sábado, 21 de julio de 2018

Vacaciones en el mar - Capítulo 14: Celos y traiciones

Renzo y Willy estaban tumbados en la cama. Habían ido al camarote a descansar. Renzo parecía estar en una nube, volando de amor por Kimberly. Miraba al techo con una sonrisa tonta. Willy pensaba en Emma. Le gustaba mucho y era muy simpática, pero cuando intentaba acercarse más a ella, se mostraba esquiva. 

Renzo: La vida es maravillosa, Willy.
Willy: Tienes suerte, Kim y tú estáis muy enamorados.
Renzo: Siento que es amor del verdadero. Esto no lo había sentido nunca en mi vida. 
Willy: A mi me gusta Emma.


Renzo: Hacéis buena pareja.
Willy: Ya, pero no sé si le gusto.
Renzo: Te pone ojitos, que lo he visto.


Llamaron a la puerta y Willy dijo que estaba abierta. Duclón entró sonriente.

Duclón: Chicos, vamos a cenar. ¿Os venís?
Renzo: Hemos quedado con Kim y Emma para cenar juntos. Pediremos hamburguesas. 
Duclón: De acuerdo. Wenda y yo estaremos en el restaurante. Comportaros bien y no os metáis en problemas.
Willy: Seremos buenos, no te preocupes.


Agnes corrió hasta su camarote para intentar hablar con Artemisa. Al abrir la puerta, se la encontró tumbada sobre la cama y mirando seria al techo.

Agnes: ¿Artemisiña? ¿Sigues enfadada?

Artemisa se hacía la sorda y no quiso responder. Ni siquiera la miró.


Agnes cerró la puerta y se sentó en la cama junto a ella. Seguía inmóvil, ignorando por completo su presencia.

Agnes: Artemisiña, ¿estás bien?
Artemisa: No sé que haces aquí, deberías volver con Asunción. No he nacido en Galicia y conmigo no puedes cantar canciones gallegas.
Agnes: No digas eso, por favor. No dudes de mi amor por ti ni de que eres lo más importante en mi vida.


Finalmente Artemisa se sentó en la cama y la miró. Estaba a punto de ponerse a llorar. Al verla así, Agnes desesperó. No sabía cómo hacerle entender que se estaba equivocando.

Artemisa: Te amo, Agnes. Eso lo sabes y no me cansaré nunca de decírtelo, pero yo no puedo competir con Galicia ni con esa chica tan guapa que se muere por tus huesos y que encima, es gallega.
Agnes: No tienes que competir con Galicia ni con nadie. Asunción es solamente un amiga, la acabo de conocer y no siento ningún interés por ella más allá de una amistad.
Artemisa: Con ella te brillan los ojos. Compartís cosas muy especiales, os une vuestra tierra y os entendéis a las mil maravillas. Además, puede que tú no sientas atracción por ella, pero te aseguro que ella está loca por mi.
Agnes: Te equivocas, Artemisiña. Ella misma me ha dicho que no tiene ningún interés en mi.


Artemisa: Te está engañando. Lo siento, pero no puedo más. Necesito estar sola para pensar. Ahora mismo me siento un cero a la izquierda en tu vida, alguien que no te puede aportar la felicidad que tanto anhelas. Quizás sea el momento de plantearse si lo nuestro tiene algún sentido...yo no te puedo hacer feliz.

Artemisa se levantó y se marchó del camarote llorando. Agnes la llamó varias veces, intentado hacerle entender que se equivocaba, pero de nada sirvió.


Agnes se tiró a la cama y se puso a llorar intensamente. No quería perder a Artemisa, la amaba con todo su corazón y no se imaginaba la vida sin ella. No sabía cómo podía hacerle entender que se equivocaba, que ella le hacía feliz. En esos momentos deseó estar en plena naturaleza, abrazar a un árbol y que le ayudase a encontrar la paz que había perdido.


Izan se duchó y salió del cuarto de baño. Alicia miraba la pantalla del ordenador aunque no estaba escribiendo. Se acercó a ella en un último intento por hacerla reaccionar.  Se lo pasaba muy bien con Cecilia, pero la echaba de menos.

Izan: Te has perdido una experiencia única. No sabes lo bien que se estaba en esa isla.
Alicia: Ya, lo he podido comprobar. 
Izan: ¿Has bajado?


Alicia: Sí, y te he visto con esa. Te lo estabas pasando muy bien con sus manoseos.
Izan: Me estaba haciendo un masaje, no veas fantasmas dónde no los hay.
Alicia: Entiendo que soy tonta por haber estado todo este tiempo enganchada al trabajo, pero eso no te da derecho a tontear con otras. Creo que no me lo merezco.
Izan: Alicia, no he tonteado con nadie. Me estás hartando. Primero me ignoras y ahora esto.


Alicia: ¡¡Lo siento!! Me he dejado llevar por el trabajo, ¿me pongo de rodillas? Sé que me he portado mal, pero no por eso voy a aceptar que te pongas a tontear con otra. Eso no va conmigo, Izan.


Izan: ¿Te has vuelto loca? ¡¡Yo no he tonteado con Cecilia!! Ha sido amable conmigo, nada más.
Alicia: ¡Pero si os he visto!
Izan: Estás celosa y no sabes ver la realidad.
Alicia: ¡No estoy celosa!


Izan: Si esto es tener una relación, prefiero estar solo. No pienso consentir que me trates de esta forma tan injusta. Ahí te quedas con tus celos. 
Alicia: ¡¡Pues vete con esa!!
Izan: Sí, es una buena idea. Quedaré con Cecilia para ir a cenar, al menos ella me respeta y no tiene pájaros en la cabeza.
Alicia: ¡¡Si te vas con ella no vuelvas!!


Rafa no estaba dispuesto a rendirse. Tras pensar en el bar tomando el cóctel bomba, se le ocurrió una idea disparatada. No sabía si funcionaría, pero tenía que intentarlo. Todavía le dolía el ojo del puñetazo y tenía ganas de devolverle el golpe, pero tenía que ser más inteligente.


Tomo aire y llamó a la puerta de Amy y Jean. Escuchó voces y alguien que caminaba hasta que la puerta se abrió. Jean lo miró sorprendido.

Jean: ¿Vienes a por más?
Rafa: Deja que entre, lo que te voy a proponer te interesa.
Jean: Pasa.


Amy estaba sentada sobre la cama. Al verle entrar sus ojos se abrieron como platos. Le suplicaba con la mirada que se marchase, pero Rafa no pensaba hacerlo de ninguna de las maneras.

Jean: Desembucha.
Rafa: No amas a Amy.
Jean: Sigues buscando pelea, ¿no? Cómo te atreves a...
Rafa: No pretendo meterme contigo, es una realidad. Amy me contó muchas cosas. Una de ellas es que lo que más te gusta en el mundo es el dinero.
Rafa: Ya veo...
Rafa: No la amas y ella es infeliz. Sé que no la dejarás marchar, que si me interpongo, tu padre y todos sus hombres acabarían con mi vida. Te propongo un intercambio.


Jean: ¿Un intercambio?
Rafa: Te doy 6.000 cleuros y nos dejas en paz. Le dices a tu padre que está muerta o lo que se te ocurra. No os amáis y os amargáis la vida mutuamente, sales ganando. 
Jean: No es suficiente. ¿Eso es lo que vale ella para ti?
Rafa: Estoy intentando comprar su libertad, que una mafia con la que ni la policía consigue acabar la deje en paz. Te llevas un dinero y todos salimos ganando.
Jean: 30.000 Cleuros.
Amy: Rafa, esto es una locura, será mejor que...
Rafa: Te doy 25.000 cleuros, ni un céntimo más. Deberás desaparecer de nuestras vidas, dejarnos en paz para siempre.


Amy: Es mucho dinero, Rafa...
Jean: Mira, lo tienes loquito por ti. 
Rafa: Debería ir a la policía y denunciarte, pero sé que sería mi perdición y la de Amy.
Amy: Rafa...
Jean: Está bien, es un buen trato. Quiero una transferencia a este número de cuenta. Hasta que el dinero no esté ingresado y seguro, ella permanecerá conmigo.

Le dio un papel con el número de cuenta.

Amy: Rafa...no debes hacerlo. Es mucho dinero.
Rafa: Lo que sea por tu seguridad.  


Jean: Cuando hayas ingresado el dinero, vuelve. Lo comprobaré y si está todo correcto, me olvidaré de Amy.
Rafa: No tardaré demasiado.
Jean: Te espero.


Demetria escribía en su diario. Estaba viviendo un sueño del que no quería despertar. Felipe era el click con el que siempre había soñado. Además, había conocido a Gabi, un chico con el que congeniaba muy bien y con el que le gustaría mantener el contacto.

"Lo que no me gustó fue el beso. Me metió la lengua y eso no lo esperaba. Yo esperaba algo más dulce y tierno. ¿Será que estoy anticuada? Nunca me habían besado de esa forma. No es que fuese muy agradable, pero bueno. Estamos muy bien, me hace sentir especial, la clack más bonita del mundo. Consigue que me sienta guapa con todas esas cosas que me dice. Estoy muy feliz. También he conocido a Gabi. Es un chico con el que me llevo muy bien. Podemos hablar de todo y es famobil, como yo. Lo extraño es que también me atrae...¿Es posible que me gusten dos chicos a la vez? No lo sé"

Agarró  un bombón de chocolate con vainilla de una caja que había comprado. Estaba hambrienta y esos bombones estaban deliciosos. 


Gabi llamó a la puerta de Demetria con nervios. Tenía que contarle todo lo que había escuchado. Estaba siendo engañada por Felipe y sus amigotes, que habían hecho una repugnante apuesta. No entendía que pudiesen existir gentuza así en el Playmundo. Debía advertirle, antes de que fuese demasiado tarde.

Demetria: ¡Voy!


Abrió la puerta y sonrió feliz al ver a Gabi.

Demetria: ¡Gabi! ¿Quieres pasar?
Gabi: Sí, gracias.


Demetria: ¿Quieres bombones?
Gabi: Tienen buena pinta, pero me quiero reservar para la cena.
Demetria: ¡Es verdad! He quedado con Felipe para cenar luego. Es mejor que deje los bombones para otro momento. Gabi, siento haberme ido así. Felipe tiró de mi y me vi arrastrada por su fuerza.
Gabi: No pasa nada...
Demetria: Te compensaré. Luego te invito a una copa en el bar.
Gabi: Acepto esa copa encantado.


Se sentaron en la cama para seguir hablando cómodamente.

Demetria: ¿Que te trae por mi camarote?
Gabi: Tengo que contarte algo, Demetria. No es algo bueno y me temo que te hará mucho daño.
Demetria: Me estás asustando, ¿qué ocurre?


Gabi: Se trata de Felipe. Estaba paseando por la isla cuando he escuchado hablar a sus amigotes. 
Demetria: ¿Y qué decían?
Gabi: Cosas horribles...sobre ti.
Demetria: ¿Sobre mi?
Gabi: No es necesario que te cuente exactamente lo que decían, pero créeme que no te gustaría.
Demetria: Pues vaya unos amigos tiene Felipe. No entiendo que tienen en mi contra...


Gabi: Felipe no es el click que crees que es.Ha apostado con sus amigos que se liaría contigo antes que uno de ellos con otra. Quién gane, se lleva 600 cleuros.
Demetria: Es broma, ¿no?


Gabi: No lo es, lo siento. Está jugando contigo y todo lo que hace y dice no es real. Tenía que avisarte antes de que te haga más daño.
Demetria: No puede ser...


Gabi: No creas nada de lo que diga y apártate de él.
Demetria: ¡No es posible!

Demetria se puso a llorar enfurecida. De nuevo, otro click había jugado con sus sentimientos para su propio beneficio. Había abierto su corazón dañado a Felipe y lo había destrozado todavía más. Enloqueció, tenía ganas de gritar y destrozar el camarote.

Gabi: Demetria, tranquila...
Demetria: ¡No me puedo tranquilizar! ¡Los clicks son todos unos cerdos!
Gabi: Tranquila...
Demetria: Vete, por favor.
Gabi: ¿Estás segura?
Demetria: ¡Vete, déjame sola!


Abrió la puerta del camarote y le pidió que se marchase.

Gabi: Lo siento...
Demetria: Necesito estar sola. Gabi...vete.


Cerró la puerta y Gabi la escuchó llorar. Se fue alejando cabizbajo. Se sentía culpable, estaba tan feliz y ahora estaba completamente destrozada. También necesitaba estar solo, así que se dirigió a su camarote para intentar tranquilizarse. 


Demetria lloraba sin parar. No era capaz de soportar otra traición así, justo cuando empezaba a creer en el amor. Se odiaba por haber confiado en Felipe y no hacer caso a su intuición, lo del beso, lo de la fotografía. Solamente deseaba llorar y estar sola, a ser posible para siempre.


Continuará...

2 comentarios:

  1. Qué capítulo tan bonito. Puede que la palabra “bonito” no sea la más adecuada para un capítulo en el que se rompen tantas parejas y en el que discuten otras muchas, pero es la palabra que me sale después de leerlo porque es un capítulo lleno de sentimiento, es un capítulo que rebosa emociones humanas, muy humanas, y eso me ha encantado. Y lo que más me llama la atención, aparte de otras cosas que ahora comentaré, es que el principio y el final del capítulo son caras de la misma moneda, es decir, el principio del capítulo es la contraparte al final. Es Son las dos caras del amor. El principio del capítulo, con el amor inocente de Renzo Y Willy, es la cara más inocente del amor, más bonita y la que más ilusiona, el primer amor de la adolescencia, mientras que el final del capítulo es la cara más dura del amor, es el amor más desgarrador y triste. Me da mucha pena Demetria, pero me alegro de que Gabi le haya dicho la verdad. No obstante, me parece que para Felipe Demetria no es del todo indiferente, pero no sé sé si ya se podrán remediar las cosas. Aún así, no me gustaría para nada que se quedase con él, aunque sé que ya tienes decidido lo que pasará y seguramente será algo que nos sorprenderá mucho a todos.
    También me dan mucha pena Agnes y Artemisa. De verdad, no voy a decir mucho, pero es que nos hemos puesto de acuerdo en hacer sufrir a Artemisa con celos y en poner a prueba a Agnes, qué casualidad; aunque ya dentro de poco entenderás por qué lo digo. Coinciden muchas cosas. Me da mucha pena que Artemisa esté tan mal, que incluso se pregunte si la relación de ella y Agnes va a alguna parte. También me da pena Agnes. No sé cómo lo podrán resolver, pero estoy deseando que hablen de verdad y puedan arreglarlo. ¡Qué intriga!
    También me da pena Alicia e Izan, pero es que Alicia se lo ha buscado. No es justo que lo trate así después de desatenderlo tanto. A ver qué pasa con Cecilia. Tampoco me desagrada, pero no sé si quiero que acabe liada con Izan.
    También me ha conmovido mucho la actitud de Rafa. Me gusta mucho que haya tomado esa decisión, pero me da pena que todo en esta vida se arregle con dinero.
    Muchas gracias por ofrecernos esta historia tan entusiasmante y emocionante. ¡Estoy deseando saber lo que pasa! ¡Por favor, no tardes en poner el próximo capítulo!

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  2. ¡Qué emocionante el capítulo! Ya sabe toda la verdad Demetria. ¡Pobrecita! Si ella supiera que en realidad, ha conseguido llegar al corazón de Felipe aunque este no la merezca... No me ha gustado como ha echado a Gabi de la habitación.
    En cuanto a Alicia e Izán, me ha hecho reír la actitud de Alicia como celosa ofendida. Aunque la última amenaza de que si se va, no vuelva me ha dado mucha cosilla.
    De Renzo y Willy me ha gustado mucho la primera escena soñando despiertos con sus amores. Son tan inocentes y aún les queda tanto por vivir.
    Lo de Agnes y Artemisa espero que se solucione, no me gusta tampoco el mal rollo que se traen por culpa de Asunción. Espero que hablen y aclaren las cosas.
    ¡Quiero pronto la continuación!

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