miércoles, 25 de julio de 2018

Vacaciones en el mar - Capítulo 15: Código rojo

Sinéad se sentía culpable. Siempre que se alimentaba de un humano y terminaba con su vida, se sentía así. Eros la comprendía muy bien, aunque él no llegaba a sentirse tan mal como ella. Aceptaba que era un vampiro y que su naturaleza era así.  

Eros: Eres muy sensible, Shiny. Vamos, si ese click era un auténtico pelmazo.
Sinéad: Lo sé...

Estaban en el camarote, sentados sobre la cama.

Eros: Anímate, venga.
Sinéad: Eros, una chica nos vio con el cadáver en la isla.
Eros: Bah, no te preocupes. Si lo cuenta, nadie le creerá.


Sinéad: Eso espero. Quiero tener más autocontrol, no me gusta que me domine el hambre.
Eros: Deja de preocuparte por eso. Ven, vamos a tumbarnos un rato.


Se tumbaron juntos y Eros la abrazó. 

Sinéad: No sé que haría sin ti.
Eros: Eres más fuerte de lo que piensas, Shiny. Soy yo el que te necesita, el que no puede vivir sin ti.
Sinéad: ¿De verdad no crees que esa clack no nos supondrá un problema? Nos vio con el muerto.
Eros: Seguro que no. Vamos, descansemos un rato antes de ir a la fiesta. Tengo ganas de mover el esqueleto y escuchar música.


Sinéad cerró los ojos y se relajó entre los brazos de Eros. 


Duclón y Wenda se estaban arreglando para ir a cenar. Ella se había decidido por un vestido blanco y Duclón por unos pantalones que le regaló Duclack para su cumpleaños. Además. se había puesto unas botas marrones de motorista.

Wenda: ¿Y esos pantalones?
Duclón: Me los regaló mi hija. Me los solía poner cuando salíamos juntos con las motos.
Wenda: Me gustaría que algún día me llevases de paseo en moto. Es algo que no he hecho nunca, siempre le he tenido un miedo atroz a las motos.
Duclón: Me parece una gran idea. Haremos un largo recorrido y te llevaré a las montañas de Ricachuela. 


Duclón estaba muy nervioso. Esa noche, en mitad del espectáculo, le daría la gran sorpresa a Wenda.


Lilu lloraba desconsolada en su camarote. Duque estaba recogiendo sus cosas y se las llevaba en su maleta. Había pedido un camarote y por suerte, tenían disponibles. 

Lilu: Duque, no te marches...por favor.
Duque: No hagas todo esto más difícil, Lilu.
Lilu: Yo te amo...
Duque: Lo siento, sé que duele, pero es lo mejor y lo sabes. 
Lilu: No es lo mejor. Si me dejas me moriré...
Duque: Sobrevivirás.


Lilu: Duque, yo te amo con toda mi alma. Sé que tú sientes lo mismo por mi...
Duque: Lilu, no sigas.
Lilu: Si me amas, no te marches.
Duque: Lilu...
Lilu: Habla claro, Duque. ¿Es que ya no me amas?
Duque: Lo siento...pero mi amor se ha ido desinflando con el tiempo. Creo que eres una gran clack, te tengo cariño por todo lo que hemos vivido y te deseo lo mejor, pero...ya no te quiero, al menos de la misma forma que antes.


Lilu: ¡No te creo! ¡Mientes!
Duque: Adiós, Lilu...siento el daño que todo esto te está haciendo, pero es que no puedo más.
Lilu: ¡Duque! ¡No te vayas! ¡Duqueeeee!


Duque se marchó simulando serenidad, pero estaba destrozado por dentro. Su amor por Lilu había desaparecido, pero no le gustaba verla sufrir así. Le apetecía abrazarla y consolarla, pero sabía que eso la confundiría y enredaría las cosas. Tenía que marchase, dejar que ella sola cerrase sus heridas. Era el momento de pensar en si mismo, en lo que necesitaba y lo que quería en al vida. Cerró la puerta y dejó a Lilu llorando.


Felipe y Blas hablaban en su camarote. Ambos estaban contentos, pues los dos estaban avanzando con sus respectivos ligues.

Felipe: ¿Dónde está Jano?
Blas: Vete a saber. Ya sabes que está muy colgado.  He dejado la puerta abierta, por si aparece. Creo que no se llevó la llave. De verdad, flipamos cuando besaste a la famobil.
Felipe: Quizás fui un poco brusco, pero es que me apetecía mucho besarla.
Blas: Ya tienes estómago...lo que eres capaz de hacer por 600 cleuros.


Felipe: La apuesta ya no es lo que me motiva.
Blas: Y un cuerno. Pues no te lo creas tanto, que yo tengo a la cantante en el saco. Pronto caerá, ya lo verás.
Felipe: No sé yo, eres un fantasma.
Blas: No hay titi que se me resista, y lo sabes colega.


Demetria tenía que cerciorarse de que todo lo que le había contado Gabi era verdad. Aunque le creía, tenía que averiguarlo por si misma.Caminaba por los pasillos del crucero muy nerviosa y aguantándose las ganas de llorar. Deseaba con toda su alma que Gabi estuviese equivocado, que se tratase de un malentendido.


Llegó a su camarote y encontró la puerta abierta. Escuchó a Felipe hablar y no pudo evitar ponerse a escuchar en silencio.

Blas: ¡Eso ni te lo crees, chaval! Los 600 cleuros serán míos.
Felipe: A Demetria le gusto de verdad, no creo que a la cantante le gustes tanto. Voy a ganar la apuesta, ya puedes mentalizarte.
Blas: Al menos yo me habré ligado una guapa. Tú, sin embargo...la más fea del barco, ¡jajajaja!
Felipe: ¡Tú si que eres feo!


Blas: Mira que meterle la lengua...¡y todo por 600 cleuros!
Felipe: Para ya, tío.


Demetria abrió la puerta de par en par y los miró enfurecida. Felipe y Blas enmudecieron cuando la vieron en el umbral de la puerta. 

Felipe: Demetria, hola...¿Cuanto tiempo llevas ahí?
Demetria: El suficiente...


Demetria salió corriendo. Gabi tenía razón, Felipe había jugado con ella. Lloraba de rabia y de impotencia. Felipe salió corriendo tras ella, en un intento de solucionar las cosas y tranquilizarla.

Felipe: ¡Demetria!


Blas: ¡Felipe, paraaa! Tío, déjalo ya. La fea nos ha descubierto. Has perdido la apuesta, no insistas.

Felipe se dio la vuelta, se acercó hasta su amigo y le dio un puñetazo en toda la boca.


Blas cayó al suelo sorprendido. Nunca había visto a Felipe así, tan enfadado. Se tocó la mandíbula muy dolorido.

Blas: ¡Pero que narices haces! ¡Me has hecho daño!
Felipe: No vuelvas a insultarla, imbécil. Eres un mierda, Blas.
Blas: Pero tío...


Felipe: ¡Pasa de mi!
Blas: ¡Te has enamorado de la fea! ¡El imbécil eres tú! Menudo puñetazo...ay.

Felipe fue en busca de Demetria, que había desaparecido por los laberínticos pasillos del crucero.


Renzo y sus amigos se reunieron en una zona apartada del crucero y se pusieron a cenar. Pidieron hamburguesas completas, patatas fritas, perritos calientes y coca clicks y diversos refrescos. Se sentaron en el suelo, y se pusieron a comer con ganas.

Kimberly: ¡Qué rica la hamburguesa!
Renzo: El truco está en el pepinillo.
Kimberly: ¿En serio?
Renzo: Sí, te lo digo yo, que algo entiendo de todo esto.
Kimberly: Es verdad, que tu padre tiene un restaurante. Aunque prefiero que estudies y seas médico o abogado, para comprarnos una casa gigante para meter a todos nuestros perros y nuestros hijos.
Renzo: ¿Perros e hijos?
Kimberly: Claro, amor. Quiero tener muchos perritos cuquis y al menos dos hijos, click y clack. También quiero una habitación para guardar todas mis barbies y peluches. Con las paredes rosas y alfombras lilas. 


Emma: ¿Te gusta la hamburguesa, Willy?
Willy: Sí, está deliciosa. ¿Y a ti el perrito caliente?
Emma: Muy bueno. Hace mucho que no comía cosas de estas. Mi abuela es muy estricta con la comida.
Willy: Yo voy todos los findes al Burguer Click. Renzo y yo nos pedimos el menú más grande y luego nos vamos al cine.
Emma: Suena divertido. Yo suelo ir al centro comercial que hay en la avenida Princesa Alexia con mi abuela. Solemos comprar ropa y luego, me invita a un helado de chocolate enorme. 
Willy: Hay una heladería que los hacen súper buenos. Un día podríamos quedar y tomarnos un helado juntos. ¿Te gustaría?


Emma: Yo...no puedo.
Willy: Estarías pronto en casa.
Emma: Se lo preguntaré a mi abuela...


Renzo: Es que nunca había pensado en eso de tener hijos...
Kimberly: Tenemos que pensar en todo. Primero será compaginar nuestra relación con los estudios y luego el trabajo. Yo quiero ser veterinaria y cuidar perritos, es lo que más me gusta. Nos casaremos a lo grande, ¡podríamos alquilar una limusina! 
Renzo: Bueno, de momento solamente quiero pensar en comerme esta hamburguesa.
Kimberly: Esto engorda. En cuanto nos bajemos del barco, tendremos que cuidar la figura. Es muy importante. Ya sabes que yo soy la más popular del insti y no quiero estar gorda ni que mi novio lo sea.
Renzo: Ya...

Renzo casi ni le prestaba atención. Estaba concentrado en saborear su hamburguesa.


Kimberly: Aunque a lo mejor pasaremos una mala época...
Renzo: ¿Por?
Kimberly: Estoy pensando en decirle a mi madre que mi padre le pone los cuernos con esa del pelo azul.
Renzo: Es tu madre...yo no me quiero meter, pero merece saber la verdad...
Kimberly: Sí, pero se separarán...mi madre no se lo perdonará. Me daría pena...
Renzo: Lo entiendo...
Kimberly: Además, no tendría tanto dinero. Me quiero comprar un Iphoneclick X 10...


Beatriz: ¿Interrumpo?
Kimberly: ¡Hola, mamá!
Beatriz: Así que este es Renzo. Hija, ¿no me lo vas a presentar?
Kimberly: Ahora no, mamá.


Beatriz: Es guapo, hija. Eso que ha hecho por ti es muy bonito. Pórtate bien con él, no seas caprichosa y cuídalo. Los amores de la adolescencia no se olvidan nunca.
Kimberly: Que sí, mamá. Ahora vete, que estoy con mis amigos.
Beatriz: Está bien. No hagas nada de lo que te arrepientas y por favor, te quiero pronto en la cama.
Kimberly: Que sí...


Agnes se dirigía al camarote de las Playgirls. Se suponía que debía guardar distancias con Asunción y sus hermanas, pero no sabía a quién acudir. Necesitaba un hombro en el que llorar.


Llamó a la puerta. Se escuchaba música sonando muy fuerte. El  tema "My First My Last My Everything" de Barry White sonaba a todo volumen. 


Asunción abrió la puerta bailando y peinándose el pelo. Llevaba una toalla enrollada a su cuerpo y unos zapatos rosas de tacón.

Asunción: ¡Agnes!
Agnes: Hola...

Al verle la cara, la hizo pasar rápidamente. 

Asunción: ¡Pasa, pasa!


Las tres se estaban arreglando para la actuación.Se peinaban y maquillaban. El camarote olía a perfume y maquillaje. Había ropa por todas partes, casi toda muy glamurosa.

Asunción: ¡Justina, afloja la radio!
Justina: ¡No, que necesito motivarme!
Piedad: ¡Está aquí Agnes, carallo!
Justina: ¡Pues que baile con nosotras, carallo!
Asunción: ¡Es un código rojo, Justin!


Inmediatamente apagó la radio.

Asunción: Mi Agnes, ¿problemas con Artemisa?
Agnes: No he podido solucionarlo...las cosas están mal.
Piedad: ¿Tan mal están? ¡Si se os veía maravillosamente bien!


Agnes: Sí, pero las cosas se han torcido. Me ha dicho que quizás nuestra relación ya no tenga sentido...
Asunción: ¡Por la virgen de O Corpiño! ¿Sigue celosa?
Agnes: Sí...se cree que no me hace feliz...

Agnes lloraba sumida en la tristeza.


Justina: Pobriña...tranquila, Agnes. Algo se nos ocurrirá.
Agnes: He intentado hablar con ella, pero no hay forma de hacerle entender que se equivoca...no quiero perderla...
Asunción: ¡Tengo una gran idea!
Justina: Creo que es la misma que tengo yo.
Piedad: Hay que demostrarle lo que sientes, pero a través de la música.
Agnes: No entiendo...
Asunción: ¿Te parecería actuar esta noche en nuestro show?
Agnes: Oh, no no. Lo siento, pero yo no puedo...me da mucha vergüenza.
Justina: Agnes, te convertiremos en una estrella. Cantarás para ella, ante todo el mundo.
Piedad: Le harás entender que se equivoca, que ella te hace feliz. 


Caitlyn llamó a la puerta y le abrieron.

Piedad: ¡Caitlyn!
Caitlyn: He recibido un whatsaclick de Asunción. ¿Código rojo?
Asunción: Sí, cariño.


Agnes: ¿Qué significa código rojo?
Asunción: Que una amiga tiene problemas y tenemos que ayudarla.
Agnes: Oh, gracias por preocuparos por mi...y por considerarme vuestra amiga.
Asunción: Necesitamos ponerla todavía más guapa para esta noche. Queremos que actúe para su novia y que eso ayude a arreglar sus problemas.
Caitlyn: Chicas, eso es cosa mía.


Agnes: Pero...
Justina: ¡Cantas como los ángeles! No debes tener vergüenza. 
Piedad: Eres divina. Casi que ni la maquillaría.
Caitlyn: Sí, un maquillaje suave, pero poca cosa. El pelo, se lo alisamos.
Asunción: El vestido...
Caitlyn: Tengo uno divino de la muerte, nenas. ¡Te vamos a dejar que ni la Miss clack universo! 
Asunción: Debes pensar la canción que cantarás esta noche, Agnes.


Empezaron a maquillarla y alisar su pelo. Se sintió arrastrada, casi sin opción a decidir. Estaba aterrada, actuar en público suponía hacer algo que jamás se había planteado. Se acordó cuando cantaba en las fiestas de su pueblo, lo bien que se sentía y que no le daba vergüenza. Ahora estaba en un barco, rumbo a lo desconocido y sin el apoyo de Artemisa. No sabía si salir corriendo o dejarse llevar por sus nuevas amigas.


Después de cenar, Renzo y sus amigos fueron a la sala de juegos. Allí podían jugar en la recreativas. Mientras que los chicos jugaban al Click-Man, Emma y Kimberly charlaban.

Emma: Renzo y tú hacéis buena pareja.
Kimberly: Lo sé. Somos la pareja de moda del insti.
Emma: Qué guay. Yo no soy precisamente la más popular del mío...es que voy tan poco.
Kimberly: Ya te daré algunos consejos para ser la más popular. Por cierto, ¿te gusta Willy?
Emma: Pues...un poco.
Kimberly: Bah, está claro que te gusta. Es un chico un poco parado, pero está bien. Mira, ahora mismo empiezo a darte consejos para ser popular.


Emma: Vale.
Kimberly: En primer lugar, debes dominar a los chicos. Tienes que conseguir tenerlos a tus pies, que hagan todo lo que les pidas. Por mi incluso se pelean.
Emma: ¿Y eso para que sirve?
Kimberly: ¡Para muchas cosas, tía! Yo tengo a Renzo dominado, hace todo lo que le pido.
Emma: Pero a mi eso no me gusta...
Kimberly: Si quieres ser popular, tienes que dominar. Mira y aprende.


Emma: ¿Que piensas hacer?
Kimberly: Renzo y Willy compiten para ver quién hace más puntos. Le voy a pedir a Renzo que se deje ganar.
Emma: No creo que se deje...
Kimberly: Ahora lo verás.


Renzo: ¡Te llevo ya 40 puntos!
Willy: ¡En seguida te adelantooo!
Kimberly: Renzo, dice Emma que no serías capaz de perder para demostrar mi amor.
Renzo: ¿Perder? ¡Ni hablar, voy ganando!
Willy: ¡Por poco tiempo!
Kimberly: Yo le he dicho que te dejarás ganar y así demostrarás que se equivoca.
Willy: ¡Ya te voy ganando! ¡Te llevo ya más de 50 puntos! ¡Has perdido!
Renzo: Lo sé...


Kimberly: Mi amor, sabía que te dejarías ganar por mi. 
Renzo: Sí...
Willy: ¿Te has dejado ganar?
Kimberly: Sí, por amor.


Kimberly agarró a Renzo de la mano y se lo llevó sonriente. Renzo se dejó llevar encandilado por su amor. Emma y Willy los miraban sorprendidos.

Willy: Flipo en colores.
Emma: Y yo. No sé, pero esa clase de amor no me gusta...
Willy:: Ni a mi. No me gusta que manipule así a mi mejor amigo. 


Continuará...

2 comentarios:

  1. ¡Qué capítulo tan bonito y emocionante! ¡Me encanta la idea que han tenido las Playgirls! Es una idea muy bonita. Es verdad que Agnes casi no ha podido decidir lo que quiere hacer, pero es una idea preciosa; aunque no sé si todo será tan fácil, si todo se podrá solucionar tan fácilmente. Cuando alguien está celoso, los celos nublan la razón; pero ojalá que si puedan solucionar las cosas ya entre ellas.
    También me intriga mucho que Sinéad esté preocupada por la hippie que los vio con el cadáver. ¿Será capaz de decírselo a alguien? Puede que no, que al final todo esto quede en nada. También me intriga saber si Jano fue la única víctima de Sinéad y Eros. NO sé, espero que no. Hay mucho cerdo que tendría que morir en sus manos (o en sus colmillos), como Jean, por ejemplo, el novio de Amy.
    También me da pena Lilu, pero creo que es lo mejor, que se separen, porque ese amor no era sano. Un amor que anula a la otra persona no es sano. Y es precisamente lo que está pasándole a Renzo. Kimberly cada vez me gusta menos. Me gusta más Emma, más racional y sincera, con mejor corazón. Espero que Kimberly no la mal influencie.
    Estoy deseando saber cómo evolucionan las cosas, sobre todo si Felipe conseguirá convencer a Demetria de que le gusta de verdad y que, aunque al principio fuese una apuesta, al final ha acabado gustándole de verdad, pero yo tampoco sería capaz de perdonar eso, aunque a lo mejor lo que importa no es cómo empezó todo, sino cómo acabó. Aún así, me gusta mucho más GAbi para ella. Me ha encantado, por cierto, cuando Felipe le da el puñetazo a Blas y le dice que es un mierda, jajaja. Estaba deseando que lo mandase a freír espárragos.
    ¡Está muy emocionante! ¡Espero que llegue pronto la continuación! ¡Enhorabuena por esta historia!

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  2. Aunque lo leí hace dos días, no había dejado ningún comentario. Como hablé contigo directamente. Me gusta mucho cómo va a avanzando la historia. Este es otro capítulo muy emocionante. Demetria ya ha pillado a Blas y Felipe. ¡Ha estado genial el puñetazo de este a Blas y cómo le ha dicho lo que es realmente con esa actitud! Ahora a ver si Demetria lo cree cuando le cuente la verdad sobre sus sentimientos pero se merece quedarse sin ella. Gabi es mucho mejor click.
    También me han sorprendido los comentarios de Kim a Emma, dando lecciones de cómo tratar a los chicos y ser popular. Renzo es imbécil. Está jugando y disfrutando con su amigo y se deja ganar por Kim. Se nota que no piensa con la cabeza... Lo que son las hormonas en la adolescencia. Con tal de poder darse el lote luego con ella, le da igual todo.
    Muy bonito también el momento de las chicas alrededor de Agnes para ponerla muy guapa y sorprender a su chica. Me gusta esa foto en la que todas están alrededor de ella.
    Los remordimientos de Sinéad despué de comer no sé... A mí no me gusta verla en esa faceta. Es un ser tan puro que es como si eso la manchara y la igualara a la maldad de la gente y me desagrada aunque sea una necesidad básica de ella para poder vivir.
    En cuanto a Duclón y Wenda, me gustó mucho la frase en la que dice que esos pantalones se los ponía cuando iba con Duclack en la moto. Esa es otra fase de Duclack y que me gustaba mucho. Aún conserva esa pasión por las motos.
    Sobre Lilu, me parece buenísima la foto en la que sale en la cama llorando rodeada de pañuelos. La pobre no termina de asumirlo. Quizás ha sido un poco cruel Duque no esperando a llegar a tierra para dejarla y darle así el viaje. Aunque estas cosas por experiencia sé que es mejor que se hagan cuando surgen, a mí me ha dado mucha más rabia ver que habían esperado para hacerlo al momento "ideal".
    Estoy deseando ver la continuación. ¡Qué sigaaaa! ¡Más capítulos!

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