martes, 15 de septiembre de 2020

Un verano muy loco - Capítulo 07 - La Señora Adolfina

Sus fue trasladada al hospital y coincidió con Duclack, pues ella también había dado a luz. Ambas fueron hospitalizadas en la misma habitación. Después de unos días muy intensos de visitas y repuestas del parto, volvieron a casa.  Pradito, Sus y Suselle jugaban con los monopatines y el coche eléctrico. Pradito y Dante hacían carreras en la entradita y el comedor de la casa.

Suselle: ¿Estáis preparados?  
Pradito: ¡Seeeeh!
Dante: ¡Te voy a ganar!
Pradito: Eso habrá que verlo.            
                            

Diamante charlaba con Sebastián sentados a la mesa. 

Diamante: Lo harás bien, Sebastián. Con Pradito estás siendo todo un padrazo. 
Sebastián: Gracias, Diamante. Aunque Mar me siento muy perdido. Es tan delicada que temo hacer algo mal.
Diamante: Si quieres te enseño algunas técnicas. Yo soy todo un experto cuidando bebés. Mira que mozos y sanos están Suselle y Dante.


Sebastián: Sí, han crecido muy sanos.
Diamante: Igual que Pradito, está sana y muy feliz. 
Sebastián: Estos días estamos teniendo la ayuda incondicional de mi madre. Fíjate el moño que le ha hecho a Pradito.
Diamante: Mi madre no puede venir todo lo que quisiera, pero quiere a sus nietos con locura. Mi suegra también ayuda mucho, aunque a veces molesta más que ayuda. A ver si viene Adolfina con el ron, me muero de sed.


Pinky se aseguraba que los ositos panda estuviesen bien. Estaban dormidos en su cestita, pegados el uno al otro.

Pinky: ###### (Pobrecitos, están rendidos de tanto jugar).


Pandy estaba exhausto. Se había tumbado en el suelo y solamente quería dormir.

Pandy: #### (Esto de ser padre es agotador...). 


Duclack y Sus estaban sentadas en el sofá, con sus bebés sobre sus regazos.

Sus: Bosco es un niño muy curioso e inquieto, como su papá.
Duclack: Mar también lo es. Se nota que corre por sus venas sangre pirata.
Sus: Después de todo lo que hemos pasado, casi que no me creo que estemos aquí,con nuestros hijos.
Duclack: Sí, ha sido una odisea.


Bosco: ¡Brrrrrr!
Sus: Parece que quiera hablar. Te como, cariño mío.
Duclack: Mar se ha quedado dormidita. 
Sus: Es tan bonita. Tenemos que hacer fotos de los dos juntos.


Duclack: Es buena idea. Por cierto, ¿sabes algo de Sabrina?
Sus: No. Quise ponerme en contacto con ella, para agradecerle su ayuda, pero no coge el teléfono.
Duclack: Te ayudó, pero sigo sin fiarme de ella.
Sus: Yo tampoco me fío de ella, pero si no me llega a ayudar...no sé lo que habría pasado. Eso no quiere decir que seamos amigas. Entiendo que estaba mal por la enfermedad, pero ya de por si tiene un carácter difícil. No puedo olvidar la que montó el día de mi boda...ni aquella vez en el bosque. Quería enamorar a Diamante a toda costa.
Duclack: Lo recuerdo. Haces bien en agradecerk h su ayuda, pero ten cuidado con ella.


Sus: Estoy un poco tristona, Agatha se marcha.
Duclack: He hablado con ella. Parece que está muy entusiasmada con el viaje.
Sus: Sí...
Duclack: La echarás de menos. ¿No te gusta la señora Adolfina?
Sus: Sí, se ve buena mujer y es una gran profesional, pero...
Duclack: Ya, no es lo mismo.
Sus: Espero que Agatha vuelva pronto. Aunque con Owen, puede que no vuelva nunca. Es un hombre guapísimo.


Mientras tanto, en la cocina...

Adolfina: Ya lo tengo listo. Zumo de manzana para Sebastián y ron para Diamante.
Agatha: Recuerde que a Diamante le gusta el ron que venden en barril, no el de botella. El cordero lo quiere siempre con patatas, aunque ahora se supone que está de dieta. 
Adolfina: Lo tendré en cuenta.


Agatha: Suselle toma leche de soja y Dante odia el zumo de naranja de botella. ¡Ah! Sus toma pan integral y Diamante el gallego. Los niños...
Adolfina: Querida, no se preocupe tanto. Recuerde que tengo sus notas.Todo irá bien.
Agatha: Me da pena dejarles y quiero que todo salga bien.
Adolfina: Todo irá como la seda, no se preocupe.


Agatha: Si no lo tiene claro, me quedo...
Adolfina: Agatha, lo tengo todo clarísimo. Deje de preocuparse y márchese de viaje con ese impresionante maromo. Cuidaré de esta familia, se lo prometo. 


Agatha: Lo sé, están en buenas manos. 
Adolfina: Viva esta experiencia y disfrute. Nosotros seguiremos aquí a su vuelta.
Agatha: Gracias, Adolfina. 


Adolfina: Es joven y tiene toda la vida por delante. Si tiene un sueño, debe perseguirlo. Cuando vuelva, nos tomamos un café y me cuenta.
Agatha: Trato hecho. 


Bajaron al primer piso. Adolfina llevaba la bandeja con las copas para Diamante y Sebastián. Al llegar abajo, se encontraron con los niños haciendo carreras.

Pradito: ¡Te voy ganando!
Dante: ¡De eso nada!


Adolfina se vio sorprendida por la carrera de monopatines y coches. Agarraba la bandeja con las dos manos y en ella, llevaba las copas de vino y zumo.

Agatha: ¡Cuidado!
Dante: ¡Que nos la pegamos!
Adolfina: ¡Por todos los clicks!


En un movimiento que más quisieran muchos malabaristas, agarró las dos copas al vuelo y dejó caer la bandeja. Las copas estaban intactas y no se derramó ni una gota.

Suselle: ¡Wooow!
Pradito: ¡Alucinante! ¡Esa mujer tendría que actuar en el circo!
Dante: ¡Lo tendría que haber grabado!
Suselle: Lo siento...no pretendíamos tirar las copas.
Adolfina: No ha sido nada, pequeños. Estoy curada de espanto y me he visto en muchas situaciones así.  
Agatha: Tiene muy buenos reflejos. 


Sebastián: Pradito, este no es lugar para hacer carreras.
Diamante: ¡Eso! ¡Salid a corretear a la calle! Estos niños de hoy en día no saben divertirse como antes.
Sebastián: Al final, romperéis algo o lo que es peor, haréis daño a alguien.
Suselle: Tienes razón. Vamos a la calle.
Pradito: Vaaaale...


Salieron a toda prisa en dirección a la calle. Pradito seguía conduciendo el coche de Dante y Suselle se agarró a la parte trasera. Dante montaba su monopatín azul con gran maestría.

Dante: ¡El último será un Pinypon!
Pradito: ¡Agárrate bien, Suselle!
Suselle: ¡Yupiiii!


Adolfina: Aquí tienen sus bebidas.
Sebastián: Muchas gracias. Lo que ha hecho es impresionante. Se nota que tiene experiencia.
Adolfina: Así es. Son muchos años tratando con niños y créame, estos son angelitos comparados con los que he tenido que cuidar años atrás.
Diamante: Pues mira que estos dan guerra. Suselle no tanto, pero Dante...


Adolfina fue a ver a Duclack y Sus.

Adolfina: ¿Desean beber alguna cosa? ¿Quizás algo para merendar? Puedo preparar magdalenas o galletas de chocolate.
Sus: Eres muy amable, Adolfina. Yo estoy bien. Duclack, ¿quieres algo?
Duclack: No, estoy bien.
Adolfina: Son dos bebés preciosos. Parecen dos angelitos.
Duclack: Gracias, Adolfina.
Adolfina: No había visto nunca una bebé con un pelo tan oscuro y brillante. Sus ojos, tan grandes y esos mofletes tan pellizcables. Es una niña preciosa. Al igual que el suyo, señora. Esos ojazos, la carita de angel,...he visto muchos niños y estos, son especiales. 
Sus: ¿Tiene hijos?
Adolfina: Desgraciadamente, mi cuerpo nunca fue apto para engendrar un hijo. He cuidado los hijos de otros, a los que he querido como si fuesen míos, pero nunca he podido tenido uno propio. 
Sus: Lo siento...
Adolfina: No se preocupe. Hace muchos años que lo asumí. Por eso adoro tanto a los niños y su bienestar siempre ha sido mi prioridad.


Agatha: Sus, debo irme ya.
Sus: ¡Agatha! Te echaremos de menos...
Agatha: Y yo a vosotros.Me he sentido una más de la familia.
Sus: Es que lo eres.Volverás, ¿no?
Agatha: Esa es la idea, aunque no sé cuando y tampoco quiero dar una fecha.
Sus: Lo entiendo. 
Agatha: ¿Os gusta Adolfina? Es buena mujer.
Sus: Sí, la verdad es que me gusta bastante. Estaremos bien con ella, no te preocupes. Aunque aquí, siempre tendrás tu casa.
Agatha: Gracias, no sabes lo importante que es para mi.


Owen: Hola. Estaba abierto...
Adolfina: ¡Agatha! Owen ya está aquí.


Agatha: ¡Owen! Eres muy puntual.
Owen: En realidad no lo soy, pero me preocupaba que te arrepintieses y he preferido venir a la hora.
Agatha: No te librarás de mi tan fácilmente.
Owen: Eso me gusta.
Sus: Owen, cuida de ella.
Owen: No te preocupes, lo llevo haciendo desde que la conocí.
Agatha: ¡Owen!
Owen: Es broma. La cuidaré y sé que ella hará lo mismo conmigo. 
Sus: Por favor, informad de vez en cuando para saber cómo estáis.
Agatha: Lo haré. Espero poder mandaros alguna foto...
Owen: No estaremos en lugares con cobertura, pero seguro que encontraremos algún lugar que lo tenga.


Agatha y Owen se marcharon.

Sus: La echaré de menos. ¿Cree que surgirá el amor entre ellos?
Adolfina: No lo creo, lo sé. A ella se le iluminan los ojos y se nota a leguas que él se muere por sus huesos. Sé que la aprecia, pero quizás no vuelva.
Sus: Lo sé...
Adolfina: Es una clack feliz que está haciendo sus sueños realidad. Ay, ya me gustaría a mi estar en su plástico. 
Sus: Sí, me alegra que sea tan feliz. 
Adolfina: ¿Preparo chocolate? Así nos animamos un poco.
Sus: Excelente idea.


Continuará...


 

1 comentario:

  1. Es un capítulo muy tierno. Me encanta Adolfina. Me parece buena mujer, disciplinada y con mucha experiencia. Me gusta que se quede con ellos. Me hacen gracia las preferencias de cada uno de ellos. Tendrá que memorizárselas bien, pero será capaz de hacerlo de sobras. Yo también prefiero el pan gallego, jajajajaja. Pues me gusta mucho que hayan nacido a la vez Mar y Bosco. Son bebés muy bonitos. Me hace gracia también cuando todos corretean por el salón con el patinete y el coche... pero me extraña que no les hayan llamado la atención antes. Menos mal que Adolfina tiene mucha experiencia y muy buenos reflejos y pudo evitar que las copas cayesen al suelo. Yo tampoco me fío de Sabrina, por mucho que ayudase a Sus porque es muy complicado que alguien así como ella cambie. Me pregunto si Sus y su hijo se habrán librado del contagio, pues estuvieron muy cerca de Sabrina. Espero que sí. ¡Muchas gracias por esta historia y espero que la continúes pronto!

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