miércoles, 4 de septiembre de 2019

Fiesta en el pantano - Capítulo 01: Pasión cobarde

Fiesta en el Pantano

Capítulo 01

Pasión cobarde


Francisco llevaba años casado con Trinidad. Se casaron a los dos años de conocerse y tenían cuatro hijos. La llegada de los hijos hizo que su relación se enfriase. A penas se tocaban, por lo que Francisco (Fran para los amigos), pronto empezó a buscar amantes. Linda era una de ellas. Era mucho más joven que él y muy bella. Él se había descuidado y lucía una enorme barriga. "Mi dinero me cuesta", solía decir de cachondeo cuando hablaba con los amigos, "hay mucho dinero invertido en ella". No era precisamente guapo pero sabía encatusar a la gente.

Su mujer estaba con los niños y los suegros en la playa y él, con la excusa del trabajo, se había quedado con Linda. La había llevado al pantano para tontear con ella. Algo rápido, pues tenía que volver antes que la "sargento" empezase a sospechar.


Linda: ¿Dónde estamos?
Fran: Aquí no nos molestará nadie.
Linda: ¿No es este el famoso pantano? Dicen que es peligroso...
Fran: Chorradas. La gente se aburre mucho. Ven aquí, hazme cosas indecentes.
Linda: Qué juguetón eres.


Fran se lanzó sobre ella y cayeron al suelo. La besaba desesperado mientras ella reía divertida. No se sabe la razón por la que Linda estaba con semejante personaje. Quizás necesitase sentirse querida o deseada o quizás su autoestima estuviese por los suelos...es un misterio.


Un hombre los observaba oculto entre la maleza. Lucía tatuajes en la cara y los brazos. Llevaba una barba pelirroja y era calvo. Vestía de negro.

Fran: ¡Qué rica estás, nena!


Los observaba sorprendido. Todo el mundo sabía lo peligroso que podía resultar entrar en las tierras del pantano. Estos habían ido para dejarse llevar por sus pasiones, ignorando los peligros a los que se estaban exponiendo.

Curt: Menudos insensatos...


Curt: ¡Eh!

Salió con una pistola en la mano. Los apuntaba, por lo que pronto se incorporaron. Fran levantó las manos visiblemente asustado. Nevis acompañaba a Curt. Eran amigos de fechorías. Le faltaba un ojo y se tapaba la cuenca vacía con un pañuelo amarillo anudado a la cabeza. Tenía el pelo largo y negro y la boca tapada con un pañuelo. 

Fran: ¡No disparen!
Curt: ¡Silencio!


Fran: ¡No nos hagan daño! Ya nos vamos, ¿verdad?
Linda: Sí...por favor.
Curt: ¡He dicho que te calles!
Nevis: Ella es perfecta.
Curt: ¿Crees que les gustará?
Nevis: Sí.


Nevis: Amigo, ¿no podemos hablar las cosas? No sé que es lo que queréis pero tengo mucha pasta. Vendo colchones en un centro comercial y he ganado mucho dinero con eso.
Curt: No nos interesa tu dinero, gordo.


Nevis: Nos interesa ella.
Fran: Ah, pues hablar con ella...yo si eso me voy...
Linda: ¿Qué? ¡Maldito cobarde!
Curt: Eliges mal a tus amantes, preciosa.


Una monja los interrumpió. Era una chica preciosa, de pelo castaño y ojos marrones. Llevaba el atuendo típico de una monja.

Belinda: ¡Deteneos! ¡Esto es una locura!
Linda: ¡Hermana,ayúdenos! ¡Están locos!


Curt: ¿Qué demonios está haciendo?
Belinda: Detener esta locura. Debéis olvidaros de todo esto y marcharos cuanto antes. Os lo ruego, esto no está bien. 
Curt: ¿Habla en serio? ¡No podemos hacer eso!
Belinda: ¡Claro que podéis! No hagáis más daño a personas inocentes.
Nevis: Se le ha ido la olla.
Curt: Deje que hagamos nuestro trabajo.
Belinda: ¡No lo permitiré!


Se abalanzó sobre Curt  y este cayó al suelo.

Belinda: ¡Corred!
Curt: ¡Quítame a la monja de encima!
Nevis: ¡Qué está haciendo!
Fran: ¡Corre!


Linda y Fran corrieron hasta acabar exhaustos. Se sentaron tras unas rocas y descansaron. Ella había perdido el calzado y le dolían los pies. Fran respiraba con dificultad. La última vez que había corrido tanto de remontaba a su etapa escolar, cuando unos niños se estaban metiendo con él.

Linda: ¿Los habremos despistado?
Fran: No lo sé...
Linda: ¿De verdad me pensabas abandonar?
Fran: ¡Claro que no! Era una estrategia, nena. Voy a ver si encuentro un lugar más seguro en el que esconderse. Quédate aquí, ahora vuelvo.


Fran se levantó y con todo el sigilo que pudo, se fue caminando. Linda observaba como se alejaba. 

Linda: Debería marcharme por mi propia cuenta...


Cuando Fran ya había avanzado unos metros, escuchó gritos. Se ocultó tras unas rocas y observó. 

Fran: Esos tipos han capturado a Linda.


Linda: ¡Socorro!
Curt: ¿Dónde está tu amigo?
Linda: ¡Ayuda!
Nevis: ¡Estate quieta!


Se la llevaron y tras propinarle unos cuantos golpes, se desmayó. Se despertó atada sobre una estructura de madera. Fran la observaba desde la lejanía, incapaz de hacer nada.

Linda: ¡Socorro!


Algo se acercaba hacia ella lentamente. Era un ser repugnante, totalmente terrorífico. Gritó con todas sus fuerzas, pero de nada le sirvió.


Fran vio horrorizado la escena. Linda estaba siendo atacada por un ser monstruoso. Devoraba su carne y lamía su sangre con placer. 

Fran: Yo me piro de aquí.

Salió corriendo sin mirar atrás. Tenía el coche aparcado no muy lejos de aquella zona. Iría con su mujer y sus hijos y disfrutaría de la playa, olvidándose de Linda, olvidando lo ocurrido.


Continuará...

1 comentario:

  1. ¡Qué locura de capítulo! Lo que me ha hecho reír muchísimo es que, precisamente cuando me preguntaba que carallo le vio Linda a Francisco, justo tú escribes lo mismo que yo estaba pensando respondiendo además a la pregunta con explicaciones lógicas que, sin embargo, me parecen insuficientes. Aunque fuese el último hombre que quedase en la Tierra y aunque de nuestra unión dependiese la continuidad de la vida de la especie humana, preferiría meterme a monja. Jamás entenderé que tipos como ése, tan asquerosos, cerdos (con perdón de los pobriños animales) y tan egoístas encuentren quien les satisfagan sus absurdas fantasías nauseabundas. Me ha dado pena Linda, aunque tampoco puedo entender por qué se fijó en una cosa como eso. El monstruo que la ataca al final del capítulo es mucho más atrayente que el basuro ése vendedor de colchones, jajajajaja. Seguro que le tienes reservada una muerte muy dulce y agradable al pobrecito.
    Por cierto, escribo esto con el sonido de la tormenta que está cayendo de fondo.
    Es una historia sencilla que, sin embargo, tiene trasfondo. Me llama mucho la atención la presencia de esa monja que los rescata en un principio, pero algo me dice que no es del todo pura, algo esconde seguro.

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