martes, 9 de mayo de 2017

Un día con...Los bomberos - 02

Preparar el desayuno, llevar a los niños a la guardería, limpiar la casa...estaba agotada. Sus ya no tenía ganas de hacer nada más, simplemente tumbarse en la cama y descansar. Aquel era su día libre en la tienda por lo que podría relajarse antes de ir a buscar a los niños a la guardería. 

Entró en su alcoba todavía con el delantal puesto. Las manos le olían a fregasuelos y suavizante para la ropa. Pandy entró con ella en la habitación también con la firme intención de acostarse en la cama y dormir junto a Sus.


Se tiró sobre la cama y se estiró. Pandy hizo lo mismo. Hacía un día espléndido de primavera que invitaba a salir, pero no se sentía con fuerzas. 

Sus: Echo de menos a Diamante...hace una semana que se fue con Duclack en barco y parece que haya pasado un mes...
Pandy: ##### (Yo te hago compañía, Sus)
Sus: A veces me siento sola...


Pandy: ### (¡No estás sola! Me tienes a mi)
Sus: Sé que te tengo a ti, mi Pandy. Es que...hay días que todo el mundo está ocupado y me siento desubicada. Espero que Diamante no tarde mucho más de ese viaje...


Pasada media hora, decidió encender su tablet y ver quién estaba conectado. En seguida su madre le envió un mensaje mediante Lineclick.

Wenda: Hola cariño, ¿estás ocupada?
Sus: ¡Hola mamá! Precisamente ahora no. Luego tendré que ir a por los niños.
Wenda: ¿Te vienes a desayunar conmigo? Han abierto una cafetería nueva en el centro que dicen que es una maravilla.
Sus: Me tienta pero hoy me siento muy fea. Es de esos días que no quiero que nadie me vea. Tengo unos pelos...y además, estoy tan cansada...
Wenda: Tonterías. Mi niña siempre está guapa. Venga, que te invito. En una hora estoy ahí, así que date prisa.
Sus: Muy bien, mamá. Hasta ahora.


Sabía que le haría bien quedar con su madre y salir un rato de casa, así que se animó. Aunque se sentía fea, se propuso salir lo más radiante posible. Abrió el armario y buscó algo que le apeteciese ponerse.

Sus: No sé que podría ponerme...
Pandy: #### (Yo me voy a mi cesta a dormir. Cuando estés lista, me avisas)
Sus: ¿Pandy? Se ha ido abajo. Bueno, a ver que me pongo...


Sacó una falda corta tejana y tras observarla unos segundos, le dio el visto bueno. La dejó sobre la cama y buscó una blusa a juego.

Sus: Quizás la rosa que me regaló Alexia...o esta blanca...ay, no sé. ¿Y si me pongo el vestido amarillo? No, demasiado llamativo...


¡¡Guehgefierte!! ¡¡Gjuehe de peler!!

Unos gritos procedentes de la calle alertaron a Sus. Intrigada, se asomó por la puerta del balcón para ver que ocurría.


¡¡Ere...te odio...!! ¡¡Perd...amor...!!

No entendía absolutamente nada de lo que estaban diciendo, así que salió al balcón para enterarse mejor.


Una pareja estaba peleando en la calle, muy cerca de su casa. Los dos eran de piel morena wensulana. Ella era una clack muy bella mientras que él tenía muy malas pintas. Parecía un chuleta dado a la mala vida.

Paula: ¡¡Te he visto con ella!! ¡¡Te pido que no vuelvas a negarlo!! ¡¡Otra vez me has puesto los cuernos!!
Zurro: Venga, muñeca...no te pongas así. No significó nada para mi...yo te quiero a ti.


Paula: ¡¡No me digas eso que te arranco los pelos!! No quiero volver a verte nunca más, ¿lo has entendido? No te acerques a mi ni me molestes.
Zurro: Muñeca, me encanta cuando te enfadas. Venga, que no es para tanto.
Paula: ¿Te encanta que me enfade? Pues no te gustará tanto cuando te borre esa sonrisa ridícula de la cara de una manotazo. Vete con esa y olvídate de mi. ¡Te odio!


Zurro: ¡Pues me importa un pimiento! Hay muchas clacks mejores que tú por ahí. ¡¡No te necesito!! ¡¡Luego no me vengas llorando!!
Paula: ¡¡Eso ni en sueños!! ¡Hasta nunca!


La gente se paraba curiosa a ver lo que estaba ocurriendo. Sus estaba totalmente absorta en la discusión. Sabía que podía mirar sin miedo a ser vista. Escondida entre las plantas del balcón y situada en una segunda planta, pasaba desapercibida.

Sus: Tiene pinta de click de mala vida. Hace bien pasando de él. Menuda pelea...luego se lo cuento a mi madre.


Una fuerte ráfaga de viento cerró la puerta del balcón. Intentó abrirla pero se había atascado. No era una puerta frágil por lo que por más que lo intentaba no conseguía abrir.


Estuvo largo rato intentando forzar la puerta sin éxito. Cuando comprendió que era imposible, golpeó la puerta llamando a Pandy. Recordó que se había ido a dormir a la planta baja, por lo que era difícil que pudiese acudir en su ayuda.


Sus: ¡Pandy! ¡¡Pandy!! No puedo creerlo, ¡esto no me puede estar pasando a mi! ¿Y ahora que hago?

Hacía algo de frío y no estaba muy abrigada. Unas braguitas azules y un top blanco de tirantes era todo lo que llevaba puesto.


Vicenta: Como sustoy contando. Se metió en lugares sagraos de la catedral. Aquel día tocaba misa y estaba yo tan agustito con mi biblia cuando aparece Diamante alborotando la casa del señor.
Herminia: Eso es sacrilegio, por la virgen de la clackatúa. 
Hermenengilda: Me has dejado sin palabras, muda. No pensaba que Diamante se podría comportar de esa forma. Aunque pensándolo mejor, veía cosas raras cuando eramos vecinos.Un día lo vi completamente desnudo saliendo al descansillo del rellano. Claro, una no es de piedra y el muchacho está de muy buen ver.  Salí a pedir explicaciones y dijo que no se había dado cuenta, que pensaba que había entrado en el cuarto de baño.
Herminia: Por la virgen de la clackatúa.
Vicenta: Es que se puso a tontear con las monjitas, que la pobres gritaron desesperadas cuando fueron atacadas. Una de ellas se llevó un sofoco tan grande que la estuve abanicando hasta que se le pasó.


Hermenengilda: Pues yo no me quedo con las ganas de saber que está pasando. Vamos a picar en la puerta de su casa y nos enteramos. Seguramente Sus estará conmocionada. La muchachita es tan frágil...
Herminia: ¿Y con qué excusa llamamos a la puerta?
Hermenengilda: Pa saber si nos han invitado al bautizo de sus hijos. Vamos..Anda, Sus está en el balcón. 
Vicenta: ¿Está en bragas o me falla la vista?


Herminia: Un poco descarada, ¿no? A mi me daría vergüenza. 
Hermenengilda: ¡Hola, Sus! Veníamos a hacerte una visita. ¿Nos puedes abrir la puerta? Ponte algo o te vas a resfriar...
Sus: ¡No puedo! Me he quedado atrapada en el balcón. Tengo que esperar a que venga mi madre. La puerta no se abre.
Vicenta: ¿Pero que dice? 
Herminia: Entiendo algo de que la puerca no se abre y que su madre se venga.
Hermenengilda: ¿Estás bien?
Sus: Me voy a congelar, pero mi madre no tardará mucho. Esperaré aquí entre mis plantas, no se preocupe.
Vicenta: ¿Ahora que dice? ¿Me voy a suicidar? Ay por la virgen de la clackatúa.
Hermenengilda: ¡Esto es terrible! Dice que se va a suicidar congelada y que su madre la maltratará mucho. Cultiva plantas...de esas de drogadictos de mala vida.
Herminia: Está completamente enganchada a las drogas...ha perdido la cabeza y se quiere suicidar. ¡Pobre muchachita! ¡Tenemos que hacer algo!


Hermenengilda: ¡Que alguien llame a la policía! ¡Socorro!
Chica: Señora, ¿le ocurre algo?
Niño: ¿Se encuentra bien?

La gente se acercaba alertada por los gritos. Sus observaba la escena sin entender nada.

Hermenengilda: ¡Esa mujer de ahí arriba se quiere suicidar! Está drogada y ha perdido la cabeza. Al parecer está muy enferma y no sabe lo que hace.
Hombre: ¡Está en bragas!
Niña: ¡Esto va directo al instaclack!


Sus: ¿Pero que es lo que está diciendo? ¡Estoy bien, solamente tengo que esperar a mi madre! Ay, que vergüenza. ¡Esas mujeres son unas liantas! ¡Estoy bien, no pasa nada! 
Hermenengilda: ¡Aaaaaayyyy pobre muchacha! Ayyy que lástima, que es como si fuese una hija para mi. Su marido le da mala vida, ay que penita, ayyyy.
Herminia: Su marido acosa a las pobres monjitas. No respeta la casa del señor.
Sus: ¡¡Pero que están diciendo!! ¡Que eso no es así! 


La calle se llenó de  gente curiosa. Todos miraban al balcón donde estaba Sus mientras hacían fotos y vídeos. También se hacían selfies y los publicaban en las redes sociales. Otros llamaban a la policía para que acudiese cuanto antes.

Niña: Una flipada se quiere suicidar. Hasthag ##Locasuicidio ##Majaretaloca ##Suicidioenvivo ##tíaenbragasloca
Mujer: ¿Policía? Una maniática depresiva está a punto de suicidarse desde un balcón, acudan cuanto antes.
Hombre: Se ve que tiene una enfermedad mortal y se quiere suicidar, deprisa.
Hermenengilda: Ayyy que penita, con dos hijos que tienen. ¡Sus, no lo hagas!
Sus: ¡Que no quiero hacer nada! ¡Estoy bien! ¡Dejarme en paz, por favor!
Hombre: Está claro que está mal. Niega el problema, es es el primer síntoma, la negación.
Mujer: Pues mira que parecía una chica normal.


En ese momento, apareció la policía. El coche se tenía que abrir paso entre la gente circulando lentamente. Cada vez acudían más curiosos.

Hermenengilda: ¡Está enfermita! ¡Ay que lástima! ¡Ay que no puedo dejar de llorar!
Vicenta: ¿Quieres una valeriana?
Hermenengilda: ¡Buuaaaa...! ¿Valeriana? No, a mi no me hace efecto. Mi amiga Fernanda me suele traer algunas cajas pero ahí las tengo. Yo soy de otros remedios naturales,que los hay y muy buenos. Aunque cuando fui a mi médico de cabecera me recetó unas pastillas que son chapó. Diaceclickpam, mano de santo. ¡Ayyyy que penita tengo en el cuerpo! ¡Ayyy pobre Sus!


Policía: Por favor, todo el mundo atrás. Señora, apártese, por favor.
Hermenengilda: ¡Que he sido yo la que he dado la voz de alarma! Se llama Sus y está muy drogada. Se ve que está muy enferma...no sé que enfermedad será, yo siempre he pensado que es mejor luchar y no rendirse, si hay vida hay esperanza. Pues su marido es un acosa monjas y sale desnudo a los rellanos. Ella ha perdido la cabeza y se droga...incluso cultiva plantas de drogas de esas.
Policía: ¿La conoce?
Hermenengilda: Sí, es como una hija para mi. Soy como una madre para ella.


Mientras, Pandy dormía plácidamente en su cesta. Abrazaba su ovillo de lana mientras roncaba suavemente.


Un policía sacó un megáfono del coche policial y habló a Sus.

Policía: Señora, mantenga la calma. No haga nada de lo que pueda arrepentirse. Su madre está aquí, así que no pierda los nervios.
Sus: ¡¡Pero que solamente estoy atrapada en el balcón!! ¿Dónde está mi madre?
Policía: Tome el megáfono, hable con ella.
Hermenengilda: Hola, hija mía. No hagas nada de lo que te arrepientas. Tienes dos hijos y aunque Diamante haya perdido la cabeza, tú puedes recuperar tu vida. ¡¡Todo tiene solución en esta vida!!
Sus: ¡No entiendo nada! ¡¡Usted no es mi madre!! ¡¡Es una liantaaaaaa!!
Policía: Por favor, le ruego que no pierda los papeles. 
Sus: ¡¿Pero cómo no voy a perder los papeles?!
Herminia: Huuy, si que está mal...
Vicenta: Está desquiciada. 


Wenda: ¿Que está pasando aquí?
Hermenengilda: ¡Wenda! 
Policía: Señora, apártese.
Sus: ¡Mamá!
Policía: ¿Conoce a esa mujer?
Wenda: ¡Es mi hija!
Policía: ¿Su hija? Pero...¿no era usted su madre?
Hermenengilda: Ay Wenda, que Sus se quiere suicidar. ¿Sabías que se drogaba y que está muy enferma?
Wenda: No puede ser...


Wenda cayó redonda al suelo. El policía la pudo agarrar y por suerte no se dio un mal golpe contra el suelo.

Policía: ¡Necesitamos una ambulancia!
Hermenengilda: Se ha desmayado, ay pobre. Tranquila, que la policía es muy profesional y la salvará.
Wenda: Sus...


No tardó mucho en llegar la ambulancia. Había tanta gente que le costaba maniobrar. Metieron a Wenda en la parte de atrás de la ambulancia y la reanimaron. Mientras tanto, llegaron más policías.


Wenda: ¿Dónde estoy? Estoy mareada...
Paramédico: Ha perdido el conocimiento, señora. No se preocupe, todo está bien.


Finalmente llegaron los bomberos. Mercedes Clická estaba entusiasmada. Si todo salía bien, conseguiría un programa con grandes audiencias. Paco no dejaba de grabar buscando los planos más impactantes.

Mercedes Clická: Por fin llegamos a nuestro destino. Hay muchísima gente interesada en lo que está ocurriendo. Son tantos que la policía  los tiene que controlar.


Mercedes Clická: ¡Esta es la casa de Sus y Diamante! Son dos ex concursantes de Gran Click Hermano. Se enamoraron dentro de la casa de Gualaclick de la Sierra y se casaron. Por lo que parece, algo va mal en sus vidas. ¡¡Sus se quiere suicidar!!


Karry: Una mujer que dice que es su madre nos informa que su hija tiene muchos problemas. Es drogadicta, su marido le es infiel con monjas, está muy enferma (por lo visto una enfermedad mortal) y por eso se quiere suicidar. Ha perdido los nervios, está en el balcón de la segunda planta esperando el momento oportuno para saltar. 
Mercedes Clická: No puedo creerlo. ¿Está medio desnuda?
Karry: Así es. La policía dice que está muy alterada por lo que tenemos que actuar con mucha cautela.


Sus: ¡¡Es Mercedes Clická!! ¡¡La Televisión!! Los bomberos, la policía y la ambulancia...¡Esto no puede ser verdad! Ay, y para colmo mi madre parece que no se encuentra bien. ¡¡Tiene que ser una pesadilla!!


Mercedes Clická: ¿Cuál es el procedimiento en estos casos?
Mauricio: Enviaremos a nuestro especialista en estos casos, Connor. Intentará negociar con ella, tranquilizarla y si lo ve posible, rescatarla. Procederemos a subirlo con las escaleras, a ver que ocurre.
Mercedes Clická: ¡Qué emocionante!


La escalera se fue alargando hasta llegar al balcón en el que estaba Sus. Connor le sonrió intentando tranquilizarla.

Connor: Hola, me llamo Connor. No tengas miedo, vengo a ayudarte. Lo primero que te pido es que te tranquilices, ¿vale? Puedes confiar en mi.
Sus: Hola...esto es innecesario.


Connor: Deja que te ayude, por favor. Sé que tienes hijos y que los quieres mucho.
Sus: Eso no tiene nada que ver con lo que está ocurriendo. Solamente me he quedado encerrada en el balcón. La puerta está atascada. Mi madre tiene las llaves y desde dentro seguramente se pueda abrir.
Connor: Ya estoy aquí, no te preocupes. Deja que te rescate. Te cogeré en brazos.
Sus: ¿En brazos? No es necesario, de verdad. Con que le pida las llaves a mi madre es suficiente...por favor, no me haga bajar por esas escaleras.


De nada sirvió la súplica de Sus. Connor la agarró en brazos y la subió a las escaleras. Sus se sentía como un saco de patatas. Estaba en bragas, eso no se le olvidada. Todo el mundo la estaba mirando. En esos momentos solamente quería desaparecer.

Connor: Ya eres mía, preciosa.



Sus: ¿Es necesario que me lleve a cuestas?
Connor: No puedo fiarme de ti. Has intentado suicidarte...
Sus: Pero que yo no me quiero suicidar. Solamente me he quedado atrapada en el balcón. ¡¿Es que nadie me escucha?!
Connor: ¿Es verdad lo que estás diciendo?
Sus: Pues claro...


Connor la dejó en la cesta de las escaleras. Sus miraba atónita todo lo que se había montado por nada.

Sus: Esas mujeres son unas liantas, han sido ellas. Son unas chismosas y unas mentirosas.


Cuando ya estuvo abajo, Mercedes Clická se acercó hasta ella con el micrófono en la mano.

Mercedes Clická: ¿Estás bien? ¿Que te ha llevado a esta situación?
Sus: No estoy bien. Estoy medio desnuda, en mitad de una gran muchedumbre que no para de hacerme fotos y vídeos. Han inventado toda clase de mentiras sobre mi y mi marido y encima voy a salir por la tele...no estoy bien, Mercedes. La puerta del balcón se quedó atascada y no podía entrar en casa, ya está. Ni soy drogadicta, ni cultivo droga, ni estoy enferma ni tengo problemas mentales. ¡Ah! Y mi Diamante no es una acosador de monjas ni nada por el estilo. Es un marido maravilloso y me quiere mucho. Esas mujeres son unas liantas...
Mercedes Clická: Oh, pues me das una alegría, de verdad. Si era solamente eso, mucho mejor. Al menos has sido rescatada por los bomberos. Esa es una experiencia única.
Sus: Sí...


Wenda: ¡Hija mía!
Sus: ¡Mamá! Tranquila, estoy bien. Solamente me quedé atrapada en el balcón. ¿Cómo estás tú? He visto que han tenido que atenderte...
Wenda: Estoy perfectamente, no te preocupes. Ay hija mía, que susto me he llevado. Han dicho tantas cosas...
Sus: Todo mentira.
Hermenenjilda: ¡La han rescatado! ¡Vivaaa! Si ya decía yo que todo lo que decían era mentira. La gente es muy mala e inventa toda clase de embustes. Si ella es una santa y su marido otro, que hacen una pareja estupenda. De verdad, que gente más mala...


Pandy se despertó con el alboroto y subió a ver como estaba Sus. Al no encontrarla dio con el morro en la puerta del balcón y se abrió al momento.


Ante el escándalo de sirenas y ruidos en la calle, se asomó a ver que estaba ocurriendo.


Pandy: ##### ¿Que esto todo este escándalo? ¡Sus! ¿Que hace en la calle en ropa interior?


En un barrio cercano...

Un edificio situado en una de las mejores calles de la ciudad estaba ardiendo. Las llamas asomaban furiosas por las ventanas. Un intenso humo salía de su interior. El edificio era uno de los más lujosos de la ciudad. Allí vivía una familia muy querida y conocida por todo el mundo. Una mujer de pelo gris, de unos sesenta años pero con un estilo moderno y muy elegante, gritaba desesperada intentando entrar en la vivienda. Una agente de policía la retenía intentando tranquilizarla. Era muy peligroso entrar en esos momentos en la casa.

Carlota: ¡Por favor, mi hija está ahí dentro!
Agente: Los bomberos están en camino, intente mantener la calma. No puede entrar, es muy peligroso.
Carlota: ¡Es mi familia la que está ahí dentro!



Desde una de las ventanas del ático se asomó una clack llorando. Gritaba asustada pidiendo ayuda.

Sol: ¡Socorro! ¡Ayuda!


No tardó en llegar el camión de bomberos. Mercedes salió rápidamente para intentar cubrir la noticia al momento. Los bomberos en seguida utilizaron la manguera para intentar apagar el fuego. Karry se acercó a Marcia para intentar obtener toda la información posible.

Karry: ¿Cuantas personas se encuentran en el interior?
Carlota: Mi hija y mi nieta, que tan solo tiene un añito. ¡Por favor, necesitan ayuda!
Karry: No pienso dejar que les ocurra nada.


Ramón: ¡Alguien tiene que subir a por la chica!
Karry: ¡También hay un bebé! ¡Subiré yo!
Ramón: ¡Lo hago yo!
Karry: No hay tiempo para discusiones, lo haré yo.


Mercedes Clická: La situación es límite. En el interior de esta lujosa mansión devorada por las llamas se encuentran dos personas. Una mujer que grita desde el ático de la vivienda y por lo visto un bebé de tan solo un año. Karry intentará rescatarlas con vida. ¿Lo conseguirá? ¡Espero que sí! 



Karry subió a la cesta de las escaleras y estas se fueron extendiendo hasta llegar a la clack en apuros. El calor era insoportable y el humo hacía casi imposible respirar. Aunque Sol se dejaba ayudar, no podía apartar la mirada del interior de la vivienda.

Sol: ¡Mi niña, no permita que muera! ¡Es mi niña! ¡Por favor!
Karry: ¿Dónde está? ¿Se acuerda del lugar dónde la dejó?
Karry: En su habitación. La dejé en su cunita. Está muy cerca pero las llamas han invadido la puerta de acceso. No puedo vivir sin mi hija, si a ella le pasa algo me muero.


Karry: Necesito que te tranquilices. Voy a por ella. Cuando te la traiga, necesitará verte tranquila y que le transmitas seguridad. No llores más, salvaré a tu hija.


Mauricio: ¡Karry! ¿Dónde vas? 
Karry: ¡A por la niña!
Mauricio: ¡Deja que te acompañe!
Karry: No hay tiempo.


Mauricio ayudó a Sol a bajar las escaleras mientras los demás seguían con las labores de extinción del incendio. Karry tardaba en salir y todos se estaban temiendo lo peor.

Mercedes Clická: Karry no sale...¡Estoy de los nervios! Por favor, que no le pase nada...
Paco: Estoy con taquicardia...
Mercedes Clická: Estoy atacada. Es mucho más angustioso de lo que pensaba...


Cuando Mauricio se disponía a entrar a buscarla, apareció con el bebé en brazos. La gente empezó a aplaudir y todos suspiraron aliviados.

Karry: ¡Está viva! Se encuentra bien.
Mauricio: ¡Karry! Menos mal, ya me temía lo peor...
Karry: Jefe, se está haciendo viejo.
Mauricio: ¡Jajajaja! Eres tremenda. ¿Cómo está el bebé?
Karry: En perfecto estado.


Después de examinarlo, lo dejaron junto a su madre. Lo abrazó llorando de felicidad. La abuela también lloraba aliviada. 

Carlota: Gracias, Dios mío. 


Mercedes Clická: ¡Eres una heroína!
Karry: Tan solo hago mi trabajo. 
Mercedes Clická: Si antes respetaba la labor de los bomberos, ahora lo hago mucho más. Gracias por compartir con nosotros vuestro tiempo pero sobretodo, gracias por el maravilloso trabajo que hacéis.


FIN