jueves, 19 de septiembre de 2013

La guerra de SAM: Capítulo 2 - No eres el mismo


Anna y Michael llegaron a casa. Anna estaba muy nerviosa. Habían conseguido salir del museo sin que se percatasen de que se llevaban la vara. Ella nunca había robado nada, pero Michael no tenía reparos en según que cosas. Tenía miedo. Si descubrían que se habían llevado la vara, podrían ir a la cárcel. Durante el trayecto a casa, imaginaba que los estaban persiguiendo y hasta que no cerraron la puerta de casa no se quedó tranquila.
Por otra parte, Michael no parecía estar nada preocupado. Hablaba poco y su mirada era fría y tenebrosa. Parecía estar en shock.
Negrita les estaba esperando en casa. Era una gata negra que adoptaron cuando se la encontraron en la calle abandonada.

Anna: Hola, Negrita.
Negrita: ¡Miaooo!




Ana: Michael, déjame la bara.
Michael: ¡No!
Anna: ¡Michael! Me has metido  en este lío y ahora no me dejas coger esa vara, ¿Qué te ocurre?
Michael: Es solo mía.



Anna: Vamos, negrita. ¿Tienes hambre?


Michael se acercó a la televisión. Tocó uno de sus botones y se encendió.

Michael: ¡¿Qué tipo de magia es esta?! Hay una mujer en esta ventana… ¿Quién es usted? Exijo que se identifique.
Anna: Me parto. Ahora vas de gracioso, ¿no?



Anna se sentó en el sofá junto a Michael. Negrita se tumbó en las piernas de Anna pero parecía estar inquieta.


Anna: ¿Qué te ocurre, Negrita?
Michael: ¿Quién es esa mujer?
Anna: ¿La presentadora? Mercedes Clická, ¿Por qué lo preguntas?
Michael: ¿Qué hace ahí dentro?
Anna: Pues es su programa de actualidad, lo presenta desde hace ya unos años. Michael, para ya. En serio, me estás asustando… ¿Qué te ocurre en los ojos? ¿Estás bien?
Michael: No me ocurre nada.



Anna se levantó y cogió su móvil. Negrita estaba muy nerviosa. Parecía estar a punto de saltar sobre él y atacarle.


Negrita: ¡Miaaoooo!
Anna: ¡Negrita!
Michael: Me está poniendo nervioso. Llévate a ese gato.
Anna: Voy a llamar al médico, te ocurre algo. Tienes los ojos… distintos. Michael, ¿no te duele nada?



Michael: Estoy perfectamente, mujer. Yo diría que mejor que nunca.

Anna: ¿Mujer? Llamaré al médico, me quedaré más tranquila. A lo mejor te ha caído algo de polvo en los ojos y estás intoxicado… ese lugar llevaba cerrado muchos años.
Michael: No es necesario, solo necesito ponerme al día. Deja de preocuparte.
Anna: Michael, estás muy raro…

Michael se levantó y la abrazó…

Michael: No tienes que preocuparte por nada. Créeme, estoy bien. Ahora deja que mire por esa ventana...necesito saber que ocurre en el Playmundo.



Llegó la noche y Anna ya se preparaba para ir a la cama. Michael no había hecho otra cosa que mirar la televisión. Observaba con atención cada una de las noticias. Los políticos, las costumbres, la fecha actual, las películas, anuncios,… todo le parecía interesante.


Anna: Michael, ¿no vienes a la cama? ¿Desde cuando te interesa la política? ¿Michael? ¡Michael! Está bien, si me ignoras es tu problema..No sé que te pasa conmigo… ¿Michael? Buenas noches…



A la mañana siguiente, Anna se despertó y Michael no estaba en la cama. Se levantó y fue a ver si se había quedado dormido en el sofá. Pensaba que estaría enfadado con ella, pero no entendía cual podría ser la razón. Cual fue su sorpresa cuando vio que Michael seguía viendo la televisión.


Anna: ¡Michael! ¿Has dormido ahí? ¿Michael? ¡Michael!



Por fin apartó la mirada de la televisión y la fijó en ella.





Anna: Dime que te ocurre, ¿qué es lo que te he hecho? Siempre hemos hablado las cosas y no me gusta que me trates de esa forma. ¿Qué te ocurre?
Michael: Quiero seguir viendo esto, no me interrumpas.
Anna: Michael… vamos, no podemos seguir así. Desde que salimos del museo estás muy raro. No sueltas esa vara, no me hablas, pareces enfadado… y tus ojos están como irritados. Estoy preocupada…

Michael: Te preocupas en exceso, mujer. Deseo seguir viendo la televisión.
Anna: No te entiendo…




Desayunó y se arregló para ir a la universidad.  Negrita apareció corriendo. Quería irse con ella.

Anna: Negrita, no puedes venir conmigo. Michael, estás asustando a Negrita con esa actitud, tú mismo. ¿Michael? ¡Pues me voy! Adiós, Negrita. Luego nos vemos, cariño.



Fue a la universidad, quedó con una amiga y luego cenó algo en un ClickDonalds. No tenía ganas de regresar a casa, pero finalmente reunió fuerzas. Al entrar, encontró a Michael viendo la tele pero tenía el pelo blanco y más largo. La mesita estaba llena de botellas vacías y restos de comida.


Anna: ¿¡Que te has hecho en el pelo!? Michael, ¿es una peluca?
Michael: Tengo hambre, mujer.
Anna: ¡No me hables de esa forma! Michael, ¿Qué te pasa? Eso… ¿es una peluca?
Michael: El sonido de tu voz me altera mucho.




Se acercó hasta él e intentó serenarse…


Anna: Cariño, me estás asustando mucho… por favor, para ya. Si esto es una broma no tiene gracia…Si sigues tratándome así...me iré de casa hasta que recapacites. 
Michael: Sigues preocupándote. No me gusta repetir las cosas, estoy bien.
Anna: ¿Y esta peluca? Tus ojos siguen irritados…y me hablas de una forma...no eres el mismo.
Michael:  Tengo hambre.


Cogió su móvil y llamó al mejor amigo de Michael, Steve.


Steve: Anna… hola. Nunca me habías llamado. ¿Cómo estás?
Anna: Steve, necesito que vengas a casa inmediatamente.
Steve: ¿Qué pasa?
Anna: Michael está muy raro… no sé si está perdiendo la cabeza o está enfadado conmigo pero…

Se puso a llorar y no pudo seguir hablando.

Steve: ¿Ana? No llores, por favor. ¿Tan mal estáis?
Anna: Steve… necesito que hables con él. Eres su mejor amigo y a lo mejor le haces entrar en razón…
Steve: Me llevo un par de birras y me presento allí en media hora.
Anna: Gracias, Steve. No tardes, por favor.


Anna: ¡Negrita! ¡Nenita! ¿Negrita? ¿Dónde se habrá metido?


Negrita siempre acudía cuando llegaba a casa, por lo que le extrañó su ausencia.

Anna: ¡Negritaa!

Fue a preguntarle a Michael pero la ignoró otra vez.  Buscó por todas partes, pero parecía que se la había tragado la tierra.



Steve cumplió con su palabra. Pasada media hora, se presentó en su casa. Llevaba consigo dos cervezas. Entró sonriente y bromeando.


Anna: Hola Steve, gracias por venir.
Steve: ¡Hola preciosa! Ey, ¿Qué pasa tío? Traigo dos birras, de las buenas. Son negras, como a ti te gustan.


Michael seguía mirando la televisión, sin prestar la mínima atención a su amigo del alma.


Steve: Tío, ¿y esas pintas? ¡Pareces mi abuelo!
Michael: El mando a distancia es un gran invento, parece magia. Es un motivo de discusión en algunos matrimonios. 
Steve: ¿Qué? Anna, ¿nos podrías dejar unas horitas a solas? Mi colega y yo necesitamos hablar de nuestras cosas.
Anna: Me parece bien. Si ves a Negrita, por favor envíame un whattclack. Estoy preocupada…
Steve: ¿No está?
Anna: No la encuentro...
Steve: No te preocupes, si aparece te lo haré saber.
Anna: Me voy al cine, así me distraigo un poco. Hasta luego.
Steve: Hasta luego, guapa. No te preocupes, hablaré con él. La verdad es que está muy raro...
Anna: Ojalá descubras que le ocurre. Hasta luego.
Steve: Adiós. Ey colega, ¿que te pasa?




 Continuará...


4 comentarios:

  1. ¡Qué pasada! Este capítulo es decisivo para la trama y està genial. Anna no entiende nada. Su novio ya no es el mismo... No sabe que ahora tiene en su casa al mismo demonio. Steve cree que lo podrá arreglar con unas birras.... ¡Pobre chico, ahora está en peligro! Y Negrita... Su desaparición da más tensión aún. Los diálogos entre SAM y Anna producen una sonrisa nerviosa, producto del temor y lo extraño de la situación. Quiero leer el siguiente yaaaaaaa.

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  2. ¡Gracias Inma!Sí, es un capítulo decisivo. El próximo también lo será...es cuando Anna descubre que ocurre en realidad. Será un capítulo trágico. Me alegra mucho que te esté gustandooo, Inma ;)

    Un abrazoooo

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  3. Un capítulo muy emocionante.
    Genial y original como siempre.
    Pobre Anna.... Michael ha canbiado al completo y ya no es el mismo. He alucinado cando le has puesto esos pelos :)
    Mira que pasarse todo el día enchufado a la televisión...
    ¿Que le habrá pasado a Negrita? Tengo la impresión de que Michael se la ha comido... ya veremos.
    También creo que Steve no podrá hacer nada por canbiarlo.

    ¡Un capítulo genial!!!!

    Hasa otra,

    Àlex.

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  4. ¡Qué capítulo tan tenso, pobre Anna! Me hace gracia sin embargo cómo se comporta Michael con el televisor... ¿Oquizá sería más adecuado llamarlo Sam? Ayy, ¡qué emocionante! Está genial esta historia.

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