, pero nada de beber.
Willy: Iremos a casa de Laurita, que sus padres se van a pasar la noche fuera.
Sharon: Puedes estar un par de horas.
Willy: ¿Solamente? Por favor, mamá...¡Es fin de año!
Sharon: Bueno, ya hablaremos...
Leandra: Luego quiero ir al bingo un ratito.
Papuchi: ¿Otra vez?
Leandra: Sí, que hoy hay prima de mil cleuros. Además, regalan cosas al entrar.
Papuchi: ¿Y si se lo dices a tu hermana? Yo prefiero volver pronto a casa y ver las actuaciones en la televisión.
Lulú: Osea, mega aburrido que es el bingo, mamá. Yo he quedado con Lisaveta, Alexia, Mary, Hilary y Vane para ir a la disco de moda. Allí van maromos mega buenorros y la cream de la cream.
Leandra: Al cuerno el bingo, me voy con vosotras.
Sus: Mi hermano dice que nos tiene preparada una sorpresa.
Diamante: ¿Una sorpresa?
Sus: A lo mejor es que van a tener un bebé...sería maravilloso.
Diamante: ¡Sería fabuloso!
Cuando terminaron de cenar, retiraron las mesas y prepararon todo para las campanadas. Estrella y Wen pidieron un momento de atención y todos guardaron silencio.
Wen: Estrella y yo tenemos algo importante que anunciar.
Wenda; ¿Qué ocurre, hijo?
Wen: Algo bueno, mamá.
Estrella: Sí, es algo que os queríamos anunciar a todos juntos. Me falta Gallofa, pero está de viaje y no ha podido estar aquí.
Ernesto: Pues adelante, que falta poco para las campanadas.
Wenda: Estoy nerviosa. ¿De verdad que es algo bueno?
Wen: Sí, mamá. Estrella y yo, estamos esperando un bebé.
Wenda: ¿Qué? ¡¡Un bebé!! ¡Voy a ser otra vez abuela!
Todos saltaban de alegría y felicitaban a los futuros padres con besos y abrazos.
Dante: ¡Vamos a tener un primo!
Suselle: ¡Será una niña!
Dante: ¡No, será uno niño!
Pandy: #### (¡No, será un humano!)
Wenda: Hijo, soy muy feliz.
Wen: Pero no llores, mamá.
Wenda: Es que es una noticia tan maravillosa. No sabes lo feliz que soy.
Wen: Nosotros estamos muy contentos. Todavía no nos lo creemos.
Wenda: Por favor, deberías vivir aquí, más cerca. Estáis viviendo en el bosque y allí si ocurre cualquier cosa tendréis los servicios médicos muy lejos.
Wen: Mamá...
Wenda: Promete que te lo pensarás. Estamos hablando de la salud de tu hijo y tu mujer.
Wen: Está bien, me lo pensaré...
Diamante: ¡Enhorabuena, cuñaooo!
Sus: Intuía que podía ser esto. Wen, es maravilloso.
Wen: No llores tú también, hermanita.
Sus: Son lágrimas de felicidad. Es la mejor noticia con la que podíamos terminar el año.
Pandy: ##### (¡Enhorabuena, Wen)
Wen: ¡Pandy! Te veo feliz por la noticia.
Pandy: ###### (Yo también quiero formar una familia...)
Duclack: ¡Estrella, felicidades!
Estrella: Gracias, Duclack.
Duclack: ¡Vas a ser mamá!
Estrella: No me lo creo, estoy como en una nube.
Wenda: Mi dulce Estrella, dame un abrazo. Soy muy feliz por vosotros. Eso sí, a partir de ahora tienes que cuidarte mucho. Nada de ir sola por ahí caminando por el bosque.
Estrella: Pero si todavía estoy de muy pocas semanas...
Wenda: Nada de rechistar.
Y de esta forma, todos juntos celebraron nochevieja. Os deseo un feliz 2018 y que todos vuestros deseos se hagan realidad. Mucha felicidad, paz, amor y salud para todos.
¡Feliz 2018!