jueves, 26 de septiembre de 2013

Hafida: Capítulo 5 - Una proposición inesperada


Jessenia estaba esperando a Hafida en la puerta de su casa cuando esta llegó. Estaba muy ilusionada. Aunque sus padres no ponían impedimentos para que su amiga entrara en casa, Hafida siempre se había mostrado reacia. Sabía de los negocios turbios de su familia y temía verse involucrada en alguno de ellos tan solo por estar en su casa en un mal momento. Las redadas policiales eran habituales y si la encontraban allí, podría meterse en un buen lío. Además, Jessenia muchas veces acudía a ella llorando cuando su padre la maltrataba. Era un hombre violento. Ahora se trataba de la vida de su tío y debía correr riesgos.
Entraron juntas en su casa. En una estancia de la casa se encontraba el hermano de Jessenia y sus amigotes. Comían y bebían sentados plácidamente. Cuando las vieron entrar, el hermano de Jessenia las saludó.


Makin: Hafida, bienvenida a mi casa. Estás realmente preciosa.
Hafida: Hola, Makin. Gracias.
Makin: Estaba deseando volver a verte. ¿Cómo se encuentra tu tío?
Hafida: Bastante mal…
Makin: Debes estar muy afectada. 






Se levantó y se acercó hasta ella. Su mirada recorría cada centímetro de su cuerpo. Hafida se sintió muy incómoda.

Hafida: Sí, es la única familia que me queda…
Jessenia: Ahora vuelvo, voy a ver si la mesa está lista. Guiñó un ojo a Hafida. 

No quería quedarse a solas con Makin, pero no tenía escapatoria.


Makin: ¿Qué traes ahí?
Hafida: ¿Dónde? ¡Ahh! Son pastas de almendra y caramelo.
Makin: ¿Las has hecho tú?
Hafida: Sí… es lo menos que podía hacer.
Makin: Huelen a gloria. Espera, esto debe pesar.



Makin: ¡Sabba!

Una criada apareció cuando Makin gritó su nombre.

Makin: ¡Ven aquí!
Sabba: Dígame, señor.
Makin: Lleva esto al comedor. Haz el favor.
Sabba: Con mucho gusto, señor.


Sabba se alejó con la bandeja de pastas con paso lento pero decidido.

Hafida: Lo podría haber llevado yo, no era necesario.
Makin: Para eso tenemos criados, no te preocupes. Sabba está acostumbrada y le complace ayudar en todo lo que se le ordena.



Jessenia: ¡Hafida! Ya está todo listo. Mis padres nos están esperando.
Hafida: ¡Estupendo!

Sintió un gran alivio cuando se lo dijo. Se sentía incómoda con Makin y no sabía de que hablar.




Makin: Ahora mismo me reúno con vosotros.

Mientras se alejaban, Jessenia se tapó la boca para reprimir una risita nerviosa. Miró a Hafida de reojo.

Jessenia: ¿Qué tal con mi hermano? Es guapo, ¿eh? Hacéis tan buena pareja. ¿Te has dado cuenta de cómo te mira?
Hafida: Sí, no sabía que decir. Menos mal que no has tardado mucho…
Jessenia: Vamos, no debes ser vergonzosa. Me dijiste que mi hermano te gusta y sabes que a mi hermano también le gustas. Déjate llevar, amiga mía.
Hafida: Ya... pero ya sabes que somos de mundos muy distintos y tus padres estarían en contra. Yo soy pobre...además, ahora mismo no tengo la cabeza para pensar en esas cosas.


Los padres de Jessenia y Makin los estaban esperando.  La madre permanecía sentada a la mesa mientras que el padre esperaba de pie.

Raushana: Que amable, nos ha traído pastas de almendra y caramelo elaboradas por ella.
Zayd: Es bueno que una mujer sepa cocinar. Últimamente las mujeres os tomáis demasiadas libertades.
Raushana: Hoy no deseo discutir, por favor.
Zayd: Sabes que tengo razón. El lugar de la mujer está en la cocina y satisfacer las necesidades de su marido. Al menos Hafida sabe cocinar, eso me gusta.
Raushana: Todavía no cantes victoria. No sabes si aceptará la proposición.
Zayd: ¡Pues claro que aceptará! Según Jessenia le gusta nuestro hijo. Además, la vida de su tío está en juego.Por no mencionar que es su oportunidad para abandonar la pobreza.



Rausahna: Sabba, prepara ya las pastas de cacao.
Sabba: Sí, señora.



Zayd: Montaremos una boda por todo lo alto. Se trata de nuestro hijo. Me gustaría para él una mujer de buena familia, más poderosa. ¡Pero quien puede contra los caprichos de los hijos! ¿Quiere a esa mujer? Pues esa será.
Rausahna: Te recuerdo que todavía no sabemos si Hafida aceptará… yo creo que deberíamos dejar que las cosas fluyan entre ellos sin intervenir ni presionar.  Esta forma que tienes de hacer las cosas no me gusta. Puede que acepte solo para salvar a su tío... deberíamos ayudar a ese pobre hombre sin pedir nada a cambio...
Zayd: No me discutas delante de la servidumbre. Limítate a oír y callar.


Hafida y Jessenia entraron en la estancia. Se sorprendió al ver aquel lugar y le pareció hermoso. El padre de Jessenia le imponía muchísimo y su madre le pareció una mujer muy atractiva, parecía más joven desde la última vez que la vio. Había un hombre armado en la sala así que eso la puso más nerviosa.

Zayd: ¡Bienvenida! Pasa, estás en tu casa.
Hafida: Gracias, señor.



Zayd: Jessenia nos habla mucho de ti. Makin también, lo tienes hechizado. Ahora que te veo, comprendo que levantes tanta pasión en él.

Escuchar aquellas palabras la terminaron de avergonzar. Quería salir corriendo o que una enorme grita se abriese en el suelo y caer en ella para escapar de allí.

Hafida: Es muy amable. Les agradezco la invitación.
Raushana: Estamos encantados, Hafida. Hacía mucho tiempo que no te veía. Estás hecha toda una mujer. Por favor, ponte cómoda.



Makin vino a toda prisa y se pusieron cómodos a la mesa. Sabba ofreció pasteles de cacao a Hafida y luego a los demás.

Hafida: Muchas gracias, que rico.
Zayd: Estos los hace mi mujer. Es una gran cocinera y por los dulces que has traído, veo que tú también.
Hafida: ¡Oh! Me defiendo bastante bien dentro de mis posibilidades.
Zayd: Es importante que una mujer sepa cocinar. 



Sabba fue llenando tazas con té mientras comían los dulces. 

Hafida: Está delicioso, gracias Sabba.

.

Zayd: Hafida, quiero ser totalmente sincero contigo. Estoy dispuesto a ayudar a tu tío en su recuperación. Puedo pagar el viaje a la ciudad, un buen hospital, la intervención y la vuelta a casa. No tendréis que pagar nada.
Hafida: No sé cómo lo podría agradecer…
Zayd: ¿Cómo se encuentra?
Hafida: Muy débil… temo por su vida…
Raushana: Pobre niña. Se lo mucho que quieres a tu tío.
Hafida: Muchísimo, señora. No tengo forma de agradecerles vuestra ayuda…




Makin: Hafida, ya no debes preocuparte por nada. Desde ahora, tus problemas son los míos. No te faltará de nada, y a tu tío tampoco.
Hafida: No quiero ser una carga y tampoco es necesario, Makin. Con que mi tío se recupere ya tengo más que suficiente. Podría ahorrar y pagar poco a poco la operación y el viaje. No gano mucho pero con esfuerzo quizás en unos años podría…
Zayd: Eso no será necesario. Hafida, te ayudaremos pero tengo una condición y creo que será de tu agrado.
Hafida: ¡Haré lo que sea!




Makin: Me ha dicho mi hermana que te gusto. Tú también me gustas, Hafida. No temas por mi padre, él no se interpondrá entre nosotros.
Hafida: Yo…

No sabía que decir. No esperaba que Jessenia fuese capaz de contarlo.  No le gustaba el rumbo que estaba tomando la conversación. Deseaba salir corriendo, pero se resistió.


Zayd: Irás a la ciudad con tu tío. En cuanto le operen y se recupere, regresarás a casa y os podréis casar.
Hafida: ¿¡Qué!?
Zayd: Esa es mi condición, que te cases con mi hijo. Tampoco supondrá un esfuerzo para ti. Os gustáis y mi hijo no hace más que hablar de ti. Cambiarás de vida y a partir de entonces formarás parte de la familia. Dejarás ese ridículo trabajo y la pobreza para ser la esposa de uno de los hombres más poderosos del país. Que me dices, ¿aceptas?



Jessenia: ¡Papá! Yo no sabía nada de esto…
Zayd: No quería que estropeases la sorpresa. 



Makin: ¿Qué dices, Hafida? ¿Aceptas casarte conmigo? Prometo hacerte feliz.
Hafida: No sé que decir…
Jessenia: ¡Di que sí! Vamos, amiga mía. ¡Seremos familia! ¡No te resistas al amor!
Hafida: Esto es demasiado precipitado… necesito pensar con claridad.
Jessenia: ¡No debes pensar  más! No te resistas a ser feliz. Vamos, ¡seremos familia!



Raushana: No agobiéis a la chica. Hafida, tómate el tiempo que necesites. Comprendo que es una decisión que no se debe tomar a la ligera. Estaré encantada de tenerte como una más en esta familia.Me sentiría mal que solo aceptases para salvar la vida de tu tío...
Hafida: Muchas gracias… lo debo pensar.
Raushana: ¿Te gusta mi hijo?
Jessenia: Madre, que sí que le gusta. Lo que pasa es que es tímida y lo tiene que pensar.
Hafida: Así es… necesito un tiempo.
Zayd: Tú tío no dispone de mucho tiempo… no tardes en tomar una decisión.



Makin: Mi princesa. Esperaré ansioso tu respuesta. Por favor, no me hagas sufrir demasiado.


Continuará...



3 comentarios:

  1. ¡¡¡AHHHHHHHHHH!!! ¡Otro capítulo de Hafida! Me encantaaaaaaaa. Las estancias que has montado de la casa de Jessenia son increíbles. Tienes un don y un gusto exquisito para montar dioramas y espacios clickeros.
    Este capítulo ha estado muy emocionante. ¡Pobre Hafida! ¡Se ha quedado de piedra! ¡Menuda encerrona le han preparado!... ¿Y ahora qué hará? Ella en realidad no a ama a Makin. Pero su amiga y la familia de esta ya dan todo por sentado. La única sensata es Raushana, la madre y es a la que menos dejan opinar... Makin se ve un lascivo descarado... Se ha encaprichado de ella y seguro que es de los que no tendrían una esposa solo...Y el padre tiene tela... Se nota que está acostumbrado a imponer su autoridad, mandando callar a su esposa y anda que no ha repetido lo de que las clacks deben cocinar... Hafida le ha gustado mucho por eso...
    ¡Está interesantísimo! Hafida está en medio de una encrucijada. La vida de su tío está en juego. ¡Quiero leer yaaaa el siguiente! Tus historias tienen el poder de hacerme más feliz.
    Un beso ;-)

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  2. Otro capítulo genial, Dani.
    Primero de todo quería decirte, como Duclack, que los escenarios son una pasada. No se como te las arreglas para que te queden tan bonitos.
    Tenemos a Hafida entre la espada y la pared....
    ¿Que hará? ¿Aceptará de casarse con Makin? Yo diria que no.... ya veremos :?
    El personaje que has usado como padre de Jessenia está muy chulo.
    Raushana perece tener, un poco, una opinión diferente que su esposo.
    ¡¡¡Otro capítulo muy original!!!!

    Àlex.

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  3. ¡Pero qué cambio tan inesperado! ¡Pobre Hafira, se encuentra entre la espada y la pared! ¡Yo no quiero que se case con ese! ¡Buf, qué impotencia! ¡Qué asco me da Said! ¡aaaaaah!

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