viernes, 3 de enero de 2014

Mi nueva amiga: 4º Parte


La actuación de El canto del click había terminado. Tocaron varios de sus temas más conocidos y algunos nuevos. Los invitados aplaudieron su actuación (algunos sin ningún entusiasmo). Para ambientar, sonó un hilo musical con algunos éxitos del año. Mercedes Clická se acercó a ellos y Roland fue el encargado de responder las preguntas de la periodista. Jason se escabulló. Observó a varias de las clacks allí congregadas. Su mirada felina se fijó en Alexia, que estaba hablando tranquilamente con Lilu y Nino. Inmediatamente se convirtió en su objetivo.

Jason: Feliz año, preciosa.
Alexia: Feliz año.
Jason: Con una flor como tú, me vuelvo jardinero.
Alexia: Gracias por el piropo… lo siento, estoy ocupada.
Jason: Tendría que ponerme gafas de sol, me deslumbras con tu belleza.  Podría decirte unos cuantos más, me inspiras con tu belleza.
Alexia: Lo siento, es muy amable pero estoy con mis amigos.
Jason: Podría invitarte a una copa y luego…podríamos bailar juntos, ¿Qué me dices?
Alexia: Que no me apetece.
Jason: Muy bien nena, tú te lo pierdes. Si cambias de opinión, estaré por aquí.



Los amigos de Nino acudieron a la fiesta. Fueron a comerse las uvas en el barrio gay por excelencia de Wensuland, Chueclick.  Habían quedado en verse en el hotel después de las campanadas. Patrick y  Divina llamaron a su amigo histéricas y contentas.

Divina: ¡Ninooo! ¡Nenaaaa! ¡Feliz año nuevo!
Patrick: ¡Cariiii!
Nino: ¡Chicos! Ya pensaba que habíais ligado con algún chulazo y pasabais de mi.
Divina: Nosotras por una amiga plantamos hasta Brad Click. Nena, estás guapísimo. Esta noche te sale marido fijo.
Nino: Vosotras también estáis estupendas. 
Patrick: Estoy como loca. Me he propuesto encontrar marido y perder peso, ¡me sobran unos kilitos!
Divina: Lo de perder peso lo veo posible, pero lo de encontrar marido…nena, lo tuyo es un caso imposible.
Nino: ¡Nos seas cruel!
Patrick: Tener amigas para esto, of course.




Nino: En esta fiesta hay varios chulazos de infarto. Mirad ese de ahí.
Patrick: ¡Ahhh! Caris, ese es el hombre de mis fantasías, de mis sueños y de mi vida, ¡lo quierooo!
Divina: Yo lo he visto primero.
Nino: Silencio perras, ese es para mí.
Divina: Pues yo me quedo con el calvito...¡que buenísimo está!
Patrick: ¡Nooo! Ese es para mi, que adoro a los calvos, of course. 


Miraban a Eros y Diamante. Eros hablaba al mismo tiempo que bailaba. Diamante había insistido en que bebiese ron con piña, y al final no pudo evitar verse con otra copa en la mano. Esa era ya la segunda que le servían, pero no había bebido ni un trago. Con disimulo, lanzaba el contenido de la copa al suelo cuando bailaba. Daba la impresión que estaba bebiendo.

Diamante: Sabía que te gustaría el ron con piña, ¿a que está rico?
Eros: ¡Delicioso! Aunque esta ya será la última copa… con dos tengo más que suficiente.
Diamante: ¡Que guarro está el suelo! Se me pegan las zapatillas. Está muy pegajoso…
Eros: La gente, que es muy descuidada…


La señora Hermenegilda seguía hablando sin parar. Sinéad la había intentado interrumpir en varias ocasiones, pero en seguida seguía hablando como si nada.

Hermenegilda: …con un poquito de apio. Cuando ya está hirviendo se le añade dos cucharadas de aceite de oliva virgen extra y listo. Ya te llevaré una olla para que la pruebes, te gustará. Estás tan delgada que pareces de papel, hija mía. No como el hijo de mi amiga Fernanda, Edefesio. Las camisetas que se pone no pueden ocultar la gran barrigota que tiene. Me gusta verle, se le ve sano y fuerte. Le llevo siempre que puedo ollas de potaje y torrijas, que se las come como los cerdos, a bocados sin usar las manos. Es muy bruto pero siempre me ayuda a subir las bolsas de la compra, aunque suda lo que no está visto. A ver si se echa novia, que es un buen mozo y sabe mucho de infonfástica de esa, para los aparatos. Se pasa el día enganchado al isternet. Yo le digo a Fernanda, ay Fernanda, tu hijo sabe mucho de infonfástica pero no sé para que sirve eso, las cosas modernas de hoy en día no las entiendo. El móvis, el otro día un joven se aporreó la cabeza contra una farola, ¡se escuchó en toda la calle! Yo le grité desde la ventana que muy moderno será el móvis, pero no le advierte que se va a comer una farola. Claro, el chico entre el dolor y…
Ernesto: ¡¡¡ATENCIÓN!!!


El gritó hizo callar de inmediato a Hermenegilda, que miraba asustada a Ernesto. Estaba tan concentrada hablando que aquello le sobresaltó muchísimo. Todos los invitados guardaron silencio y el hilo musical se detuvo. Ernesto respiró aliviado cuando Hermenegilda dejó de hablar.

Ernesto: Gracias por su atención. Esta noche, contamos con una invitada de excepción, Sinéad Lindqvist, ¿he pronunciado bien?
Sinéad: Sí.
Ernesto: Esta bella chica que ven ustedes, sabe cantar como los ángeles y toca el arpa como los dioses. Mis nietos Wen y Sus me hablaron de ella y propusieron que nos deleitara con alguna de sus canciones. Es necesario que abran sus sentidos y se dejen llevar hacia un mundo mágico de fantasía y melancolía. Aquí han traído su arpa para que nos toque en exclusiva para los aquí presentes. Sinéad, cuando desees.



Sinéad estaba nerviosa. Había cantado frente a mucho más público y en tiempos más difíciles, pero esa noche era muy especial para ella. Estaba viviendo otra etapa, dejando atrás los malos momentos, los recuerdos dolorosos y aquellos sentimientos de culpa. Estaba reviviendo y se sentía otra vez viva. Cantaría y tocaría su arpa frente a un público que le importaba, y eso le daba miedo. Aunque nunca olvidaría a quienes pasaron por su vida y ya no estaban, deseaba darle una nueva oportunidad al mundo. Tenía previsto cantar la eterna canción The arp of dagda. Por lo mucho que significaba para ella y también para relacionar en un futuro esta mágica canción con esa noche tan especial.



Sus dedos se deslizaban por las cuerdas del arpa mientras su voz acompañaba a esa melodía que estremecía a los dioses. Nadie hablaba ni se movía, todos escuchaban atentamente la canción. Recordó momentos pasados, algunos duros y otros felices. Esa canción tenía el poder de trasladarle al pasado y le hacía revivir tiempos lejanos. Cuando terminó la canción, todos aplaudieron emocionados. Algunos habían llorado. Estrella se secaba las lágrimas avergonzada. Duclack tenía los ojos lagrimosos. Jason lloraba como un niño, poniendo pucheros y sonándose la nariz. Vicrogo abrazaba a PD que lloraba sobre su hombro. Había sido todo un éxito.



Pinhead y Fune consiguieron colarse en algunas habitaciones. Habían arrasado con todo lo que habían encontrado, joyas, móviles, tablets y todo tipo de aparatos electrónicos. La noche se les estaba dando bien.  Era el turno de saquear  la habitación 101.

Pinhead: Toca esta.
Fune: Haces milagros con ese cuchillo.
Pinhead: No hay puerta que se me resista. ¡Bingo! Ya está abierta.




Entraron y mientras Fune vigilaba, Pinhead registraba. Cuál fue su sorpresa al encontrarse con una guitarra. Era la misma que había usado uno de los componentes del grupo El canto del click.

Pinhead: ¡Una guitarra! Desde el concierto tengo ganas de tocar otra vez. No entiendo que a la gente no le gustase nuestra actuación…
Fune: ¡Viene alguien! ¡Nos van a pillar!
Pinhead: ¡Huye! ¡Yo me esconderé aquí dentro! 



Fune pudo huir sin ser vista y se escondió. A Pinhead no le dio tiempo y no tuvo más remedio que esconderse tras la puerta. Mercedes entró de golpe, agarrada a uno de los integrantes del grupo El canto del click. Roland abrió como pudo la puerta mientras se besaba con pasión con Mercedes. Lo que había empezado como una sencilla entrevista terminaría con un apasionado encuentro. Tan absortos estaban con sus arrumacos que no se percataron de la presencia de Pinhead. Cayeron en la cama desesperados.

Mercedes Clická: Te advierto que todo click que me prueba repite. Soy adictiva.
Roland: ¡Pues repetiremos!

Pinhead observaba la escena atónito. La Fune, que estaba fuera esperando se estaba empezando a impacientar. 



Fune: ¿Qué haces? Vamos…

Pinhead salió de la habitación y cerró la puerta con sigilo. Echó una última mirada desde la ventana pero Fune le dio un pellizco para que espabilara.

Pinhead: ¡Ay! Me has hecho daño…
Fune: Pues deja de mirar lo que no debes. Venga, que tenemos trabajo.


Forzaron la puerta de una de las suites del hotel. La cerradura cedió y entraron. Lo primero que les llamó la atención fue un arpa. Pinhead la miró extrañado.

Pinhead: ¿Qué es eso? ¿Una guitarra?
Fune: ¡Es un arpa zoquete!
Pinhead: Debe valer una pasta, ¿no crees?
Fune: Sí, estas cosas no son baratas. Seguro que en Clickbay pujan por ella una buena cantidad de cleuros.
Pinhead: Pues nos la llevamos. Te lo dije, esta es nuestra noche.
Fune: ¡Maldita sea! Alguien viene…
Pinhead: ¡En el cuarto de baño! Nos esconderemos allí. 




Sinéad y Eros entraron en la habitación. Habían estado bailando y hablando con todos sus nuevos amigos, pero decidieron que ya era hora de irse a dormir. Debían simular que se acostaban y marcharse a casa antes que amaneciese. Quedarse en esa habitación no era seguro.

Sinéad: Huele a sangre…muy intensamente, ¿lo hueles?
Eros: Shiny, lo huelo en todas partes. Por muy poco no le salto a la yugular a ese tal Nino.
Sinéad: ¿Qué quería? Estuvo toda la noche hablando contigo.
Eros: Le gusto. Sus amigos y él son gays. Con los otros dos salta a la vista pero a él me confundió. Me hablaba de mi corte de pelo y luego se insinuaba con delicadeza…
Sinéad: ¡Estaba ligando contigo! No me extraña, estás muy guapo y elegante.
Eros: Al menos gracias a ellos me libré de Diamante…insistía que me tomase otra copa de ese repugnante líquido.
Sinéad: Yo tiré el cóctel que me trajo Vicrogo en una planta…espero que no se muera por mi culpa…
Eros: Estoy sediento…este olor a sangre tan intenso me está quemando por dentro. ¡Parece que tengamos un humano pegado al cuerpo!
Sinéad: Sí, no entiendo que la sensación sea tan fuerte.
Pinhead: ¿De qué hablan?
Fune: Deben ser masoquistas…o de alguna secta satánica. Esa gente rara que se bebe la sangre y adora a Drácula…
Pinhead: Maldita sea…tenemos que salir de aquí…



Sinéad: No sé cómo nos las apañamos para que no descubran lo que somos…
Eros: Si descubriesen que somos vampiros…tendríamos que abandonar esta nueva vida y marcharnos lejos. Sería una pena.
Sinéad: Por poco me da un infarto cuando vi a la periodista en la fiesta…milagrosamente no se percató de mi presencia.
Eros: Shiny, tengo  que ir a alimentarme. No puedo aguantar más.
Sinéad: Yo creo que estoy bien. Ve tú, te esperaré aquí. No tardes mucho, tenemos poco tiempo antes de que amanezca.
Eros: Está bien. En seguida regreso.


Fune: No puedo creerlo…son vampiros…¡Son vampiros!
Pinhead: ¡Shhh! Nos podría oír. Existen los vampiros…tenemos que irnos de aquí sin ser vistos o nos matarán…
Fune: ¿Estás loco? ¡Es el descubrimiento del siglo! Nos haremos famosos. Los primeros clicks que descubren a un vampiro. Podríamos atrapar a uno y venderlo a la ciencia, ¡nos pagarían una millonada! Es nuestra oportunidad de conseguir todo aquello que hemos ansiado siempre.
Pinhead: Tienes razón…esto podría suponer nuestro trampolín a la fama. Nos llovería el dinero y por fin podríamos llevar la vida que tanto ansiamos. Incluso la policía no tendría más remedio que dejarnos en libertad, seríamos héroes. Podríamos descuartizarla y vender por partes su cuerpo en Clickbay.
Fune: Es una posibilidad, aunque yo creo que los científicos nos pagarán mucho más si se la llevamos de una pieza. Ahora que está sola, atraparemos a la vampiresa. Tú le asaltas por la espalda y yo la inmovilizo por delante. Tenemos que tener mucho cuidado…estos seres son muy fuertes. Pase lo que pase, no le mires a los ojos…
Pinhead: ¿Por?
Fune: Si es verdad lo que dicen en las películas, son capaces de hipnotizar a sus víctimas. ¿Preparado? ¡Vamos!



Asaltaron a Sinéad sin que ella se percatase de su presencia. Pinhead la agarró por la espalda y le puso el cuchillo en el cuello.

Sinéad: ¡¿Qué ocurre?!
Pinhead: ¡Estate quita vampiresa!
Fune: ¡No te muevas o te rajaremos el cuello!
Sinéad: ¡Soltarme! ¡¿Qué es lo que queréis?!



Fune se posicionó frente a Sinéad. Ella miró a Fune sin entender nada. Recordó todas aquellas veces que la habían atrapado y torturado en el pasado y un escalofrío recorrió todo su cuerpo. No sabía cómo le habían descubierto pero no podía permitir que ocurriese una vez más. Se había esforzado en llevar una vida normal, con amigos y un nuevo hogar. No estaba dispuesta a renunciar a todo ello sin luchar.

Sinéad: Está bien, ¿Qué queréis de mi?
Fune: ¡No me mires a los ojos! Sé que sois capaces de hipnotizar…si no quieres que le ocurra nada a tu novio vampiro, debes hacer todo lo que te ordenemos.
Sinéad: No sabéis lo que estáis haciendo…
Pinhead: ¡Silencio! 


No necesitaba ni un segundo más para saber a que clase de personas se estaba enfrentando. Durante toda su vida se había encontrado personas semejantes a Fune y Pinhead. No tenían buenas intenciones y debía actuar rápida y eficazmente. Tenía sed, muchísima sed. Minutos antes podría haber aguantado pero los tenía demasiado cerca y necesitaba saborear la sangre. Su cuerpo clamaba ingerir ese ansiado líquido. Se deshizo de Pinhead con facilidad y se lanzó a por Fune. Le agarró de un brazo y le clavó los colmillos. Un torrente de sangre inundó su boca y el frenesí la invadió.

Fune: ¡Me está chupando la sangre! ¡Ahhhh! ¡Quítamela! ¡Haz algo!

Pinhead no sabía que hacer. Aquello le estaba superando. Había pasado noches en vela en su infancia temiendo la llegada del Conde Drácula. Se tapaba hasta el cuello con las mantas e imaginaba que se encontraba en un lugar seguro.

Pinhead: ¡Fune!

Wen había escuchado gritos. Se hospedaba en una habitación cercana a la de Sinéad y Eros. Fue hasta allí y se encontró la puerta abierta. Vio a Sinéad sorbiendo la sangre de Fune.

Wen: ¡Sinéad!


La voz de Wen la sustrajo del éxtasis en la que estaba sumida y dejó libre a Fune. Miró a Wen y se dio cuenta de la gravedad de la situación. Le había descubierto alimentándose. Su verdadera identidad había sido descubierta. Miró a los ojos a Wen y supo que estaba aterrorizado. Su amigo, al que adoraba y ya consideraba importante en su vida la miraba con terror. Aquello la destrozó por dentro. Del brazo de Fune salía mucha sangre. Para reprimir la sed apartó la mirada. 

Sinéad: Wen…
Fune: ¡Este maldito monstruo me ha mordido! ¡Me estaba chupando la sangre! Me siento débil…
Wen: Dios mío…


Pinhead: ¡Vuelve al infierno del que has salido maldito bicho! ¡Nadie ataca a mi novia!

Apuñaló en el estómago a Sinéad. Repitió la acción varias veces mientras le insultaba. Wen gritó al ver lo que ocurría.

Wen: ¡Nooo! ¡Sinéad!
Sinéad: Ahhh…


Pinehad y Fune huyeron sin perder tiempo. Wen fue hasta Sinéad. Estaba muy preocupado por ella, temía por su vida.

Wen: ¡Sinéad! No te mueras, por favor, ¡aguanta!
Sinéad: Wen…siento…siento que…hayas tenido que presenciar esto…ay…
Wen: ¡No hables! Llamaré una ambulancia, ¡estás muy mal herida!
Sinéad: ¡No!
Wen: ¡Necesitas ir a un hospital!
Sinéad: No podrán ayudarme…Wen…necesito…ay…
Wen: Sinéad, estás delirando. Llamaré una ambulancia…
Sinéad: Nece…necesito sangre. Wen, soy una vampiresa…



Wen se alejó de ella por puro instinto. Sí, había visto a Sinéad alimentarse, sus colmillos…pero no lo había querido reconocer. Ahora le encajaban muchas cosas. Su aspecto tan pálido, que nunca se alimentase, que saliese solamente por la noche…

Sinéad: Wen…


Sinéad sabía que las cosas no volverían a ser como antes. Ahora un abismo de desconfianza y miedo les separaba. Wen ya no la miraría con los mismos ojos…sabía que había perdido un amigo para siempre…se marcharía y la dejaría allí desangrándose. De pronto Wen se acercó hasta ella. La agarró entre sus brazos y le sonrió.

Sinéad: No te culparé si te marchas…vete…
Wen: ¿Por quién me tomas? Soy tu amigo y no te abandonaré. Sinéad, debes decirme que tipo de sangre necesitas y cómo la puedo conseguir…
Sinéad: Necesito sangre, da… igual de que tipo sea…
Wen: ¿La mía vale?
Sinéad: Wen…no tie…tienes que hacer esto…


Wen alargó un brazo y se lo ofreció a Sinéad. Necesitaba la sangre y tenía mucha sed, pero se sentía violenta aceptando su sangre. Cada segundo que transcurría se sentía más débil. Si no se alimentaba pronto perdería el conocimiento y no podría defenderse.

Wen: ¿Me convertiré en vampiro?
Sinéad: No…es más complejo…

Hablar le suponía un gran esfuerzo...

Wen: Bebe, vamos.
Sinéad: No estoy segura…
Wen: Sinéad, confío en ti. Bebe. 
Sinéad: Wen...



Clavó sus colmillos en la muñeca de Wen y bebió. Cuando la sangre invadió su interior sintió tanto placer que se estremeció. Las heridas de su pecho se cerraban rápidamente. Agarraba la mano de Wen con fuerza, había perdido el control. Wen tenía miedo. Se empezaba a sentir débil y no sabía cuando y cómo pedirle que se detuviese. Quería que se curara, así que aguantaba sin quejarse.  Sinéad seguía sorbiendo hasta que algo en su interior se rompió. No supo muy bien que fue lo que la hizo detenerse, pero gracias a aquella sensación, liberó a Wen. Este se sentó en la cama un poco mareado.

Wen: Sinéad, ¿estás bien?
Sinéad: Wen, estoy bien. Gracias… ¿te sientes mal?
Wen: Mareado, pero no es nada…
Sinéad: Necesitas vitamina B12  para recuperarte. Wen…pensaba que me abandonarías… ¿no tienes miedo?
Wen: No. Aunque seas vampiresa, sigues siendo Sinéad. No creo que ser humano sea mejor que ser vampiro…mira esos dos que te han atacado...pero estoy sorprendido, encajando la noticia. Eres vampiresa…


Sinéad: Así es. Antes fui humana, pero de eso hace ya mucho tiempo. Necesito la sangre para subsistir. Duermo por el día ya que la luz del sol resultaría mortal para mí. Como puedes comprobar mis necesidades son muy diferentes a las tuyas…
Wen: Ahora todo encaja.
Sinéad: Wen, esto no debe saberlo nadie más. Si la gente se entera de lo que soy, pondré en peligro la existencia de todos los vampiros a los que amo. Nadie debe saberlo, ni Sus, Estrella y todos los que forman parte de tu vida.
Wen: Ellos te aceptarán, estoy seguro.
Sinéad: Wen, he vivido muchos años. Los humanos son imprevisibles y nunca se sabe cómo pueden reaccionar ante algo así. Hablo desde la experiencia. He sufrido mucho y no deseo que se vuelva a repetir episodios del pasado…además, por tu propia seguridad es mejor que esto quede entre nosotros.
Wen: No te preocupes, no se lo diré a nadie.
Sinéad: ¿Me lo prometes?
Wen: Te lo prometo. 


Wen se acercó hasta Sinéad y le agarró de las manos…

Wen: Puedes confiar en mí. Guardaré tu secreto. Eros también es vampiro, ¿verdad?
Sinéad: Sí. Cuando vuelva le explicaré lo ocurrido.
Wen: Sinéad, ¿que hacías con Pinhead y Fune? Son dos peligrosos delincuentes buscados por la policía.
Sinéad: Aparecieron por sorpresa. No sé exactamente que es lo que pretendían, pero nada bueno. Para defenderme mordí a  la mujer…aunque reconozco que estaba sedienta.
Wen: Ahora saben lo que eres, ¡debemos hacer algo! Son muy peligrosos y vuestro secreto no está a salvo mientras esos dos lo sepan…
Sinéad: Hablaré con Eros y buscaremos una solución.



Eros: ¿Una solución? ¿Ocurre algo?

Eros estaba en la habitación. Entró en la mente de Sinéad y supo lo que había sucedido. Aquello no lo había previsto, y sabía que cuando las cosas se descontrolaban el final podía ser desastroso.

Eros: Shiny… ¿estás bien?
Sinéad: Sí…
Estrella: Buenas noches…


Wen: ¡Estrella!
Estrella: Hola… Estaba preocupada. Wen, ¿estás bien?  Te noto pálido…
Wen: Creo que me estoy resfriando…
Estrella: Yo también…con esta mini falda…estoy deseando meterme en la cama.
Sinéad: Tendrás frío.
Estrella: Sí. Sinéad, quería felicitarte por la actuación. Estuviste muy bien. No pude reprimir las lágrimas…no sabía que alguien pudiese cantar con tanta profundidad, transmitiendo tantos sentimientos a flor de piel. Tu voz es hermosa y dulce y tocas muy bien el arpa.
Sinéad: Gracias, Estrella. Me complace que hayas disfrutado de mi canción. Eres muy amable.


Wen: Va siendo hora de irse a la cama, es muy tarde. Os deseo un feliz año nuevo a los dos. Que sepáis que aquí tenéis un amigo de verdad para lo que necesitéis.
Eros: Gracias amigo. Nosotros estamos a tu entera disposición, los amigos están tanto para lo bueno como para lo malo.
Sinéad: Wen, muchas gracias. Feliz año nuevo.
Estrella: Feliz año nuevo, chicos.


Wen cerró la puerta y se marchó junto a Estrella a su habitación. Escucharon sus pasos alejarse y entonces hablaron.

Eros: Shiny, ¿de verdad estás bien?
Sinéad: Sí, gracias a Wen. No sólo por darme su sangre, también por aceptarme. Temía que nos rechazase…
Eros: ¿Crees que podemos confiar en él?
Sinéad: Sí.
Eros: Tenemos que encontrar a esos dos delincuentes. Saldremos ahora mismo, no deben estar lejos.Esos desgraciados pagarán lo que te han hecho.
Sinéad: Es demasiado tarde. Está a punto de amanecer y todavía debemos llegar a casa para protegernos. Mañana los buscaremos con tranquilidad. Necesito descansar…son demasiadas emociones en un día.



En la calle, Pinhead miraba la herida de su novia. Fune se quejaba dolorida. La herida no se cerraba...

Fune: Esa loca me ha mordido, ¡duele!
Pinhead: Estás perdiendo mucha sangre...
Fune: ¡A lo mejor me a contagiado la rabia! O peor, ¡me puedo convertir en vampiro!
Pinhead: Iremos al hospital y diremos que te a mordido un perro. No te pongas nerviosa, nena.


Fune: No pienso dejar pasar una oportunidad como esta. Atraparemos a esos vampiros, ¡lo juro!
Pinhead: Primero debemos ir al hospital y luego tendremos que buscar un lugar seguro...ahora sabemos su secreto y nuestras vidas corren peligro. No dejaran que contemos al Playmundo que existen los vampiros. 
Fune: Nos esconderemos...pero buscaremos ayuda. Sé quién podría ayudarnos.


Continuará...

3 comentarios:

  1. Lamentablemente, te escribo el comentario referente a esta entrada por segunda vez, lo cual quiere decir que no me saldrá tan espontáneo como ayer; pero intentaré escribirlo lo más parecido que pueda al que se perdió:
    ¡Es un capítulo estupendo, divertido y emocionante! Comenzando por las alusiones a cómo reacciona el público con el concierto de El canto del Click, siguiendo por los cutres y recurrentes piropos que Jason le dedica a Alesia (por cierto, me satisface que lo rechace, hace bien), después continuando con la intervención de Nino y sus amigas locas (¡no me extraña que se fijen en Eros, con lo guapo que es...!); luego es muy gracioso cómo Eros se deshace de la bebida que Diamante le ofrece y cómo Diamante alude a lo pegajoso que está el suelo. Y luego Eros diciendo que la gente es muy guarra jajaja... y, ¿cómo no?, luego interviene la señora Hermenegilda con sus fantásticas frases. Ninguno de sus comentarios merece desperdicio. Todos son geniales... ¡Cómo me he reído cuando se refiere al hijo de Fernanda! ¡Es buenísimo eso de que se come las torrijas sin usar las manos! Me lo imagino inclinándose sobre el plato y tomando las torrijas directamente con la boca jajajaja... ¡y eso de que tiene una barrigota tan grande que ni las camisetas se la ocultan y que suda lo que no está visto ayudándola a subir las bolsas de la compra! También es gracioso cuando Ernesto pide silencio, dejando a la pobre señora Hermenegilda con la palabra en la boca.
    Y, tras esos momentos tan divertidos y despreocupados, viene la actuación de Sinéad. Es precioso todo lo que se dice de sus recuerdos. Me gusta mucho que aludas al pasado de Sinéad con esas pinceladas tan sutiles y profundas a la vez. ¿Cómo no? No podía faltar su adorada canción The Harp of Dagda, pues es una canción muy importante para ella. Es muy bonito también que consiga emocionar a su público. Yo pensaba que la abuchearían por ser un espectáculo diferente de los que suelen ofrecerse.
    Y, tras la actuación de Sinéad, como si esos instantes fuesen el preludio de una impetuosa tormenta, llega la aparición de Fune y Pinhead. Debo confesarte que, aunque sean malvados y estén haciendo de las suyas, no puedo evitar reírme con ellos. Es muy gracioso que Pinhead no reconozca un arpa. Después me he reído muchísimo cuando Eros y Sinéad entran en la habitación, pues al principio la conversación que mantienen no suena rara, puesto que tú los conoces plenamente; pero, cuando se revela el punto de vista de Pinhead y Fune, te das cuenta de que suena muy surrealista. Tampoco he podido evitar reírme cuando Fune propone vender a alguno de esos vampiros a la ciencia. ¡Qué ansias tienen de vender...!
    Lo he pasado muy mal cuando salen a atacar a la pobre Sinéad, que estaba tan tranquila en su habitación. ¡Lo que no me esperaba para nada era que Sinéad mordiese a Fune! Es un momento cargado de tensión y nervios... Por unos momentos creí que matarías a Fune. Esos nervios y esa tensión se intensifican cuando Wen entra en la habitación y descubre a Sinéad alimentándose. También creía que Wen rechazaría a Sinéad, pero ha demostrado ser un fiel y mágico amigo no sólo aceptándola, sino sobre todo entregándole su sangre para que ella se cure. Creo que ese hecho los ha unido muchísimo más y que, aunque Sinéad se lleve bien con todos los demás, con Wen siempre existirá una complicidad y una confianza que no podrán alcanzar los demás a menos que conozcan y acepten su verdadera identidad. Es muy bonito el momento en que Wen toma las manos de Sinéad y le asegura que guardará su secreto y que puede confiar en él. Ahora, Fune y Pinhead han huido conociendo su secreto... Como Sinéad les dijo, no saben lo que han hecho... ¿y qué pasará con ellos? ¿A quiénes les revelarán lo que han descubierto? Y lo más importante: ¿los creerán? ¡Se ha quedado muy emocionante! Estoy deseando que prosigas con esta historia tan emocionante ☺.

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  2. ¡Qué emocionante! Han pasado un montón de cosas en esa fiesta de Nochevieja. Me he reído mucho con los comentarios de los amigos de Nino y después Herminia dando sus explicaciones.
    En cuanto a lo de Sinéad y Fune, no me esperaba que acabara mordiéndole aunque se ha tenido que defender. Las intenciones de la expresidiaria y su novio no eran nada buenas. Me ha dado pena cuando ha recordado lo de otros ataques que sufrió en el pasado. Después el gesto de Wen ayudando a su amiga con su propia sangre, ha sido precioso y hace ver la nobleza de Wen. Estoy segura de que ahora su relación será más especial aún. Quedan abiertas muchas intrigas. Espero que se resuelvan pronto. Un abrazoteee

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  3. ¡Ahora Wen lo sabe! No comenté el capítulo anterior, donde la trama se complica y se abren varias tramas, realmente también me gustó muchísimo. En este hay varias sorpresas muy divertidas, como la escena en el barrio de Chueclick, o la tórrida historia de Mercedes ¡no me la esperaba! El concierto de Sinéad está recreado con un detalle y un buen gusto que quitan el hipo, por cierto no he dicho nada de las fotos y se merecen un comentario a fondo, cada una de ellas transmite muchísimo, humor, fiesta, ternura, erotismo... Ahora queda en el aire el futuro de la relación entre Sinéad, Eros y nuestros amigos, por suerte Wen ha demostrado que sabe lo que significa ser amigo... ¡Me encanta esta historia!

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