Capítulo 02
Mientras todos esos seres salían de sus escondites para saciar sus deseos más ocultos, Diamante intentaba calmar los nervios de Wen. Había llegado el momento, por fin se casaría con Estrella. La amaba desde el primer segundo que la vio y quería pasar el resto de su vida junto a ella. Aunque habría preferido una boda más sencilla, al final se dejó enredar por su madre y su hermana. La verdad es que se sentía feliz, todo estaba saliendo bien. Aunque sabía los riesgos que corrían celebrando la boda en aquel lugar, en el pantano había nacido su amor y sentían que debía ser allí. Decidieron que se debían casar cerca del agua. Escogieron la ubicación más adecuada y organizaron todo. Adornaron el lugar con muchas flores y colocaron sillas y una preciosa alfombra azul celeste.
Su madre quería vestirle de traje y pajarita, pero se negó. Es un pirata y debía casarse conforme a sus ideas y sentimientos. Un traje uniformado de pirata rojo fue lo que escogió para casarse. Habría dos banquetes, el tradicional con todos los invitados más recatados y otro más desenfadado para los piratas.
Wen: Estoy muy nervioso, Diamante...
Diamante: Es normal. Yo también me puse muy nervioso el día de mi boda. Cuando vi aparecer a tu hermana me temblaban las piernas, pero luego una paz se apoderó de mi y me relajé.
Wen: Yo siento que me voy a desmayar.
Diamante: Yo estaré aquí para sujetarte. No te preocupes, cuñado. Cuando aparezca Estrella por esta alfombra con su vestido blanco se te pasará.
Wen: Ay, Diamante...es que hasta me da miedo que se arrepienta y decida no casarse conmigo...
Diamante: No digas tonterías, eso no ocurrirá.
Wenda estaba muy emocionada con la boda de su hijo. Habría deseado una boda más sofisticada y en un lugar más apropiado, pero por lo menos había conseguido salirse con la suya en algunas cosas. Junto a su hermana Leandra esperaban el momento de la ceremonia.
Leandra: Me gusta mucho ese vestido blanco, es muy elegante. Estás muy guapa.
Wenda: ¿Verdad? Lo compré en la tienda de tu hija, HI&LI. Tú también estás radiante con ese vestido dorado.
Leandra: Bah, habría preferido venir con algo más cómodo. Ya sabes que odio estas cosas.
Wenda: Es la boda de tu sobrino, hermanita. No podías venir en tejanos. Por cierto, ¿crees que papá perdonará a mamá? Esta situación me incomoda mucho.
Leandra: Es que mamá no nos cuenta que sucedió realmente durante todos esos años que estuvo desaparecida. Papá necesita una explicación.
Wenda: Mira, están hablando...
Leandra: No veo a papá muy por la labor...
Ernesto: ¿No te habías marchado? No sé que haces aquí.
Susanne: Ernesto, no seas así conmigo.
Ernesto: Eres especialista en aparecer y desaparecer, no estoy diciendo nada raro.
Susanne: Lo sé, y lo siento. Tan solo quiero que podamos hablar como adultos. Sentía que sobraba en esta familia y...echaba de menos a esos clicks que han estado a mi lado todos estos años.
Ernesto: Ah, lo imaginaba. Tienes a otro hombre por ahí...
Susanne: Te equivocas. Necesito tiempo, Ernesto. Tengo que asimilar muchas cosas...
Ernesto: Tiempo, eso es precisamente algo de lo que no disponemos. Mírame, ya soy un viejo al que le quedan dos telediarios. Será mejor que me dejes en paz. Es la boda de nuestro nieto, tengamos la fiesta en paz.
Susanne: Está bien, te dejo tranquilo.
Fatumata: Me preocupa haber dejado a Karim con mis padres. Es que es la primera vez que me separo de él...
Othello: Estará bien, no te preocupes cariño.
Fatumata: A veces tengo miedo de que todo lo que tenemos desaparezca. Soy tan feliz, Othello.
Othello: Deja de preocuparte. Disfruta y deja que presuma de mujer. Eres la clack más hermosa de la boda.
Fatumata: ¿Tú crees?
Othello: No lo creo, lo sé.
Desde la ruptura, Lilu y Duque no se habían vuelto a ver. El día que Duque rompió con ella, Lilu se puso una careta, simulando que no pasaba nada, mostrándose feliz ante todos. Esa herida en su corazón la aliviaba con vestidos y cosas materiales. Pensaba que lo estaba superando pero ver a Duque le demostró que su herida sangraba más que nunca. Duque se paseaba mirándola fijamente. Lilu estaba desconcertada y también enfadada.
Lulú: Hermana, ¿estás bien?
Lilu: Creo que sí...
Lulú: ¿Has visto como te mira Duque? Está dando más vueltas que el 88. No sé que pretende.
Lilu: No lo sé, Duque es más complicado que el cuadro de mandos de la nave de Star Trek. Yo tiro la toalla con los clicks, no hay quién los entienda. Me deja y ahora se pone a mirar de esa forma...Yo no entiendo nada, cari.
Lulú: Don´t worry, sister. Es más infantil que un bocadillo de gominolas.
Lilu: Lo sé, pero me pone nerviosa. Además, me duele verle...
Lulú: Mira, ya se marcha. No deja de mirarte, ¡OMG!
Lilu: Me tiembla todo, Lulú...
Lulú: Tranqui nena, ya se va...
PD: Lo siento, pero tengo que asegurar el perímetro.
Calíope: Te he dicho que no. Por una vez podríamos tener la fiesta en paz, ¿no?
PD: Presiento cosas.
Vicrogo: Si quieres te acompaño, PD.
PD: Me harías un gran favor, Vicrogo.
Calíope: Vicrogo, que no se ensucie ni haga tonterías por ahí, por favor. No tardéis, que no tardará en comenzar la ceremonia.
Vicrogo: Descuida, estaremos aquí a tiempo.
PD: Me acaba de enviar Boby un mensaje al móvil. Dice que mi hermana Pepota está en el pantano...
Vicrogo: ¡Pepota!
PD: Shhhh, que no se entere Calíope. No la soporta.
Vicrogo: ¿Crees que está tramando algo?
PD: Estoy seguro. Debemos dar con ella e impedir que haga alguna locura.
BadLuck: ¿Hueles eso?
Roberto: Sí, estas flores decorativas huelen muy bien.
BadLuck: No, huele a podrido.
Roberto: ¿Podrido?
BadLuck: Sí, algo podrido se aproxima. Sus pasos son lentos, pero decididos...Es algo maléfico.
Roberto: ¿Hablas en serio? Aunque con todas las cosas extrañas que han sucedido en este lugar no me sorprende.
BadLuck: Si llega hasta aquí, dará problemas. Estoy seguro de que estropeará la boda de Wen y Estrella.
Roberto: Avisaré a Wen y que...
BadLuck: No, deja que me ocupe. Creo que puedo solucionarlo sin preocupar a los novios.
Roberto: ¿Te acompaño?
BadLuck: ¿Sabes disparar? ¿Usar cuchillos?
Roberto: Pues...corto muy bien los tomates para la ensalada...
BadLuck: Entonces será mejor que te quedes aquí. Ahora vuelvo.
Roberto: ¡Ten cuidado!
Pandy había reunido en una roca a todos los animales invitados a la boda. Hurto (perro negro), Tinger (cría de leopardo), Cocovo (cría de gorila), Chorizo (Jabalí) y las hermanas Chiluca y Caye (dos perritas).
Pandy: #### (Chorizo dice que ha visto unas hienas hambrientas dirigiéndose hacia aquí. No pienso consentir que arruinen la boda de Wen).
Hurto: ¡Guau guau guau! (¡A por ellas!)
Chorizo: ¡Goooooing! (Debemos andar con cuidado, son muy peligrosas. Son hienas infernales del pantano. Muy conocidas por su crueldad. Muchos de mis familiares murieron devorados por ellas).
Chiluca: ¡Guau guau, guaaff! ( ¿Y que podemos hacer nosotras contra unas hienas asesinas? Yo y mi hermana no sabemos luchar)
Pandy: #### (Cuantos más seamos, mejor)
Tinger: ¡Grrrr! (¡A mi no me dan miedo esas hienas tontas!)
Pandy: #### (En ese caso, ¡a por ellas!)
¿Un vampiro en pleno sol? Sí, es una locura (aunque dar por real la existencia de un vampiro también lo es), pero es posible. Sinéad y Eros son amigos de Wen y de la familia, no podían faltar a la boda. Daban el cante vestidos de negro, pero les daba igual. Su amiga Stella (otra vampiresa), inventó una protección solar muy potente que los protegería del sol durante unas cuantas horas. Se sentían incómodos, pero lo podían soportar.
Eros: Tengo miedo que el viento se lleve el paraguas...
Sinéad: No te preocupes, la protección que nos ha dado Stella es muy potente. Aunque eso no quita que esté algo angustiada y muy incómoda. Recuerdo vagamente cuando era humana y permanecía demasiado tiempo cerca del fuego, esa sensación de calor en la piel que casi se transforma en dolor se asemeja a lo que estamos viviendo.
Eros: Con el inconveniente que ahora no nos podemos apartar para aliviar esa desagradable sensación.¿Te has dado cuenta de cómo nos miran?
Sinéad: Sí, les parecemos bichos raros. Me desagradan las bodas, Eros. Si yo soy la que se casa, voy encantada, pero ir de invitada...me agota. Toda la gente...no saber de que hablar...todo me parece tan insustancial y aburrido...
Eros: A mi tampoco me agradan, Shiny. Estaremos el tiempo justo y necesario. Luego volaremos a las montañas y nos instalaremos unos días en una residencia que he alquilado para pasar las vacaciones. Piensa en eso y anímate.
Sinéad: Lo haré. ¿Crees que en el menú del banquete habrá sangre? Tengo sed...
Eros: Lo dudo mucho, Shiny...
Sharon: ¡Willy, Renzo, Junior! ¡No corráis!
Willy: ¡Ya soy mayor, mamá!
Sharon: Bueno, pero te puedes caer igualmente. ¿Es que no podéis jugar sin hacer el ganso? Estos niños...
Willy: ¡Hasta luego mamá!
Junior: ¡Yo soy el más rápido!
Renzo: ¡Eso lo tendrás que demostrar!
Cuando Sharon se dio la vuelta y vio a Sinéad y Eros, casi le da un infarto. Ella también iba vestida con un traje negro, aunque en su caso era escotado y muy ajustado. El de Sinéad era pomposo, de manga larga y cuello alto. Tenía guantes blancos y el collar dorado que tanto le gustaba adornando su cuello. El velo que tapaba su cara y el paraguas que la protegía del sol. Eros también lucía un traje negro de manga larga y unos guantes.
Sharon: Pero, ¿de dónde sale esta gente tan extraña? ¡Se deben estar cociendo con la que está cayendo!
Sus estaba nerviosa, se casaba su único hermano y era un día muy especial para ella. Aunque también estaba muy preocupada por lo que podía ocurrir. Después de años sufriendo todo tipo de adversidades en el Pantano, no le gustaba nada que se celebrase allí la boda. A pesar de ello, intentaba disimular ante Wen. Se había comprado un vestido azul marino para la ocasión y nos zapatos blancos de tacón. Duclack era la encargada de oficiar la boda como Capitán Pirata y lucía su traje de capitana. Mary se había decantado por un vestido rosa que había causado sensación entre los invitados.
Sus: Estoy muy preocupada, chicas.
Mary: Es lógico, Sus. Este lugar a mi me da escalofríos.
Duclack. No te preocupes, estaremos alerta por si ocurre algo sospechoso.
Sus: Con lo bonito que habría sido celebrar la boda en un lugar libre de peligros...Podrían haber celebrado la boda en un volcán o en mitad de una guerra, ya puestos...
Mary: Para ellos el pantano especial.
Sus: Lo sé...pero no es seguro.
Duclack: Sus, la situación está controlada. Contamos con PD que sabe lo que hace y recuerda que soy pirata experimentada y que están Duque, Carmelo, Wen, Hércules...
Sus: Ay, sí. Eso me tranquiliza un poco...
Duclack: Voy a dar una vuelta por los alrededores para ver que tal está todo.
Sus: Duclack, es peligroso...
Duclack: Yo soy peligrosa. No temas.
Duclack no se achantaba fácilmente, pero sabía que en el pantano vivían criaturas muy peligrosas y poderosas. Tendría que agudizar sus sentidos y estar alerta.
Ben y Duclón llevaban meses sin hablarse. Pillar besándose infraganti a Wenda (la ex-mujer de Ben) y a Duclón (su mejor amigo) fue una situación que le costó asimilar. Ben y Wenda llevan años divorciados, pero él sigue sintiendo apego por ella. No está enamorado, pero un sentimiento extraño se apoderaba de él cuando se la imaginaba con otro click. Esa desagradable sensación aumentaba cuando ese click era su mejor amigo, Duclón. Se sentía traicionado, a pesar de que estaban separados y no le debían ningún tipo de explicación. Ben consideraba que Duclón debería haberle explicado lo que sentía por Wenda, pero Duclón se sentía incapaz de revelarse a su amigo sus sentimientos.
Cuando se vieron, Ben sintió que había fallado a su amigo y Duclón se sintió igual. Se apartaron del resto de invitados a un lugar apartado para poder hablar con tranquilidad.
Ben: Duclón, viejo amigo...te debo una disculpa.
Duclón: No, soy yo el que debe disculparse. No he sido sincero contigo. Debería haberte confesado lo que sentía por ella.
Ben: Wenda y yo tenemos hijos en común, pero nada más. El amor que sentía por ella se ha convertido en un cariño muy especial. No sé explicarte muy bien que me ocurre cuando la veo con otro, pero es una sensación extraña que me hace sentir muy mal.
Duclón: ¿Seguro que no la sigues amando?
Ben: La quiero pero de una forma muy distinta. Sabes que no nos soportamos, somos incompatibles y jamás volveremos a estar juntos. Es un amor que pasó y ya no volverá. Amigo, no me imagino un click mejor que tú para estar junto a ella. Sé que contigo será muy feliz.
Duclón: Agradezco tus palabras, Ben. Sentía un gran dolor cuando pasaban los días y no sabía nada de ti.
Ben: He sido un estúpido, lo siento.
Duclón: No eres estúpido. Comprendo lo que sentías, precisamente por eso no era capaz de confesarte lo que estaba ocurriendo.
Ben: ¿Desde cuando la amas?
Duclón: Desde siempre...
Ben: ¿Desde siempre?
Duclón: Nunca he intentado nada con ella por respeto a ti, amigo mío. Sabía que ella sentía algo por mi, pero ya sabes como es, muy hermética. Te he visto de clack en clack, feliz. No sufrías por su amor y ella estaba siempre sola. Me estoy haciendo viejo y si no me arriesgaba...moriría sin amarla.
Ben: Duclón...No sabes lo que te admiro y respeto. Serás feliz junto a ella, estoy seguro.
Duclón: Gracias, amigo.
Duclack: ¡Diamante, corre!
Diamante: Pero, ¿qué pasa?
Duclack: Vamos a asegurar el perímetro. Sus está preocupada, y con razón.
Diamante: ¡Es que llevo zapatos y me hacen daño al correr! ¡Duclack, espera!
Wenda quería que la novia llegase en una limusina. Había contratado a una empresa con gran prestigio. Estrella entró al coche maravillada. Era lujoso y con todo tipo de comodidades. Aunque le gustaba, ella habría preferido un coche de caballos, más natural y sin contaminación. Gallofa, que es el padrino de la novia, se volvió loco bebiendo de las botellitas de alcohol de la neverita. Estrella sin embargo, no era capaz de ingerir nada. Al llegar al pantano unos seres extraños se cruzaron en la carretera y asustaron al chófer. Les obligó a salir del coche y se marchó a toda pastilla dejándoles plantados en mitad de la nada. Estrella y Gallofa comenzaron a caminar sin rumbo fijo. Se habían perdido.
Gallofa: ¡Hip! Mira, ¿ese no es Wen?
Estrella: No, Gallofa...eso es una roca. Jolines, nos hemos perdido...¡¡No llegaremos a tiempo!!
Gallofa: No te preocupes, hip. Yo sé por dónde es...tenemos que ir por aquí, ay no, por allí...¿Será por ese otro lado? ¡No por allá! ¡Hip!
Estrella: Mejor deja que sea yo la que decida la dirección que debemos tomar...
Estrella: Me subiré aquí arriba, a ver si me oriento...
En aquel inhóspito paraje Estrella brillaba como una diamante en bruto. Su vestido blanco, su ramo de flores y sus zapatos blancos de tacón contrastaban con el tosco terreno en el que se encontraba. Gallofa sin embargo vestía algo mal. Su traje estaba desfasado, pasado de moda. Tenía un aspecto singular, pero eso no le importó a Estrella. Lo quería como a un hermano.
Estrella: No veo nada, Gallofa...
Gallofa: Pues yo lo veo todo doble, ¡hip! Ay, que mal me encuentro.
Estrella: Yo estoy sofocada. Será mejor que nos sentemos un momento a descansar. Pienso denunciar a ese chófer en cuanto tenga oportunidad.
Escondidos tras unas rocas...
Facunda: ¡Tachán! ¿Estáis viendo lo mismo que yo?
Fune: Una novia en mitad de la nada, algo muy normal...
Pinhead: Debe ser un espíritu o un fantasma...me da grima.
Facunda: Es nuestra oportunidad, chicos.
Caminaban con sigilo para sorprender a Estrella y Gallofa.
Estrella: Todo me sale mal...Ahora Wen se pensará que no me quiero casar con él.
Gallofa: No te preocupes, Estrellita. Conseguiremos llegar a tiempo, ¡hip! Estás muy guapa y ese ramo de flores es muy bonito.
Estrella: Gracias, Gallofa. Tú también estás...¿Hace calor, verdad?
Pinehad sorprendió a Estrella por la espalda y le puso su navaja en el cuello. Estrella gritó sorprendida.
Estrella: ¡Ahhh!
Pinhead: No te muevas o te rajo. Me da igual que seas un fantasma.
Fune pilló por sorpresa a Gallofa, que estaba mirando el suelo absorto en sus pensamientos.
Fune: ¡No muevas un solo músculo!
Gallofa: ¡Ahhhh! ¡Dos mujeres me están atacando con un cuchillo! ¡Ahhh!
Fune: ¡Silencio!
Facunda: Pero que tenemos aquí...una preciosa novia. Es nuestro día de suerte, os lo dije. Guapa, queremos pasta y estoy convencida de que tú tienes mucha.
Estrella: Yo no tengo dinero, de verdad...
Facunda: ¡Y un cuerno!
Gallofa: Por favor, que vamos de boda. Estrellita se tiene que casar y Wen la está esperando.
Fune: ¿Se tiene que casar? ¿Es una novia de verdad?
Gallofa: ¡Pues claro!
Fune: Un momento, tú eres Gallofa y ella Estrella. Os recuerdo.
Gallofa: Y tú eres Fune, yo también me acuerdo de ti...¡Hip! ¿Quién es tu hermana gemela?
Fune: No sé de que estás hablando. No tengo hermana gemela.
Facunda: ¡Ey! Venga, quiero que nos llevéis al lugar dónde se celebra la boda. Pediremos un rescate por la novia.
Gallofa: Estamos perdidos...
Facunda: Ya, y yo soy Miss Clickópolis.
Fune: Facunda, una boda es sagrada.
Facunda: ¿Te ha dado una insolación?
Estrella: ¡Por favor, deje que nos marchemos!
Facunda: ¡Y un pepino! Tenemos que sacar tajada de esta situación. Llevo tiempo sin pasta. Desde que mi tito ya no me da trabajos...
Fune: Te digo que una boda es sagrada. Esta clack tiene que llegar a tiempo a su boda y no seré yo la que se lo impida. ¿Te gustaría que te hiciesen lo mismo el día de tu boda?
Facunda: Lo flipo, tía. Yo no me pienso casar nunca, eso es una cursilada para los tontos. Pero, ¿que narices te pasa? ¿Has perdido la cabeza? ¡Vamos a ganar muchos cleuros!
Fune: Te digo que una boda es sagrada y no permitiré que te interpongas en el día más feliz de su vida.
Facunda: Mira, petarda. Puedes ir por dónde has venido y dejar de ganar dinero o quedarte y participar, tú decides. Pero no te interpongas en mi camino o te machaco la cabeza.
Fune: ¿Me estás amenazando?
Pinhead: Ey, no amenaces a mi chica.
Facunda: Anda, pero si la nenaza tiene valor.
Pinhead: ¡Yo no soy una nenaza!
Facunda golpeó a Pinhead en la cara y este cayó al suelo perdiendo su navaja.
Pinhead: ¡Ahhh!
Fune: ¡Pin!
Facunda: Para que aprendas, nenaza.
Fune no lo dudó ni un instante. Se lanzó a por Facunda y pronto empezaron a luchar. Facunda intentaba herir a Fune con su navaja y ella la esquivaba a duras penas. Finalmente, Facunda consiguió colocarse sobre Fune y alzó su navaja.
Facunda: ¡Debería haber venido sola! ¡Te voy a rajar, maldita!
Fune: ¡Noooo!
Gallofa intervino justo a tiempo y golpeó a Facunda con una piedra en toda la cabeza. Esta cayó al suelo desorientada y dolorida.
Facunda: ¡Ayyy! ¡Rayos y centellas!
Gallofa: Lo siento, no me has dado otra alternativa, ¡hip!
Fune: Será mejor que te marches, Facunda. Aquí no tienes nada que hacer.
Facunda: Grrr, malditos desgraciados...
Se incorporó enfurecida. No estaba dispuesta a rendirse tan fácilmente.
Facunda: Acabaré con todos vosotros, ¡lo juro!Venga, cobardes, ¿no tenéis narices?
Ninguno se movió. Un Tyrannosaurus rex avanzaba hacia Facunda lentamente. Estaba concentrado en su presa, que gritaba como una loca desconociendo el peligro que corría.
Gallofa: Hay un dinosaurio tras de ti...yo en tu lugar saldría por patas.
Facunda: ¡¡Pero te piensas que soy tonta!!
Fune: Es verdad, será mejor que corras...
Facunda: Un mal truco para despistarme. No os libraréis tan fácilmente de mi.
¡Pum! ¡Pum! ¡Pum! ¡Pum!
Las pisadas resonaban con fuerza y el suelo se movía como si de un terremoto se tratase. Facunda sorprendida se dio la vuelta.
Facunda: ¡Por todas mis muelas! ¡Socorro!
Estrella: ¡Corre!
Facunda: ¡No puedo!
Estaba paralizada por el terror. Lo único que atinaba a hacer era gritar y mover su navaja de un lado a otro.
¡Grrrrrrrrrrrrrrrrr!
Facunda: ¡Ahhhhh!
El dinosaurio atrapó a Facunda con sus poderosos colmillos y apretó rompiendo varias huesos y músculos. Mientras se entretenía con ella, los demás aprovecharon para huir lo más rápidamente posible.
Al verles correr, el dinosaurio salió corriendo tras ellos perdiendo el interés en Facunda, que cayó al suelo inconsciente.
¡Grrrrrrrrrrrrrrrrrr!
Gallofa: ¡Nos está persiguiendo! ¡Hip!
Fune: ¡Corred!
Pinhead: ¡A este sitio no vuelvo nunca más!
Continuará...